Esta serie de artículos dedicados a la
liturgia católica, están extraídos y recopilados de distintas páginas de
Internet, con el objeto de servir de formación y aprendizaje en temas litúrgicos
para todos los cofrades que nos visitan en la página
www.valladolidcofrade.com.
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EL AÑO LITÚRGICO
El ritmo semanal con
el domingo como día central es el primer eslabón
de la cadena del Año litúrgico. Con el tiempo, un domingo destacó sobre los
demás: fue el domingo de Pascua. En rigor,
todos los domingos del año son domingos pascuales, pascua semanal. La Iglesia
desde el Siglo V ha impuesto la obligación de santificar el día del Señor, día
que comienza en las Vísperas, o sea, en la tarde anterior (sábado) siguiendo la
costumbre judía de contar los días. También las solemnidades comienzan en la
Víspera. Por este motivo la misa vespertina del sábado "vale" para cumplir el
precepto dominical porque en rigor ya es domingo.
el domingo como día central es el primer eslabón
de la cadena del Año litúrgico. Con el tiempo, un domingo destacó sobre los
demás: fue el domingo de Pascua. En rigor,
todos los domingos del año son domingos pascuales, pascua semanal. La Iglesia
desde el Siglo V ha impuesto la obligación de santificar el día del Señor, día
que comienza en las Vísperas, o sea, en la tarde anterior (sábado) siguiendo la
costumbre judía de contar los días. También las solemnidades comienzan en la
Víspera. Por este motivo la misa vespertina del sábado "vale" para cumplir el
precepto dominical porque en rigor ya es domingo.
El domingo pascual,
núcleo del Año litúrgico, quedó fijado por el Concilio de Nicea reunido el año
325 que dispuso que la Pascua se celebrase el domingo posterior al
primer plenilunio del equinoccio de primavera,
o dicho de otra manera, el domingo que sigue a la primera luna llena que haya
después del 22 de marzo. Por este motivo, la Pascua de Resurrección es fiesta
variable, ya que depende de la luna y necesariamente deberá oscilar entre el
22 de marzo y el 25 de abril. Una vez fijado
el domingo pascual de cada año se establecen los demás tiempos movibles y sus
fiestas: el tiempo pascual (cincuenta días posteriores) y el tiempo cuaresmal
(cuarenta días atrás) además de las solemnidades que dependen de la fecha de
Pentecostés (Santísima Trinidad, Corpus Christi, Sagrado Corazón).
núcleo del Año litúrgico, quedó fijado por el Concilio de Nicea reunido el año
325 que dispuso que la Pascua se celebrase el domingo posterior al
primer plenilunio del equinoccio de primavera,
o dicho de otra manera, el domingo que sigue a la primera luna llena que haya
después del 22 de marzo. Por este motivo, la Pascua de Resurrección es fiesta
variable, ya que depende de la luna y necesariamente deberá oscilar entre el
22 de marzo y el 25 de abril. Una vez fijado
el domingo pascual de cada año se establecen los demás tiempos movibles y sus
fiestas: el tiempo pascual (cincuenta días posteriores) y el tiempo cuaresmal
(cuarenta días atrás) además de las solemnidades que dependen de la fecha de
Pentecostés (Santísima Trinidad, Corpus Christi, Sagrado Corazón).
El Año Litúrgico
puede decirse que se compone de tiempos “fuertes” (Adviento, Navidad, Cuaresma y
Pascua) en los cuales se celebra un misterio concreto de la historia de la
Salvación y otro tiempo llamado Tiempo Ordinario
en el cual no se celebra ningún aspecto concreto sino más bien el mismo misterio
de Cristo en su plenitud, especialmente en los domingos. Este Tiempo Ordinario
transcurre partido y dura treinta y tres o treinta y cuatro semanas.
puede decirse que se compone de tiempos “fuertes” (Adviento, Navidad, Cuaresma y
Pascua) en los cuales se celebra un misterio concreto de la historia de la
Salvación y otro tiempo llamado Tiempo Ordinario
en el cual no se celebra ningún aspecto concreto sino más bien el mismo misterio
de Cristo en su plenitud, especialmente en los domingos. Este Tiempo Ordinario
transcurre partido y dura treinta y tres o treinta y cuatro semanas.
TIEMPO DE ADVIENTO:
El año litúrgico comienza en las vísperas del primer domingo de Adviento, que es
siempre el domingo más cercano al día 30 de noviembre, festividad de San Andrés.
Dura cuatro semanas con sus respectivos domingos.
TIEMPO DE NAVIDAD:
Abarca desde
el veinticinco de diciembre hasta el domingo posterior a la Epifanía (6 de
enero). Ese domingo celebramos el bautismo del Señor.
TIEMPO ORDINARIO:
PRIMERA PARTE.
Abarca desde
el lunes posterior a la fiesta del Bautismo del Señor hasta el martes anterior
al Miércoles de Ceniza.
TIEMPO DE CUARESMA:
La Cuaresma,
tiempo de preparación para la Pascua de Cristo, es un tiempo claramente
penitencial. "Actualmente, el cómputo matemático hace de nuestra Cuaresma un
período de cuarenta y cuatro días, incluidos el miércoles de Ceniza y el Jueves
Santo". Incluye cuarenta días de penitencia, excluyendo los cinco domingos
de Cuaresma y el de Ramos (el domingo siempre es día festivo) y añadiendo los
días del Viernes y Sábado Santo, ya en pleno Triduo Pascual. En sentido
estricto, la Cuaresma abarca desde el miércoles de Ceniza hasta la misa
vespertina de la Cena del Señor del Jueves Santo (NUALC 29).
SEMANA
SANTA:
Es la semana
que abarca desde el Domingo de Ramos en la Pasión del
Señor hasta la Vigilia Pascual del Sábado
Santo. Incluye al Triduo Pascual, que comienza con la Misa vespertina en
la Cena del Señor, del Jueves Santo y se prolonga Viernes, Sábado Santo y el
Domingo de Resurreción. Triduo del Señor muerto, enterrado y resucitado. Es un
error muy extendido hoy día seguir llamando Domingo de Pasión al domingo
anterior al de Ramos (V de Cuaresma) cuando hoy día el domingo de Pasión es el
mismo del de Ramos ya que se denomina Domingo de Ramos en la Pasión del Señor.
SANTA:
Es la semana
que abarca desde el Domingo de Ramos en la Pasión del
Señor hasta la Vigilia Pascual del Sábado
Santo. Incluye al Triduo Pascual, que comienza con la Misa vespertina en
la Cena del Señor, del Jueves Santo y se prolonga Viernes, Sábado Santo y el
Domingo de Resurreción. Triduo del Señor muerto, enterrado y resucitado. Es un
error muy extendido hoy día seguir llamando Domingo de Pasión al domingo
anterior al de Ramos (V de Cuaresma) cuando hoy día el domingo de Pasión es el
mismo del de Ramos ya que se denomina Domingo de Ramos en la Pasión del Señor.
TIEMPO PASCUAL:
Abarca los
cincuenta días posteriores a Pascua de Resurrección (cincuentena pascual),
incluyendo el domingo pascual, y se distinguen tres períodos:
v
Octava
de Pascua: son los ocho días posteriores y deben considerarse como un solo día
festivo. Termina en las Vísperas del II Domingo de Pascua.
Octava
de Pascua: son los ocho días posteriores y deben considerarse como un solo día
festivo. Termina en las Vísperas del II Domingo de Pascua.
v
Tiempo
Pascual hasta la Ascensión
Tiempo
Pascual hasta la Ascensión
v
Tiempo
Pascual después de la Ascensión.
Tiempo
Pascual después de la Ascensión.
El
Domingo de Pentecostés, que se celebra a los
cincuenta días de Pascua, es el colofón del ciclo pascual, no debe pues
considerarse como una nueva Pascua.
Domingo de Pentecostés, que se celebra a los
cincuenta días de Pascua, es el colofón del ciclo pascual, no debe pues
considerarse como una nueva Pascua.
TIEMPO ORDINARIO:
(SEGUNDA PARTE).
Abarca desde
el lunes posterior a Pentecostés hasta las Vísperas del primer domingo de
Adviento. El domingo anterior al primero de Adviento, último del Año litúrgico,
celebramos la solemnidad de Cristo Rey.
Los días que no son
domingos de cualquier tiempo se llaman ferias.
Según la costumbre latina, el lunes recibe el nombre de "feria segunda" y así
sucesivamente hasta la feria sexta (viernes). Recuérdese el nombre tan clásico y
venerable de "feria V in Coena Domini" al Jueves Santo y el de "feria VI in
Passione Domini" al Viernes Santo. El sábado tiene su nombre propio heredado de
los judíos (Sabbat que significa descanso). El dies domínica, (kyriaké emera) es
el domingo, el día del Señor. Ese día fue el de la resurrección de Cristo. Así
nos lo cuentan los evangelistas (Mateo 28.1-7; Marcos 16. 1-8; Lucas 24.1-12;
Juan 20. 1-10). Es también ese día el elegido por Jesús Resucitado para
aparecerse a sus discípulos en el camino de Emaús y en el Cenáculo. También al
domingo se la ha llamado el “octavo día” por los Padres de la Iglesia, haciendo
referencia al tiempo nuevo que abre la resurrección y en otro sentido se le ha
llamado el “tercer día” si se mira desde la perspectiva de la Cruz. De los
simbolismos expuestos considerarlo como primer día de la semana será el más
importante.
domingos de cualquier tiempo se llaman ferias.
Según la costumbre latina, el lunes recibe el nombre de "feria segunda" y así
sucesivamente hasta la feria sexta (viernes). Recuérdese el nombre tan clásico y
venerable de "feria V in Coena Domini" al Jueves Santo y el de "feria VI in
Passione Domini" al Viernes Santo. El sábado tiene su nombre propio heredado de
los judíos (Sabbat que significa descanso). El dies domínica, (kyriaké emera) es
el domingo, el día del Señor. Ese día fue el de la resurrección de Cristo. Así
nos lo cuentan los evangelistas (Mateo 28.1-7; Marcos 16. 1-8; Lucas 24.1-12;
Juan 20. 1-10). Es también ese día el elegido por Jesús Resucitado para
aparecerse a sus discípulos en el camino de Emaús y en el Cenáculo. También al
domingo se la ha llamado el “octavo día” por los Padres de la Iglesia, haciendo
referencia al tiempo nuevo que abre la resurrección y en otro sentido se le ha
llamado el “tercer día” si se mira desde la perspectiva de la Cruz. De los
simbolismos expuestos considerarlo como primer día de la semana será el más
importante.
Terminamos con las
palabras que la Constitución Litúrgica del Vaticano II (S.C.) nos dice sobre el
año litúrgico:
palabras que la Constitución Litúrgica del Vaticano II (S.C.) nos dice sobre el
año litúrgico:
"La Santa Madre
Iglesia considera deber suyo celebrar con un sagrado recuerdo en días
determinados a través del año la obra salvífica de su divino Esposo. Cada semana
en el día que llaman del Señor, conmemora su resurrección, que una vez al año
celebra, junto con su santa pasión, en la solemnidad de la Pascua. Además, en el
círculo del año desarrolla todo el misterio de Cristo, desde la Encarnación y la
Navidad hasta la Ascensión, Pentecostés y la expectativa de la dichosa esperanza
y venida del Señor. Conmemorando así los misterios de la redención, abre las
riquezas del poder santificador y de los méritos de su Señor, de tal manera que,
en cierto modo, se hacen presentes en todo tiempo para que puedan los fieles
ponerse en contacto con ellos y llenarse de la gracia de la salvación.
Iglesia considera deber suyo celebrar con un sagrado recuerdo en días
determinados a través del año la obra salvífica de su divino Esposo. Cada semana
en el día que llaman del Señor, conmemora su resurrección, que una vez al año
celebra, junto con su santa pasión, en la solemnidad de la Pascua. Además, en el
círculo del año desarrolla todo el misterio de Cristo, desde la Encarnación y la
Navidad hasta la Ascensión, Pentecostés y la expectativa de la dichosa esperanza
y venida del Señor. Conmemorando así los misterios de la redención, abre las
riquezas del poder santificador y de los méritos de su Señor, de tal manera que,
en cierto modo, se hacen presentes en todo tiempo para que puedan los fieles
ponerse en contacto con ellos y llenarse de la gracia de la salvación.
En la celebración
de este círculo anual de los misterios de Cristo, la santa Iglesia venera con
amor especial a la bienaventurada Madre de Dios, la Virgen María, unida con lazo
indisoluble a la obra salvífica de su Hijo... Además, la Iglesia introdujo en el
círculo anual el recuerdo de los mártires y de los demás santos que, llegado a
la perfección por la multiforme gracia de Dios, y habiendo ya alcanzado la
salvación eterna, cantan la perfecta alabanza de Dios en el cielo e interceden
por nosotros"
(SC. 102, 103, 104).
de este círculo anual de los misterios de Cristo, la santa Iglesia venera con
amor especial a la bienaventurada Madre de Dios, la Virgen María, unida con lazo
indisoluble a la obra salvífica de su Hijo... Además, la Iglesia introdujo en el
círculo anual el recuerdo de los mártires y de los demás santos que, llegado a
la perfección por la multiforme gracia de Dios, y habiendo ya alcanzado la
salvación eterna, cantan la perfecta alabanza de Dios en el cielo e interceden
por nosotros"
(SC. 102, 103, 104).
Siglas empleadas:
CDC: Código de Derecho Canónico
NUALC: Normas Universales para el Año Litúrgico.
SC.: Sacrosanctum Concilium
LOS GRADOS DE LAS CELEBRACIONES LITÚRGICAS
Las celebraciones de
la Iglesia Católica se dividen en celebraciones del Señor, de la Virgen y de los
Santos, y a su vez, cada uno de estos grupos y dependiendo de su grado de
importancia en tres clases:
la Iglesia Católica se dividen en celebraciones del Señor, de la Virgen y de los
Santos, y a su vez, cada uno de estos grupos y dependiendo de su grado de
importancia en tres clases:
v
SOLEMNIDADES:
Días que por ser considerados muy importantes por la Iglesia se equiparan a
domingos (pascua semanal) y comienzan a celebrarse, por lo tanto, en las
vísperas. Son catorce: Maternidad de María,
Epifanía, San José, Anunciación, San Juan Bautista, Santos Pedro y Pablo,
Asunción, Todos los Santos, Inmaculada, Navidad, Trinidad, Corpus Christi,
Sagrado Corazón y Cristo Rey. Estas solemnidades tienen todo propio como las
lecturas, prefacio, oraciones, etc. En nuestra nación, Santiago Apóstol (patrón
de España) es también solemnidad. La solemnidad por excelencia es el domingo de
Pascua, en que celebramos la Resurrección.
SOLEMNIDADES:
Días que por ser considerados muy importantes por la Iglesia se equiparan a
domingos (pascua semanal) y comienzan a celebrarse, por lo tanto, en las
vísperas. Son catorce: Maternidad de María,
Epifanía, San José, Anunciación, San Juan Bautista, Santos Pedro y Pablo,
Asunción, Todos los Santos, Inmaculada, Navidad, Trinidad, Corpus Christi,
Sagrado Corazón y Cristo Rey. Estas solemnidades tienen todo propio como las
lecturas, prefacio, oraciones, etc. En nuestra nación, Santiago Apóstol (patrón
de España) es también solemnidad. La solemnidad por excelencia es el domingo de
Pascua, en que celebramos la Resurrección.
v
FIESTAS:
Hoy día son veinticinco. Son días litúrgicos
de menor rango que las solemnidades y se celebran dentro del día natural, salvo
que se traten de fiestas del Señor que caigan en domingo, teniendo entonces
primeras Vísperas. Citaremos las fiestas de los distintos Apóstoles, el Bautismo
de Jesús, Sagrada Familia y otras.
FIESTAS:
Hoy día son veinticinco. Son días litúrgicos
de menor rango que las solemnidades y se celebran dentro del día natural, salvo
que se traten de fiestas del Señor que caigan en domingo, teniendo entonces
primeras Vísperas. Citaremos las fiestas de los distintos Apóstoles, el Bautismo
de Jesús, Sagrada Familia y otras.
v
MEMORIAS:
Pueden ser
obligatorias o libres, las obligatorias en el calendario universal son
sesenta y tres. Las memorias, tanto las
obligatorias como las libres, son conmemoraciones de los Santos y algunas de la
Virgen.
MEMORIAS:
Pueden ser
obligatorias o libres, las obligatorias en el calendario universal son
sesenta y tres. Las memorias, tanto las
obligatorias como las libres, son conmemoraciones de los Santos y algunas de la
Virgen.
Algunas solemnidades
tienen octava,
como Navidad y Pascua,
aunque la octava de Pascua excluye totalmente otras celebraciones, cosa
que no pasa en Navidad, que admite en su octava las fiestas de San Esteban, San
Juan Evangelista, Los Santos Inocentes, Sagrada Familia y María, Madre de Dios.
La octava de Pentecostés está suprimida.
tienen octava,
como Navidad y Pascua,
aunque la octava de Pascua excluye totalmente otras celebraciones, cosa
que no pasa en Navidad, que admite en su octava las fiestas de San Esteban, San
Juan Evangelista, Los Santos Inocentes, Sagrada Familia y María, Madre de Dios.
La octava de Pentecostés está suprimida.
Además, según el
calendario litúrgico, tienen categoría de solemnidad las siguientes
celebraciones propias de cada lugar:
calendario litúrgico, tienen categoría de solemnidad las siguientes
celebraciones propias de cada lugar:
Ø
Solemnidad del Patrón principal del lugar, sea pueblo o ciudad.
Solemnidad del Patrón principal del lugar, sea pueblo o ciudad.
Ø
Solemnidad de la Dedicación y aniversario de la Dedicación de la Iglesia propia.
Solemnidad de la Dedicación y aniversario de la Dedicación de la Iglesia propia.
Ø
Solemnidad del Título de la iglesia propia.
Solemnidad del Título de la iglesia propia.
Ø
Solemnidad o del Título, o del Fundador, o del Patrono principal de la Orden o
Congregación religiosa.
Solemnidad o del Título, o del Fundador, o del Patrono principal de la Orden o
Congregación religiosa.
Con el Nuevo
Calendario de Santos, promulgado tras la reforma de 1969, se han tenido en
cuenta unos criterios que en definitiva hacen referencia a la primacía del
Misterio de Cristo, a priorizar el domingo como pascua semanal, distinguir entre
celebraciones universales y particulares, y en cuanto al culto a los santos,
descargar un poco de fiestas y dejar muchas
de ellas como memorias libres o facultativas, al objeto de que los fieles
de cada localidad puedan celebrarlas según sus propias devociones, dejando unas
figuras universales a recordar obligatoriamente, bien seleccionadas y
representativas.
Calendario de Santos, promulgado tras la reforma de 1969, se han tenido en
cuenta unos criterios que en definitiva hacen referencia a la primacía del
Misterio de Cristo, a priorizar el domingo como pascua semanal, distinguir entre
celebraciones universales y particulares, y en cuanto al culto a los santos,
descargar un poco de fiestas y dejar muchas
de ellas como memorias libres o facultativas, al objeto de que los fieles
de cada localidad puedan celebrarlas según sus propias devociones, dejando unas
figuras universales a recordar obligatoriamente, bien seleccionadas y
representativas.
Este cambio no fue
bien entendido en ocasiones, como sucedió con la reducción de las llamadas
fiestas de precepto,
que son celebraciones que la Iglesia considera muy importantes y por eso
las equipara a un domingo, interpretando el pueblo que la Iglesia se pliega al
poder civil al trasladar fiestas muy tradicionales al domingo si es que caían en
días laborables tales como Corpus o la Ascensión. El CDC en su Canon 1246.1 nos
relaciona los días de precepto, a saber: los domingos y
además los días de Navidad, Epifanía, Ascensión, Corpus Christi, Santa María
Madre de Dios, Inmaculada, Asunción, San José, santos Apóstoles Pedro y Pablo y
Todos los Santos. En el siguiente punto se autoriza a la Conferencia
Episcopal a trasladar algunas de esas solemnidades a domingo. La reforma del
Derecho Canónico prevé que la calificación de precepto sólo sea unitaria para
Navidad y para una solemnidad de la Virgen y que cada Conferencia Episcopal
determinará, en cada lugar, que otras fiestas además de las citadas serán de
precepto.
bien entendido en ocasiones, como sucedió con la reducción de las llamadas
fiestas de precepto,
que son celebraciones que la Iglesia considera muy importantes y por eso
las equipara a un domingo, interpretando el pueblo que la Iglesia se pliega al
poder civil al trasladar fiestas muy tradicionales al domingo si es que caían en
días laborables tales como Corpus o la Ascensión. El CDC en su Canon 1246.1 nos
relaciona los días de precepto, a saber: los domingos y
además los días de Navidad, Epifanía, Ascensión, Corpus Christi, Santa María
Madre de Dios, Inmaculada, Asunción, San José, santos Apóstoles Pedro y Pablo y
Todos los Santos. En el siguiente punto se autoriza a la Conferencia
Episcopal a trasladar algunas de esas solemnidades a domingo. La reforma del
Derecho Canónico prevé que la calificación de precepto sólo sea unitaria para
Navidad y para una solemnidad de la Virgen y que cada Conferencia Episcopal
determinará, en cada lugar, que otras fiestas además de las citadas serán de
precepto.
Las solemnidades del
Señor pasadas a domingo se celebran como día propio (Corpus y Ascensión),
quedando la Epifanía en su fecha. El motivo es que el pueblo de Dios no debe
dejar de celebrar estas fechas y la legislación laboral (que en muchos países no
las consideraba fiestas de descanso) impedía o dificultaba su celebración, que
además tiene en el domingo su día más señalado.
Señor pasadas a domingo se celebran como día propio (Corpus y Ascensión),
quedando la Epifanía en su fecha. El motivo es que el pueblo de Dios no debe
dejar de celebrar estas fechas y la legislación laboral (que en muchos países no
las consideraba fiestas de descanso) impedía o dificultaba su celebración, que
además tiene en el domingo su día más señalado.
LOS COLORES LITÚRGICOS
Los colores
litúrgicos empleados en la celebración de la Misa católica en las vestiduras de
los celebrantes son:
litúrgicos empleados en la celebración de la Misa católica en las vestiduras de
los celebrantes son:
v
BLANCO:
Simboliza pureza y tiempo de júbilo. Es usado en los momentos principales del
calendario litúrgico; Navidad y
Pascua. También se usa en fiestas dedicadas a
la Virgen o Santos no Martirizados, así como en la festividad de Todos los
Santos o Cristo Rey.
BLANCO:
Simboliza pureza y tiempo de júbilo. Es usado en los momentos principales del
calendario litúrgico; Navidad y
Pascua. También se usa en fiestas dedicadas a
la Virgen o Santos no Martirizados, así como en la festividad de Todos los
Santos o Cristo Rey.
v
MORADO:
Simboliza una profundización espiritual, una preparación. Se usa en
Adviento y en
Cuaresma, tiempos de preparación para la Navidad y la Pascua
respectivamente. También se usa en funerales y misas de difuntos.
MORADO:
Simboliza una profundización espiritual, una preparación. Se usa en
Adviento y en
Cuaresma, tiempos de preparación para la Navidad y la Pascua
respectivamente. También se usa en funerales y misas de difuntos.
v
VERDE:
Simboliza la esperanza. Es usado después de Navidad hasta Cuaresma, y después de
la Pascua hasta el Adviento. Es tiempo de esperanza por la venida del Mesías y
por la Resurrección salvadora respectivamente. Este tiempo se conoce como
Tiempo Ordinario dentro del calendario
litúrgico.
VERDE:
Simboliza la esperanza. Es usado después de Navidad hasta Cuaresma, y después de
la Pascua hasta el Adviento. Es tiempo de esperanza por la venida del Mesías y
por la Resurrección salvadora respectivamente. Este tiempo se conoce como
Tiempo Ordinario dentro del calendario
litúrgico.
v
ROJO:
Simboliza el martirio y la fuerza del Espíritu Santo.
Es usado en las fiestas de Santos Martirizados,
Domingo de Ramos, Viernes Santo y
Pentecostés.
ROJO:
Simboliza el martirio y la fuerza del Espíritu Santo.
Es usado en las fiestas de Santos Martirizados,
Domingo de Ramos, Viernes Santo y
Pentecostés.
v
NEGRO:
Simboliza duelo y tristeza, se utiliza para misa de difuntos y para
Miércoles de Ceniza, ha caído en desuso en
favor del morado.
NEGRO:
Simboliza duelo y tristeza, se utiliza para misa de difuntos y para
Miércoles de Ceniza, ha caído en desuso en
favor del morado.
v
ROSADO: Se
utiliza en la misa de la tercera semana de Adviento para indicar la cercanía de
Navidad y la cuarta semana de la Cuaresma para indicar pausar la penitencia.
ROSADO: Se
utiliza en la misa de la tercera semana de Adviento para indicar la cercanía de
Navidad y la cuarta semana de la Cuaresma para indicar pausar la penitencia.
v
AZUL:
Simboliza pureza y la virginidad. Se utiliza para las fiestas de la
Virgen María,
especialmente para la Inmaculada Concepción.
AZUL:
Simboliza pureza y la virginidad. Se utiliza para las fiestas de la
Virgen María,
especialmente para la Inmaculada Concepción.
v
DORADO:
Simboliza triunfo y júbilo, se utiliza en las grandes fiestas en especial en las
misas del Domingo de Resurrección.
DORADO:
Simboliza triunfo y júbilo, se utiliza en las grandes fiestas en especial en las
misas del Domingo de Resurrección.
TABLA DE
PREEMINENCIA DE LOS DÍAS LITÚRGICOS
PREEMINENCIA DE LOS DÍAS LITÚRGICOS
Dentro del calendario
litúrgico existe un orden de precedencia, de
importancia. Esta tabla es la siguiente:
litúrgico existe un orden de precedencia, de
importancia. Esta tabla es la siguiente:
1.
Triduo
pascual de la Pasión y Resurrección del Señor.
2.
Natividad del Señor, Epifanía, Ascensión y Pentecostés.
Domingos de Adviento,
Cuaresma y Pascua.
Cuaresma y Pascua.
Miércoles de Ceniza.
Semana Santa (de
lunes a jueves)
lunes a jueves)
Octava de Pascua.
3.
Solemnidades del Señor, de la Santísima Virgen María y de los Santos.
Conmemoración de todos los fieles difuntos.
4.
Solemnidades propias tales como:
Solemnidad
del Patrono principal del lugar (sea pueblo o nación)
Solemnidad de
la Dedicación y aniversario de la Iglesia propia.
Solemnidad
del Titulo de la Iglesia propia.
Solemnidad
bien del Título, Fundador o Patrono principal de una Orden o
Congregación.
5.
Fiestas
del Señor.
6.
Domingos del tiempo de Navidad y del tiempo Ordinario.
7.
Fiestas
de la Virgen y de los Santos.
8.
Fiestas
propias (Patronos, Dedicación de la Catedral, Fundadores, etc.)
9.
Ferias
de Adviento que van del 17 al 24 de diciembre, ferias de Cuaresma y octava de
Navidad.
10.
Memorias obligatorias.
11.
Memorias obligatorias propias (Patronos secundarios de un lugar, otras Memorias
inscritas en cada Diócesis, Orden o Congregación).
12.
Memorias libres.
13.
Resto
de los días feriales (Adviento hasta el 16 de diciembre, Navidad desde el 2 de
enero al sábado posterior a Epifanía, ferias del tiempo pascual fuera de la
octava y todas las ferias del tiempo ordinario).
ELEMENTOS
NATURALES DE LA LITÚRGIA
NATURALES DE LA LITÚRGIA
La Iglesia, cantora
de la naturaleza y de su Creador y amante del simbolismo, debía aprovechar para
su liturgia algunos de esos elementos como signos eficaces de valores
sobrenaturales y salvíficos. El mismo Cristo los usó y les comunicó virtudes
secretas en orden a la vida sobrenatural. Por ejemplo: el agua en el perdón, la
saliva en el ciego, el hálito en el cenáculo, etc. Jesús explotó su simbolismo
en sus discursos y parábolas: la luz, sal, vid, grano de mostaza, etc.
de la naturaleza y de su Creador y amante del simbolismo, debía aprovechar para
su liturgia algunos de esos elementos como signos eficaces de valores
sobrenaturales y salvíficos. El mismo Cristo los usó y les comunicó virtudes
secretas en orden a la vida sobrenatural. Por ejemplo: el agua en el perdón, la
saliva en el ciego, el hálito en el cenáculo, etc. Jesús explotó su simbolismo
en sus discursos y parábolas: la luz, sal, vid, grano de mostaza, etc.
Vamos a analizar
brevemente los principales elementos y símbolos litúrgicos que emplea la
Iglesia, su significado y su uso:
brevemente los principales elementos y símbolos litúrgicos que emplea la
Iglesia, su significado y su uso:
LUZ:
De todas
las obras de la creación, la luz parece ser la más excelente. Con ella empezó
Dios a adornar el mundo. Es la más hermosa de las creaturas naturales y de ella
beben la belleza todas las demás. En la Vigilia Pascual se nos da la clave. La
Iglesia bendice la luz sacándola del nuevo fuego y la introduce a la iglesia con
el cirio pascual. La luz, por tanto, representa y rinde tributo a Jesucristo,
“Luz del mundo”, símbolo de la presencia divina y de fiesta.
FUEGO:
Es de los
elementos más misteriosos y terribles, al mismo tiempo. Sin él, apenas se podría
vivir. Es fuerza que quema y alumbra, mata y vivifica, destruye y purifica. La
Iglesia utiliza constantemente el fuego para sus ritos:
Es de los
elementos más misteriosos y terribles, al mismo tiempo. Sin él, apenas se podría
vivir. Es fuerza que quema y alumbra, mata y vivifica, destruye y purifica. La
Iglesia utiliza constantemente el fuego para sus ritos:
o
Con el
fuego anuncia la resurrección de Cristo, el Sábado Santo en la noche de la
Vigilia Pascual.
Con el
fuego anuncia la resurrección de Cristo, el Sábado Santo en la noche de la
Vigilia Pascual.
o
En el
incensario, fuego e incienso simbolizan el fervor de la oración y la entrega de
nuestra vida, que se va consumiendo poco a poco como suave perfume en honor a
Dios.
En el
incensario, fuego e incienso simbolizan el fervor de la oración y la entrega de
nuestra vida, que se va consumiendo poco a poco como suave perfume en honor a
Dios.
AGUA:
Es uno de los elementos más indispensables para la vida, y henchido de
simbolismo. Al principio del mundo, el Espíritu de Dios la acarició con su soplo
como elemento de fecundidad; eran aguas repletas de vida vegetal y animal. Y
Jesús la santificó con su contacto en las corrientes del río Jordán. El agua con
el crisma forma parte de la materia del Bautismo. La Biblia está llena de
fuentes, de pozos; y con el agua del diluvio quiso Dios limpiar la maldad de la
tierra. Y Jesús de su costado abierto hizo brotar “sangre y agua”. Y su agua
calma siempre la sed.
Es uno de los elementos más indispensables para la vida, y henchido de
simbolismo. Al principio del mundo, el Espíritu de Dios la acarició con su soplo
como elemento de fecundidad; eran aguas repletas de vida vegetal y animal. Y
Jesús la santificó con su contacto en las corrientes del río Jordán. El agua con
el crisma forma parte de la materia del Bautismo. La Biblia está llena de
fuentes, de pozos; y con el agua del diluvio quiso Dios limpiar la maldad de la
tierra. Y Jesús de su costado abierto hizo brotar “sangre y agua”. Y su agua
calma siempre la sed.
SALIVA:
Jesús la usó para curar a un sordomudo y al ciego de nacimiento. Los santos
Padres la consideraban como símbolo de la sabiduría; la liturgia la ha usado tan
sólo en el Bautismo, mojando en ella la nariz y oídos del bautizado. Así
reproducía el gesto de Jesús al curar. De esta manera, esos órganos están ya
habilitados para oír con gusto la Palabra de Dios y aspirar el perfume de la
santidad. Dada la sensibilidad de los tiempos modernos, el nuevo ritual del
bautismo suprimió el uso de la saliva.
AIRE:
El soplo
del Creador infundió vida al hombre. Y el de Jesús resucitado comunicó a los
apóstoles el Espíritu Santo. En el rito bautismal, ha figurado el soplo como
signo de expulsión de Satanás, del alma del bautizado.
ACEITE:
En la vida
espiritual, simboliza: fortaleza espiritual y corporal, valor curativo y
conservativo de carácter espiritual, efusión de la gracia, santificación e
inhabitación del Espíritu Santo y testimonio cristiano, comunicación del poder
divino y consagración de objetos sagrados. Y por eso se usa como materia en
algunos sacramentos:
o
En el
bautismo, el óleo de los catecúmenos se coloca en el pecho. Simboliza la
fortaleza y la agilidad espiritual.
En el
bautismo, el óleo de los catecúmenos se coloca en el pecho. Simboliza la
fortaleza y la agilidad espiritual.
o
El
crisma se compone de aceite y bálsamo. Se usa en el bautismo, confirmación y
consagración de sacerdotes, obispos, cálices, altares, patenas, Iglesias. Todo
cristiano tiene que exhalar el suave olor de la santidad, el suave olor de
Cristo, como dice San Pablo. En la ordenación sacerdotal se ungen las manos; en
la episcopal, la cabeza.
El
crisma se compone de aceite y bálsamo. Se usa en el bautismo, confirmación y
consagración de sacerdotes, obispos, cálices, altares, patenas, Iglesias. Todo
cristiano tiene que exhalar el suave olor de la santidad, el suave olor de
Cristo, como dice San Pablo. En la ordenación sacerdotal se ungen las manos; en
la episcopal, la cabeza.
o
Óleo de
los enfermos: vehículo para la gracia divina, y para la salud del cuerpo y del
alma.
Óleo de
los enfermos: vehículo para la gracia divina, y para la salud del cuerpo y del
alma.
CIRIO: Se
usa para el alumbrado propiamente litúrgico, es decir, para las Misas y demás
sacramentos y sacramentales. La vela encendida sirve para simbolizar a
Cristo-Luz del mundo y significar la fe y la oración de los fieles en presencia
del Señor.
PAN
Y VINO:
Son la
base del alimento corporal del hombre. Simbolizan, al convertirse en verdadero
Cuerpo y Sangre de Cristo, que la Eucaristía es alimento indispensable de todos
los cristianos. Son los signos del sacrificio de su cuerpo y sangre como manjar
espiritual del alma. El pan, hecho de muchos granos, y el vino, de muchos
racimos, son símbolo de la unión íntima entre los cristianos. Simbolizan también
la unidad de la Iglesia y de los cristianos con Cristo y entre sí, pues
compartir el mismo pan y el mismo vino son signos de fraternidad, amistad y
unidad.
Y VINO:
Son la
base del alimento corporal del hombre. Simbolizan, al convertirse en verdadero
Cuerpo y Sangre de Cristo, que la Eucaristía es alimento indispensable de todos
los cristianos. Son los signos del sacrificio de su cuerpo y sangre como manjar
espiritual del alma. El pan, hecho de muchos granos, y el vino, de muchos
racimos, son símbolo de la unión íntima entre los cristianos. Simbolizan también
la unidad de la Iglesia y de los cristianos con Cristo y entre sí, pues
compartir el mismo pan y el mismo vino son signos de fraternidad, amistad y
unidad.
SAL: que
sazona y preserva, se dejó optativo en la fórmula ritual de la bendición del
agua lustral como remedio para poner en fuga los demonios y ahuyentar
enfermedades. También se usó en el bautismo, colocando unos granitos sobre la
boca del bautizado.
CENIZA:
Es símbolo
de la caducidad de la vida y de todo lo material, y, por lo mismo, símbolo del
dolor, de la penitencia, del arrepentimiento, de una gran aflicción. La Iglesia
nos la pone el día del miércoles de ceniza “en señal de la humildad cristiana
y como prenda del perdón que se espera”.
INCIENSO:
Nuestra
vida se tiene que quemar en honor a Dios, dando suave aroma. En las solemnidades
se inciensa el altar y los santos, la cruz y el Santísimo Sacramento en señal de
respeto y veneración. Se inciensa al sacerdote como representante de Dios, y a
los fieles para recordarles que, como pueblo santo y sacerdotal, son
concelebrantes y no sólo espectadores. Además, purifica el templo y nos eleva a
Dios.
FLORES:
Las flores
naturales que adornan el altar y los santos significan fiesta, alegría,
exultación piadosa. En tiempo de cuaresma, tiempo fuerte de penitencia y
austeridad, aunque se pueden poner algunas plantas, no debe haber, sin embargo,
flores en las iglesias, exceptuando el tercer domingo de cuaresma, domingo del
“Laetare”, y las solemnidades y fiestas que caen en cuaresma.
CAMPANILLA:
Para la atención
piadosa y unión de corazones de la asamblea participante. Se usa en el momento
de la consagración en la Santa Misa, para centrar la atención de los que
participan en la eucaristía.
CRUZ: Como
árbol de vida y victoria pascual, se adorará en los Oficios del Viernes Santo.
Además preside la Eucaristía y encabeza las procesiones.
LAS FIESTAS
DEL SEÑOR: NATIVIDAD
DEL SEÑOR: NATIVIDAD
Un ciclo importante
del año litúrgico se nuclea en torno a la festividad de la
Natividad del Señor, fiesta fija, que
celebramos el 25 de diciembre, Navidad.
del año litúrgico se nuclea en torno a la festividad de la
Natividad del Señor, fiesta fija, que
celebramos el 25 de diciembre, Navidad.
La Iglesia celebra el
Nacimiento desde el año 336, por disposición del papa san Julio I aunque en
realidad no se sabe con exactitud la fecha del Nacimiento (en cualquier caso
parece ser que fue unos años antes de los que normalmente consideramos) y ni
siquiera si fue o no en invierno. Los orígenes de esta celebración parecen
remontarse a tiempos muy lejanos, teniendo como lugar de inicio la gruta donde
nació Jesús. Sobre esa gruta construye Santa Elena la basílica de la Natividad,
allá por el año 326, colocando el altar encima mismo de la gruta. Se ha venido
afirmando que los cristianos de Roma habían fijado en el Siglo IV la fecha del
25 de diciembre para conmemorar la Natividad del Señor, eligiendo la fecha de la
fiesta civil romana del Sol invicto, fiesta muy popular entre los romanos y que
evocaba la victoria del sol sobre las tinieblas, divinidad que tenía su templo
romano en el Campo Marzo y que el emperador Adriano impuso.
Nacimiento desde el año 336, por disposición del papa san Julio I aunque en
realidad no se sabe con exactitud la fecha del Nacimiento (en cualquier caso
parece ser que fue unos años antes de los que normalmente consideramos) y ni
siquiera si fue o no en invierno. Los orígenes de esta celebración parecen
remontarse a tiempos muy lejanos, teniendo como lugar de inicio la gruta donde
nació Jesús. Sobre esa gruta construye Santa Elena la basílica de la Natividad,
allá por el año 326, colocando el altar encima mismo de la gruta. Se ha venido
afirmando que los cristianos de Roma habían fijado en el Siglo IV la fecha del
25 de diciembre para conmemorar la Natividad del Señor, eligiendo la fecha de la
fiesta civil romana del Sol invicto, fiesta muy popular entre los romanos y que
evocaba la victoria del sol sobre las tinieblas, divinidad que tenía su templo
romano en el Campo Marzo y que el emperador Adriano impuso.
El elegir esta fecha
(solsticio de invierno) tiene un simbolismo.
Al acabar el otoño el sol ha alcanzado su punto más bajo en el horizonte y
justamente al comenzar el invierno comienza de nuevo a levantarse, simbolizando
a Cristo, Sol naciente que con su luz alumbra a la Humanidad a la que ha venido
a salvar. Con la venida de la nueva luz y el nacimiento del Sol (fiesta pagana)
los creyentes celebramos a Cristo, luz que no se apaga jamás y Sol que ilumina a
todos los hombres. Se introduce y generaliza posteriormente la costumbre romana
de la Misa de medianoche (la tradicional Misa del Gallo), que se empezó
celebrando en la basílica romana de Santa María la Mayor (basílica romana
erigida como imitación de la de la Natividad en Belén).
(solsticio de invierno) tiene un simbolismo.
Al acabar el otoño el sol ha alcanzado su punto más bajo en el horizonte y
justamente al comenzar el invierno comienza de nuevo a levantarse, simbolizando
a Cristo, Sol naciente que con su luz alumbra a la Humanidad a la que ha venido
a salvar. Con la venida de la nueva luz y el nacimiento del Sol (fiesta pagana)
los creyentes celebramos a Cristo, luz que no se apaga jamás y Sol que ilumina a
todos los hombres. Se introduce y generaliza posteriormente la costumbre romana
de la Misa de medianoche (la tradicional Misa del Gallo), que se empezó
celebrando en la basílica romana de Santa María la Mayor (basílica romana
erigida como imitación de la de la Natividad en Belén).
La Navidad es una
celebración entrañable, a la que contribuyó decisivamente la figura de San
Francisco de Asís
cuando en el año 1223 hace representar con personajes la escena de Belén,
origen de los actuales belenes y nacimientos, tan arraigados en la religiosidad
popular y que las Parroquias y Cofradías montan con gran cariño en época
navideña. La cena navideña en familia, la asistencia a la Misa del Gallo y el
beso a la imagen del Niño Jesús son elementos muy entrañables y queridos por el
pueblo cristiano.
celebración entrañable, a la que contribuyó decisivamente la figura de San
Francisco de Asís
cuando en el año 1223 hace representar con personajes la escena de Belén,
origen de los actuales belenes y nacimientos, tan arraigados en la religiosidad
popular y que las Parroquias y Cofradías montan con gran cariño en época
navideña. La cena navideña en familia, la asistencia a la Misa del Gallo y el
beso a la imagen del Niño Jesús son elementos muy entrañables y queridos por el
pueblo cristiano.
Hoy en día, sin
embargo, se está dando justo el fenómeno contrario de lo que fue el origen de la
Navidad. Si los primitivos cristianos tuvieron la valentía de "cristianizar" una
fiesta pagana, (inculturación en términos antropológicos) hoy en día nuestra
sociedad secularizada está "paganizando" una fiesta religiosa, convirtiendo los
días navideños en época de consumo desenfrenado y vacación frívola, perdiendo el
sentido de celebración religiosa.
embargo, se está dando justo el fenómeno contrario de lo que fue el origen de la
Navidad. Si los primitivos cristianos tuvieron la valentía de "cristianizar" una
fiesta pagana, (inculturación en términos antropológicos) hoy en día nuestra
sociedad secularizada está "paganizando" una fiesta religiosa, convirtiendo los
días navideños en época de consumo desenfrenado y vacación frívola, perdiendo el
sentido de celebración religiosa.
LAS FIESTAS
DEL SEÑOR II
DEL SEÑOR II
Las
fiestas del Señor
admiten una
triple clasificación: fiestas que celebran
un misterio salvífico
(Pascua, Ascensión, Pentecostés, Navidad y Epifanía);
fiestas devocionales
como la del Sagrado Corazón de Jesús y
fiestas ideológicas
tales como el Corpus o Cristo Rey. Vamos a ver algunas de ellas:
fiestas del Señor
admiten una
triple clasificación: fiestas que celebran
un misterio salvífico
(Pascua, Ascensión, Pentecostés, Navidad y Epifanía);
fiestas devocionales
como la del Sagrado Corazón de Jesús y
fiestas ideológicas
tales como el Corpus o Cristo Rey. Vamos a ver algunas de ellas:
La
Presentación del Señor
(Candelaria):
Es actualmente una festividad cristífera y así la ha retomado últimamente la
liturgia, aunque su componente mariano (Purificación de la Virgen a los cuarenta
días del parto) ha tenido bastante peso y era considerada antes de la reforma
litúrgica como fiesta mariana. Es también una de las más antiguas celebrándose
en Jerusalén a fines del S. IV y en Occidente se celebra desde el S. VII
introducida por el papa Sergio I. La Purificación ya se celebraba en el rito
judío a los 40 días del parto, o sea, en la cuarentena. Ese día, para cumplir la
Ley Mosaica, los varones primogénitos debían ser ofrecidos a Dios y presentados
en el Templo. Jesús lo fue ante el anciano Simeón. La fecha cristiana es la del
2 de febrero
(40 días después de Navidad) y conjuntamente recordamos
la Presentación del Señor y la Purificación
de la Virgen (hay que entender esta purificación en lo referido a María
como un trámite puramente "legal" para cumplir con la ley mosaica). Es la fiesta
de la Candelaria, así llamada por la velas que se encienden ritualmente ese día
para indicar que "Cristo es la luz de las naciones".
Presentación del Señor
(Candelaria):
Es actualmente una festividad cristífera y así la ha retomado últimamente la
liturgia, aunque su componente mariano (Purificación de la Virgen a los cuarenta
días del parto) ha tenido bastante peso y era considerada antes de la reforma
litúrgica como fiesta mariana. Es también una de las más antiguas celebrándose
en Jerusalén a fines del S. IV y en Occidente se celebra desde el S. VII
introducida por el papa Sergio I. La Purificación ya se celebraba en el rito
judío a los 40 días del parto, o sea, en la cuarentena. Ese día, para cumplir la
Ley Mosaica, los varones primogénitos debían ser ofrecidos a Dios y presentados
en el Templo. Jesús lo fue ante el anciano Simeón. La fecha cristiana es la del
2 de febrero
(40 días después de Navidad) y conjuntamente recordamos
la Presentación del Señor y la Purificación
de la Virgen (hay que entender esta purificación en lo referido a María
como un trámite puramente "legal" para cumplir con la ley mosaica). Es la fiesta
de la Candelaria, así llamada por la velas que se encienden ritualmente ese día
para indicar que "Cristo es la luz de las naciones".
La
Anunciación del Señor:
El 25 de marzo
(nueve meses antes del parto, que será el 25 de diciembre) es hoy
solemnidad del Señor habiendo sido antes
fiesta de la Virgen, pero con una gran contenido mariano. La Iglesia ha
celebrado este misterio en Adviento, fijándolo posteriormente, por razones
cronológicas, nueve meses antes del Nacimiento y así se celebra ya desde fines
del S. VII. Actualmente la solemnidad se llama Anunciación del Señor. El
contenido de esta fiesta hace referencia al momento de la concepción divina de
Jesús en el seno de María.
Anunciación del Señor:
El 25 de marzo
(nueve meses antes del parto, que será el 25 de diciembre) es hoy
solemnidad del Señor habiendo sido antes
fiesta de la Virgen, pero con una gran contenido mariano. La Iglesia ha
celebrado este misterio en Adviento, fijándolo posteriormente, por razones
cronológicas, nueve meses antes del Nacimiento y así se celebra ya desde fines
del S. VII. Actualmente la solemnidad se llama Anunciación del Señor. El
contenido de esta fiesta hace referencia al momento de la concepción divina de
Jesús en el seno de María.
La
Santísima Trinidad:
Siete días
después de Pentecostés, o sea, el domingo posterior
a Pentecostés se celebra esta solemnidad (extendida por Juan XXII en 1334
a toda la Cristiandad). Es una solemnidad de tipo ideológico que pretende
llevarnos al umbral mismo del principal misterio de la teología.
Santísima Trinidad:
Siete días
después de Pentecostés, o sea, el domingo posterior
a Pentecostés se celebra esta solemnidad (extendida por Juan XXII en 1334
a toda la Cristiandad). Es una solemnidad de tipo ideológico que pretende
llevarnos al umbral mismo del principal misterio de la teología.
Corpus
Christi:
Al jueves siguiente, hasta hace poco, la Iglesia celebraba la Solemnidad del
Cuerpo y la Sangre de Cristo, ahora pasada
al domingo siguiente, fiesta de origen claramente medieval. Hay dos hechos que
influyeron en la creación de esta fiesta: las revelaciones de la beata Juliana
de Lieja y el milagro eucarístico acaecido en Bolsena (que resumido consiste en
la caída milagrosa de la Sagrada forma de gotas de sangre al dudar un sacerdote
de la presencia real de Cristo en la Eucaristía al oficiar misa junto al lago de
Bolsena) lo cual hizo aumentar mucho el fervor eucarístico que se produce a
partir del S. XII. El papa Urbano IV mediante la Bula “Transiturus” el 11 de
agosto de 1264 la extiende a toda la Iglesia centrándola en un culto popular.
Christi:
Al jueves siguiente, hasta hace poco, la Iglesia celebraba la Solemnidad del
Cuerpo y la Sangre de Cristo, ahora pasada
al domingo siguiente, fiesta de origen claramente medieval. Hay dos hechos que
influyeron en la creación de esta fiesta: las revelaciones de la beata Juliana
de Lieja y el milagro eucarístico acaecido en Bolsena (que resumido consiste en
la caída milagrosa de la Sagrada forma de gotas de sangre al dudar un sacerdote
de la presencia real de Cristo en la Eucaristía al oficiar misa junto al lago de
Bolsena) lo cual hizo aumentar mucho el fervor eucarístico que se produce a
partir del S. XII. El papa Urbano IV mediante la Bula “Transiturus” el 11 de
agosto de 1264 la extiende a toda la Iglesia centrándola en un culto popular.
Sagrado Corazón de Jesús:
El viernes posterior al domingo II después de
Pentecostés celebramos la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús,
fiesta de origen devocional y popular desde el S. XVII, extendida a toda
la iglesia en 1856 por Pío IX y dándole Pío XI la máxima categoría litúrgica en
1928. Los pilares de esta fiesta la ponen las monjas benedictinas Santa
Gertrudis y Santa Matilde al propagar la devoción a las llagas de Cristo en la
época medieval pero es Santa Margarita María de Alacoque la que da un impulso
definitivo a esta devoción con sus visiones del Sagrado Corazón de Jesús. Su
significado teológico tiene como telón de fondo la caridad y el amor de Cristo a
los hombres simbolizados en su corazón.
Cristo
Rey:
También la celebramos como solemnidad del Señor en el
último domingo del tiempo ordinario y como
conclusión del año litúrgico. Esta solemnidad la instituyó Pío XI en 1925
mediante la Encíclica “Quas primas” para afirmar en nuestra sociedad
secularizada la soberanía de Cristo y tuvo sus detractores entre círculos
liturgistas por considerarla superflua ya que a Cristo se le honra como rey del
Universo a lo largo de todo el año litúrgico.
Rey:
También la celebramos como solemnidad del Señor en el
último domingo del tiempo ordinario y como
conclusión del año litúrgico. Esta solemnidad la instituyó Pío XI en 1925
mediante la Encíclica “Quas primas” para afirmar en nuestra sociedad
secularizada la soberanía de Cristo y tuvo sus detractores entre círculos
liturgistas por considerarla superflua ya que a Cristo se le honra como rey del
Universo a lo largo de todo el año litúrgico.
LAS FIESTAS
DEL SEÑOR III
DEL SEÑOR III
Dos fiestas tienen
relación con la
Cruz de Cristo.
relación con la
Cruz de Cristo.
La
Invención de la Cruz:
Se celebraba
el 3 de mayo, y recuerda el hallazgo de la
Santa Cruz por la madre del emperador Constantino, Santa Elena, en Jerusalén
allá por el año 326. De dicha Cruz se llevó la mitad a Roma y dejó la otra mitad
en Jerusalén. Esta fiesta fue suprimida por Juan XXIII en la reforma litúrgica,
aunque algunas Cofradías la siguen celebrando, por tradición. La palabra
invención hay que tomarla aquí en su sentido etimológico más estricto (del latín
inventare=encontrar).
Invención de la Cruz:
Se celebraba
el 3 de mayo, y recuerda el hallazgo de la
Santa Cruz por la madre del emperador Constantino, Santa Elena, en Jerusalén
allá por el año 326. De dicha Cruz se llevó la mitad a Roma y dejó la otra mitad
en Jerusalén. Esta fiesta fue suprimida por Juan XXIII en la reforma litúrgica,
aunque algunas Cofradías la siguen celebrando, por tradición. La palabra
invención hay que tomarla aquí en su sentido etimológico más estricto (del latín
inventare=encontrar).
La
Exaltación de la Cruz:
La celebramos
el 14 de septiembre, y nos recuerda el día
en que el emperador Heraclio trasladó la Cruz a Jerusalén tras haberla
recuperado del poder de los persas que la tenían en su poder, derrotando al rey
Cosroes II en el año 630. Al suprimirse la fiesta de la Invención es actualmente
la única fiesta dedicada a la veneración de la Cruz.
Exaltación de la Cruz:
La celebramos
el 14 de septiembre, y nos recuerda el día
en que el emperador Heraclio trasladó la Cruz a Jerusalén tras haberla
recuperado del poder de los persas que la tenían en su poder, derrotando al rey
Cosroes II en el año 630. Al suprimirse la fiesta de la Invención es actualmente
la única fiesta dedicada a la veneración de la Cruz.
Otra fiesta es la de
la
Transfiguración del Señor. Fue el Papa valenciano Calixto III quien
la extiende a toda la Iglesia en 1457 como acción de gracias por la victoria
contra los turcos en Belgrado del año anterior, Se celebra cuarenta días antes
de la fiesta de la Exaltación de la Cruz, el 6 de
agosto, día en que la noticia de la victoria llegó a Roma.
la
Transfiguración del Señor. Fue el Papa valenciano Calixto III quien
la extiende a toda la Iglesia en 1457 como acción de gracias por la victoria
contra los turcos en Belgrado del año anterior, Se celebra cuarenta días antes
de la fiesta de la Exaltación de la Cruz, el 6 de
agosto, día en que la noticia de la victoria llegó a Roma.
La fiesta de la
Dedicación de la basílica de Letrán,
el 9 de noviembre. Ésa es la basílica
considerada “Madre y Cabeza de todas las iglesias de la ciudad y del mundo” tal
como reza en su fachada. En ella se celebraron cinco Concilios ecuménicos y
tiene su sentido en la sacramentalidad de la Iglesia.
Dedicación de la basílica de Letrán,
el 9 de noviembre. Ésa es la basílica
considerada “Madre y Cabeza de todas las iglesias de la ciudad y del mundo” tal
como reza en su fachada. En ella se celebraron cinco Concilios ecuménicos y
tiene su sentido en la sacramentalidad de la Iglesia.
En España se celebra
la fiesta de
Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote.
Tiene su origen en la Congregación de Oblatas de Cristo Sacerdote, que
solicitan a Pío XII celebrarla como fiesta patronal y se extiende a toda España
en 1973. Se celebra el jueves posterior al domingo
pentecostal.
la fiesta de
Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote.
Tiene su origen en la Congregación de Oblatas de Cristo Sacerdote, que
solicitan a Pío XII celebrarla como fiesta patronal y se extiende a toda España
en 1973. Se celebra el jueves posterior al domingo
pentecostal.
Fiestas suprimidas
han sido la del
Dulce Nombre de Jesús,
hoy celebrada como memoria libre el 3 de
enero y la de su Preciosísima Sangre,
antes el 1 de julio.
han sido la del
Dulce Nombre de Jesús,
hoy celebrada como memoria libre el 3 de
enero y la de su Preciosísima Sangre,
antes el 1 de julio.
La presencia de María en la litÚrgia
La presencia actual de
María en la liturgia católica ha quedado
claramente definida fundamentalmente por dos documentos: por un lado la
Constitución promulgada por el Vaticano II sobre la Iglesia denominada “Lumen
Gentium” fechada el 21 de noviembre de 1964 que dedica su capítulo VIII a la
Santísima Virgen María , Madre de Dios, en el Misterio de Cristo y de la Iglesia
y por otro lado la Exhortación Apostólica "Marialis Cultus" para la recta
ordenación y desarrollo del culto a la Santísima Virgen , dada por el papa Pablo
VI en Roma el 2 de febrero de 1974.
María en la liturgia católica ha quedado
claramente definida fundamentalmente por dos documentos: por un lado la
Constitución promulgada por el Vaticano II sobre la Iglesia denominada “Lumen
Gentium” fechada el 21 de noviembre de 1964 que dedica su capítulo VIII a la
Santísima Virgen María , Madre de Dios, en el Misterio de Cristo y de la Iglesia
y por otro lado la Exhortación Apostólica "Marialis Cultus" para la recta
ordenación y desarrollo del culto a la Santísima Virgen , dada por el papa Pablo
VI en Roma el 2 de febrero de 1974.
El papa Juan Pablo II también ha
contribuido a enriquecer el culto mariano con su Encíclica "Redemptoris Mater"
de fecha 25 de marzo de 1987 y con las misas de la Virgen María que en número de
46 han completado esta presencia de María en la liturgia católica dejando el
culto a la Virgen claramente establecido y en su justo lugar. Estas misas están
especialmente dirigidas para la memoria sabatina y para los santuarios marianos
de la Cristiandad. La presencia del culto a la Virgen en la Iglesia católica se
deja ver:
contribuido a enriquecer el culto mariano con su Encíclica "Redemptoris Mater"
de fecha 25 de marzo de 1987 y con las misas de la Virgen María que en número de
46 han completado esta presencia de María en la liturgia católica dejando el
culto a la Virgen claramente establecido y en su justo lugar. Estas misas están
especialmente dirigidas para la memoria sabatina y para los santuarios marianos
de la Cristiandad. La presencia del culto a la Virgen en la Iglesia católica se
deja ver:
En el
AÑO LITÚRGICO:
La Virgen no tiene ni puede tener un ciclo propio dentro del año cristiano. La
SC, documento para la reforma de la Sagrada Liturgia del Vaticano II nos dice en
el apartado 103: "En la celebración de este círculo anual de los misterios de
Cristo, la santa Iglesia venera con amor especial a la BIENAVENTURADA MADRE DE
DIOS, la Virgen María , unida con lazo indisoluble a la obra salvífica de su
Hijo; en ella, la Iglesia admira y ensalza el fruto más espléndido de la
redención y contempla, como en la más purísima imagen, lo que ella misma, toda
entera, ansía y espera ser".
AÑO LITÚRGICO:
La Virgen no tiene ni puede tener un ciclo propio dentro del año cristiano. La
SC, documento para la reforma de la Sagrada Liturgia del Vaticano II nos dice en
el apartado 103: "En la celebración de este círculo anual de los misterios de
Cristo, la santa Iglesia venera con amor especial a la BIENAVENTURADA MADRE DE
DIOS, la Virgen María , unida con lazo indisoluble a la obra salvífica de su
Hijo; en ella, la Iglesia admira y ensalza el fruto más espléndido de la
redención y contempla, como en la más purísima imagen, lo que ella misma, toda
entera, ansía y espera ser".
No obstante lo dicho hay un tiempo
litúrgico en el cual la presencia de María es muy clara: en Adviento y Navidad.
El Adviento es un tiempo especialmente
mariano: se celebra la Solemnidad de la Inmaculada
el 8 de diciembre y ya en tiempos de Navidad
la Solemnidad de la María, Madre de Dios el
1 de enero. La última semana del Adviento,
en las ferias del diecisiete al veinticuatro de diciembre es toda una eclosión
de María que se refleja en las lecturas y un momento especialmente apto para
celebrar el culto a la Madre de Dios. La Cuaresma
y el tiempo pascual tienen en la liturgia
actual escaso color mariano. Sin embargo, en Semana Santa la presencia de la
Virgen al pie de la cruz se hace patente (he ahí a tu hijo... he ahí a tu
madre), así como en Pentecostés cuando los
Apóstoles, presididos por la Virgen, reciben el Espíritu Santo.
litúrgico en el cual la presencia de María es muy clara: en Adviento y Navidad.
El Adviento es un tiempo especialmente
mariano: se celebra la Solemnidad de la Inmaculada
el 8 de diciembre y ya en tiempos de Navidad
la Solemnidad de la María, Madre de Dios el
1 de enero. La última semana del Adviento,
en las ferias del diecisiete al veinticuatro de diciembre es toda una eclosión
de María que se refleja en las lecturas y un momento especialmente apto para
celebrar el culto a la Madre de Dios. La Cuaresma
y el tiempo pascual tienen en la liturgia
actual escaso color mariano. Sin embargo, en Semana Santa la presencia de la
Virgen al pie de la cruz se hace patente (he ahí a tu hijo... he ahí a tu
madre), así como en Pentecostés cuando los
Apóstoles, presididos por la Virgen, reciben el Espíritu Santo.
CADA DÍA:
Se la recuerda durante la misa en la Plegaria Eucarística, que es el centro de
la celebración, en algunos de los numerosos prefacios marianos establecidos para
las fiestas de la Virgen, en las intercesiones cuando la Iglesia hace memoria de
los Santos y en el embolismo tras el Padre Nuestro (si se dice “Líbranos, Señor,
de todos los males...y por la intercesión de la gloriosa siempre Virgen
Maria...). También se la recuerda en el Credo cuando lo hay ("y nació de santa
María Virgen") y en el acto penitencial (si se escoge la fórmula del Yo confieso
en la frase "por eso ruego a santa María, siempre Virgen").
La Liturgia
de las Horas también recuerda diariamente a la Madre de Dios, concluyendo
el Oficio de Completas, último del día, siempre con una antífona mariana de las
que existen cinco formularios: Salve Regina; Sub tuum praesidium (Bajo tu amparo
nos acogemos); Alma Redemptoris Mater (Madre del Redentor) en Adviento y
Navidad; Regina caeli, laetare, alleluia (Reina del cielo, alégrate) en tiempo
pascual y Ave Regina caelorum (Salve, Reina de los Cielos) en Cuaresma. Un lugar
ciertamente privilegiado en esta Liturgia de las Horas concluir cada día con el
recuerdo a María.
de las Horas también recuerda diariamente a la Madre de Dios, concluyendo
el Oficio de Completas, último del día, siempre con una antífona mariana de las
que existen cinco formularios: Salve Regina; Sub tuum praesidium (Bajo tu amparo
nos acogemos); Alma Redemptoris Mater (Madre del Redentor) en Adviento y
Navidad; Regina caeli, laetare, alleluia (Reina del cielo, alégrate) en tiempo
pascual y Ave Regina caelorum (Salve, Reina de los Cielos) en Cuaresma. Un lugar
ciertamente privilegiado en esta Liturgia de las Horas concluir cada día con el
recuerdo a María.
CADA SEMANA:
En la memoria libre de Santa
María en Sábado, día en el cual se pueden
decir una de las misas de santa María Virgen. Desde la Edad Media se ha
considerado el sábado como día dedicado a la Virgen. El fundamento de tal
elección hay que buscarlo en la tradición, que considera que el sábado, día en
que Jesús permanece muerto, es el día en que la Fe y la Esperanza de la Iglesia
estuvieron puestas en María como presidenta del Colegio Apostólico. Tiene este
día sus propias misas votivas.
Tradicionalmente el pueblo cristiano ha
tenido en el mes de mayo un recuerdo
especialmente ligado a la memoria de María, nacido de elementos de la piedad
popular. Al coincidir con el tiempo pascual hay que saber conjugar la presencia
de María con la Cristo, ya que María es en definitiva el fruto más espléndido de
la Pascua que nos trae Jesús.
tenido en el mes de mayo un recuerdo
especialmente ligado a la memoria de María, nacido de elementos de la piedad
popular. Al coincidir con el tiempo pascual hay que saber conjugar la presencia
de María con la Cristo, ya que María es en definitiva el fruto más espléndido de
la Pascua que nos trae Jesús.
Pero a la Virgen se la recuerda muy
especialmente en sus celebraciones propias que son:
especialmente en sus celebraciones propias que son:
v
Tres
Solemnidades: María Madre de
Dios, Inmaculada Concepción y Asunción
Tres
Solemnidades: María Madre de
Dios, Inmaculada Concepción y Asunción
v
Dos
Fiestas: Natividad y
Visitación
Dos
Fiestas: Natividad y
Visitación
v
Ocho
Memorias: Nuestra Señora de
los Dolores, Nuestra Señora del Rosario, santa María Virgen Reina y la
Presentación de Nuestra Señora como memorias obligatorias y Nuestra Señora de
Lourdes, el Inmaculado Corazón de María, Nuestra Señora del Carmen y Nuestra
Señora de la Merced como memorias libres. Como creencias marianas la Iglesia ha
proclamado cuatro dogmas que hacen referencia a María como siempre Virgen
(antes, durante y después del parto), a María como Madre de Dios, a su
Inmaculada Concepción y a su gloriosa Asunción a los cielos en cuerpo y alma.
Ocho
Memorias: Nuestra Señora de
los Dolores, Nuestra Señora del Rosario, santa María Virgen Reina y la
Presentación de Nuestra Señora como memorias obligatorias y Nuestra Señora de
Lourdes, el Inmaculado Corazón de María, Nuestra Señora del Carmen y Nuestra
Señora de la Merced como memorias libres. Como creencias marianas la Iglesia ha
proclamado cuatro dogmas que hacen referencia a María como siempre Virgen
(antes, durante y después del parto), a María como Madre de Dios, a su
Inmaculada Concepción y a su gloriosa Asunción a los cielos en cuerpo y alma.
A estas festividades habrá que sumarles
las propias de cada nación, pueblo o comunidad religiosa. El color litúrgico
propio de las fiestas marianas es el blanco
y por especial privilegio de la Santa Sede, en España e Hispanoamérica puede
usarse el azul en la Inmaculada y en
la fiesta de la Medalla Milagrosa, así como la Orden franciscana. El color
dorado también puede emplearse en
grandes solemnidades para resaltar la importancia del día.
las propias de cada nación, pueblo o comunidad religiosa. El color litúrgico
propio de las fiestas marianas es el blanco
y por especial privilegio de la Santa Sede, en España e Hispanoamérica puede
usarse el azul en la Inmaculada y en
la fiesta de la Medalla Milagrosa, así como la Orden franciscana. El color
dorado también puede emplearse en
grandes solemnidades para resaltar la importancia del día.
En lo que respecta a los signos de
reverencia que se tributan a la Virgen habría que decir que la incensación a las
imágenes marianas consiste en dos golpes dobles de
incensario. La inclinación de cabeza (reverencia simple) es lo más
apropiado ante sus imágenes. Recordamos que la genuflexión está reservada a
Jesús sacramentado y a la adoración de la Cruz el Viernes Santo.
reverencia que se tributan a la Virgen habría que decir que la incensación a las
imágenes marianas consiste en dos golpes dobles de
incensario. La inclinación de cabeza (reverencia simple) es lo más
apropiado ante sus imágenes. Recordamos que la genuflexión está reservada a
Jesús sacramentado y a la adoración de la Cruz el Viernes Santo.
En cualquier caso es fundamental siempre
tener en cuenta que el único culto que la Iglesia tributa a Dios es el culto
cristiano queriéndose decir con esto que el culto a la Virgen y el debido a los
Santos está siempre supeditado y en subordinación al culto que se tributa a
Cristo que es su punto necesario e imprescindible de referencia. Sin el culto a
Cristo lo demás no tiene sentido. Los cristianos adoramos a un solo Dios, un
solo Señor y reconocemos un solo bautismo.
tener en cuenta que el único culto que la Iglesia tributa a Dios es el culto
cristiano queriéndose decir con esto que el culto a la Virgen y el debido a los
Santos está siempre supeditado y en subordinación al culto que se tributa a
Cristo que es su punto necesario e imprescindible de referencia. Sin el culto a
Cristo lo demás no tiene sentido. Los cristianos adoramos a un solo Dios, un
solo Señor y reconocemos un solo bautismo.
EL CULTO A LA
VIRGEN: SOLEMNIDADES
VIRGEN: SOLEMNIDADES
Las solemnidades de
la Virgen son tres: La primera de ellas
cronológicamente hablando se produce a raíz de la proclamación del dogma de la
maternidad divina de María en el Concilio de Éfeso del año 431 siendo a partir
de entonces cuando el culto a la Virgen se desarrolla de manera clara.
Cronológicamente aparece después el dogma de la Inmaculada Concepción de María
en el S XIX y a mediados del S. XX se proclama el dogma de la Asunción de la
Virgen María a los cielos en cuerpo y alma.
la Virgen son tres: La primera de ellas
cronológicamente hablando se produce a raíz de la proclamación del dogma de la
maternidad divina de María en el Concilio de Éfeso del año 431 siendo a partir
de entonces cuando el culto a la Virgen se desarrolla de manera clara.
Cronológicamente aparece después el dogma de la Inmaculada Concepción de María
en el S XIX y a mediados del S. XX se proclama el dogma de la Asunción de la
Virgen María a los cielos en cuerpo y alma.
La
Solemnidad de María, Madre de Dios:
(antes fiesta
de la Circuncisión) Es dogma de fe desde que el Concilio de Éfeso en 431 así lo
proclamara. Esta fiesta está destinada a "celebrar la parte que tuvo María en
el misterio de la salvación y a exaltar la singular dignidad de que goza la
santa Madre de Dios, por la que merecimos recibir al autor de la vida" (MC
5). Ese día se celebra también la "Jornada mundial
por la Paz", instituida por Pablo VI. La solemnidad de María, Madre de
Dios se celebra el 1 de enero. Ocho días
después del nacimiento de un niño los judíos practicaban el rito de la
Circuncisión, signo visible de la pertenencia al pueblo escogido y de la Alianza
con Yahvé, fiesta que la Iglesia recordaba en la octava de Navidad, primer día
del año conjuntamente con la solemnidad de la Maternidad de María como Madre de
Dios. Fue el Concilio de Éfeso el que proclama a María no sólo como Madre de
Cristo sino como Madre de Dios gracias entre otros a San Cirilo que defendió el
dogma en contra de la opinión de Nestorio. Así, María no es solo Madre de Cristo
sino Theotokos, o sea, Madre de Dios. Este título de la Virgen como Madre de
Dios fue el primero que la Iglesia reconoció, siendo el último otro que también
hace referencia a su aspecto de Madre, el de Madre de la Iglesia.
Solemnidad de María, Madre de Dios:
(antes fiesta
de la Circuncisión) Es dogma de fe desde que el Concilio de Éfeso en 431 así lo
proclamara. Esta fiesta está destinada a "celebrar la parte que tuvo María en
el misterio de la salvación y a exaltar la singular dignidad de que goza la
santa Madre de Dios, por la que merecimos recibir al autor de la vida" (MC
5). Ese día se celebra también la "Jornada mundial
por la Paz", instituida por Pablo VI. La solemnidad de María, Madre de
Dios se celebra el 1 de enero. Ocho días
después del nacimiento de un niño los judíos practicaban el rito de la
Circuncisión, signo visible de la pertenencia al pueblo escogido y de la Alianza
con Yahvé, fiesta que la Iglesia recordaba en la octava de Navidad, primer día
del año conjuntamente con la solemnidad de la Maternidad de María como Madre de
Dios. Fue el Concilio de Éfeso el que proclama a María no sólo como Madre de
Cristo sino como Madre de Dios gracias entre otros a San Cirilo que defendió el
dogma en contra de la opinión de Nestorio. Así, María no es solo Madre de Cristo
sino Theotokos, o sea, Madre de Dios. Este título de la Virgen como Madre de
Dios fue el primero que la Iglesia reconoció, siendo el último otro que también
hace referencia a su aspecto de Madre, el de Madre de la Iglesia.
Otra Solemnidad de la
Virgen es La
Inmaculada Concepción
8 de diciembre, creencia piadosa defendida
desde el S. XVI y declarado dogma por Pío IX el 8 de diciembre de 1854 por la
Bula Ineffabilis Deus. El papa Sixto IV introduce esta fiesta en el calendario
romano en 1476. En el Misal de san Pío V figuraba sólo como memoria y no será
hasta Pío IX en 1854 cuando se proclame como Dogma.
Virgen es La
Inmaculada Concepción
8 de diciembre, creencia piadosa defendida
desde el S. XVI y declarado dogma por Pío IX el 8 de diciembre de 1854 por la
Bula Ineffabilis Deus. El papa Sixto IV introduce esta fiesta en el calendario
romano en 1476. En el Misal de san Pío V figuraba sólo como memoria y no será
hasta Pío IX en 1854 cuando se proclame como Dogma.
La Pureza de María
era especialmente defendida por los franciscanos, siguiendo las enseñanzas de
Duns Scotto, y era combatida por los dominicos que seguían la enseñanza de Santo
Tomás en el sentido de que sólo Cristo había estado libre del pecado original y
que la Virgen fue purificada en el momento de su Concepción. Si Cristo redimió a
todos los hombres (redención universal) también redimió a María y si Ella no
tuvo pecado original entonces ¿cómo pudo ser redimida? Este razonamiento tomista
implicaba que para que la redención fuese universal debía abarcar a toda la
Humanidad incluyendo a la Virgen y para que Ella fuera redimida debía haber
tenido al menos el llamado “pecado original” que todos los humanos por el hecho
se serlo traemos al mundo. El dogma hay que entenderlo como un privilegio
especial concedido a su Madre: Cristo impidió que tuviese pecado pero ese hecho
la Virgen se lo debe a Él luego Ella fue también redimida, aunque de otra forma
que el resto de los mortales.
era especialmente defendida por los franciscanos, siguiendo las enseñanzas de
Duns Scotto, y era combatida por los dominicos que seguían la enseñanza de Santo
Tomás en el sentido de que sólo Cristo había estado libre del pecado original y
que la Virgen fue purificada en el momento de su Concepción. Si Cristo redimió a
todos los hombres (redención universal) también redimió a María y si Ella no
tuvo pecado original entonces ¿cómo pudo ser redimida? Este razonamiento tomista
implicaba que para que la redención fuese universal debía abarcar a toda la
Humanidad incluyendo a la Virgen y para que Ella fuera redimida debía haber
tenido al menos el llamado “pecado original” que todos los humanos por el hecho
se serlo traemos al mundo. El dogma hay que entenderlo como un privilegio
especial concedido a su Madre: Cristo impidió que tuviese pecado pero ese hecho
la Virgen se lo debe a Él luego Ella fue también redimida, aunque de otra forma
que el resto de los mortales.
La
Asunción de la Virgen:
15 de
agosto. Fue
declarada dogma de fe el 1 de noviembre de 1950 por Pío XII, con estas palabras:
"Proclamamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que la
Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida
terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial" (Constitución
Apostólica Munificentissimus Deus). El sentido de esta fiesta es que "María
asunta al cielo personifica el estado de gloria que tiene todos los que, como
Ella, murieron en Cristo".
Asunción de la Virgen:
15 de
agosto. Fue
declarada dogma de fe el 1 de noviembre de 1950 por Pío XII, con estas palabras:
"Proclamamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que la
Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida
terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial" (Constitución
Apostólica Munificentissimus Deus). El sentido de esta fiesta es que "María
asunta al cielo personifica el estado de gloria que tiene todos los que, como
Ella, murieron en Cristo".
La MC dice al
respecto: "En la solemnidad del 15 de agosto celebramos la gloriosa Asunción
de María al cielo: fiesta en la que recordamos su destino de plenitud y
bienaventuranza, la glorificación de su alma inmaculada y de su cuerpo virginal,
su perfecta configuración con Cristo resucitado. Fiesta que propone a la Iglesia
y a la Humanidad la imagen y la consoladora garantía del cumplimiento de la
esperanza final. Pues dicha glorificación plena es el gozoso destino de todos
aquellos a quines Cristo ha hecho hermanos, teniendo en común con ellos la carne
y la sangre" (MC 6).
respecto: "En la solemnidad del 15 de agosto celebramos la gloriosa Asunción
de María al cielo: fiesta en la que recordamos su destino de plenitud y
bienaventuranza, la glorificación de su alma inmaculada y de su cuerpo virginal,
su perfecta configuración con Cristo resucitado. Fiesta que propone a la Iglesia
y a la Humanidad la imagen y la consoladora garantía del cumplimiento de la
esperanza final. Pues dicha glorificación plena es el gozoso destino de todos
aquellos a quines Cristo ha hecho hermanos, teniendo en común con ellos la carne
y la sangre" (MC 6).
Esta creencia ya se
venía aceptando desde el S. VI, muy relacionada con la fiesta de la Dormición
celebrada desde muy antiguo en las iglesias orientales. Desde el S. VI se
celebraba una fiesta en Jerusalén que pasa a Occidente con el nombre de la
Dormición de Santa María.
venía aceptando desde el S. VI, muy relacionada con la fiesta de la Dormición
celebrada desde muy antiguo en las iglesias orientales. Desde el S. VI se
celebraba una fiesta en Jerusalén que pasa a Occidente con el nombre de la
Dormición de Santa María.
EL CULTO A LA VIRGEN: mEMORIAS
Como Memorias de la
Virgen (obligatorias o libres) celebramos las siguientes:
Virgen (obligatorias o libres) celebramos las siguientes:
Como
Memorias obligatorias
se celebran:
Memorias obligatorias
se celebran:
v
Santa
María Virgen, Reina:
El día
22 de Agosto se celebra la memoria
obligatoria de Santa María Virgen, Reina. Es la prolongación jubilosa de la
Solemnidad de la Asunción, ocho días después. Es una memoria instituida por el
papa Pío XII en 1954 para realzar la realeza de la Virgen, que no se contradice
con su condición de sierva pues fue "el que se humilla será ensalzado". El
emplear la Iglesia estos términos de realeza y rey para Cristo hacen que estos
términos cobren un nuevo sentido. "La solemnidad de la Asunción se prolonga
jubilosamente en la celebración de la fiesta de la Realeza de María, que tiene
lugar ocho días después y en la se contempla a aquella que, sentada junto al Rey
de los siglos, resplandece como Reina e intercede como Madre" (MC 6).
Santa
María Virgen, Reina:
El día
22 de Agosto se celebra la memoria
obligatoria de Santa María Virgen, Reina. Es la prolongación jubilosa de la
Solemnidad de la Asunción, ocho días después. Es una memoria instituida por el
papa Pío XII en 1954 para realzar la realeza de la Virgen, que no se contradice
con su condición de sierva pues fue "el que se humilla será ensalzado". El
emplear la Iglesia estos términos de realeza y rey para Cristo hacen que estos
términos cobren un nuevo sentido. "La solemnidad de la Asunción se prolonga
jubilosamente en la celebración de la fiesta de la Realeza de María, que tiene
lugar ocho días después y en la se contempla a aquella que, sentada junto al Rey
de los siglos, resplandece como Reina e intercede como Madre" (MC 6).
v
Los
Dolores de la Virgen:
El
15 de septiembre tiene su origen en el
apostolado de la orden Servita y fue extendida a toda la iglesia por Pío VII en
1814. Los Siete Dolores de la Virgen,
simbolizados en un corazón con siete puñales, son: los padecimientos de Cristo
ante la Cruz, la Crucifixión, la muerte en la Cruz, la Lanzada, el
Descendimiento, la Piedad y el Entierro. Fue introducida en el calendario
universal por el papa Pío VII en el S. XIX siendo Pío X quien la sitúa en el 15
de septiembre. Es una memoria de origen devocional que remonta a la Edad Media.
Tiene un gran contenido teológico: recuerda la presencia de María al pie de la
Cruz. Al celebrarse al día siguiente de la Exaltación de la Cruz “es una ocasión
propicia para revivir el momento decisivo de la historia de la salvación y para
venerar junto al Hijo exaltado en la Cruz a la madre que comparte su dolor” (MC
7).
Los
Dolores de la Virgen:
El
15 de septiembre tiene su origen en el
apostolado de la orden Servita y fue extendida a toda la iglesia por Pío VII en
1814. Los Siete Dolores de la Virgen,
simbolizados en un corazón con siete puñales, son: los padecimientos de Cristo
ante la Cruz, la Crucifixión, la muerte en la Cruz, la Lanzada, el
Descendimiento, la Piedad y el Entierro. Fue introducida en el calendario
universal por el papa Pío VII en el S. XIX siendo Pío X quien la sitúa en el 15
de septiembre. Es una memoria de origen devocional que remonta a la Edad Media.
Tiene un gran contenido teológico: recuerda la presencia de María al pie de la
Cruz. Al celebrarse al día siguiente de la Exaltación de la Cruz “es una ocasión
propicia para revivir el momento decisivo de la historia de la salvación y para
venerar junto al Hijo exaltado en la Cruz a la madre que comparte su dolor” (MC
7).
v
Nuestra Señora del Rosario:
Celebrada el
7 de octubre, fue instituida por Pío V tras
la victoria de Lepanto sobre los turcos en 1571 y entra en el calendario
universal en el S. XVIII. El contenido de la memoria no es la devoción al
Rosario sino la Virgen María, presente en el camino de Cristo y en el nuestro.
Nuestra Señora del Rosario:
Celebrada el
7 de octubre, fue instituida por Pío V tras
la victoria de Lepanto sobre los turcos en 1571 y entra en el calendario
universal en el S. XVIII. El contenido de la memoria no es la devoción al
Rosario sino la Virgen María, presente en el camino de Cristo y en el nuestro.
v
La
Presentación de la Virgen:
El
21 de noviembre. Sixto V la extendió a toda
la Iglesia en el año 1585. El contenido de la fiesta es la memoria del gozo de
la hija de Sion que se consagra totalmente al Señor y hace relación a la
“dedicación” que la Virgen hizo de sí misma a Dios teniendo su origen en la
dedicación del templo de Santa María la Nueva en Jerusalén. Esta memoria no
tiene su base en relatos evangélicos.
La
Presentación de la Virgen:
El
21 de noviembre. Sixto V la extendió a toda
la Iglesia en el año 1585. El contenido de la fiesta es la memoria del gozo de
la hija de Sion que se consagra totalmente al Señor y hace relación a la
“dedicación” que la Virgen hizo de sí misma a Dios teniendo su origen en la
dedicación del templo de Santa María la Nueva en Jerusalén. Esta memoria no
tiene su base en relatos evangélicos.
Como
Memorias libres
celebramos otras cuatro:
Memorias libres
celebramos otras cuatro:
v
El
Inmaculado Corazón de María:
sábado después del II domingo después de Pentecostés y que se celebra al día
siguiente al Sagrado Corazón de Jesús.
Instituida por Pío XII en 1944 como réplica al Sagrado Corazón de Jesús. Su
devoción de remonta al S. XVII y su sentido es evangélico ya que "La Madre
medita las palabras y los hechos del hijo en su propio corazón" (Lc 2,
19.51)
El
Inmaculado Corazón de María:
sábado después del II domingo después de Pentecostés y que se celebra al día
siguiente al Sagrado Corazón de Jesús.
Instituida por Pío XII en 1944 como réplica al Sagrado Corazón de Jesús. Su
devoción de remonta al S. XVII y su sentido es evangélico ya que "La Madre
medita las palabras y los hechos del hijo en su propio corazón" (Lc 2,
19.51)
v
Nuestra Señora de Lourdes:
11 de
febrero,
instituida por Pío X en 1907 para recordar las apariciones de la Virgen
producidas cuatro años después de la proclamación del dogma de la Inmaculada, en
1858, a una humilde muchachita francesa llamada Bernardita. Desde entonces
Lourdes se ha convertido en lugar de peregrinación y de curaciones milagrosas y
en santuario mariano muy importante. Su memoria ofrece la posibilidad de la
contemplación de María como fuente de agua viva y medicina de los enfermos.
Nuestra Señora de Lourdes:
11 de
febrero,
instituida por Pío X en 1907 para recordar las apariciones de la Virgen
producidas cuatro años después de la proclamación del dogma de la Inmaculada, en
1858, a una humilde muchachita francesa llamada Bernardita. Desde entonces
Lourdes se ha convertido en lugar de peregrinación y de curaciones milagrosas y
en santuario mariano muy importante. Su memoria ofrece la posibilidad de la
contemplación de María como fuente de agua viva y medicina de los enfermos.
v
Nuestra Señora del Carmen:
16 de
julio,
extendida por el papa Benedicto XIII a toda la iglesia universal. Es un recuerdo
a esta advocación en la vertiente contemplativa, como invitación a interiorizar
en la oración y en la meditación la fe en Cristo. "María escuchaba la palabra
de Dios y la cumplía, meditándola en su corazón" tal como dice la antífona
del Magníficat. Recuerda el nacimiento de una Orden religiosa profundamente
mariana que la considera madre y hermana.
Nuestra Señora del Carmen:
16 de
julio,
extendida por el papa Benedicto XIII a toda la iglesia universal. Es un recuerdo
a esta advocación en la vertiente contemplativa, como invitación a interiorizar
en la oración y en la meditación la fe en Cristo. "María escuchaba la palabra
de Dios y la cumplía, meditándola en su corazón" tal como dice la antífona
del Magníficat. Recuerda el nacimiento de una Orden religiosa profundamente
mariana que la considera madre y hermana.
v
La
Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor:
5 de
agosto, hace
referencia a la iglesia construida en Roma en honor de la Virgen María, Santa
María la Mayor o la Blanca, como réplica romana a la basílica de la Natividad de
Belén. Su historia hace referencia al sueño del patricio Juan al cual el 5 de
agosto del año 352 y siendo papa Liberio, se le apareció la Virgen para pedirle
que construyese una iglesia en su honor en la colina que hubiese nieve.
Comunicado el sueño al Papa se dirigen al monte Esquilino donde no sólo había
nieve sino que estaba dibujada en el suelo la planta de la iglesia.
Históricamente hablando fue el papa Sixto III en el año 433 quien construye la
iglesia y la ofrece al pueblo de Dios embellecida por bellos mosaicos. Esta
memoria evoca los grandes temas de María como templo de Dios y nueva Jerusalén.
La
Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor:
5 de
agosto, hace
referencia a la iglesia construida en Roma en honor de la Virgen María, Santa
María la Mayor o la Blanca, como réplica romana a la basílica de la Natividad de
Belén. Su historia hace referencia al sueño del patricio Juan al cual el 5 de
agosto del año 352 y siendo papa Liberio, se le apareció la Virgen para pedirle
que construyese una iglesia en su honor en la colina que hubiese nieve.
Comunicado el sueño al Papa se dirigen al monte Esquilino donde no sólo había
nieve sino que estaba dibujada en el suelo la planta de la iglesia.
Históricamente hablando fue el papa Sixto III en el año 433 quien construye la
iglesia y la ofrece al pueblo de Dios embellecida por bellos mosaicos. Esta
memoria evoca los grandes temas de María como templo de Dios y nueva Jerusalén.
Para terminar no hay
que olvidar que el Calendario Romano general no recoge todas las celebraciones
marianas correspondiendo a los calendarios particulares con fidelidad a las
normas litúrgicas recoger las fiestas marianas propias de las distintas iglesias
locales y diócesis sumadas a las que celebran las diferentes familias
religiosas.
que olvidar que el Calendario Romano general no recoge todas las celebraciones
marianas correspondiendo a los calendarios particulares con fidelidad a las
normas litúrgicas recoger las fiestas marianas propias de las distintas iglesias
locales y diócesis sumadas a las que celebran las diferentes familias
religiosas.
EL CULTO A LA
VIRGEN: FIESTAS
VIRGEN: FIESTAS
Como fiestas de la
Virgen celebramos la Natividad de la Virgen María el 8 de septiembre (fecha de
comienzo del año litúrgico en la liturgia bizantina) y la Visitación (el 31 de
mayo). Ambos son acontecimientos en la vida de la Virgen que la Iglesia celebra
como fiestas.
Virgen celebramos la Natividad de la Virgen María el 8 de septiembre (fecha de
comienzo del año litúrgico en la liturgia bizantina) y la Visitación (el 31 de
mayo). Ambos son acontecimientos en la vida de la Virgen que la Iglesia celebra
como fiestas.
La
Natividad de la Virgen
es una fiesta procedente de Oriente que celebramos el
8 de septiembre y que va unida a la
dedicación de la iglesia de la Natividad de María en Jerusalén remontándose su
antigüedad en Roma al menos al S. VII. La MC dice que esta fiesta celebra "esperanza
para todo el mundo y aurora de salvación" (MC 7). Sólo celebramos el
nacimiento de dos santos: la Virgen y san Juan Bautista, ambos estrechamente
relacionados con Cristo. Ese día de la Natividad es la aurora, así como la
Asunción es el triunfo final. La Iglesia ve en el nacimiento de la Virgen el
comienzo de la salvación universal. Esta fecha del 8 de septiembre fue la que
condicionó la de la Inmaculada, nueve meses antes ya que nueve meses antes de su
Natividad sería su Concepción Inmaculada.
Natividad de la Virgen
es una fiesta procedente de Oriente que celebramos el
8 de septiembre y que va unida a la
dedicación de la iglesia de la Natividad de María en Jerusalén remontándose su
antigüedad en Roma al menos al S. VII. La MC dice que esta fiesta celebra "esperanza
para todo el mundo y aurora de salvación" (MC 7). Sólo celebramos el
nacimiento de dos santos: la Virgen y san Juan Bautista, ambos estrechamente
relacionados con Cristo. Ese día de la Natividad es la aurora, así como la
Asunción es el triunfo final. La Iglesia ve en el nacimiento de la Virgen el
comienzo de la salvación universal. Esta fecha del 8 de septiembre fue la que
condicionó la de la Inmaculada, nueve meses antes ya que nueve meses antes de su
Natividad sería su Concepción Inmaculada.
La
Visitación de la Virgen María
que celebramos
el 31 de mayo tiene su justificación en el
Evangelio de Lucas (Lc 1, 39-56). Como fiesta fue instituida por Urbano VI en
1389 pero ya era celebrada por los franciscanos el 2 de julio desde el año 1263.
Se ha colocado antes de la solemnidad del nacimiento del Bautista por razones
lógicas, desplazando la memoria de María Reina al 22 de agosto. La MC dice de
esta fiesta que "la liturgia recuerda a la Santísima Virgen que, llevando en
su seno al Hijo, va a casa de Isabel para ofrecerle la ayuda de su caridad y
proclamar la misericordia de Dios Salvador" (MC 7). María aparece como
portadora de Cristo. La actitud de alegría y alabanza hace exclamar a María su
canto del Magnificat.
Visitación de la Virgen María
que celebramos
el 31 de mayo tiene su justificación en el
Evangelio de Lucas (Lc 1, 39-56). Como fiesta fue instituida por Urbano VI en
1389 pero ya era celebrada por los franciscanos el 2 de julio desde el año 1263.
Se ha colocado antes de la solemnidad del nacimiento del Bautista por razones
lógicas, desplazando la memoria de María Reina al 22 de agosto. La MC dice de
esta fiesta que "la liturgia recuerda a la Santísima Virgen que, llevando en
su seno al Hijo, va a casa de Isabel para ofrecerle la ayuda de su caridad y
proclamar la misericordia de Dios Salvador" (MC 7). María aparece como
portadora de Cristo. La actitud de alegría y alabanza hace exclamar a María su
canto del Magnificat.
LA VENERACIÓN A LA VIRGEN: PARALITURGIAS
Independientemente de
las fiestas propias de la Virgen la piedad popular ha recurrido a numerosas
prácticas piadosas no litúrgicas que hay que
tomarlas como muestras del cariño popular que su figura despierta en el pueblo
cristiano. Estas prácticas brotan de la fe y del amor del pueblo que considera a
María no sólo como Madre de Dios sino también como Madre de todos los hombres.
La Iglesia exhorta a todos sus hijos a aumentar su piedad con ejercicios
piadosos que aprueba y recomienda tal como la Congregación para el Culto Divino
ha dejado dispuesto en numerosas Decretos y Cartas circulares siempre teniendo
como referencia a la liturgia que debe ser la fuente de inspiración y punto de
referencia de estos actos piadosos.
las fiestas propias de la Virgen la piedad popular ha recurrido a numerosas
prácticas piadosas no litúrgicas que hay que
tomarlas como muestras del cariño popular que su figura despierta en el pueblo
cristiano. Estas prácticas brotan de la fe y del amor del pueblo que considera a
María no sólo como Madre de Dios sino también como Madre de todos los hombres.
La Iglesia exhorta a todos sus hijos a aumentar su piedad con ejercicios
piadosos que aprueba y recomienda tal como la Congregación para el Culto Divino
ha dejado dispuesto en numerosas Decretos y Cartas circulares siempre teniendo
como referencia a la liturgia que debe ser la fuente de inspiración y punto de
referencia de estos actos piadosos.
Dentro del variado
repertorio de prácticas piadosas en el culto a la Virgen podemos señalar
el sábado (sabatina), los triduos,
quinarios, septenarios y novenas, el mes de María, el Ave María, el Ángelus y el
Regina Caeli, la Salve, el Rosario, las Letanías, el escapulario del Carmen y
las medallas.
repertorio de prácticas piadosas en el culto a la Virgen podemos señalar
el sábado (sabatina), los triduos,
quinarios, septenarios y novenas, el mes de María, el Ave María, el Ángelus y el
Regina Caeli, la Salve, el Rosario, las Letanías, el escapulario del Carmen y
las medallas.
EL
MES DE MARÍA:
Es
tradicionalmente el mes de mayo, mes en el
cual el pueblo cristiano tiene un recuerdo especialmente mariano. Como cae gran
parte en tiempo pascual hay que enfocarlo entendiendo a María como el fruto más
perfecto de la Pascua, ya que Ella fue la llena de Pascua y si hay alguien que
ha recibido plenamente el don del Espíritu es María.
MES DE MARÍA:
Es
tradicionalmente el mes de mayo, mes en el
cual el pueblo cristiano tiene un recuerdo especialmente mariano. Como cae gran
parte en tiempo pascual hay que enfocarlo entendiendo a María como el fruto más
perfecto de la Pascua, ya que Ella fue la llena de Pascua y si hay alguien que
ha recibido plenamente el don del Espíritu es María.
EL
AVE MARÍA:
Es sin duda la
oración dedicada a la Virgen más popular y extendida en todo el orbe católico.
La primera parte de la oración recoge el saludo del ángel, del enviado del
Señor, en el momento de la Anunciación. Es una alabanza en la que usamos las
mismas palabras del embajador de Dios. Es Dios mismo quien, por mediación de su
ángel, saluda a María (Lc 1, 28). "Llena eres de gracia, el Señor es contigo".
A continuación se añade el saludo de santa Isabel: "Bendita tú eres entre
todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús". Isabel dice
estas palabras llena del Espíritu Santo (Lucas 1, 42), y así se convierte en la
primera persona dentro de la larga serie de las generaciones que llaman y
llamarán bienaventurada a María. Después, el Avemaría continúa con nuestra
petición: "Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y
en la hora de nuestra muerte”. María nos entrega a Jesús, su Hijo, que muere
por nosotros y por nuestra salvación en la cruz y, desde esa misma cruz,
Jesucristo nos da a María como Madre nuestra (Juan 19, 26-28); María es Madre de
Dios y Madre nuestra, y por eso podemos confiarle todas nuestras preocupaciones
y peticiones, porque sabemos que Dios no le va a negar nada (Juan 2, 3-5) y al
mismo tiempo confiamos en que tampoco nos lo va a negar a nosotros si es para
nuestro bien. El papa Juan Pablo II nos explica claramente el contenido del
saludo de Isabel a su prima en la Carta Encíclica “Redemptoris Mater” (nº 12) y
asimismo el Catecismo de la Iglesia católica, en sus números 2676 y 2677 nos
ilustra suficientemente sobre el contenido y significado de la oración mariana
más bella y conocida.
AVE MARÍA:
Es sin duda la
oración dedicada a la Virgen más popular y extendida en todo el orbe católico.
La primera parte de la oración recoge el saludo del ángel, del enviado del
Señor, en el momento de la Anunciación. Es una alabanza en la que usamos las
mismas palabras del embajador de Dios. Es Dios mismo quien, por mediación de su
ángel, saluda a María (Lc 1, 28). "Llena eres de gracia, el Señor es contigo".
A continuación se añade el saludo de santa Isabel: "Bendita tú eres entre
todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús". Isabel dice
estas palabras llena del Espíritu Santo (Lucas 1, 42), y así se convierte en la
primera persona dentro de la larga serie de las generaciones que llaman y
llamarán bienaventurada a María. Después, el Avemaría continúa con nuestra
petición: "Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y
en la hora de nuestra muerte”. María nos entrega a Jesús, su Hijo, que muere
por nosotros y por nuestra salvación en la cruz y, desde esa misma cruz,
Jesucristo nos da a María como Madre nuestra (Juan 19, 26-28); María es Madre de
Dios y Madre nuestra, y por eso podemos confiarle todas nuestras preocupaciones
y peticiones, porque sabemos que Dios no le va a negar nada (Juan 2, 3-5) y al
mismo tiempo confiamos en que tampoco nos lo va a negar a nosotros si es para
nuestro bien. El papa Juan Pablo II nos explica claramente el contenido del
saludo de Isabel a su prima en la Carta Encíclica “Redemptoris Mater” (nº 12) y
asimismo el Catecismo de la Iglesia católica, en sus números 2676 y 2677 nos
ilustra suficientemente sobre el contenido y significado de la oración mariana
más bella y conocida.
EL
ÁNGELUS:
Tiene una
estructura sencilla y está inspirado en las Escrituras. Recibe ese nombre por
ser esa palabra en latín por la que comienza la oración. El Ángelus es "una
invitación a conmemorar el misterio pascual, pues a partir de la noticia de la
Encarnación del Hijo de Dios, pedimos ser llevados por su Pasión y su cruz a la
gloria de su Resurrección" (MC 41). Pablo VI en la Marialis Cultus lo
recomienda especialmente pues santifica los distintos momentos de la jornada ya
que se debe rezar tres veces: en la mañana, mediodía y
tarde aunque el rezo al mediodía es el más extendido. Es una invitación a
los hombres a hacer una alto en su trabajo y consagrarlo al Señor con la
oración. En tiempo pascual se sustituye por el Regina Caeli.
ÁNGELUS:
Tiene una
estructura sencilla y está inspirado en las Escrituras. Recibe ese nombre por
ser esa palabra en latín por la que comienza la oración. El Ángelus es "una
invitación a conmemorar el misterio pascual, pues a partir de la noticia de la
Encarnación del Hijo de Dios, pedimos ser llevados por su Pasión y su cruz a la
gloria de su Resurrección" (MC 41). Pablo VI en la Marialis Cultus lo
recomienda especialmente pues santifica los distintos momentos de la jornada ya
que se debe rezar tres veces: en la mañana, mediodía y
tarde aunque el rezo al mediodía es el más extendido. Es una invitación a
los hombres a hacer una alto en su trabajo y consagrarlo al Señor con la
oración. En tiempo pascual se sustituye por el Regina Caeli.
LA
SALVE REGINA:
Es una oración
muy antigua pues ya existía en el siglo XI. La Salve es una oración que gusta
por su brevedad y sencillez, por su ternura y profundidad, en la que se
entrelazan de modo admirable la tristeza del peregrino y la esperanza del
creyente. Comienza con un saludo a base de sucesivos piropos: “Dios te salve,
Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve”.
Enseguida la nombramos con el mejor titulo que posee: Madre y además,
misericordiosa. Vida, dulzura, esperanza son piropos de cariño destinados a
ganarnos su benevolencia. Continuamos pidiendo su mediación: “A ti llamamos
los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle
de lágrimas”. La Madre es nuestra abogada, la que siempre nos ampara: “Ea,
pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”.
Si la Virgen no nos ayuda y ampara ¿Quién lo hará? A continuación le hacemos la
única petición que contiene la oración: “y después de este destierro
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre”. Termina la oración con una
coda: “¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!” La coda,
atribuida a San Bernardo, es el broche final y la despedida de esta hermosísima
oración que concluye de modo magistral pronunciando simplemente el nombre de
María.
SALVE REGINA:
Es una oración
muy antigua pues ya existía en el siglo XI. La Salve es una oración que gusta
por su brevedad y sencillez, por su ternura y profundidad, en la que se
entrelazan de modo admirable la tristeza del peregrino y la esperanza del
creyente. Comienza con un saludo a base de sucesivos piropos: “Dios te salve,
Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve”.
Enseguida la nombramos con el mejor titulo que posee: Madre y además,
misericordiosa. Vida, dulzura, esperanza son piropos de cariño destinados a
ganarnos su benevolencia. Continuamos pidiendo su mediación: “A ti llamamos
los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle
de lágrimas”. La Madre es nuestra abogada, la que siempre nos ampara: “Ea,
pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”.
Si la Virgen no nos ayuda y ampara ¿Quién lo hará? A continuación le hacemos la
única petición que contiene la oración: “y después de este destierro
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre”. Termina la oración con una
coda: “¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!” La coda,
atribuida a San Bernardo, es el broche final y la despedida de esta hermosísima
oración que concluye de modo magistral pronunciando simplemente el nombre de
María.
EL
ROSARIO:
Es una
práctica piadosa definida como el Salterio de la Virgen y que tiene una índole
evangélica como compendio de todo el Evangelio. El Catecismo nos dice que en su
origen fue una sustitución popular de la Oración de las Horas. Es la devoción
mariana por excelencia y el papa Pablo VI lo recomienda muy especialmente en la
MC: "Favorece la oración contemplativa, que es a la vez alabanza y súplica, y
han ensalzado su eficacia a la hora de promover la vida cristiana y el empeño
apostólico" (MC 42). Históricamente se atribuye su invención a Santo Domingo
de Guzmán aunque ya se conocía antes su existencia y consistía en el rezo de 150
Ave Marías, como un salterio mariano paralelo a los Salmos que son también el
mismo número. Fue el dominico Alano de la Roche quien difunde la anterior
atribución y le da gran difusión. Al principio sólo se rezaban Ave Marías,
después se introducen la meditación de los misterios, aportación hecha por los
cartujos. Alano de la Roche añade el Padrenuestro y propaga la fórmula de quince
Padrenuestros y cincuenta Ave Marías. Finalmente fue el papa Pío V quien le dio
la forma actual en la Bula "Consueverunt Romani Pontífices" con los quince
misterios (gozosos, dolorosos y gloriosos) y el Padrenuestro y las Ave Marías.
Ya en el S. XVII el jesuita español Arias hace mención al uso de la jaculatoria
final y del Gloria añadiéndose también en ese siglo las letanías. El papa León
XIII, denominado “Papa del Rosario”, ha promulgado varias encíclicas sobre esta
devoción y nos dice que el rezo del Santísimo Rosario ha proporcionado grandes
beneficios a la Cristiandad. Muy recientemente el papa Juan Pablo II en su carta
apostólica “Rosarium Virginis Mariae” publicada el 16 de octubre de 2002 añadió
al rezo del Rosario los misterios luminosos como aportación de un Papa mariano
por excelencia.
ROSARIO:
Es una
práctica piadosa definida como el Salterio de la Virgen y que tiene una índole
evangélica como compendio de todo el Evangelio. El Catecismo nos dice que en su
origen fue una sustitución popular de la Oración de las Horas. Es la devoción
mariana por excelencia y el papa Pablo VI lo recomienda muy especialmente en la
MC: "Favorece la oración contemplativa, que es a la vez alabanza y súplica, y
han ensalzado su eficacia a la hora de promover la vida cristiana y el empeño
apostólico" (MC 42). Históricamente se atribuye su invención a Santo Domingo
de Guzmán aunque ya se conocía antes su existencia y consistía en el rezo de 150
Ave Marías, como un salterio mariano paralelo a los Salmos que son también el
mismo número. Fue el dominico Alano de la Roche quien difunde la anterior
atribución y le da gran difusión. Al principio sólo se rezaban Ave Marías,
después se introducen la meditación de los misterios, aportación hecha por los
cartujos. Alano de la Roche añade el Padrenuestro y propaga la fórmula de quince
Padrenuestros y cincuenta Ave Marías. Finalmente fue el papa Pío V quien le dio
la forma actual en la Bula "Consueverunt Romani Pontífices" con los quince
misterios (gozosos, dolorosos y gloriosos) y el Padrenuestro y las Ave Marías.
Ya en el S. XVII el jesuita español Arias hace mención al uso de la jaculatoria
final y del Gloria añadiéndose también en ese siglo las letanías. El papa León
XIII, denominado “Papa del Rosario”, ha promulgado varias encíclicas sobre esta
devoción y nos dice que el rezo del Santísimo Rosario ha proporcionado grandes
beneficios a la Cristiandad. Muy recientemente el papa Juan Pablo II en su carta
apostólica “Rosarium Virginis Mariae” publicada el 16 de octubre de 2002 añadió
al rezo del Rosario los misterios luminosos como aportación de un Papa mariano
por excelencia.
Terminamos con la
recomendación del papa Pablo VI en la MC: "Por su naturaleza, el rezo del
Rosario exige una recitación tranquila y un ritmo reflexivo que favorezca en
quien ora la meditación de los misterios de la vida del Señor, vistos a través
del corazón de Aquella que estuvo más cerca que nadie de Él, y le ayude a
descubrir sus insondables riquezas" (MC 47). Los misterios son:
Gozosos (lunes y sábados),
Dolorosos (martes y viernes),
Gloriosos (miércoles y domingos) y
Luminosos (jueves).
recomendación del papa Pablo VI en la MC: "Por su naturaleza, el rezo del
Rosario exige una recitación tranquila y un ritmo reflexivo que favorezca en
quien ora la meditación de los misterios de la vida del Señor, vistos a través
del corazón de Aquella que estuvo más cerca que nadie de Él, y le ayude a
descubrir sus insondables riquezas" (MC 47). Los misterios son:
Gozosos (lunes y sábados),
Dolorosos (martes y viernes),
Gloriosos (miércoles y domingos) y
Luminosos (jueves).
La adjudicación de
días concretos a cada grupo de misterios no es algo inamovible y debe adaptarse
a los tiempos litúrgicos. Quiérese decir con eso que, por ejemplo, si un día de
Navidad cae en viernes no es propio decir los misterios dolorosos por ser un día
claramente gozoso.
días concretos a cada grupo de misterios no es algo inamovible y debe adaptarse
a los tiempos litúrgicos. Quiérese decir con eso que, por ejemplo, si un día de
Navidad cae en viernes no es propio decir los misterios dolorosos por ser un día
claramente gozoso.
LAS LETANÍAS:
Aunque popularmente
así se considere, no forman parte del rosario ni son un colofón del rezo del
mismo sino una oración independiente. La prescripción del papa León XIII de
concluir el rezo del rosario con el canto de las letanías durante el mes de
octubre hizo que los fieles asociaran las letanías como una parte final del rezo
del rosario. Las letanías son pues, por sí mismas, un acto de culto propio a la
Virgen pudiendo ser canto procesional o formar parte de otros actos culturales.
Las primitivas letanías de la Virgen eran las que se cantaban en el italiano
santuario de Loreto (de ahí su nombre de Letanías Lauretanas) y Clemente VIII
las declaró como las únicas que merecían tal nombre siendo el papa Sixto V quien
aprobó las originales en el año 1587. Hoy día la
Sagrada Congregación de Ritos es la competente para aprobar las
modificaciones habiendo aparecido otras letanías posteriores.
LOS ESCAPULARIOS:
Son otro
elemento de la piedad popular mariana, especialmente el del
Carmen. Su extensión es universal y es un “signo
exterior de la relación especial filial y confiada, que se establece entre la
Virgen Reina y Madre del Carmelo, y los devotos que se confían a Ella con total
entrega y recurren con toda confianza a su intercesión maternal”, tal como
el Directorio sobre la piedad popular y la liturgia nos indica claramente.
LAS MEDALLAS:
que los fieles gustamos de llevar colgadas al cuello, son asimismo testimonio de
fe, signos de veneración a la Virgen María y expresiones de confianza en su
protección maternal.
LAS CORONACIONES DE LAS IMÁGENES MARIANAS
“La veneración a
las imágenes de santa María Virgen frecuentemente se manifiesta adornando su
cabeza con una corona real”.
Esta frase tomada de los prenotandos del Ritual de la coronación de una imagen
de santa María Virgen deja a las claras que es costumbre antigua. Desde el
Concilio de Éfeso (431) se inicia esta costumbre, extendida tanto por Oriente
como por Occidente. Al generalizarse se fue organizando el rito para dicha
ceremonia, rito que fue incorporado en el S. XIX a la liturgia romana.
las imágenes de santa María Virgen frecuentemente se manifiesta adornando su
cabeza con una corona real”.
Esta frase tomada de los prenotandos del Ritual de la coronación de una imagen
de santa María Virgen deja a las claras que es costumbre antigua. Desde el
Concilio de Éfeso (431) se inicia esta costumbre, extendida tanto por Oriente
como por Occidente. Al generalizarse se fue organizando el rito para dicha
ceremonia, rito que fue incorporado en el S. XIX a la liturgia romana.
El fundamento
teológico de esta costumbre de considerar e invocar a la Virgen como Reina se
basa en que María es Madre del Hijo de Dios y Rey mesiánico, Madre del Verbo
encarnado por medio del cual fueron creadas todas las cosas, celestes y
terrestres. Es colaboradora augusta del Redentor ya que tuvo una participación
relevante en la obra salvadora de Cristo y es la más perfecta discípula de
Cristo ya que dando su asentimiento al plan divino se hizo digna merecedora de
la corona de gloria. Además María es miembro supereminente de la Iglesia,
bendita entre las mujeres, Reina de todos los santos.
teológico de esta costumbre de considerar e invocar a la Virgen como Reina se
basa en que María es Madre del Hijo de Dios y Rey mesiánico, Madre del Verbo
encarnado por medio del cual fueron creadas todas las cosas, celestes y
terrestres. Es colaboradora augusta del Redentor ya que tuvo una participación
relevante en la obra salvadora de Cristo y es la más perfecta discípula de
Cristo ya que dando su asentimiento al plan divino se hizo digna merecedora de
la corona de gloria. Además María es miembro supereminente de la Iglesia,
bendita entre las mujeres, Reina de todos los santos.
Por todos esos
méritos, no exhaustivamente expuestos, la costumbre de coronar a la Virgen está
más que justificada. Pero si teológicamente tiene un fundamento claro hay otras
razones, quizás de más peso aunque de tipo sentimental. Coronar una imagen de la
Virgen es una muestra de amor, de cariño, de profundo respeto con el que los
fieles devotos de dicha imagen pretenden expresar su entrega y agradecimiento a
la Reina de los Cielos.
méritos, no exhaustivamente expuestos, la costumbre de coronar a la Virgen está
más que justificada. Pero si teológicamente tiene un fundamento claro hay otras
razones, quizás de más peso aunque de tipo sentimental. Coronar una imagen de la
Virgen es una muestra de amor, de cariño, de profundo respeto con el que los
fieles devotos de dicha imagen pretenden expresar su entrega y agradecimiento a
la Reina de los Cielos.
EL TIEMPO
PASCUAL
PASCUAL
Con el
domingo de Pascua, domingo sobre el que
gira todo el año litúrgico del cual es su raíz, se comienza uno de los tiempos
litúrgicos fuertes: el tiempo pascual cuya
característica es la
alegría. Abarca los
cincuenta días
posteriores a Pascua de Resurrección (cincuentena pascual), incluyendo el
domingo pascual, y se distinguen tres períodos:
domingo de Pascua, domingo sobre el que
gira todo el año litúrgico del cual es su raíz, se comienza uno de los tiempos
litúrgicos fuertes: el tiempo pascual cuya
característica es la
alegría. Abarca los
cincuenta días
posteriores a Pascua de Resurrección (cincuentena pascual), incluyendo el
domingo pascual, y se distinguen tres períodos:
v
Octava de Pascua:
Son los ocho días posteriores y deben considerarse como un solo día festivo.
Termina en las Vísperas del II Domingo de Pascua también llamado domingo “in
albis”porque era cuando los catecúmenos que se habían bautizado en la Vigila
pascual deponían las vestiduras blancas que había llevado toda la octava.
Octava de Pascua:
Son los ocho días posteriores y deben considerarse como un solo día festivo.
Termina en las Vísperas del II Domingo de Pascua también llamado domingo “in
albis”porque era cuando los catecúmenos que se habían bautizado en la Vigila
pascual deponían las vestiduras blancas que había llevado toda la octava.
v
Tiempo Pascual hasta la Ascensión.
Tiempo Pascual hasta la Ascensión.
v
Tiempo Pascual después de la Ascensión:
En este
tiempo celebramos:
Tiempo Pascual después de la Ascensión:
En este
tiempo celebramos:
Ø
La
Ascensión del Señor:
A los cuarenta
días de Pascua, hoy pasada al domingo VII de Pascua.
La
Ascensión del Señor:
A los cuarenta
días de Pascua, hoy pasada al domingo VII de Pascua.
Ø
Pentecostés:
Se celebra a los cincuenta días de Pascua, en el domingo VIII después de
Resurrección. Su octava ha sido suprimida. Es el
colofón del ciclo pascual, no una nueva Pascua.
Pentecostés:
Se celebra a los cincuenta días de Pascua, en el domingo VIII después de
Resurrección. Su octava ha sido suprimida. Es el
colofón del ciclo pascual, no una nueva Pascua.
Ya los judíos
celebraban la fiesta de la cincuentena para conmemorar la Alianza de Dios con su
pueblo en el Sinaí. La Iglesia, en el Concilio de Nicea reunido el año 325
dispuso que la Pascua se celebrase el domingo que hubiese tras el primer
plenilunio del equinoccio de primavera, o dicho de otra manera, el domingo que
sigue a la primera luna llena que haya después del 22 de marzo. Por este motivo,
la Pascua de Resurrección, la Pascua Florida que es como se la llama en España,
es fiesta variable, ya que depende de la luna y necesariamente deberá oscilar
entre el 22 de marzo y el 25 de abril.
Podemos en cierto modo decir que así se unen los dos calendarios: el lunar (de
tradición hebrea) y el solar.
celebraban la fiesta de la cincuentena para conmemorar la Alianza de Dios con su
pueblo en el Sinaí. La Iglesia, en el Concilio de Nicea reunido el año 325
dispuso que la Pascua se celebrase el domingo que hubiese tras el primer
plenilunio del equinoccio de primavera, o dicho de otra manera, el domingo que
sigue a la primera luna llena que haya después del 22 de marzo. Por este motivo,
la Pascua de Resurrección, la Pascua Florida que es como se la llama en España,
es fiesta variable, ya que depende de la luna y necesariamente deberá oscilar
entre el 22 de marzo y el 25 de abril.
Podemos en cierto modo decir que así se unen los dos calendarios: el lunar (de
tradición hebrea) y el solar.
En la
cincuentena pascual, que debe
considerarse como una única solemnidad, debe siempre haber signos festivos en el
altar y en la iglesia (flores, luces, música). El
cirio pascual debe
encenderse a diario, para subrayar la unidad
de la cincuentena pascual y vuelve el Gloria. En las lecturas, durante la
cincuentena se omiten las del Antiguo Testamento,
para dar a entender que estamos en un tiempo nuevo, leyéndose los Hechos de los
Apóstoles, Apocalipsis, Cartas de san Juan y san Pedro. En las evangélicas se
lee el de San Juan y las apariciones del Resucitado
según el evangelista del año.
cincuentena pascual, que debe
considerarse como una única solemnidad, debe siempre haber signos festivos en el
altar y en la iglesia (flores, luces, música). El
cirio pascual debe
encenderse a diario, para subrayar la unidad
de la cincuentena pascual y vuelve el Gloria. En las lecturas, durante la
cincuentena se omiten las del Antiguo Testamento,
para dar a entender que estamos en un tiempo nuevo, leyéndose los Hechos de los
Apóstoles, Apocalipsis, Cartas de san Juan y san Pedro. En las evangélicas se
lee el de San Juan y las apariciones del Resucitado
según el evangelista del año.
La cincuentena
pascual es el tiempo fuerte por excelencia del año litúrgico y la alegría debe
ser la nota dominante. Es tiempo de frecuentar los
sacramentos y de llevar la Eucaristía
procesionalmente a los enfermos. El Código de derecho canónico
obliga a comulgar al menos una vez al año y este
precepto debe cumplirse en tiempo pascual, salvo que por causa justa se
haga en otro tiempo (CDC 920). También es precepto confesar los pecados graves
al menos una vez al año, aunque no necesariamente en tiempo pascual. Las
vestiduras de los ministros es
blanca.
pascual es el tiempo fuerte por excelencia del año litúrgico y la alegría debe
ser la nota dominante. Es tiempo de frecuentar los
sacramentos y de llevar la Eucaristía
procesionalmente a los enfermos. El Código de derecho canónico
obliga a comulgar al menos una vez al año y este
precepto debe cumplirse en tiempo pascual, salvo que por causa justa se
haga en otro tiempo (CDC 920). También es precepto confesar los pecados graves
al menos una vez al año, aunque no necesariamente en tiempo pascual. Las
vestiduras de los ministros es
blanca.
EL TIEMPO
ORDINARIO
ORDINARIO
El tiempo del Año
litúrgico que no tiene un carácter propio (Adviento
Navidad, Cuaresma y Pascua) recibe el nombre de
Tiempo ordinario, que abarca
33 ó 34 semanas. En este tiempo no se celebra
ningún aspecto concreto del misterio de Cristo.
litúrgico que no tiene un carácter propio (Adviento
Navidad, Cuaresma y Pascua) recibe el nombre de
Tiempo ordinario, que abarca
33 ó 34 semanas. En este tiempo no se celebra
ningún aspecto concreto del misterio de Cristo.
El
Tiempo ordinario
comienza el lunes siguiente al domingo posterior al 6 de enero, Epifanía,
y dura hasta el martes anterior al Miércoles de Ceniza, que da inicio a la
Cuaresma. Ahí se interrumpe para reiniciarse desde el lunes siguiente a
Pentecostés hasta las vísperas del primer domingo de Adviento, (que es el
domingo más próximo al 30 de noviembre) con el cual se inicia el Nuevo Año
litúrgico. Durante el tiempo ordinario se celebran numerosas fiestas tanto del
Señor como de la Virgen y de los Santos.
Tiempo ordinario
comienza el lunes siguiente al domingo posterior al 6 de enero, Epifanía,
y dura hasta el martes anterior al Miércoles de Ceniza, que da inicio a la
Cuaresma. Ahí se interrumpe para reiniciarse desde el lunes siguiente a
Pentecostés hasta las vísperas del primer domingo de Adviento, (que es el
domingo más próximo al 30 de noviembre) con el cual se inicia el Nuevo Año
litúrgico. Durante el tiempo ordinario se celebran numerosas fiestas tanto del
Señor como de la Virgen y de los Santos.
Este
Tiempo Ordinario
es una novedad de la reforma postconciliar ya que antes era llamado
domingos después de Epifanía y domingos después de Pentecostés y también
“domingos verdes” por el color litúrgico que se emplea. El Tiempo Ordinario
cobra su unidad en el Leccionario ya que tiene un ciclo trianual en los domingos
y bienal en las ferias.
Tiempo Ordinario
es una novedad de la reforma postconciliar ya que antes era llamado
domingos después de Epifanía y domingos después de Pentecostés y también
“domingos verdes” por el color litúrgico que se emplea. El Tiempo Ordinario
cobra su unidad en el Leccionario ya que tiene un ciclo trianual en los domingos
y bienal en las ferias.
Para los cristianos
cada día tiene un sentido cristológico: la mañana trae el recuerdo de la
Resurrección, la hora de tercia recuerda al Espíritu Santo, la hora de sexta la
Ascensión, la de nona la Crucifixión y muerte del Señor, la de vísperas la Cena
y la noche la espera escatológica del Señor. Antes de la reforma litúrgica, el
Tiempo Ordinario recibía su significado casi exclusivamente del Santoral,
habiéndose recuperado actualmente la visión global del misterio salvífico. Según
la costumbre latina, el lunes recibe el nombre de "feria segunda" y así
sucesivamente hasta la feria sexta (viernes). El sábado tiene su nombre propio
heredado de los judíos (Sabbat = descanso).
cada día tiene un sentido cristológico: la mañana trae el recuerdo de la
Resurrección, la hora de tercia recuerda al Espíritu Santo, la hora de sexta la
Ascensión, la de nona la Crucifixión y muerte del Señor, la de vísperas la Cena
y la noche la espera escatológica del Señor. Antes de la reforma litúrgica, el
Tiempo Ordinario recibía su significado casi exclusivamente del Santoral,
habiéndose recuperado actualmente la visión global del misterio salvífico. Según
la costumbre latina, el lunes recibe el nombre de "feria segunda" y así
sucesivamente hasta la feria sexta (viernes). El sábado tiene su nombre propio
heredado de los judíos (Sabbat = descanso).
En el T.O. la Iglesia
celebra en la semana del 18 al 25 de enero el Octavario por la unidad de los
cristianos, coincidiendo con la fiesta de la
Conversión de San Pablo que se celebra el 25
de enero, y en octubre Preces para después de la cosecha, Témporas de
acción de gracias y de petición en el 5 de octubre.
El penúltimo domingo de octubre se celebra el Domund (Día de la propagación de
la Fe).
celebra en la semana del 18 al 25 de enero el Octavario por la unidad de los
cristianos, coincidiendo con la fiesta de la
Conversión de San Pablo que se celebra el 25
de enero, y en octubre Preces para después de la cosecha, Témporas de
acción de gracias y de petición en el 5 de octubre.
El penúltimo domingo de octubre se celebra el Domund (Día de la propagación de
la Fe).
LA CUARESMA
Cuarenta días antes
del Domingo de
Ramos empieza el tiempo de
Cuaresma, que la Iglesia instituye
para prepararnos a celebrar los misterios de la Pasión. Desde fines del S. II ya
existe en la Iglesia un período de preparación a la Pascua, observado con días
de ayuno y penitencia.
del Domingo de
Ramos empieza el tiempo de
Cuaresma, que la Iglesia instituye
para prepararnos a celebrar los misterios de la Pasión. Desde fines del S. II ya
existe en la Iglesia un período de preparación a la Pascua, observado con días
de ayuno y penitencia.
Este ayuno de
cuarenta días se observaba desde la sexta semana antes de Pascua, pero habiendo
por medio seis domingos (días siempre festivos y nunca penitenciales) y para
completar el número simbólico de cuarenta días de penitencia (cuarenta años fue
la peregrinación del pueblo de Israel en el desierto, cuarenta horas permaneció
Jesús muerto, cuarenta días duró el diluvio, cuarenta días estuvo Moisés en el
Sinaí) se amplió al miércoles anterior.
cuarenta días se observaba desde la sexta semana antes de Pascua, pero habiendo
por medio seis domingos (días siempre festivos y nunca penitenciales) y para
completar el número simbólico de cuarenta días de penitencia (cuarenta años fue
la peregrinación del pueblo de Israel en el desierto, cuarenta horas permaneció
Jesús muerto, cuarenta días duró el diluvio, cuarenta días estuvo Moisés en el
Sinaí) se amplió al miércoles anterior.
Más tarde se
añadieron otros domingos de preparación a la Cuaresma (Quincuagésima, Sexagésima
y Septuagésima, hoy suprimidos). Era en Cuaresma la época en que los catecúmenos
que se iban a bautizar en la Vigilia Pascual se preparaban intensamente para
recibir el Sacramento. También, en el Miércoles de Ceniza, eran separados
públicamente de la Asamblea los pecadores, imponiéndoseles la ceniza y
obligándoseles a la penitencia pública, generalizando la costumbre de la
imposición de la ceniza a todos los fieles el papa Urbano II en el Sínodo de
Benevento del año 1001. La Constitución litúrgica (SC 109) recuerda el carácter
bautismal y penitencial de la Cuaresma. Es la época del "Convertíos
y creed en el Evangelio" (Mc 1,15)
añadieron otros domingos de preparación a la Cuaresma (Quincuagésima, Sexagésima
y Septuagésima, hoy suprimidos). Era en Cuaresma la época en que los catecúmenos
que se iban a bautizar en la Vigilia Pascual se preparaban intensamente para
recibir el Sacramento. También, en el Miércoles de Ceniza, eran separados
públicamente de la Asamblea los pecadores, imponiéndoseles la ceniza y
obligándoseles a la penitencia pública, generalizando la costumbre de la
imposición de la ceniza a todos los fieles el papa Urbano II en el Sínodo de
Benevento del año 1001. La Constitución litúrgica (SC 109) recuerda el carácter
bautismal y penitencial de la Cuaresma. Es la época del "Convertíos
y creed en el Evangelio" (Mc 1,15)
Abarca pues desde el
Miércoles de Ceniza hasta el Triduo pascual. El computo matemático total
en la actualidad suma cuarenta y cuatro días, incluidos el Miércoles de Ceniza y
el Jueves Santo. Dentro de la Cuaresma entran las siguientes fiestas:
Miércoles de Ceniza hasta el Triduo pascual. El computo matemático total
en la actualidad suma cuarenta y cuatro días, incluidos el Miércoles de Ceniza y
el Jueves Santo. Dentro de la Cuaresma entran las siguientes fiestas:
v
Solemnidad de San José, el diecinueve de marzo.
Solemnidad de San José, el diecinueve de marzo.
v
La
Anunciación del Señor, el veinticinco de marzo.
La
Anunciación del Señor, el veinticinco de marzo.
La SC nos recuerda el
doble carácter de la Cuaresma: penitencial y bautismal.
Insiste en la escucha asidua de la palabra y en la dedicación a la oración.
Teológicamente el protagonista de la Cuaresma es Cristo (se retira al desierto a
orar, se encuentra con la samaritana y la salva, cura al ciego, etc). Él es el
dueño de la historia y avanza hacia la Pascua sembrando la Salvación.
doble carácter de la Cuaresma: penitencial y bautismal.
Insiste en la escucha asidua de la palabra y en la dedicación a la oración.
Teológicamente el protagonista de la Cuaresma es Cristo (se retira al desierto a
orar, se encuentra con la samaritana y la salva, cura al ciego, etc). Él es el
dueño de la historia y avanza hacia la Pascua sembrando la Salvación.
La trilogía cuaresmal
que la iglesia nos propone consiste en
limosna, oración y ayuno.
que la iglesia nos propone consiste en
limosna, oración y ayuno.
En cuanto a
normas litúrgicas
y orientaciones pastorales propias de este tiempo podemos apuntar
algunas:
normas litúrgicas
y orientaciones pastorales propias de este tiempo podemos apuntar
algunas:
Ø
En
general se debe buscar en el tiempo cuaresmal la mayor austeridad posible, tanto
para el altar
como para los demás lugares y elementos celebrativos.
En
general se debe buscar en el tiempo cuaresmal la mayor austeridad posible, tanto
para el altar
como para los demás lugares y elementos celebrativos.
Ø
El
contraste entre esta austeridad cuaresmal y las maneras festivas que se
ofrecerán al llegar la Pascua (Pascua=paso) ayudarán a captar este concepto de
"paso".
El
contraste entre esta austeridad cuaresmal y las maneras festivas que se
ofrecerán al llegar la Pascua (Pascua=paso) ayudarán a captar este concepto de
"paso".
Ø
En este
tiempo hay que suprimir las flores, la
música instrumental (salvo si es imprescindible para acompañar el canto) y
los adornos.
En este
tiempo hay que suprimir las flores, la
música instrumental (salvo si es imprescindible para acompañar el canto) y
los adornos.
Ø
Una
celebración comunitaria
de la Penitencia es muy recomendable, con confesión personal como
preparación inmediata al Triduo Pascual, así como el ejercicio del Vía Crucis.
Una
celebración comunitaria
de la Penitencia es muy recomendable, con confesión personal como
preparación inmediata al Triduo Pascual, así como el ejercicio del Vía Crucis.
Ø
En la
Misa se omite siempre el Aleluya.
En la
Misa se omite siempre el Aleluya.
Ø
Se
dicen los prefacios de Cuaresma (excepto las fiestas que los tengan propios).
Se
dicen los prefacios de Cuaresma (excepto las fiestas que los tengan propios).
Ø
Los
domingos se
omite el Gloria.
Los
domingos se
omite el Gloria.
Ø
Antes
del Evangelio, el lugar del Aleluya se puede hacer una aclamación a Cristo.
Antes
del Evangelio, el lugar del Aleluya se puede hacer una aclamación a Cristo.
Ø
El acto
penitencial de la Misa debe destacarse.
El acto
penitencial de la Misa debe destacarse.
Ø
El
miércoles de Ceniza y el Viernes Santo hay que guardar
abstinencia de carne y ayuno.
El
miércoles de Ceniza y el Viernes Santo hay que guardar
abstinencia de carne y ayuno.
Ø
Los
viernes de Cuaresma (y todos los del año) son días penitenciales de abstinencia.
Esta puede ser sustituida por alguna práctica religiosa: lectura de la Sagrada
Escritura, limosna penitencial, obras de caridad o piedad, etc.
Los
viernes de Cuaresma (y todos los del año) son días penitenciales de abstinencia.
Esta puede ser sustituida por alguna práctica religiosa: lectura de la Sagrada
Escritura, limosna penitencial, obras de caridad o piedad, etc.
Ø
En el
miércoles de Ceniza,
la imposición de la ceniza debe hacerse después del
Evangelio y la homilía. Por ese motivo en la Misa de ese día se omite el
acto penitencial. Es recomendable que el sacerdote presidente se imponga a sí
mismo la ceniza o que alguno de los fieles se adelante a imponérsela: debe dar
ejemplo de que, como signo visible de Cristo en la comunidad, se incorpora
también a su camino de Pascua.
En el
miércoles de Ceniza,
la imposición de la ceniza debe hacerse después del
Evangelio y la homilía. Por ese motivo en la Misa de ese día se omite el
acto penitencial. Es recomendable que el sacerdote presidente se imponga a sí
mismo la ceniza o que alguno de los fieles se adelante a imponérsela: debe dar
ejemplo de que, como signo visible de Cristo en la comunidad, se incorpora
también a su camino de Pascua.
Ø
El
sexto domingo de Cuaresma se llama domingo en la
Pasión del Señor o de Ramos
(antes de la reforma litúrgica se conocía por el nombre de Domingo de
Pasión al anterior a Ramos).
El
sexto domingo de Cuaresma se llama domingo en la
Pasión del Señor o de Ramos
(antes de la reforma litúrgica se conocía por el nombre de Domingo de
Pasión al anterior a Ramos).
Ø
Las
vestiduras son, como en Adviento,
moradas.
Las
vestiduras son, como en Adviento,
moradas.
Resumiendo
pues, en Cuaresma se debe buscar la
mayor austeridad posible
como tiempo penitencial propio tanto en el exorno de los altares como en
los demás elementos celebrativos, suprimiendo flores y cánticos. En la antigua
liturgia hispánica, en este tiempo se cubría el altar con un paño de saco. Se
omite siempre el "Aleluya" y está mandado suprimir los adornos y las flores,
excepto el
domingo IV llamado de Laetare por su
Introito (ese domingo se pueden usar ornamentos rosas), omitiéndose los domingos
el "Gloria". Es tiempo adecuado para realizar celebraciones comunitarias de la
Penitencia. El ayuno está limitado al Miércoles de Ceniza y al Viernes Santo, y
la abstinencia de carne los días anteriores y a todos los viernes del año, no
sólo los cuaresmales, ya que el CDC no hace distinción alguna entre unos viernes
u otros (CDC 1.250 y siguientes). No obstante, el ayuno y la abstinencia pueden
ser sustituidos por otra práctica penitencial como obras de caridad o de piedad,
limosnas, lecturas de las Sagradas Escrituras, etc (Artículo 13.2 del Decreto
general sobre Normas Complementarias al Nuevo Código de Derecho Canónico de
26/11/83).
EL ADVIENTO
Las
cuatro semanas
anteriores a
la solemnidad de Navidad forman el tiempo de Adviento que es la preparación para
la llegada del Salvador, dando con el primer domingo de Adviento comienzo un
nuevo año litúrgico, que terminó el domingo
anterior con la festividad de Cristo Rey (en el rito oriental-bizantino el año
litúrgico comienza con la fiesta de la Natividad de la Virgen, el 8 de
septiembre).
cuatro semanas
anteriores a
la solemnidad de Navidad forman el tiempo de Adviento que es la preparación para
la llegada del Salvador, dando con el primer domingo de Adviento comienzo un
nuevo año litúrgico, que terminó el domingo
anterior con la festividad de Cristo Rey (en el rito oriental-bizantino el año
litúrgico comienza con la fiesta de la Natividad de la Virgen, el 8 de
septiembre).
Las normas litúrgicas
universales dicen que el Adviento
"comienza con las primeras Vísperas del primer domingo
de Adviento (el 30 de noviembre o domingo más cercano) y acaba antes de las
primeras Vísperas de Navidad".
Contiene siempre cuatro domingos que se
estructuran en dos partes bien definidas: hasta el 16 de diciembre y del 17 al
24 de diciembre. Fue el papa San Gregorio Magno quien la estructura en cuatro
semanas.
universales dicen que el Adviento
"comienza con las primeras Vísperas del primer domingo
de Adviento (el 30 de noviembre o domingo más cercano) y acaba antes de las
primeras Vísperas de Navidad".
Contiene siempre cuatro domingos que se
estructuran en dos partes bien definidas: hasta el 16 de diciembre y del 17 al
24 de diciembre. Fue el papa San Gregorio Magno quien la estructura en cuatro
semanas.
El tiempo de Adviento
no se conoce en Roma hasta el S. VI, recogiendo la palabra
adventus,
aplicada anteriormente a la llegada de algún personaje importante
(Emperador). Es el tiempo del Marana-tha (ven Señor), de la espera gozosa del
Salvador. El Adviento es también
el tiempo mariano por excelencia,
donde la presencia de María en la liturgia es más patente.
no se conoce en Roma hasta el S. VI, recogiendo la palabra
adventus,
aplicada anteriormente a la llegada de algún personaje importante
(Emperador). Es el tiempo del Marana-tha (ven Señor), de la espera gozosa del
Salvador. El Adviento es también
el tiempo mariano por excelencia,
donde la presencia de María en la liturgia es más patente.
Teológicamente es
tiempo de espera gozosa de la venida de Cristo, es tiempo asimismo del Espíritu
Santo, tiempo del cumplimiento de las profecías, tiempo de conversión y tiempo
mariano por excelencia como hemos dicho (diciembre el mes más particularmente
apto para el culto a la Virgen sin que deba ser considerado como mes de María)
con la Inmaculada, la Expectación al Parto, y ya en tiempo de Navidad con la
solemnidad de María Madre de Dios el 1 de enero.
tiempo de espera gozosa de la venida de Cristo, es tiempo asimismo del Espíritu
Santo, tiempo del cumplimiento de las profecías, tiempo de conversión y tiempo
mariano por excelencia como hemos dicho (diciembre el mes más particularmente
apto para el culto a la Virgen sin que deba ser considerado como mes de María)
con la Inmaculada, la Expectación al Parto, y ya en tiempo de Navidad con la
solemnidad de María Madre de Dios el 1 de enero.
En los
aspectos litúrgicos
el Adviento es
tiempo de relativa austeridad en los signos externos. Así, es aconsejable
pastoralmente hacer alguna
celebración comunitaria de la penitencia.
Se omite el
Gloria los domingos por el carácter
relativamente penitencial del tiempo para que resuene con más alegría el Gloria
de la misa del Gallo. Las vestiduras son moradas
(como en Cuaresma) y el altar debe estar escueto y sin adornos muy
festivos. En el domingo III de Adviento, llamado de Gaudete por la antífona de
entrada -Gaudéte in Domino semper: íterum dico, gaudéte- se puede usar
el color rosa
(como ocurrirá en el IV domingo de Cuaresma llamado de Laetare). La
música instrumental se debe omitir para que contraste más la alegría del
Nacimiento.
aspectos litúrgicos
el Adviento es
tiempo de relativa austeridad en los signos externos. Así, es aconsejable
pastoralmente hacer alguna
celebración comunitaria de la penitencia.
Se omite el
Gloria los domingos por el carácter
relativamente penitencial del tiempo para que resuene con más alegría el Gloria
de la misa del Gallo. Las vestiduras son moradas
(como en Cuaresma) y el altar debe estar escueto y sin adornos muy
festivos. En el domingo III de Adviento, llamado de Gaudete por la antífona de
entrada -Gaudéte in Domino semper: íterum dico, gaudéte- se puede usar
el color rosa
(como ocurrirá en el IV domingo de Cuaresma llamado de Laetare). La
música instrumental se debe omitir para que contraste más la alegría del
Nacimiento.
También se recomienda
poner en lugar preferente una imagen de María y se está recuperando la
tradición, procedente sobre todo de Centroeuropa y Norteamérica, de poner la
llamada corona
de Adviento (cuatro velas de diferentes colores sobre una corona de ramos
verdes que se van encendiendo progresivamente en cada domingo, marcando el
tiempo de la llegada del Señor).
poner en lugar preferente una imagen de María y se está recuperando la
tradición, procedente sobre todo de Centroeuropa y Norteamérica, de poner la
llamada corona
de Adviento (cuatro velas de diferentes colores sobre una corona de ramos
verdes que se van encendiendo progresivamente en cada domingo, marcando el
tiempo de la llegada del Señor).
La semana que precede
a la Navidad tiene un sentido propio y distinto al resto del Adviento pues la
llegada del Señor es inminente. Aquí las memorias de los santos son siempre
libres, se puede cantar diariamente el Aleluya, poner más luces en el altar,
usar vestiduras más lujosas, dar la bendición con la fórmula solemne de
bendición de Adviento. Se debe notar que el tiempo es más alegre.
a la Navidad tiene un sentido propio y distinto al resto del Adviento pues la
llegada del Señor es inminente. Aquí las memorias de los santos son siempre
libres, se puede cantar diariamente el Aleluya, poner más luces en el altar,
usar vestiduras más lujosas, dar la bendición con la fórmula solemne de
bendición de Adviento. Se debe notar que el tiempo es más alegre.
Las
lecturas de Adviento
se nuclean en
las ferias en torno al profeta Isaías y las evangélicas en los pasajes que
narran al Precursor y los preparativos del Nacimiento. Los domingos se leen las
epístolas de Pablo, Santiago y Hebreos.
lecturas de Adviento
se nuclean en
las ferias en torno al profeta Isaías y las evangélicas en los pasajes que
narran al Precursor y los preparativos del Nacimiento. Los domingos se leen las
epístolas de Pablo, Santiago y Hebreos.
Resumiendo pues
diremos que el Adviento es un tiempo de relativa austeridad, ya que a quien
espera siempre le falta algo. Por eso se emplean algunos signos de austeridad
como las vestiduras moradas o la omisión del Gloria.
diremos que el Adviento es un tiempo de relativa austeridad, ya que a quien
espera siempre le falta algo. Por eso se emplean algunos signos de austeridad
como las vestiduras moradas o la omisión del Gloria.
LA LITÚRGIA DE
LA SEMANA SANTA
LA SEMANA SANTA
Si se puede hablar a
lo largo del Año litúrgico de un tiempo de gran riqueza litúrgica ese tiempo es
sin duda la Semana
Santa.
Domingo de Ramos, Oficios del Jueves y Viernes Santos y la Vigilia Pascual son
momentos cumbres del año litúrgico.
lo largo del Año litúrgico de un tiempo de gran riqueza litúrgica ese tiempo es
sin duda la Semana
Santa.
Domingo de Ramos, Oficios del Jueves y Viernes Santos y la Vigilia Pascual son
momentos cumbres del año litúrgico.
La actual Liturgia de
la Semana Santa se inicia a partir de los años 1951 y 1955 siendo papa Pío XII
que reforma primero la Vigila Pascual y posteriormente toda la Semana Santa. El
Concilio Vaticano II, en la Sacrosantum Concilium la culmina con la posterior
publicación del Misal romano de 1969. Ya quedaron atrás el uso del Tenebrario
para iluminar tenuemente el templo e ir apagando todas sus velas excepto una en
el suprimido Oficio de Tiniebas y en el cual
los fieles tocaban sus carracas, o el enorme desarrollo de los llamados
“monumentos”, arquitecturas efímeras para albergar la reserva del Santísimo que
hoy sigue su costumbre pero de forma más discreta.
la Semana Santa se inicia a partir de los años 1951 y 1955 siendo papa Pío XII
que reforma primero la Vigila Pascual y posteriormente toda la Semana Santa. El
Concilio Vaticano II, en la Sacrosantum Concilium la culmina con la posterior
publicación del Misal romano de 1969. Ya quedaron atrás el uso del Tenebrario
para iluminar tenuemente el templo e ir apagando todas sus velas excepto una en
el suprimido Oficio de Tiniebas y en el cual
los fieles tocaban sus carracas, o el enorme desarrollo de los llamados
“monumentos”, arquitecturas efímeras para albergar la reserva del Santísimo que
hoy sigue su costumbre pero de forma más discreta.
Hasta las reformas
citadas se
consideraba al Sábado Santo como día de Gloria
(sábado de Gloria) ya que la Vigilia pascual se celebraba por la mañana.
citadas se
consideraba al Sábado Santo como día de Gloria
(sábado de Gloria) ya que la Vigilia pascual se celebraba por la mañana.
Comienza la Semana
Santa con el
Domingo de Ramos en la Pasión del Señor
(que ese es su actual nombre aunque errónea e indebidamente se le siga
llamado Domingo de Pasión al anterior al de Ramos). El Domingo de Ramos, en
todas las Misas, es obligatorio hacer conmemoración de la
Entrada del Señor en Jerusalén, que
puede realizarse con una procesión, con entrada solemne o con entrada simple,
según las circunstancias de cada momento y lugar.
Santa con el
Domingo de Ramos en la Pasión del Señor
(que ese es su actual nombre aunque errónea e indebidamente se le siga
llamado Domingo de Pasión al anterior al de Ramos). El Domingo de Ramos, en
todas las Misas, es obligatorio hacer conmemoración de la
Entrada del Señor en Jerusalén, que
puede realizarse con una procesión, con entrada solemne o con entrada simple,
según las circunstancias de cada momento y lugar.
Las palmas y los
ramos, que son signos populares de victoria, manifiestan que la muerte en la
Cruz es signo de victoria. Los fieles han de tener los ramos en las manos antes
de la celebración ya que la distribución de los ramos ha sido suprimida. Ese día
los celebrantes usan el color rojo
que apunta a la muerte del Mártir y a su posterior Victoria uniendo así
la Entrada de Jesús con su muerte y resurrección.
ramos, que son signos populares de victoria, manifiestan que la muerte en la
Cruz es signo de victoria. Los fieles han de tener los ramos en las manos antes
de la celebración ya que la distribución de los ramos ha sido suprimida. Ese día
los celebrantes usan el color rojo
que apunta a la muerte del Mártir y a su posterior Victoria uniendo así
la Entrada de Jesús con su muerte y resurrección.
Acabada la procesión
se dice inmediatamente la oración colecta, suprimiéndose pues los ritos
iniciales. Asimismo se debe leer la Pasión, por lo menos en su forma abreviada.
Se leerá el relato de la Pasión según el evangelista
del año que toque (Mateo, Marcos o Lucas
ya que el relato de Juan se reserva siempre para el Viernes Santo) y ya
desde antiguo se adoptó la costumbre de actuar tres
lectores distintos: el que hace de Jesús (reservado al celebrante), otro
narrador y un tercero que personifica al resto de los demás interlocutores,
costumbre que debe mantenerse cuando sea posible.
se dice inmediatamente la oración colecta, suprimiéndose pues los ritos
iniciales. Asimismo se debe leer la Pasión, por lo menos en su forma abreviada.
Se leerá el relato de la Pasión según el evangelista
del año que toque (Mateo, Marcos o Lucas
ya que el relato de Juan se reserva siempre para el Viernes Santo) y ya
desde antiguo se adoptó la costumbre de actuar tres
lectores distintos: el que hace de Jesús (reservado al celebrante), otro
narrador y un tercero que personifica al resto de los demás interlocutores,
costumbre que debe mantenerse cuando sea posible.
En la mañana del
Jueves Santo se celebra por el obispo la
llamada “Misa
Crismal”
en la cual se bendicen los Santos Oleos que se usarán durante el año. Es
una Misa a la cual están especialmente llamados los sacerdotes, que en la misma
renovaran sus promesas sacerdotales.
Jueves Santo se celebra por el obispo la
llamada “Misa
Crismal”
en la cual se bendicen los Santos Oleos que se usarán durante el año. Es
una Misa a la cual están especialmente llamados los sacerdotes, que en la misma
renovaran sus promesas sacerdotales.
El Triduo
Pascual, que
comienza con la
Misa “in coena Domine”
y termina en la Vigilia Pascual, es
el ápice de la Liturgia que estallará en la celebración del
domingo pascual.
Pascual, que
comienza con la
Misa “in coena Domine”
y termina en la Vigilia Pascual, es
el ápice de la Liturgia que estallará en la celebración del
domingo pascual.
El Triduo Pascual
comienza con la misa vespertina del
Jueves Santo
en la Cena del Señor (dando por finalizado el período cuaresmal precedente)
tiene como característico
el rito del Lavatorio
de los pies tras la Liturgia de la Palabra y la
reserva del Santísimo para la comunión del día
siguiente ya que el Viernes Santo no
se celebra la Misa ni se consagra. Al final de la Misa se omite el rito de
despedida y la bendición y se hace el traslado del Santísimo Sacramento.
Se despoja el Altar sin ninguna ceremonia y
si es posible se retiran las cruces de la iglesia o en su defecto se velan.
comienza con la misa vespertina del
Jueves Santo
en la Cena del Señor (dando por finalizado el período cuaresmal precedente)
tiene como característico
el rito del Lavatorio
de los pies tras la Liturgia de la Palabra y la
reserva del Santísimo para la comunión del día
siguiente ya que el Viernes Santo no
se celebra la Misa ni se consagra. Al final de la Misa se omite el rito de
despedida y la bendición y se hace el traslado del Santísimo Sacramento.
Se despoja el Altar sin ninguna ceremonia y
si es posible se retiran las cruces de la iglesia o en su defecto se velan.
El
Viernes Santo,
primer día del Triduo Pascual, Pascua de Cristo crucificado
es un día alitúrgico puesto que es un día en
que la Iglesia no celebra la Eucaristía (al igual que el Sábado Santo) aunque
si se reparte el Cuerpo de Cristo
(novedad introducida con la reforma),
se lee la Pasión de Jesús según el evangelio de
Juan, a ser posible dialogada, y se hace
la adoración de la Cruz.
La oración de los fieles tiene ese día una especial importancia. El color
litúrgico que corresponde es el
rojo.
Viernes Santo,
primer día del Triduo Pascual, Pascua de Cristo crucificado
es un día alitúrgico puesto que es un día en
que la Iglesia no celebra la Eucaristía (al igual que el Sábado Santo) aunque
si se reparte el Cuerpo de Cristo
(novedad introducida con la reforma),
se lee la Pasión de Jesús según el evangelio de
Juan, a ser posible dialogada, y se hace
la adoración de la Cruz.
La oración de los fieles tiene ese día una especial importancia. El color
litúrgico que corresponde es el
rojo.
El
Sábado Santo,
segundo día del Triduo, Cristo en el sepulcro,
es también un día alitúrgico
en el cual no hay ninguna celebración sacramental prevista.
Sábado Santo,
segundo día del Triduo, Cristo en el sepulcro,
es también un día alitúrgico
en el cual no hay ninguna celebración sacramental prevista.
En la
Vigilia Pascual, que comienza con la
Liturgia del Lucernario, bendición del fuego y posterior
Pregón pascual
prosigue con la Liturgia de la Palabra con nueve lecturas incluyendo los
salmos, en las cuales al acabar las pertenecientes al Antiguo Testamento se
canta el Gloria,
se encienden las luces del templo que hasta ese momento
ha permanecido a oscuras
y se adorna el Altar con luces y flores para seguir con la
Liturgia bautismal
en la que se pueden bautizar a los catecúmenos y renovar las promesas
bautismales. En la procesión hacia el baptisterio se entonan las letanías de los
santos. Terminada la Liturgia bautismal se continúa con la liturgia eucarística
en la forma acostumbrada. Las vestiduras son
blancas.
Vigilia Pascual, que comienza con la
Liturgia del Lucernario, bendición del fuego y posterior
Pregón pascual
prosigue con la Liturgia de la Palabra con nueve lecturas incluyendo los
salmos, en las cuales al acabar las pertenecientes al Antiguo Testamento se
canta el Gloria,
se encienden las luces del templo que hasta ese momento
ha permanecido a oscuras
y se adorna el Altar con luces y flores para seguir con la
Liturgia bautismal
en la que se pueden bautizar a los catecúmenos y renovar las promesas
bautismales. En la procesión hacia el baptisterio se entonan las letanías de los
santos. Terminada la Liturgia bautismal se continúa con la liturgia eucarística
en la forma acostumbrada. Las vestiduras son
blancas.
Históricamente se
comenzó celebrando solamente la Vigilia Pascual y de ahí se pasa en el S. IV a
celebrar el Triduo Pascual, y como consecuencia, la Semana Santa completa.
comenzó celebrando solamente la Vigilia Pascual y de ahí se pasa en el S. IV a
celebrar el Triduo Pascual, y como consecuencia, la Semana Santa completa.
Como
normas litúrgicas
hay que tener en cuenta que durante el Triduo pascual
no se tocan campanas (suena la popular matraca),
el Altar permanece
despojado sin Cruz ni mantel
desde la terminación de la Misa en la Cena del Señor del Jueves Santo y
sin flores
o muy escasas y el
Sagrario permanece abierto y vacío.
No suena la música y el coro, si
interviene, lo hace "a capella".
normas litúrgicas
hay que tener en cuenta que durante el Triduo pascual
no se tocan campanas (suena la popular matraca),
el Altar permanece
despojado sin Cruz ni mantel
desde la terminación de la Misa en la Cena del Señor del Jueves Santo y
sin flores
o muy escasas y el
Sagrario permanece abierto y vacío.
No suena la música y el coro, si
interviene, lo hace "a capella".
El Viernes Santo y el
Sábado según la oportunidad se guarda el
sagrado ayuno de la Pascua
que no tiene ya carácter penitencial. En la Vigila Pascual, por el
contrario, todo
debe rezumar alegría: se deben poner flores, alfombras, y a partir del
Gloria suenan las campanas y los instrumentos musicales. Debe contrastar
claramente la austeridad cuaresmal con la alegría de la Resurrección.
Sábado según la oportunidad se guarda el
sagrado ayuno de la Pascua
que no tiene ya carácter penitencial. En la Vigila Pascual, por el
contrario, todo
debe rezumar alegría: se deben poner flores, alfombras, y a partir del
Gloria suenan las campanas y los instrumentos musicales. Debe contrastar
claramente la austeridad cuaresmal con la alegría de la Resurrección.
Desde el final de la
Misa vespertina del Jueves Santo hasta la medianoche se considera reserva
solemne. El Viernes Santo se da el culto habitual a la reserva eucarística y
tras los Oficios se debe retirar la reserva de la veneración de los fieles y
colocarla en un lugar privado. También se hace genuflexión a la Cruz desde los
Oficios del Viernes Santo hasta la Vigilia pascual.
Misa vespertina del Jueves Santo hasta la medianoche se considera reserva
solemne. El Viernes Santo se da el culto habitual a la reserva eucarística y
tras los Oficios se debe retirar la reserva de la veneración de los fieles y
colocarla en un lugar privado. También se hace genuflexión a la Cruz desde los
Oficios del Viernes Santo hasta la Vigilia pascual.
Desde estas líneas
invitamos a todos los católicos a participar en los actos litúrgicos de la
Semana Santa, cada uno en su parroquia respectiva, Iglesia Penitencial o en la
catedral. Ningún cristiano debe perder la ocasión de participar en los actos
litúrgicos de esos días pues no hay mejor manera de celebrar el Misterio de
nuestra salvación. Y al salir de los Oficios ¡A ver Cofradías¡
invitamos a todos los católicos a participar en los actos litúrgicos de la
Semana Santa, cada uno en su parroquia respectiva, Iglesia Penitencial o en la
catedral. Ningún cristiano debe perder la ocasión de participar en los actos
litúrgicos de esos días pues no hay mejor manera de celebrar el Misterio de
nuestra salvación. Y al salir de los Oficios ¡A ver Cofradías¡
LA VIGILIA
PASCUAL
PASCUAL
Es la
celebración central de todo el
año litúrgico, ocurre al caer el sol del
Sábado Santo.
celebración central de todo el
año litúrgico, ocurre al caer el sol del
Sábado Santo.
Es la
"noche santa" en la que la Iglesia celebra, en
la forma más expresiva, la obra de la redención como memoria, presencia y
espera.
"noche santa" en la que la Iglesia celebra, en
la forma más expresiva, la obra de la redención como memoria, presencia y
espera.
Los cristianos
recordamos la noche en la cual Cristo sale de la tumba, victorioso de la muerte
y esta memoria se hace realidad, porque sabemos que el mismo Cristo resucitado
está presente en la comunidad que celebra el gran acontecimiento.
recordamos la noche en la cual Cristo sale de la tumba, victorioso de la muerte
y esta memoria se hace realidad, porque sabemos que el mismo Cristo resucitado
está presente en la comunidad que celebra el gran acontecimiento.
Lo llamamos
"vigilia", por la actitud de espera que debe tener el cristiano, según la
invitación del evangelio: "Tengan la ropa puesta y mantengan encendidas sus
lámparas. Estén como hombres que esperan que su patrón regrese de un casamiento
para abrirle la puerta. Dichosos los siervos que el Señor a venir, encuentre
despiertos…" (Lc 12, 35-37)
"vigilia", por la actitud de espera que debe tener el cristiano, según la
invitación del evangelio: "Tengan la ropa puesta y mantengan encendidas sus
lámparas. Estén como hombres que esperan que su patrón regrese de un casamiento
para abrirle la puerta. Dichosos los siervos que el Señor a venir, encuentre
despiertos…" (Lc 12, 35-37)
Para todo cristiano
este velar adquiere el valor simbólico de la espera de la venida del Señor. Así
la Vigilia Pascual se convierte en programa de vida: estar siempre alertas y
preparados para nuestro encuentro final con el Señor.
este velar adquiere el valor simbólico de la espera de la venida del Señor. Así
la Vigilia Pascual se convierte en programa de vida: estar siempre alertas y
preparados para nuestro encuentro final con el Señor.
Símbolos y ritos de la celebración:
v
BENDICIÓN DEL FUEGO:
Es el inicio de la Vigilia. Habla del paso de las tinieblas a la luz, de la
noche al día. Las tinieblas simbolizan el pecado y la muerte; y la luz simboliza
a Cristo Resucitado.
BENDICIÓN DEL FUEGO:
Es el inicio de la Vigilia. Habla del paso de las tinieblas a la luz, de la
noche al día. Las tinieblas simbolizan el pecado y la muerte; y la luz simboliza
a Cristo Resucitado.
v
CIRIO
PASCUAL:
Se enciende el Cirio Pascual, que simboliza a Cristo resucitado y se reparte su
fuego para encender las velas que todos los fieles llevan a la celebración,
significando que Cristo, "Luz del Mundo", ilumina la vida de los hombres con su
Resurrección. Se coloca al frente, en el presbiterio, desde donde domina toda la
asamblea.
CIRIO
PASCUAL:
Se enciende el Cirio Pascual, que simboliza a Cristo resucitado y se reparte su
fuego para encender las velas que todos los fieles llevan a la celebración,
significando que Cristo, "Luz del Mundo", ilumina la vida de los hombres con su
Resurrección. Se coloca al frente, en el presbiterio, desde donde domina toda la
asamblea.
v
PROCESIÓN:
Consiste en entrar al templo o lugar de la celebración, precedidos por el
Sacerdote que lleva el Cirio Pascual en Alto, significa que somos el Nuevo
Pueblo de Dios, nacido de la Pascua; peregrinos seguimos a Cristo Resucitado,
nuestro Jefe y Luz del Mundo a través del desierto de esta vida hacia la Patria
Celestial.
PROCESIÓN:
Consiste en entrar al templo o lugar de la celebración, precedidos por el
Sacerdote que lleva el Cirio Pascual en Alto, significa que somos el Nuevo
Pueblo de Dios, nacido de la Pascua; peregrinos seguimos a Cristo Resucitado,
nuestro Jefe y Luz del Mundo a través del desierto de esta vida hacia la Patria
Celestial.
v
LITURGIA
DE LA PALABRA:
El símbolo de la luz del cirio cede el lugar a la realidad de Cristo, luz del
mundo, presente en su Palabra, proclamada en esta noche. En ninguna otra
celebración hay tantos textos como en esta. Son nueve lecturas que presentan en
síntesis la Historia de la Salvación. Las lecturas se hacen a manera de diálogo
entre Dios y la comunidad, cada una está precedida de momentos de silencio,
aclamaciones y cantos de salmos. Las siete primeras lecturas se hacen del
Antiguo Testamento, para admirar la obra de la Creación (Génesis); recordar los
prodigios que hizo Dios con Israel su Pueblo (Éxodo); leer a los profetas que
anunciaron la Salvación que Dios realizaría para todos los hombres; las
siguientes dos lecturas son, una de San Pablo que anuncia a la nueva Iglesia que
Cristo resucitado de entre los muertos, ya no muere más y la más importante, el
Evangelio, que narra la Resurrección del Señor.
LITURGIA
DE LA PALABRA:
El símbolo de la luz del cirio cede el lugar a la realidad de Cristo, luz del
mundo, presente en su Palabra, proclamada en esta noche. En ninguna otra
celebración hay tantos textos como en esta. Son nueve lecturas que presentan en
síntesis la Historia de la Salvación. Las lecturas se hacen a manera de diálogo
entre Dios y la comunidad, cada una está precedida de momentos de silencio,
aclamaciones y cantos de salmos. Las siete primeras lecturas se hacen del
Antiguo Testamento, para admirar la obra de la Creación (Génesis); recordar los
prodigios que hizo Dios con Israel su Pueblo (Éxodo); leer a los profetas que
anunciaron la Salvación que Dios realizaría para todos los hombres; las
siguientes dos lecturas son, una de San Pablo que anuncia a la nueva Iglesia que
Cristo resucitado de entre los muertos, ya no muere más y la más importante, el
Evangelio, que narra la Resurrección del Señor.
v
LITURGIA
BAUTISMAL:
Momento en que se bendice el agua bautismal, se celebra el Bautismo a quienes se
hayan preparado para ingresar en la comunidad cristiana y se renuevan las
promesas bautismales por parte de todos los presentes.
LITURGIA
BAUTISMAL:
Momento en que se bendice el agua bautismal, se celebra el Bautismo a quienes se
hayan preparado para ingresar en la comunidad cristiana y se renuevan las
promesas bautismales por parte de todos los presentes.
v
LITURGIA
EUCARÍSTICA:
Como en todas las Celebraciones Eucarísticas (Misas), se prepara el altar con
los dones del pan y el vino, para hacer presente la Pascua de Cristo, como Él
nos lo enseñó. La celebración eucarística es el centro de toda la vigilia. La
palabra eucaristía, significa "acción de gracias". En esta noche pascual, la
Iglesia celebra su acción de gracias a Padre por habernos dado a su Hijo muerto
y resucitado. En esta noche se comprende más que nunca el porqué los primeros
cristianos llamaron Eucaristía a la Cena del Señor. Este es el momento en que
nació la verdadera Eucaristía: ¡La Pascua!. Por esto, el Misterio de la Noche
Pascual culmina en la Eucaristía, que ya no la ofrece Cristo solo, sino en
compañía de su Iglesia.
LITURGIA
EUCARÍSTICA:
Como en todas las Celebraciones Eucarísticas (Misas), se prepara el altar con
los dones del pan y el vino, para hacer presente la Pascua de Cristo, como Él
nos lo enseñó. La celebración eucarística es el centro de toda la vigilia. La
palabra eucaristía, significa "acción de gracias". En esta noche pascual, la
Iglesia celebra su acción de gracias a Padre por habernos dado a su Hijo muerto
y resucitado. En esta noche se comprende más que nunca el porqué los primeros
cristianos llamaron Eucaristía a la Cena del Señor. Este es el momento en que
nació la verdadera Eucaristía: ¡La Pascua!. Por esto, el Misterio de la Noche
Pascual culmina en la Eucaristía, que ya no la ofrece Cristo solo, sino en
compañía de su Iglesia.
LA
RELIGIOSIDAD POPULAR
RELIGIOSIDAD POPULAR
La
religiosidad popular
es un tema muy
manido y que no goza de excesivos entusiasmos últimamente. Bueno es reproducir
unas líneas de Benedicto XVI sobre el tema escritas cuando era cardenal: “La
religiosidad popular es el humus sin el cual la liturgia no puede desarrollarse.
Desgraciadamente muchas veces fue despreciada e incluso pisoteada por parte de
algunos sectores del Movimiento Litúrgico y con ocasión de la reforma
postconciliar. Y sin embargo, hay que amarla, es necesario purificarla y
guiarla, acogiéndola siempre con respeto, ya que es la manera con la que la fe
es acogida en el corazón del pueblo, aun cuando parezca extraña o sorprendente.
Es la raigambre segura e interior de la fe”. Magníficas palabras para
valorar ese fenómeno de la religiosidad popular uno de cuyos elementos más
destacados son las Hermandades y Cofradías. El “Directorio sobre la piedad
popular y la liturgia” de la Congregación para el
Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos nos ilustra sobradamente
sobre las formas de culto y especialmente sobre las prácticas de la piedad
popular.
religiosidad popular
es un tema muy
manido y que no goza de excesivos entusiasmos últimamente. Bueno es reproducir
unas líneas de Benedicto XVI sobre el tema escritas cuando era cardenal: “La
religiosidad popular es el humus sin el cual la liturgia no puede desarrollarse.
Desgraciadamente muchas veces fue despreciada e incluso pisoteada por parte de
algunos sectores del Movimiento Litúrgico y con ocasión de la reforma
postconciliar. Y sin embargo, hay que amarla, es necesario purificarla y
guiarla, acogiéndola siempre con respeto, ya que es la manera con la que la fe
es acogida en el corazón del pueblo, aun cuando parezca extraña o sorprendente.
Es la raigambre segura e interior de la fe”. Magníficas palabras para
valorar ese fenómeno de la religiosidad popular uno de cuyos elementos más
destacados son las Hermandades y Cofradías. El “Directorio sobre la piedad
popular y la liturgia” de la Congregación para el
Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos nos ilustra sobradamente
sobre las formas de culto y especialmente sobre las prácticas de la piedad
popular.
Las formas de culto
de las Hermandades y Cofradías, en su vertiente devocional más generalizadas, se
resumen en
novenas, septenarios, quinarios y triduos, teniendo siempre como centro
celebrativo la Eucaristía.
de las Hermandades y Cofradías, en su vertiente devocional más generalizadas, se
resumen en
novenas, septenarios, quinarios y triduos, teniendo siempre como centro
celebrativo la Eucaristía.
La
novena: Es un
ejercicio piadoso que dura nueve días,
dedicado generalmente a la Virgen María y a otros santos y santas, así como a
devociones particulares. Muchas de las novenas tiene indulgencias y la única
novena que no era de devoción sino litúrgica fue la prescrita por León XIII en
el año 1895 dedicada al Espíritu Santo para preparar Pentecostés.
novena: Es un
ejercicio piadoso que dura nueve días,
dedicado generalmente a la Virgen María y a otros santos y santas, así como a
devociones particulares. Muchas de las novenas tiene indulgencias y la única
novena que no era de devoción sino litúrgica fue la prescrita por León XIII en
el año 1895 dedicada al Espíritu Santo para preparar Pentecostés.
El
septenario:
Es un
ejercicio de siete días especialmente
dedicado a la
Virgen en sus advocaciones dolorosas, como recuerdo de los siete dolores
que padeció la Virgen al contemplar los padecimientos de Cristo ante la Cruz.
septenario:
Es un
ejercicio de siete días especialmente
dedicado a la
Virgen en sus advocaciones dolorosas, como recuerdo de los siete dolores
que padeció la Virgen al contemplar los padecimientos de Cristo ante la Cruz.
El
quinario:
Ejercicio de
cinco días que parece tener su origen en el
recuerdo de las cinco llagas de Cristo (manos, pies y costado) y se celebran
tanto para el culto a Cristo, como a la Virgen.
quinario:
Ejercicio de
cinco días que parece tener su origen en el
recuerdo de las cinco llagas de Cristo (manos, pies y costado) y se celebran
tanto para el culto a Cristo, como a la Virgen.
El
triduo:
Ejercicio de
tres días dedicado tanto a Cristo como a la
Vírgen. Tres son las personas de la Trinidad y tres los días que conforman el
Triduo Pascual. Se dedican también Triduos al Santísimo.
triduo:
Ejercicio de
tres días dedicado tanto a Cristo como a la
Vírgen. Tres son las personas de la Trinidad y tres los días que conforman el
Triduo Pascual. Se dedican también Triduos al Santísimo.
El
Vía Crucis cuaresmal y el Vía Lucis,
su equivalente
pascual, son otras formas de devoción muy utilizados por las Cofradías,
especialmente el ejercicio del Vía Crucis en el cual se recorren los momentos
más sobresalientes de la Pasión y Muerte de Cristo a través de sus catorce
estaciones. De igual forma, en la Cuaresma, están bastante extendidas las
meditaciones sobre el Stabat Mater y sobre las Siete Palabras de Jesús en la
Cruz, difundidas estas últimas en el S. XVII sobre todo gracias al tratado que
sobre dicho tema escribió San Roberto Belarmino. El
Sermón sobre las Siete Palabras es fuente importante de reflexión durante
los días cuaresmales y en Valladolid adquiere su máximo exponente en la mañana
del Viernes Santo en su Plaza Mayor.
Vía Crucis cuaresmal y el Vía Lucis,
su equivalente
pascual, son otras formas de devoción muy utilizados por las Cofradías,
especialmente el ejercicio del Vía Crucis en el cual se recorren los momentos
más sobresalientes de la Pasión y Muerte de Cristo a través de sus catorce
estaciones. De igual forma, en la Cuaresma, están bastante extendidas las
meditaciones sobre el Stabat Mater y sobre las Siete Palabras de Jesús en la
Cruz, difundidas estas últimas en el S. XVII sobre todo gracias al tratado que
sobre dicho tema escribió San Roberto Belarmino. El
Sermón sobre las Siete Palabras es fuente importante de reflexión durante
los días cuaresmales y en Valladolid adquiere su máximo exponente en la mañana
del Viernes Santo en su Plaza Mayor.
No podemos dejar de
nombrar la señal
de la cruz. Hacer la señal de la cruz
es el gesto fundamental del cristiano. Santiguarse es aceptar a Cristo en
nuestra vida, reconocernos discípulos suyos. Si además utilizamos el agua
bendita para santiguarnos nos trae recuerdos del bautismo. En definitiva es una
profesión de fe en el Dios trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Hacer la señal
de la cruz equivale a ponernos bajo la protección del Señor, equivale a un
escudo que nos protege de las tribulaciones diarias y nos anima a seguir
adelante.
nombrar la señal
de la cruz. Hacer la señal de la cruz
es el gesto fundamental del cristiano. Santiguarse es aceptar a Cristo en
nuestra vida, reconocernos discípulos suyos. Si además utilizamos el agua
bendita para santiguarnos nos trae recuerdos del bautismo. En definitiva es una
profesión de fe en el Dios trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Hacer la señal
de la cruz equivale a ponernos bajo la protección del Señor, equivale a un
escudo que nos protege de las tribulaciones diarias y nos anima a seguir
adelante.
LAS
PROCESIONES
PROCESIONES
Un apartado de la
religiosidad popular muy querido por las Hermandades y Cofradías son las
procesiones. La procesión es una expresión cultual de
carácter universal en la cual la piedad popular y la liturgia establecen
una relación muy peculiar. Las procesiones son manifestaciones de la fe y piedad
populares con grandes connotaciones culturales y que despiertan el sentimiento
religioso de los fieles, tal como las define el Directorio sobre la piedad
popular y la liturgia.
religiosidad popular muy querido por las Hermandades y Cofradías son las
procesiones. La procesión es una expresión cultual de
carácter universal en la cual la piedad popular y la liturgia establecen
una relación muy peculiar. Las procesiones son manifestaciones de la fe y piedad
populares con grandes connotaciones culturales y que despiertan el sentimiento
religioso de los fieles, tal como las define el Directorio sobre la piedad
popular y la liturgia.
Hay
procesiones litúrgicas que se celebran
durante el desarrollo de la Eucaristía y son necesarias para el desarrollo de la
misma acción litúrgica: la procesión de entrada
del ministro y los celebrantes, que puede solemnizarse entrando los celebrantes
desde el fondo de la nave; la procesión hacía el
ambón del diácono o presbítero para proclamar el Evangelio;
la procesión para presentar las ofrendas;
el momento de recibir la comunión, que
también se considera procesión de los fieles. Además hay procesiones litúrgicas
con motivo de ciertas festividades: la del 2 de
febrero (Candelaria) que conmemora la Presentación del Señor en el
Templo; la del Domingo de Ramos (palmas) que
conmemora la entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén; las de la
Vigilia Pascual con el rito del Lucernario.
Otras tienen carácter votivo, como la del Corpus o las de rogativas.
procesiones litúrgicas que se celebran
durante el desarrollo de la Eucaristía y son necesarias para el desarrollo de la
misma acción litúrgica: la procesión de entrada
del ministro y los celebrantes, que puede solemnizarse entrando los celebrantes
desde el fondo de la nave; la procesión hacía el
ambón del diácono o presbítero para proclamar el Evangelio;
la procesión para presentar las ofrendas;
el momento de recibir la comunión, que
también se considera procesión de los fieles. Además hay procesiones litúrgicas
con motivo de ciertas festividades: la del 2 de
febrero (Candelaria) que conmemora la Presentación del Señor en el
Templo; la del Domingo de Ramos (palmas) que
conmemora la entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén; las de la
Vigilia Pascual con el rito del Lucernario.
Otras tienen carácter votivo, como la del Corpus o las de rogativas.
Fue en la Edad Media
cuando la piedad popular amplió el número de procesiones votivas que alcanzaron
su punto álgido durante la época barroca, tanto para honrar a los santos como
para meditar los aspectos de la pasión. Los riesgos que tienen se refieren a que
estas manifestaciones prevalezcan sobre los
sacramentos, que quedarían relegados a un segundo plano o a
considerar la procesión como el acto
culminante de la Liturgia lo cual puede degenerar en convertir la
procesión en mero espectáculo o acto folclórico cultural. Para evitar esa mala
interpretación se impone una catequesis adecuada sobre el sentido de las
procesiones, en un triple sentido:
teológico,
como sentido de pueblo de Dios en marcha camino de la Jerusalén celeste:
litúrgico,
procurando que haya representación eclesiástica en la presidencia y con
oraciones al inicio y al terminar, portando velas los asistentes;
antropológico, poniendo de manifiesto
el significado de procesión como camino que se hace juntos participando en el
mismo clima de oración.
cuando la piedad popular amplió el número de procesiones votivas que alcanzaron
su punto álgido durante la época barroca, tanto para honrar a los santos como
para meditar los aspectos de la pasión. Los riesgos que tienen se refieren a que
estas manifestaciones prevalezcan sobre los
sacramentos, que quedarían relegados a un segundo plano o a
considerar la procesión como el acto
culminante de la Liturgia lo cual puede degenerar en convertir la
procesión en mero espectáculo o acto folclórico cultural. Para evitar esa mala
interpretación se impone una catequesis adecuada sobre el sentido de las
procesiones, en un triple sentido:
teológico,
como sentido de pueblo de Dios en marcha camino de la Jerusalén celeste:
litúrgico,
procurando que haya representación eclesiástica en la presidencia y con
oraciones al inicio y al terminar, portando velas los asistentes;
antropológico, poniendo de manifiesto
el significado de procesión como camino que se hace juntos participando en el
mismo clima de oración.
LOS CULTOS EN
LAS COFRADÍAS
LAS COFRADÍAS
Los cultos que las
cofradías dedican hoy día a sus titulares están recogidos claramente en sus
Reglas o Estatutos. Entre sus fines se
recoge en primer lugar el de "Dar culto público y asiduo a Dios Nuestro Señor
Jesucristo y a su Santísima Madre la Virgen María, representados en nuestras
Sagradas Imágenes".
cofradías dedican hoy día a sus titulares están recogidos claramente en sus
Reglas o Estatutos. Entre sus fines se
recoge en primer lugar el de "Dar culto público y asiduo a Dios Nuestro Señor
Jesucristo y a su Santísima Madre la Virgen María, representados en nuestras
Sagradas Imágenes".
Queda claro pues
desde el principio que uno de los fines esenciales e irrenunciables de las
cofradías es el de dar culto público a Dios y a la Virgen María, además de a sus
devociones particulares. Esto debe saberse con claridad ya que algunas de las
críticas que se hacen a las Cofradías proviene del desconocimiento de sus fines.
El culto a sus titulares es
"lo suyo específico" estando lógicamente
obligadas a realizar otras funciones
(caridad, formación, catequesis) ineludibles
para poder estar en línea con las exigencias de la Iglesia hoy en día.
desde el principio que uno de los fines esenciales e irrenunciables de las
cofradías es el de dar culto público a Dios y a la Virgen María, además de a sus
devociones particulares. Esto debe saberse con claridad ya que algunas de las
críticas que se hacen a las Cofradías proviene del desconocimiento de sus fines.
El culto a sus titulares es
"lo suyo específico" estando lógicamente
obligadas a realizar otras funciones
(caridad, formación, catequesis) ineludibles
para poder estar en línea con las exigencias de la Iglesia hoy en día.
Las hermandades y
cofradías tienen en honor a sus titulares principales (Cristo y/o Virgen)
fundamentalmente cuatro formas de cultos:
novenas, septenarios, quinarios y triduos.
cofradías tienen en honor a sus titulares principales (Cristo y/o Virgen)
fundamentalmente cuatro formas de cultos:
novenas, septenarios, quinarios y triduos.
El desarrollo del
triduo, quinario, septenario o novena podría seguir el siguiente esquema:
rezo del Santo Rosario,
ejercicio propio del Triduo
o correspondiente, que consiste en una breve oración, algunas preces,
peticiones dirigidas al titular al que se le dedica el culto y
Santa Misa con Sermón.
En algunas ocasiones hay Exposición del Santísimo y Bendición.
triduo, quinario, septenario o novena podría seguir el siguiente esquema:
rezo del Santo Rosario,
ejercicio propio del Triduo
o correspondiente, que consiste en una breve oración, algunas preces,
peticiones dirigidas al titular al que se le dedica el culto y
Santa Misa con Sermón.
En algunas ocasiones hay Exposición del Santísimo y Bendición.
En realidad, los
ejercicios de piedad (ya que no son otra cosa los Quinarios, Triduos y demás)
tenían antiguamente un sentido de preparación, durante el cual mediante el
Sermón, único medio de la Iglesia para transmitir sus mensajes evangélicos en
aquellos tiempos, y mediante la meditación de los misterios de la Pasión, se
invitaba al cofrade a una conversión, que culminaría recibiendo los Sacramentos
del Perdón y de la Eucaristía.
ejercicios de piedad (ya que no son otra cosa los Quinarios, Triduos y demás)
tenían antiguamente un sentido de preparación, durante el cual mediante el
Sermón, único medio de la Iglesia para transmitir sus mensajes evangélicos en
aquellos tiempos, y mediante la meditación de los misterios de la Pasión, se
invitaba al cofrade a una conversión, que culminaría recibiendo los Sacramentos
del Perdón y de la Eucaristía.
Cierto es también que
la práctica de la comunión frecuente
es muy moderna, siendo en siglos pasados ésta una práctica más bien
excepcional debido entre otras cosas al estricto ayuno eucarístico que había que
guardar para comulgar (desde la medianoche anterior), lo cual no favorecía esta
práctica y forzaba por añadidura la inexistencia de misa vespertina. Pío XII en
1953 mitigó el ayuno, que pasó primero tres horas y posteriormente a una hora
antes (CDC 919).
la práctica de la comunión frecuente
es muy moderna, siendo en siglos pasados ésta una práctica más bien
excepcional debido entre otras cosas al estricto ayuno eucarístico que había que
guardar para comulgar (desde la medianoche anterior), lo cual no favorecía esta
práctica y forzaba por añadidura la inexistencia de misa vespertina. Pío XII en
1953 mitigó el ayuno, que pasó primero tres horas y posteriormente a una hora
antes (CDC 919).
El hecho de celebrar
en el mismo acto el rezo del Santo Rosario, el ejercicio de la Novena, Quinario
o Triduo, la Santa Misa con el Sermón y a veces la bendición con el Santísimo
prolongan en demasía la duración de algunos cultos, confundiendo la larga
duración con la solemnidad, cuando más bien puede caerse en pesadez o
aburrimiento. Es claro que la calidad del culto no depende del tiempo sino de la
intensidad y participación de los fieles.
en el mismo acto el rezo del Santo Rosario, el ejercicio de la Novena, Quinario
o Triduo, la Santa Misa con el Sermón y a veces la bendición con el Santísimo
prolongan en demasía la duración de algunos cultos, confundiendo la larga
duración con la solemnidad, cuando más bien puede caerse en pesadez o
aburrimiento. Es claro que la calidad del culto no depende del tiempo sino de la
intensidad y participación de los fieles.
LA INCENSACIÓN
El rito de
incensación expresa
reverencia y oración.
La materia que se coloca en el incensario debe ser incienso puro o en
caso de agregarle alguna sustancia se debe procurar que la cantidad de incienso
sea mucho mayor.
incensación expresa
reverencia y oración.
La materia que se coloca en el incensario debe ser incienso puro o en
caso de agregarle alguna sustancia se debe procurar que la cantidad de incienso
sea mucho mayor.
En cuanto a la forma
de incensar siempre ha de hacerse con
movimientos dobles
únicamente. Antes y después de incensar se debe hacer una
inclinación profunda a la persona u
objeto que se inciensa. Con
tres movimientos dobles se inciensa: el
Santísimo Sacramento (que ha de hacerse de
rodillas), la reliquia de la Santa Cruz, las
imágenes del Señor o de de la Virgen, los
dones para el sacrificio, la
cruz del altar, el
Evangelario, el
Cirio Pascual, el ministro celebrante
y el pueblo. Con
dos movimientos dobles
se inciensa en el resto de los casos. Antes y después de la incensación
se debe hacer una reverencia profunda a la persona u objeto que se inciensa, a
excepción del altar y los dones para el sacrificio de la Misa.
de incensar siempre ha de hacerse con
movimientos dobles
únicamente. Antes y después de incensar se debe hacer una
inclinación profunda a la persona u
objeto que se inciensa. Con
tres movimientos dobles se inciensa: el
Santísimo Sacramento (que ha de hacerse de
rodillas), la reliquia de la Santa Cruz, las
imágenes del Señor o de de la Virgen, los
dones para el sacrificio, la
cruz del altar, el
Evangelario, el
Cirio Pascual, el ministro celebrante
y el pueblo. Con
dos movimientos dobles
se inciensa en el resto de los casos. Antes y después de la incensación
se debe hacer una reverencia profunda a la persona u objeto que se inciensa, a
excepción del altar y los dones para el sacrificio de la Misa.
En la
Misa
se puede
incensiar durante la procesión de entrada; al comienzo de la Misa para incensiar
primero a la cruz si está sobre el altar y si no lo está cuando pase ante ella,
después al altar; en la procesión y proclamación del Evangelio al Evangeliario;
en la preparación de los dones, que se inciensan las ofrendas, el altar, la
Cruz, al Obispo o presbítero, a los concelebrantes y al pueblo. También se
inciensa, de rodillas, en el momento de mostrar la hostia y el cáliz, después de
la consagración. En la bendición con el Santísimo Sacramento se le inciensa
durante el momento mismo de la bendición, colocándose el turiferario ante el
altar de rodillas como en la consagración. Las imágenes se inciensan sólo al
comienzo de la celebración, no en el ofertorio.
Misa
se puede
incensiar durante la procesión de entrada; al comienzo de la Misa para incensiar
primero a la cruz si está sobre el altar y si no lo está cuando pase ante ella,
después al altar; en la procesión y proclamación del Evangelio al Evangeliario;
en la preparación de los dones, que se inciensan las ofrendas, el altar, la
Cruz, al Obispo o presbítero, a los concelebrantes y al pueblo. También se
inciensa, de rodillas, en el momento de mostrar la hostia y el cáliz, después de
la consagración. En la bendición con el Santísimo Sacramento se le inciensa
durante el momento mismo de la bendición, colocándose el turiferario ante el
altar de rodillas como en la consagración. Las imágenes se inciensan sólo al
comienzo de la celebración, no en el ofertorio.
FUNCIONES DE LOS ACÓLITOS EN LAS COFRADÍAS
Antes de ponerse en
marcha la procesión de entrada hacia el altar para comenzar la Eucaristía el
turiferario ofrece al presidente el incensario para que imponga el incienso.
marcha la procesión de entrada hacia el altar para comenzar la Eucaristía el
turiferario ofrece al presidente el incensario para que imponga el incienso.
Acto seguido comienza
la procesión de
entrada por este orden:
turiferario, cruz alzada con dos portadores de
ciriales a ambos lados, siguen los demás ministros y el diácono (si lo hay), que
porta el Evangeliario en alto. Si no hay diácono puede portarlo un acólito o un
lector instituido, siguen los concelebrantes siempre de dos en dos y el
presidente sólo. Cierra la procesión
el maestro de ceremonias y los ministros del libro, mitra y báculo (si preside
el obispo). Los concelebrantes y ministros, cuando van caminando en procesión o
están de pie deben tener ante el pecho las palmas extendidas y juntas, el pulgar
de la mano derecha sobre el pulgar de la izquierda formando una cruz.
la procesión de
entrada por este orden:
turiferario, cruz alzada con dos portadores de
ciriales a ambos lados, siguen los demás ministros y el diácono (si lo hay), que
porta el Evangeliario en alto. Si no hay diácono puede portarlo un acólito o un
lector instituido, siguen los concelebrantes siempre de dos en dos y el
presidente sólo. Cierra la procesión
el maestro de ceremonias y los ministros del libro, mitra y báculo (si preside
el obispo). Los concelebrantes y ministros, cuando van caminando en procesión o
están de pie deben tener ante el pecho las palmas extendidas y juntas, el pulgar
de la mano derecha sobre el pulgar de la izquierda formando una cruz.
Al llegar al altar el
turiferario se coloca a la izquierda y entrega al presidente el incensario para
la incensación del altar, la Cruz y la imagen solemnemente expuesta. Los
ciriales se colocan en un sitio dispuesto para ello. Como norma general se debe
considerar que los acólitos que lleven algo en las manos no hacen reverencia ni
genuflexión al llegar al altar. El Evangeliario se coloca sobre el altar,
cerrado. Cuando los acólitos están en el presbiterio han de cuidar de no tener
sus asientos en el mismo rango que los diáconos y los presbíteros, no siendo
correcto que se coloquen directamente al lado del celebrante salvo que estén
sirviendo el libro. Permanecen en su sitio hasta el Evangelio, al que sólo acude
en procesión el turiferario, que ofrecerá el incensario al diácono o
concelebrante tras las palabras “Lectura del santo Evangelio según...”
para que inciense al Evangeliario y también se colocan a ambos lados del ambón
con los ciriales en alto permaneciendo así hasta el final del mismo.
turiferario se coloca a la izquierda y entrega al presidente el incensario para
la incensación del altar, la Cruz y la imagen solemnemente expuesta. Los
ciriales se colocan en un sitio dispuesto para ello. Como norma general se debe
considerar que los acólitos que lleven algo en las manos no hacen reverencia ni
genuflexión al llegar al altar. El Evangeliario se coloca sobre el altar,
cerrado. Cuando los acólitos están en el presbiterio han de cuidar de no tener
sus asientos en el mismo rango que los diáconos y los presbíteros, no siendo
correcto que se coloquen directamente al lado del celebrante salvo que estén
sirviendo el libro. Permanecen en su sitio hasta el Evangelio, al que sólo acude
en procesión el turiferario, que ofrecerá el incensario al diácono o
concelebrante tras las palabras “Lectura del santo Evangelio según...”
para que inciense al Evangeliario y también se colocan a ambos lados del ambón
con los ciriales en alto permaneciendo así hasta el final del mismo.
Siempre el acólito debe esperar a que el Presidente bendiga el incienso recién
añadido
antes de
retirarse. Mientras se proclaman las lecturas todos deben mirar hacia el ambón,
nunca al pueblo. El turiferario puede presentar el incensario al Presidente para
que añada incienso mientras se entona el Aleluya. Nunca debe el acólito hacer
esperar a los celebrantes y siempre es preferible que esté esperando el acólito
a que haga esperar a los celebrantes. Terminado de proclamar el Evangelio todos
vuelven a su lugar dejando al sacerdote solo para la homilía. La manera más
correcta de tener las manos durante los momentos en que se está sentado es
colocadas sobre las rodillas, tanto los acólitos como los ministros incluido el
obispo salvo que lleve el báculo.
En la preparación del
altar uno de los acólitos lleva el cáliz y la patena
con las formas y los corporales que extiende sobre el altar. Otro lleva las
vinajeras presentando primero la del vino con la mano derecha y retirándola con
la izquierda procurando ofrecer el asa al sacerdote. Igual hace con la
del agua. Estas tareas también las pueden hacer otras personas que expresamente
queden encargadas de ayudar a preparar la mesa.
altar uno de los acólitos lleva el cáliz y la patena
con las formas y los corporales que extiende sobre el altar. Otro lleva las
vinajeras presentando primero la del vino con la mano derecha y retirándola con
la izquierda procurando ofrecer el asa al sacerdote. Igual hace con la
del agua. Estas tareas también las pueden hacer otras personas que expresamente
queden encargadas de ayudar a preparar la mesa.
En el Ofertorio para
la incensación de las ofrendas se procede como antes dijimos en lo referente a
añadir incienso. En este momento de la Misa
se inciensa por parte del Presidente las ofrendas, al
altar, la Cruz y finalmente el acólito inciensa al Presidente y al pueblo.
Se debe hacer inclinación profunda de cabeza antes y después de incensiar, ya
sea a personas o imágenes. Al llegar al Sanctus los portadores de los ciriales
se dirigen en procesión al pie del presbiterio. Allí permanecen con los ciriales
en alto hasta que termine la Plegaria eucarística con el Amen conclusivo de la
doxología final para marchar de nuevo a sus puestos. El turiferario se sitúa de
rodillas ante el altar para incensiar, con tres golpes dobles, al Pan y al Vino
consagrados en el momento de mostrarlos el Presidente a la Asamblea.
la incensación de las ofrendas se procede como antes dijimos en lo referente a
añadir incienso. En este momento de la Misa
se inciensa por parte del Presidente las ofrendas, al
altar, la Cruz y finalmente el acólito inciensa al Presidente y al pueblo.
Se debe hacer inclinación profunda de cabeza antes y después de incensiar, ya
sea a personas o imágenes. Al llegar al Sanctus los portadores de los ciriales
se dirigen en procesión al pie del presbiterio. Allí permanecen con los ciriales
en alto hasta que termine la Plegaria eucarística con el Amen conclusivo de la
doxología final para marchar de nuevo a sus puestos. El turiferario se sitúa de
rodillas ante el altar para incensiar, con tres golpes dobles, al Pan y al Vino
consagrados en el momento de mostrarlos el Presidente a la Asamblea.
En la comunión pueden
ayudar a los celebrantes a repartirla, portando las bandejas. Los acólitos
comulgan antes, si van a hacerlo. Acaba la comunión presentan las bandejas para
ser purificadas, sirven el agua para limpiar el cáliz y retiran el cáliz, los
corporales y la patena. Antes de la bendición se levantan los ciriales y así
permanecerán hasta que acabada la Misa se inicie la procesión de salida de
manera similar a la de entrada. Es importante señalar que los acólitos que
sirven al presidente lo hacen siempre de frente, procurando no darle nunca la
espalda.
ayudar a los celebrantes a repartirla, portando las bandejas. Los acólitos
comulgan antes, si van a hacerlo. Acaba la comunión presentan las bandejas para
ser purificadas, sirven el agua para limpiar el cáliz y retiran el cáliz, los
corporales y la patena. Antes de la bendición se levantan los ciriales y así
permanecerán hasta que acabada la Misa se inicie la procesión de salida de
manera similar a la de entrada. Es importante señalar que los acólitos que
sirven al presidente lo hacen siempre de frente, procurando no darle nunca la
espalda.
Es
muy importante señalar, en todos los momentos, que los acólitos no deben
establecer una barrera entre el presbiterio y el pueblo, de manera que impidan
la visión y la correcta participación de los fieles en la Eucaristía, debiendo
situarse siempre en lugares discretos y que no entorpezcan.
De igual forma deben mantener siempre una compostura seria, acorde con la
importancia de la función que están realizando. Debe existir siempre un lugar
para dejar los ciriales al objeto de que no los sostengan durante toda la Misa y
los porten en los momentos indicados. El lugar adecuado de los acólitos cuando
no cumplen ninguna función concreta es delante de sus asientos, sentados o en
pie, según el momento lo requiera.
muy importante señalar, en todos los momentos, que los acólitos no deben
establecer una barrera entre el presbiterio y el pueblo, de manera que impidan
la visión y la correcta participación de los fieles en la Eucaristía, debiendo
situarse siempre en lugares discretos y que no entorpezcan.
De igual forma deben mantener siempre una compostura seria, acorde con la
importancia de la función que están realizando. Debe existir siempre un lugar
para dejar los ciriales al objeto de que no los sostengan durante toda la Misa y
los porten en los momentos indicados. El lugar adecuado de los acólitos cuando
no cumplen ninguna función concreta es delante de sus asientos, sentados o en
pie, según el momento lo requiera.
Terminamos recordando
los momentos en los que el Misal Romano autoriza el uso
del incienso durante la Misa:
los momentos en los que el Misal Romano autoriza el uso
del incienso durante la Misa:
1.
En la
procesión de entrada.
2.
Al
comienzo de la misa para incensar el altar, la Cruz y la imagen solemnemente
expuesta.
3.
En la
procesión y proclamación del Evangelio.
4.
Durante el ofertorio, para incensar las ofrendas, el altar, al sacerdote y a la
asamblea.
5.
Tras
la consagración, al mostrar elevando el sacerdote el cáliz y la sagrada forma.
El que inciensa
sostiene con la mano izquierda las cadenas por su parte superior a la altura del
pecho y con la derecha por la parte inferior, cerca del incensario y lo sostiene
de manera cómoda de manera que pueda moverlo con soltura. De igual forma
recordamos que los ciriales deben mantenerse en alto
durante la lectura del Evangelio, durante la Plegaria eucarística y en la
bendición final.
sostiene con la mano izquierda las cadenas por su parte superior a la altura del
pecho y con la derecha por la parte inferior, cerca del incensario y lo sostiene
de manera cómoda de manera que pueda moverlo con soltura. De igual forma
recordamos que los ciriales deben mantenerse en alto
durante la lectura del Evangelio, durante la Plegaria eucarística y en la
bendición final.
Los golpes del
incensario siempre serán dobles, pudiendo
hacerse golpes dobles o triples. Con dos golpes
dobles se inciensa a las imágenes de la Virgen o santos. Con
dos golpes triples se inciensa a la Cruz, al
Santísimo, al sacerdote y al pueblo.
incensario siempre serán dobles, pudiendo
hacerse golpes dobles o triples. Con dos golpes
dobles se inciensa a las imágenes de la Virgen o santos. Con
dos golpes triples se inciensa a la Cruz, al
Santísimo, al sacerdote y al pueblo.
Esquema de actuación del Acólito Turiferario en la celebración eucarística:
·
Antes
de la procesión de entrada.
Antes
de la procesión de entrada.
·
Al
llegar al Altar se le ofrece al sacerdote para que éste inciense al Altar
Al
llegar al Altar se le ofrece al sacerdote para que éste inciense al Altar
·
Antes
del Evangelio se le ofrece al sacerdote para que inciense al Evangelario (se le
acercará durante el Aleluya).
Antes
del Evangelio se le ofrece al sacerdote para que inciense al Evangelario (se le
acercará durante el Aleluya).
·
Tras la
preparación de los dones se le ofrece al sacerdote para que inciense los dones y
el Altar. Posteriormente el turiferario inciensa al sacerdote, concelebrantes si
los hay y posteriormente al pueblo, en todos los casos con dos golpes TRIPLES
(al pueblo primero al frente, luego a derecha e izquierda).
Tras la
preparación de los dones se le ofrece al sacerdote para que inciense los dones y
el Altar. Posteriormente el turiferario inciensa al sacerdote, concelebrantes si
los hay y posteriormente al pueblo, en todos los casos con dos golpes TRIPLES
(al pueblo primero al frente, luego a derecha e izquierda).
·
Después
del Sanctus el turiferario se coloca de rodillas ante el Altar e inciensa con
dos golpes triples tanto al Pan como al Vino consagrado. Acabada la incensación
puede volver a su sitio.
Después
del Sanctus el turiferario se coloca de rodillas ante el Altar e inciensa con
dos golpes triples tanto al Pan como al Vino consagrado. Acabada la incensación
puede volver a su sitio.
El Turiferario nunca
pone el incienso en el incensario. Siempre lo pone el Sacerdote, (al que se le
ofrece la naveta) que debe bendecidlo. El Turiferario hace reverencia profunda
antes y después de inciensar al sacerdote y al pueblo.
pone el incienso en el incensario. Siempre lo pone el Sacerdote, (al que se le
ofrece la naveta) que debe bendecidlo. El Turiferario hace reverencia profunda
antes y después de inciensar al sacerdote y al pueblo.
CLASES DE
CULTO
CULTO
La Iglesia católica
distingue claramente tres clases de cultos: el de
LATRÍA
o de adoración, el de
DULÍA o
de veneración, y el de
HIPERDULÍA (veneración llevada al extremo).
distingue claramente tres clases de cultos: el de
LATRÍA
o de adoración, el de
DULÍA o
de veneración, y el de
HIPERDULÍA (veneración llevada al extremo).
El
CULTO DE LATRIA (adoración): Es exclusivo de
Dios. Sólo Dios puede ser adorado y sólo Cristo, Dios hecho hombre, es el
Salvador. El mismo Cristo nos lo dijo: "Adorarás al Señor tu Dios y sólo a El
darás culto".
CULTO DE LATRIA (adoración): Es exclusivo de
Dios. Sólo Dios puede ser adorado y sólo Cristo, Dios hecho hombre, es el
Salvador. El mismo Cristo nos lo dijo: "Adorarás al Señor tu Dios y sólo a El
darás culto".
El culto de latría al
Santísimo Sacramento tiene un hito importante al instituirse la fiesta del
Corpus Christi por Urbano IV, habiendo la
Iglesia previamente impuesto la obligación, por decisión del IV Concilio de
Letrán en 1215 de confesar y comulgar al menos una vez al año, en tiempo
Pascual. Ya en el año 1508, al crearse por Doña Teresa Enríquez de Alvarado
(llamada por Julio II la loca del Sacramento) la primera hermandad sacramental
en el templo romano de San Lorenzo in Dámaso para dar culto al Santísimo y
llevar el Viático a los enfermos y moribundos se extendió rápidamente este tipo
de Hermandades, y el culto al Santísimo se generalizó. En rigor, se puede
afirmar que esta piadosa dama es la fundadora de todas las Sacramentales, ya que
el Papa Julio II le concedió por Bula el privilegio de fundar estas Hermandades
por toda la Cristiandad.
Santísimo Sacramento tiene un hito importante al instituirse la fiesta del
Corpus Christi por Urbano IV, habiendo la
Iglesia previamente impuesto la obligación, por decisión del IV Concilio de
Letrán en 1215 de confesar y comulgar al menos una vez al año, en tiempo
Pascual. Ya en el año 1508, al crearse por Doña Teresa Enríquez de Alvarado
(llamada por Julio II la loca del Sacramento) la primera hermandad sacramental
en el templo romano de San Lorenzo in Dámaso para dar culto al Santísimo y
llevar el Viático a los enfermos y moribundos se extendió rápidamente este tipo
de Hermandades, y el culto al Santísimo se generalizó. En rigor, se puede
afirmar que esta piadosa dama es la fundadora de todas las Sacramentales, ya que
el Papa Julio II le concedió por Bula el privilegio de fundar estas Hermandades
por toda la Cristiandad.
El
CULTO DE DULIA (veneración): Es el propio
debido a los santos, personas que por su probada heroicidad en el ejercicio de
las virtudes cristianas la Iglesia nos los pone como ejemplo a seguir
subiéndolos a los altares. Al patriarca bendito San
José se le considera el primero de los santos, dedicándosele un culto de
protodulía. San José es proclamado
patrono universal de la Iglesia por Pío IX en
1870. Sin duda que en los orígenes del culto a los santos está la influencia
profunda y ejemplar de los mártires. De ellos celebramos su
dies natalis, o sea, el día en que nacen
para la eternidad, día de su martirio.
CULTO DE DULIA (veneración): Es el propio
debido a los santos, personas que por su probada heroicidad en el ejercicio de
las virtudes cristianas la Iglesia nos los pone como ejemplo a seguir
subiéndolos a los altares. Al patriarca bendito San
José se le considera el primero de los santos, dedicándosele un culto de
protodulía. San José es proclamado
patrono universal de la Iglesia por Pío IX en
1870. Sin duda que en los orígenes del culto a los santos está la influencia
profunda y ejemplar de los mártires. De ellos celebramos su
dies natalis, o sea, el día en que nacen
para la eternidad, día de su martirio.
Muy pronto (desde el
S. IV), el catálogo de los mártires se va incrementando y sus aniversarios se
van celebrando para recordarles y celebrar la Eucaristía. A partir del S. V se
componen los primeros martirologios, que son unas relaciones de los santos. El
primero conocido es el llamado jeronimiano, posterior al año 431. Las reliquias
de los santos empiezan a ser veneradas y se construyen templos en los lugares
donde sufrieron martirio así como se instaura la costumbre de colocar sus
reliquias debajo del altar. Más adelante se suman los confesores, las vírgenes,
los monjes y las personas que el pueblo, por aclamación, consideran santos. No
es hasta el año 993 en que es canonizado el primer santo por el papa Juan XV (se
trata de san Ulrico, Obispo de Augsburgo) iniciándose desde entonces una
centralización vaticana en este asunto que culmina cuando Sixto V crea en 1588
la Congregación de Ritos.
S. IV), el catálogo de los mártires se va incrementando y sus aniversarios se
van celebrando para recordarles y celebrar la Eucaristía. A partir del S. V se
componen los primeros martirologios, que son unas relaciones de los santos. El
primero conocido es el llamado jeronimiano, posterior al año 431. Las reliquias
de los santos empiezan a ser veneradas y se construyen templos en los lugares
donde sufrieron martirio así como se instaura la costumbre de colocar sus
reliquias debajo del altar. Más adelante se suman los confesores, las vírgenes,
los monjes y las personas que el pueblo, por aclamación, consideran santos. No
es hasta el año 993 en que es canonizado el primer santo por el papa Juan XV (se
trata de san Ulrico, Obispo de Augsburgo) iniciándose desde entonces una
centralización vaticana en este asunto que culmina cuando Sixto V crea en 1588
la Congregación de Ritos.
Pablo VI dividió la
Congregación de Ritos en dos: la Sagrada Congregación
para el Culto Divino y la Sagrada Constitución
para la causa de los Santos, que tiene a su cargo actualmente los
expedientes para las beatificaciones y canonizaciones. No obstante, también hoy
en día el pueblo sigue dando aureola de santidad a personas a las que considera
santas, como puede tratarse del papa Juan XXIII, Juan Pablo II, o de la madre
Teresa de Calcuta, adelantándose así a los procesos canónicos.
Congregación de Ritos en dos: la Sagrada Congregación
para el Culto Divino y la Sagrada Constitución
para la causa de los Santos, que tiene a su cargo actualmente los
expedientes para las beatificaciones y canonizaciones. No obstante, también hoy
en día el pueblo sigue dando aureola de santidad a personas a las que considera
santas, como puede tratarse del papa Juan XXIII, Juan Pablo II, o de la madre
Teresa de Calcuta, adelantándose así a los procesos canónicos.
Las celebraciones de
santos que la Iglesia considera como muy importantes son la de
San José, ya citada,
la del Bautista, la de
Todos los Santos (solemnidad al igual que la
anterior) y la de los Apóstoles Pedro y Pablo,
por ser la base del fundamento apostólico de nuestra fe. La celebración de San
José Obrero ha quedado como memoria libre para las asociaciones cristianas de
trabajadores.
santos que la Iglesia considera como muy importantes son la de
San José, ya citada,
la del Bautista, la de
Todos los Santos (solemnidad al igual que la
anterior) y la de los Apóstoles Pedro y Pablo,
por ser la base del fundamento apostólico de nuestra fe. La celebración de San
José Obrero ha quedado como memoria libre para las asociaciones cristianas de
trabajadores.
Hoy en día, y aunque
"la teología progresista sea reticente a la veneración de los santos porque
distrae la adoración a Dios" (Carlos Ros: Santos del Pueblo), vivimos en una
época de cierto ascenso en el culto a los santos, que tuvo su cenit en la Edad
Media, sin lugar a dudas. El Vaticano II determinó, en lo referente al culto a
los santos, lo siguiente: “Para que las fiestas de los santos no prevalezcan
sobre las fiestas que conmemoran los misterios propios de la salvación, debe
dejarse la celebración de muchas de éstas a las Iglesias particulares, naciones
o familias religiosas, extendiéndose a toda la Iglesia sólo aquellas que
recuerdan a santos de importancia realmente universal” (SC.111). Para
seleccionar a estos santos de importancia universal se han tenido en cuenta a
los Doctores de la Iglesia, a Pontífices romanos,
Mártires romanos y no romanos y a santos no mártires.
"la teología progresista sea reticente a la veneración de los santos porque
distrae la adoración a Dios" (Carlos Ros: Santos del Pueblo), vivimos en una
época de cierto ascenso en el culto a los santos, que tuvo su cenit en la Edad
Media, sin lugar a dudas. El Vaticano II determinó, en lo referente al culto a
los santos, lo siguiente: “Para que las fiestas de los santos no prevalezcan
sobre las fiestas que conmemoran los misterios propios de la salvación, debe
dejarse la celebración de muchas de éstas a las Iglesias particulares, naciones
o familias religiosas, extendiéndose a toda la Iglesia sólo aquellas que
recuerdan a santos de importancia realmente universal” (SC.111). Para
seleccionar a estos santos de importancia universal se han tenido en cuenta a
los Doctores de la Iglesia, a Pontífices romanos,
Mártires romanos y no romanos y a santos no mártires.
El
Martirologio Romano es donde se hallan
catalogados todos los santos que la Iglesia reconoce. El nuevo Calendario
universal de la Iglesia ha quedado reducido a 158
santos, de los cuales 63 tienen memoria obligatoria y 95 memoria libre.
Cierto es que, antes de la reforma litúrgica, el número de fiestas de los santos
era excesiva y distraía en cierto modo a los fieles de la celebración del
misterio pascual. Hay que aclarar que lo anterior no quiere decir que sólo
existan ese números de santos ni mucho menos pero sí que el Calendario Universal
sólo recoge aquellos santos de importancia universal dejando el resto a las
iglesias particulares.
Martirologio Romano es donde se hallan
catalogados todos los santos que la Iglesia reconoce. El nuevo Calendario
universal de la Iglesia ha quedado reducido a 158
santos, de los cuales 63 tienen memoria obligatoria y 95 memoria libre.
Cierto es que, antes de la reforma litúrgica, el número de fiestas de los santos
era excesiva y distraía en cierto modo a los fieles de la celebración del
misterio pascual. Hay que aclarar que lo anterior no quiere decir que sólo
existan ese números de santos ni mucho menos pero sí que el Calendario Universal
sólo recoge aquellos santos de importancia universal dejando el resto a las
iglesias particulares.
El
CULTO DE HIPERDULIA: Es exclusivo de la
Virgen María y nace como una necesidad de poner el culto a la Santísima Virgen
en un lugar privilegiado, por encima del debido a los santos y al límite de la
adoración, pero sin llegar a la latría. El Concilio de Éfeso marca una línea
clave en el antes y el después en el desarrollo del culto mariano.
CULTO DE HIPERDULIA: Es exclusivo de la
Virgen María y nace como una necesidad de poner el culto a la Santísima Virgen
en un lugar privilegiado, por encima del debido a los santos y al límite de la
adoración, pero sin llegar a la latría. El Concilio de Éfeso marca una línea
clave en el antes y el después en el desarrollo del culto mariano.
Fue el Pontífice
Pablo VI quien, en la Marialis Cultus ha reformado las fiestas dedicadas a la
Virgen pasando a considerar como fiestas del Señor tanto la Anunciación como la
Presentación (Candelaria), mudando en cambio la fiesta de la Circuncisión del
Señor en la de la Maternidad divina de María y suprimiendo algunas memorias
menores o devocionales.
Pablo VI quien, en la Marialis Cultus ha reformado las fiestas dedicadas a la
Virgen pasando a considerar como fiestas del Señor tanto la Anunciación como la
Presentación (Candelaria), mudando en cambio la fiesta de la Circuncisión del
Señor en la de la Maternidad divina de María y suprimiendo algunas memorias
menores o devocionales.
Esta reforma de Pablo
VI (que fue tachada de "antimariana" por sectores conservadores) y el
enriquecimiento que supone la nueva colección de las Misas de Santa María Virgen
(Decreto de 15 de agosto de 1986) con su correspondiente leccionario de 1987 que
contiene hasta 46 formularios de misas podemos considerarlo como la aportación
de un Papa mariano por excelencia como fue Juan Pablo II, que deja el culto a la
Virgen en la actualidad perfectamente establecido y en su justo lugar.
VI (que fue tachada de "antimariana" por sectores conservadores) y el
enriquecimiento que supone la nueva colección de las Misas de Santa María Virgen
(Decreto de 15 de agosto de 1986) con su correspondiente leccionario de 1987 que
contiene hasta 46 formularios de misas podemos considerarlo como la aportación
de un Papa mariano por excelencia como fue Juan Pablo II, que deja el culto a la
Virgen en la actualidad perfectamente establecido y en su justo lugar.
EL CULTO A LOS
SANTOS
SANTOS
Las fiestas de los
santos se intercalan a lo largo del año celebrándose generalmente en la fecha de
su muerte, su dies natalis. El culto a los
mártires fue el primero que históricamente se conoce, comenzando por una
veneración a sus restos mortales reuniéndose los fieles en torno a su sepulcro.
El primer mártir del que se tiene constancia que recibe una especial veneración
es el obispo Policarpo, martirizado en el año 155. Una vez pasada la época de
las persecuciones se comienza a tributar culto a otros personajes considerados
como ilustres: los confesores de la fe, los ascetas, las vírgenes, los obispos,
etc.
santos se intercalan a lo largo del año celebrándose generalmente en la fecha de
su muerte, su dies natalis. El culto a los
mártires fue el primero que históricamente se conoce, comenzando por una
veneración a sus restos mortales reuniéndose los fieles en torno a su sepulcro.
El primer mártir del que se tiene constancia que recibe una especial veneración
es el obispo Policarpo, martirizado en el año 155. Una vez pasada la época de
las persecuciones se comienza a tributar culto a otros personajes considerados
como ilustres: los confesores de la fe, los ascetas, las vírgenes, los obispos,
etc.
La jerarquía en las
diversas clases de santos (dejando a María su lugar privilegiado) los ha
clasificado por su importancia litúrgica celebrando primero a los
apóstoles, mártires, pastores, doctores de la Iglesia,
vírgenes, santos varones, santas mujeres, religiosos, personas caritativas y
educadores. Hoy día el culto a los santos a nivel de calendario
universal tiene como criterio el que sean santos de importancia mundial dejando
a los calendarios particulares las celebraciones y memorias de aquellos santos
que sean de devoción más localistas o de familias religiosas. Solamente
comentamos a continuación aquellas celebraciones de santos que son consideradas
como solemnidades a escala universal.
diversas clases de santos (dejando a María su lugar privilegiado) los ha
clasificado por su importancia litúrgica celebrando primero a los
apóstoles, mártires, pastores, doctores de la Iglesia,
vírgenes, santos varones, santas mujeres, religiosos, personas caritativas y
educadores. Hoy día el culto a los santos a nivel de calendario
universal tiene como criterio el que sean santos de importancia mundial dejando
a los calendarios particulares las celebraciones y memorias de aquellos santos
que sean de devoción más localistas o de familias religiosas. Solamente
comentamos a continuación aquellas celebraciones de santos que son consideradas
como solemnidades a escala universal.
Hay una única
excepción en la liturgia católica de un santo que se le recuerda en dos días: en
su nacimiento y en su martirio. Se trata del
Precursor, Juan
el Bautista,
personaje que cobra pues una excepcional importancia en el culto
católico. Recordamos su
nacimiento
el 24 de junio, solsticio de verano,
y su martirio
en el día 29 de agosto. El nacimiento
de Juan, el Precursor, se contrapone claramente al de Cristo (seis meses más
tarde). Juan el Bautista decía que "es preciso que El crezca y yo disminuya"
(Juan, 3,30). En el solsticio de verano se da la noche más corta y es la fecha
en la cual los días empiezan a disminuir, días que volverán a crecer justamente
en Navidad. Celebramos su nacimiento con el grado de solemnidad.
excepción en la liturgia católica de un santo que se le recuerda en dos días: en
su nacimiento y en su martirio. Se trata del
Precursor, Juan
el Bautista,
personaje que cobra pues una excepcional importancia en el culto
católico. Recordamos su
nacimiento
el 24 de junio, solsticio de verano,
y su martirio
en el día 29 de agosto. El nacimiento
de Juan, el Precursor, se contrapone claramente al de Cristo (seis meses más
tarde). Juan el Bautista decía que "es preciso que El crezca y yo disminuya"
(Juan, 3,30). En el solsticio de verano se da la noche más corta y es la fecha
en la cual los días empiezan a disminuir, días que volverán a crecer justamente
en Navidad. Celebramos su nacimiento con el grado de solemnidad.
Solemnidad es también
San José,
primero entre los santos y cuyo culto apareció en la Edad Media, "como
consecuencia de la devoción a la infancia de Jesús". Los grandes
propagadores de su devoción fueron San Bernardo y Santa Teresa de Jesús y la
fijación de su fecha en el 19 de marzo es
totalmente fortuita.
San José,
primero entre los santos y cuyo culto apareció en la Edad Media, "como
consecuencia de la devoción a la infancia de Jesús". Los grandes
propagadores de su devoción fueron San Bernardo y Santa Teresa de Jesús y la
fijación de su fecha en el 19 de marzo es
totalmente fortuita.
La festividad de los
santos apóstoles
Pedro y Pablo
tiene también grado de solemnidad, celebrando la iglesia en ellos no sólo
la gloria del martirio sino también su vocación apostólica. Es muy frecuente
verlos juntos en los templos, tanto en esculturas como en retablos, o en
pinturas figurando como los dos pilares de la Iglesia y como fundamentos de
nuestra fe. Su día de celebración es el 29 de junio.
santos apóstoles
Pedro y Pablo
tiene también grado de solemnidad, celebrando la iglesia en ellos no sólo
la gloria del martirio sino también su vocación apostólica. Es muy frecuente
verlos juntos en los templos, tanto en esculturas como en retablos, o en
pinturas figurando como los dos pilares de la Iglesia y como fundamentos de
nuestra fe. Su día de celebración es el 29 de junio.
La solemnidad de
Todos los Santos
tiene su origen en la Dedicación del Panteón de Roma a la Virgen y a
todos los santos, realizada en el año 610. Conmemoramos a "la muchedumbre que
nadie puede contar", como Asamblea de la Jerusalén Celeste. Su fecha de
celebración es el 1 de noviembre.
Todos los Santos
tiene su origen en la Dedicación del Panteón de Roma a la Virgen y a
todos los santos, realizada en el año 610. Conmemoramos a "la muchedumbre que
nadie puede contar", como Asamblea de la Jerusalén Celeste. Su fecha de
celebración es el 1 de noviembre.
A los santos
arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
se les dedica una fiesta conjunta, en el 29
de septiembre. Celebrar la fiestas de estos arcángeles supone celebrar la
cercanía de Dios a nuestras vidas. Los ángeles aparecen en la vida de Jesús en
numerosas ocasiones: Anunciación, Nacimiento, en el desierto le confortan y en
su muerte anuncian a las mujeres la Resurrección.
arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
se les dedica una fiesta conjunta, en el 29
de septiembre. Celebrar la fiestas de estos arcángeles supone celebrar la
cercanía de Dios a nuestras vidas. Los ángeles aparecen en la vida de Jesús en
numerosas ocasiones: Anunciación, Nacimiento, en el desierto le confortan y en
su muerte anuncian a las mujeres la Resurrección.
Solemnidad en España
es también la fiesta de
Santiago Apóstol,
25 de julio, ya que es considerado
como Patrono de nuestra nación. La tradición cristiana ha señalado a España como
el lugar de la predicación de Santiago, hijo del Zebedeo y hermano de Juan el
Evangelista. Fue sobre el año 830 en que se descubrió su sepulcro dando lugar a
la actual Santiago de Compostela, iniciándose
desde ese momento las peregrinaciones y convirtiendo a Santiago en uno de los
tres lugares de peregrinación más importantes del mundo, tras Roma y Tierra
Santa.
es también la fiesta de
Santiago Apóstol,
25 de julio, ya que es considerado
como Patrono de nuestra nación. La tradición cristiana ha señalado a España como
el lugar de la predicación de Santiago, hijo del Zebedeo y hermano de Juan el
Evangelista. Fue sobre el año 830 en que se descubrió su sepulcro dando lugar a
la actual Santiago de Compostela, iniciándose
desde ese momento las peregrinaciones y convirtiendo a Santiago en uno de los
tres lugares de peregrinación más importantes del mundo, tras Roma y Tierra
Santa.
EL CULTO AL
SANTÍSIMO SACRAMENTO
SANTÍSIMO SACRAMENTO
“El culto que se
da a la Eucaristía fuera de la Misa es de un valor inestimable en la vida de la
Iglesia. Dicho culto está unido a la celebración del sacrificio eucarístico”
Juan Pablo II Encíclica Ecclesia de Eucharistia nº 25.
da a la Eucaristía fuera de la Misa es de un valor inestimable en la vida de la
Iglesia. Dicho culto está unido a la celebración del sacrificio eucarístico”
Juan Pablo II Encíclica Ecclesia de Eucharistia nº 25.
La exposición y
bendición con el Santísimo Sacramento debe ser un acto comunitario que contemple
la celebración de la Palabra de Dios y el silencio individual contemplativo y
meditativo. La exposición eucarística ayuda a reconocer en ella la maravillosa
presencia de Cristo y nos invita a la unión más íntima con él, que adquiere su
culmen en la comunión sacramental. La exposición puede hacerse con el copón o en
la custodia, sobre el altar o en un ostensorio. Se le debe venerar con
genuflexión de la rodilla derecha.
bendición con el Santísimo Sacramento debe ser un acto comunitario que contemple
la celebración de la Palabra de Dios y el silencio individual contemplativo y
meditativo. La exposición eucarística ayuda a reconocer en ella la maravillosa
presencia de Cristo y nos invita a la unión más íntima con él, que adquiere su
culmen en la comunión sacramental. La exposición puede hacerse con el copón o en
la custodia, sobre el altar o en un ostensorio. Se le debe venerar con
genuflexión de la rodilla derecha.
Para la exposición
del Santísimo, litúrgicamente se procederá de la siguiente manera: Reunido el
pueblo y, si parece oportuno, habiéndose iniciado algún cántico de carácter
eucarístico, el ministro se acerca al altar. Si el Sacramento no se reserva en
el altar de la exposición, el ministro, con el humeral lo trae del lugar de la
reserva, acompañado por fieles con velas encendidas. El copón o la custodia se
colocará sobre el altar cubierto con mantel, corporal y seis o cuatro velas de
cera encendidas. Si se hizo la exposición con la custodia, el ministro inciensa
al Santísimo y suele rezar seis padrenuestros con sus avemarías y glorias tras
una jaculatoria eucarística; luego se retira, si la adoración va a prolongarse
algún tiempo.
del Santísimo, litúrgicamente se procederá de la siguiente manera: Reunido el
pueblo y, si parece oportuno, habiéndose iniciado algún cántico de carácter
eucarístico, el ministro se acerca al altar. Si el Sacramento no se reserva en
el altar de la exposición, el ministro, con el humeral lo trae del lugar de la
reserva, acompañado por fieles con velas encendidas. El copón o la custodia se
colocará sobre el altar cubierto con mantel, corporal y seis o cuatro velas de
cera encendidas. Si se hizo la exposición con la custodia, el ministro inciensa
al Santísimo y suele rezar seis padrenuestros con sus avemarías y glorias tras
una jaculatoria eucarística; luego se retira, si la adoración va a prolongarse
algún tiempo.
Si la exposición es
solemne y prolongada, se debería consagrar la hostia para la exposición, en la
Misa que antes se celebre, y se colocará sobre el altar, en la custodia, después
de la comunión. La Misa concluirá con la oración después de la comunión,
omitiendo los ritos de la conclusión. Antes de retirarse del altar, el
sacerdote, si se cree oportuno, colocará la custodia y hará la incensación.
solemne y prolongada, se debería consagrar la hostia para la exposición, en la
Misa que antes se celebre, y se colocará sobre el altar, en la custodia, después
de la comunión. La Misa concluirá con la oración después de la comunión,
omitiendo los ritos de la conclusión. Antes de retirarse del altar, el
sacerdote, si se cree oportuno, colocará la custodia y hará la incensación.
Durante el tiempo que
dure la exposición, se podrán decir oraciones, cantos y lecturas, de manera que
se concentren en una profunda oración. Nunca el Santísimo deberá estar expuesto
sin vigilancia suficiente ni sin presencia de fieles. Se deben aprovechar las
lecturas de la sagrada Escritura o breves exhortaciones, que promuevan un mayor
aprecio del misterio eucarístico. Es también conveniente que los fieles
respondan a la palabra de Dios cantando. Se necesita que se guarde piadoso
silencio en momentos oportunos. Ante el Santísimo Sacramento expuesto por largo
tiempo, se puede celebrar también alguna parte, especialmente las horas más
importantes de la Liturgia de las Horas; por medio de esta recitación se
prolonga a las distintas horas del día la alabanza y la acción de gracias que se
tributan a Dios en la celebración de la Misa, y las súplicas de la Iglesia se
dirigen a Cristo y por Cristo al Padre, en nombre de todo el mundo.
dure la exposición, se podrán decir oraciones, cantos y lecturas, de manera que
se concentren en una profunda oración. Nunca el Santísimo deberá estar expuesto
sin vigilancia suficiente ni sin presencia de fieles. Se deben aprovechar las
lecturas de la sagrada Escritura o breves exhortaciones, que promuevan un mayor
aprecio del misterio eucarístico. Es también conveniente que los fieles
respondan a la palabra de Dios cantando. Se necesita que se guarde piadoso
silencio en momentos oportunos. Ante el Santísimo Sacramento expuesto por largo
tiempo, se puede celebrar también alguna parte, especialmente las horas más
importantes de la Liturgia de las Horas; por medio de esta recitación se
prolonga a las distintas horas del día la alabanza y la acción de gracias que se
tributan a Dios en la celebración de la Misa, y las súplicas de la Iglesia se
dirigen a Cristo y por Cristo al Padre, en nombre de todo el mundo.
La
bendición con el Santísimo es el colofón del acto de culto a Jesús Sacramentado.
Al final de la adoración, el sacerdote o el diácono se acerca al altar; hace
genuflexión, se arrodilla y se entona el cántico eucarístico. Mientras tanto,
arrodillado, el ministro inciensa el Santísimo Sacramento, si la exposición se
hizo con la custodia. Luego se pone en pie y entona la oración.
bendición con el Santísimo es el colofón del acto de culto a Jesús Sacramentado.
Al final de la adoración, el sacerdote o el diácono se acerca al altar; hace
genuflexión, se arrodilla y se entona el cántico eucarístico. Mientras tanto,
arrodillado, el ministro inciensa el Santísimo Sacramento, si la exposición se
hizo con la custodia. Luego se pone en pie y entona la oración.
Una vez dicha, el
sacerdote o el diácono se coloca el humeral, hace genuflexión, toma la custodia
o el copón y traza con el Sacramento la señal de la Cruz sobre el pueblo. A
continuación se suelen recitar las alabanzas de desagravio. Concluida la
bendición, el mismo sacerdote que impartió la bendición u otro sacerdote o
diácono, reserva el Sacramento en el tabernáculo, y hace genuflexión, en tanto
que el pueblo si parece oportuno, puede hacer alguna aclamación. Finalmente el
ministro se retira.
sacerdote o el diácono se coloca el humeral, hace genuflexión, toma la custodia
o el copón y traza con el Sacramento la señal de la Cruz sobre el pueblo. A
continuación se suelen recitar las alabanzas de desagravio. Concluida la
bendición, el mismo sacerdote que impartió la bendición u otro sacerdote o
diácono, reserva el Sacramento en el tabernáculo, y hace genuflexión, en tanto
que el pueblo si parece oportuno, puede hacer alguna aclamación. Finalmente el
ministro se retira.
Queda prohibido
expresamente celebrar la Misa durante la Exposición, que la puede hacer el
sacerdote, un diácono e incluso un acólito instituido o persona autorizada
aunque estos últimos no pueden en ningún caso impartir la bendición, reservada
al presbítero o diácono. Si la exposición del Santísimo Sacramento se prolonga
durante uno o varios días, debe interrumpirse durante la celebración de la misa,
a no ser que se celebre en una capilla o espacio separado del lugar de la
exposición y permanezcan en adoración por lo menos algunos fieles.
expresamente celebrar la Misa durante la Exposición, que la puede hacer el
sacerdote, un diácono e incluso un acólito instituido o persona autorizada
aunque estos últimos no pueden en ningún caso impartir la bendición, reservada
al presbítero o diácono. Si la exposición del Santísimo Sacramento se prolonga
durante uno o varios días, debe interrumpirse durante la celebración de la misa,
a no ser que se celebre en una capilla o espacio separado del lugar de la
exposición y permanezcan en adoración por lo menos algunos fieles.
Una forma de culto
específica al Santísimo Sacramento es el llamado
Jubileo Circular de las Cuarenta Horas instituido por el fraile capuchino
fray José de Ferno en 1537 para "traer a la memoria de los cristianos el
tiempo en que el Cuerpo de Nuestro Salvador Señor Jesucristo yació en el
sepulcro".
específica al Santísimo Sacramento es el llamado
Jubileo Circular de las Cuarenta Horas instituido por el fraile capuchino
fray José de Ferno en 1537 para "traer a la memoria de los cristianos el
tiempo en que el Cuerpo de Nuestro Salvador Señor Jesucristo yació en el
sepulcro".
LAS MISAS DE
DIFUNTOS
DIFUNTOS
La OGMR trata en su
apartados del 379 al 385 sobre la Misas de difuntos. Dice así: “El sacrificio
eucarístico de la Pascua de Cristo lo ofrece la Iglesia por los difuntos, a fin
de que, por la comunión entre todos los miembros de Cristo, lo que a unos
consigue ayuda espiritual, a otros les otorgue el consuelo de la esperanza”.
apartados del 379 al 385 sobre la Misas de difuntos. Dice así: “El sacrificio
eucarístico de la Pascua de Cristo lo ofrece la Iglesia por los difuntos, a fin
de que, por la comunión entre todos los miembros de Cristo, lo que a unos
consigue ayuda espiritual, a otros les otorgue el consuelo de la esperanza”.
Entre las Misas de
difuntos, la más importante es la
Misa exequial
que se puede celebrar todos los días, excepto
las solemnidades de precepto, el Jueves Santo, el Triduo pascual y los domingos
de Adviento, Cuaresma y Pascua. Debe hacerse una pequeña homilía,
excluyendo los elogios fúnebres. Se entiende por Misa exequial (del latín
ex-sequi, ex-sequia que significa seguir, acompañar) aquella en la que la
comunidad cristiana
acompaña a sus difuntos y los encomienda a
la bondad de Dios. En sentido estricto sería aquella Misa en la que está
presente el difunto recién fallecido o también la primera Misa ofrecida por él.
difuntos, la más importante es la
Misa exequial
que se puede celebrar todos los días, excepto
las solemnidades de precepto, el Jueves Santo, el Triduo pascual y los domingos
de Adviento, Cuaresma y Pascua. Debe hacerse una pequeña homilía,
excluyendo los elogios fúnebres. Se entiende por Misa exequial (del latín
ex-sequi, ex-sequia que significa seguir, acompañar) aquella en la que la
comunidad cristiana
acompaña a sus difuntos y los encomienda a
la bondad de Dios. En sentido estricto sería aquella Misa en la que está
presente el difunto recién fallecido o también la primera Misa ofrecida por él.
Si la Misa exequial
está directamente unida con el rito de las exequias, una vez dicha la oración
después de la sagrada Comunión, se omite todo el rito conclusivo y en su lugar
se reza la última recomendación o despedida; este rito solamente se hace cuando
está presente el cadáver.
También la Misa del primer aniversario del
fallecimiento tiene una especial consideración litúrgica.
está directamente unida con el rito de las exequias, una vez dicha la oración
después de la sagrada Comunión, se omite todo el rito conclusivo y en su lugar
se reza la última recomendación o despedida; este rito solamente se hace cuando
está presente el cadáver.
También la Misa del primer aniversario del
fallecimiento tiene una especial consideración litúrgica.
Así pues, la Misa de
difuntos, después de recibida la noticia de la muerte, o con ocasión de la
sepultura definitiva o la del primer aniversario, dice la OGMR que puede
celebrarse en la octava de Navidad y en los días en que hay una memoria
obligatoria o en una feria que no sea el miércoles de Ceniza o una feria de
Semana Santa.
difuntos, después de recibida la noticia de la muerte, o con ocasión de la
sepultura definitiva o la del primer aniversario, dice la OGMR que puede
celebrarse en la octava de Navidad y en los días en que hay una memoria
obligatoria o en una feria que no sea el miércoles de Ceniza o una feria de
Semana Santa.
Las otras Misas de
difuntos, en las que solamente se hace mención del difunto en las oraciones se
pueden celebrar en las ferias del tiempo ordinario en que cae alguna memoria.
Estas Misas se celebran en
“sufragio” de los difuntos. Sufragios son,
en lenguaje litúrgico, los actos piadosos que se realizan para ayudar a los
difuntos.
difuntos, en las que solamente se hace mención del difunto en las oraciones se
pueden celebrar en las ferias del tiempo ordinario en que cae alguna memoria.
Estas Misas se celebran en
“sufragio” de los difuntos. Sufragios son,
en lenguaje litúrgico, los actos piadosos que se realizan para ayudar a los
difuntos.
El Misal exhorta a
los fieles, sobre todo a los familiares del difunto, a que participen en el
sacrificio eucarístico ofrecido por él, también acercándose a la Comunión.
También han de tenerse en cuenta al ordenar y seleccionar las partes de la Misa
de difuntos, sobre todo la Misa exequial, los motivos pastorales respecto al
difunto, a su familia, a los presentes.
los fieles, sobre todo a los familiares del difunto, a que participen en el
sacrificio eucarístico ofrecido por él, también acercándose a la Comunión.
También han de tenerse en cuenta al ordenar y seleccionar las partes de la Misa
de difuntos, sobre todo la Misa exequial, los motivos pastorales respecto al
difunto, a su familia, a los presentes.
Finaliza lo dispuesto
sobre las Misas de difuntos exhortando a los sacerdotes a que pongan especial
cuidado con aquellas personas que asisten a las celebraciones litúrgicas y oyen
el Evangelio, personas que pueden no ser católicas o que son católicos que nunca
o casi nunca participan en la Eucaristía, o que incluso parecen haber perdido la
fe. Se recuerda a los sacerdotes que son ministros del Evangelio de Cristo para
todos.
sobre las Misas de difuntos exhortando a los sacerdotes a que pongan especial
cuidado con aquellas personas que asisten a las celebraciones litúrgicas y oyen
el Evangelio, personas que pueden no ser católicas o que son católicos que nunca
o casi nunca participan en la Eucaristía, o que incluso parecen haber perdido la
fe. Se recuerda a los sacerdotes que son ministros del Evangelio de Cristo para
todos.
LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
El esquema de la
celebración eucarística tiene, como Asamblea y reunión que es, un esquema
similar al de una reunión de amigos que recibe un anfitrión: se recibe a los que
llegan, se habla y escucha, se come en común y se despide al terminar. Así hizo
Jesús en la Última Cena ya que reunió a los Apóstoles (rito de apertura), les
habló (Palabra), pronunció la bendición, les dio de comer y beber (eucaristía) y
salieron hacia el monte de los Olivos (conclusión).
celebración eucarística tiene, como Asamblea y reunión que es, un esquema
similar al de una reunión de amigos que recibe un anfitrión: se recibe a los que
llegan, se habla y escucha, se come en común y se despide al terminar. Así hizo
Jesús en la Última Cena ya que reunió a los Apóstoles (rito de apertura), les
habló (Palabra), pronunció la bendición, les dio de comer y beber (eucaristía) y
salieron hacia el monte de los Olivos (conclusión).
En la Asamblea
eucarística se distinguen claramente cuatro partes:
eucarística se distinguen claramente cuatro partes:
A) LOS
RITOS INICIALES:
Sirven para recibir a los fieles y son la apertura. Sus objetivos son los de
ayudar a formar y sentirse como comunidad y preparar a los fieles a oír y
celebrar dignamente la Eucaristía. Estos ritos iniciales son los siguientes:
RITOS INICIALES:
Sirven para recibir a los fieles y son la apertura. Sus objetivos son los de
ayudar a formar y sentirse como comunidad y preparar a los fieles a oír y
celebrar dignamente la Eucaristía. Estos ritos iniciales son los siguientes:
Ø
Procesión y canto de entrada:
abre festivamente la celebración, fomenta la unión de los fieles y acompaña la
procesión.
Procesión y canto de entrada:
abre festivamente la celebración, fomenta la unión de los fieles y acompaña la
procesión.
Ø
Veneración del altar:
como símbolo de Cristo (beso ritual)
Veneración del altar:
como símbolo de Cristo (beso ritual)
Ø
La
señal de la Cruz:
evoca nuestra iniciación cristiana y se invoca a la Trinidad.
La
señal de la Cruz:
evoca nuestra iniciación cristiana y se invoca a la Trinidad.
Ø
Saludo a la Asamblea:
Se establece aquí un diálogo de comunión entre el Presidente y la Asamblea.
Saludo a la Asamblea:
Se establece aquí un diálogo de comunión entre el Presidente y la Asamblea.
Ø
Monición Inicial:
Tiene por objeto explicar e implicar a todos en la celebración. Debe ser breve,
incisa y preparada.
Monición Inicial:
Tiene por objeto explicar e implicar a todos en la celebración. Debe ser breve,
incisa y preparada.
Ø
Acto
penitencial:
Todos somos pecadores y debemos pedir perdón. Este acto a su vez consta de
varias partes:
Acto
penitencial:
Todos somos pecadores y debemos pedir perdón. Este acto a su vez consta de
varias partes:
§
Monición
Monición
§
Silencio
Silencio
§
Confesión general
Confesión general
§
Absolución (que perdona los pecados leves del día).
Absolución (que perdona los pecados leves del día).
Ø
El
Kyrie: "Señor,
ten piedad". No es penitencial sino que tiene sentido de aclamación a Cristo y
petición de misericordia.
El
Kyrie: "Señor,
ten piedad". No es penitencial sino que tiene sentido de aclamación a Cristo y
petición de misericordia.
Ø
El
himno Gloria:
No fue compuesto para la Misa. Entró en la Eucaristía para la fiesta de Navidad
y es un himno trinitario de alabanza.
El
himno Gloria:
No fue compuesto para la Misa. Entró en la Eucaristía para la fiesta de Navidad
y es un himno trinitario de alabanza.
Ø
La
oración Colecta:
(colecta=reunir). El sacerdote invita a orar, lee la oración y el pueblo
ratifica con un AMEN.
La
oración Colecta:
(colecta=reunir). El sacerdote invita a orar, lee la oración y el pueblo
ratifica con un AMEN.
B) LA
LITURGIA DE LA PALABRA:
Es junto con la eucarística, una de las dos partes esenciales de la Misa. Tiene
a su vez varias partes:
LITURGIA DE LA PALABRA:
Es junto con la eucarística, una de las dos partes esenciales de la Misa. Tiene
a su vez varias partes:
Ø
El
anuncio de la Palabra:
El
anuncio de la Palabra:
§
Introducción a las lecturas (monición)
Introducción a las lecturas (monición)
§
Proclamación de la Palabra (se proclaman tres lecturas los domingos y
solemnidades: profeta, apóstol y evangelista). La lectura evangélica es propia
del diácono o del sacerdote mientras que las demás lecturas son ministerios
propiamente laicales.
Proclamación de la Palabra (se proclaman tres lecturas los domingos y
solemnidades: profeta, apóstol y evangelista). La lectura evangélica es propia
del diácono o del sacerdote mientras que las demás lecturas son ministerios
propiamente laicales.
§
Aclamación a cada lectura.
Aclamación a cada lectura.
§
Homilía
Homilía
Ø
La
oración: La
Iglesia acoge, escucha y acepta la Palabra. Los elementos de la respuesta de los
fieles a la proclamación hecha tiene varios elementos:
La
oración: La
Iglesia acoge, escucha y acepta la Palabra. Los elementos de la respuesta de los
fieles a la proclamación hecha tiene varios elementos:
§
El
salmo responsorial (se canta o se recita si no hay salmista)
El
salmo responsorial (se canta o se recita si no hay salmista)
§
Los
silencios
Los
silencios
§
El
Aleluya (debe cantarse y de no hacerlo se puede omitir)
El
Aleluya (debe cantarse y de no hacerlo se puede omitir)
§
La
profesión de fe
La
profesión de fe
§
La
plegaria universal o de los fieles. Se llama universal porque se suplica por las
necesidades de todos los hombres. Debe poder ser asumida por todo el pueblo
cristiano y al menos cuatro de las peticiones deben ser:
La
plegaria universal o de los fieles. Se llama universal porque se suplica por las
necesidades de todos los hombres. Debe poder ser asumida por todo el pueblo
cristiano y al menos cuatro de las peticiones deben ser:
o
Por la
Iglesia y sus necesidades
Por la
Iglesia y sus necesidades
o
Por los
gobernantes
Por los
gobernantes
o
Por los
pobres y necesitados
Por los
pobres y necesitados
o
Por
todos los presentes
Por
todos los presentes
C)
LA LITURGIA EUCARÍSTICA:
Si hasta este momento la Asamblea se ha centrado en la Palabra (ambón), ahora el
centro pasa a los dones (altar). Esta liturgia se desarrolla en tres momentos
sucesivos, tal como Jesús hizo en la Última Cena, a saber 1. Tomó el pan, el
cáliz (preparación de los dones) 2.- Bendijo, dio gracias a Dios (plegaria
eucarística) 3.- Partió y dio (rito de comunión) (OGMR 72).
LA LITURGIA EUCARÍSTICA:
Si hasta este momento la Asamblea se ha centrado en la Palabra (ambón), ahora el
centro pasa a los dones (altar). Esta liturgia se desarrolla en tres momentos
sucesivos, tal como Jesús hizo en la Última Cena, a saber 1. Tomó el pan, el
cáliz (preparación de los dones) 2.- Bendijo, dio gracias a Dios (plegaria
eucarística) 3.- Partió y dio (rito de comunión) (OGMR 72).
Ø
Preparación de los dones:
Consta a su vez de estos momentos:
Preparación de los dones:
Consta a su vez de estos momentos:
§
La
procesión de los dones (deben llevarse dones que se queden para el servicio o
exorno del altar o bien que sean para los pobres y necesitados)
La
procesión de los dones (deben llevarse dones que se queden para el servicio o
exorno del altar o bien que sean para los pobres y necesitados)
§
La
preparación de los dones
La
preparación de los dones
§
La
presentación de los dones (Bendito seas, Señor...)
La
presentación de los dones (Bendito seas, Señor...)
§
El
lavabo, que se hará en un lado del altar
El
lavabo, que se hará en un lado del altar
§
La
oración sobre las ofrendas, que se rubrica por el pueblo con un Amen.
La
oración sobre las ofrendas, que se rubrica por el pueblo con un Amen.
Ø
Plegaria eucarística:
Es el ápice de toda la celebración (OGMR 30). En esta parte se llega a la máxima
plenitud de expresión la acción de gracias y la alabanza. Se la ha llamado de
diversas formas: plegaria eucarística, canon, anáfora. Es una oración de
bendición que consta de los siguientes elementos:
Plegaria eucarística:
Es el ápice de toda la celebración (OGMR 30). En esta parte se llega a la máxima
plenitud de expresión la acción de gracias y la alabanza. Se la ha llamado de
diversas formas: plegaria eucarística, canon, anáfora. Es una oración de
bendición que consta de los siguientes elementos:
§
La
acción de gracias del Prefacio
La
acción de gracias del Prefacio
§
La
aclamación del Sanctus
La
aclamación del Sanctus
§
La
epíclesis o invocación al Espíritu Santo
La
epíclesis o invocación al Espíritu Santo
§
El
relato de la institución y la consagración
El
relato de la institución y la consagración
§
La
anámnesis o memorial
La
anámnesis o memorial
§
La
obligación
La
obligación
§
Las
intercesiones
Las
intercesiones
§
La
doxología fina
La
doxología fina
Ø
El
rito de comunión:
Forma una unidad con la plegaria eucarística, con un esquema lineal. Consta de
las siguientes partes:
El
rito de comunión:
Forma una unidad con la plegaria eucarística, con un esquema lineal. Consta de
las siguientes partes:
§
El
padrenuestro
El
padrenuestro
§
La paz
(algunos liturgistas opinan que debería hacerse junto con el acto penitencial
como signo de reconciliación que es)
La paz
(algunos liturgistas opinan que debería hacerse junto con el acto penitencial
como signo de reconciliación que es)
§
La
fracción del pan, que incluye la inmixtión (mezcla) y el Agnus Dei
La
fracción del pan, que incluye la inmixtión (mezcla) y el Agnus Dei
§
La
Comunión, con una preparación previa y oración posterior a la comunión
La
Comunión, con una preparación previa y oración posterior a la comunión
D)
RITO DE CONCLUSIÓN:
Tiene como
objetivo el unir la celebración con la vida cotidiana. Ahora es el momento de
dar los avisos de la comunidad para la semana y las actividades a desarrollar.
Se saluda y se acaba con la bendición que puede ser simple o solemne (con tres
apartados a los que el pueblo contesta AMEN). Tras el "Podéis ir en paz" la
Asamblea se disuelve para ir a sus ocupaciones alabando al Señor.
RITO DE CONCLUSIÓN:
Tiene como
objetivo el unir la celebración con la vida cotidiana. Ahora es el momento de
dar los avisos de la comunidad para la semana y las actividades a desarrollar.
Se saluda y se acaba con la bendición que puede ser simple o solemne (con tres
apartados a los que el pueblo contesta AMEN). Tras el "Podéis ir en paz" la
Asamblea se disuelve para ir a sus ocupaciones alabando al Señor.
ELEMENTOS
NECESARIOS PARA LA CELEBRACIÓN DE LA MISA
NECESARIOS PARA LA CELEBRACIÓN DE LA MISA
Para celebrar la Misa
el sacerdote que preside debe llevar
el alba, la estola y sobre ellas
la casulla, con los colores litúrgicos
del tiempo correspondiente. Los ministros concelebrantes pueden también
llevarla, aunque está permitido que sólo vistan alba y estola.
el sacerdote que preside debe llevar
el alba, la estola y sobre ellas
la casulla, con los colores litúrgicos
del tiempo correspondiente. Los ministros concelebrantes pueden también
llevarla, aunque está permitido que sólo vistan alba y estola.
El altar debe estar
cubierto con un mantel blanco digno
y sobre él o cerca se colocan dos candeleros
con velas encendidas. Puede haber
flores (salvo en Cuaresma) aunque el criterio es que la ornamentación del altar
sea siempre moderada y que no se impida su visión por el pueblo. Además debe
haber una Cruz
con la imagen de Cristo, o bien sobre el Altar o en un lugar cercano y
visible. También se debe seguir el criterio de que sólo debe haber sobre el
Altar los objetos que se vayan a utilizar en ese momento, debiendo retirarse
cuando no se necesiten.
cubierto con un mantel blanco digno
y sobre él o cerca se colocan dos candeleros
con velas encendidas. Puede haber
flores (salvo en Cuaresma) aunque el criterio es que la ornamentación del altar
sea siempre moderada y que no se impida su visión por el pueblo. Además debe
haber una Cruz
con la imagen de Cristo, o bien sobre el Altar o en un lugar cercano y
visible. También se debe seguir el criterio de que sólo debe haber sobre el
Altar los objetos que se vayan a utilizar en ese momento, debiendo retirarse
cuando no se necesiten.
El
Misal
es el libro
que se necesita para celebrar y contiene las oraciones de la Misa y las partes
comunes, con sus distintos formularios. Se coloca sobre un atril o sobre un
cojín. En el ambón estará
el Leccionario, con las lecturas del día.
También puede estar el libro de la
Oración de los fieles.
Misal
es el libro
que se necesita para celebrar y contiene las oraciones de la Misa y las partes
comunes, con sus distintos formularios. Se coloca sobre un atril o sobre un
cojín. En el ambón estará
el Leccionario, con las lecturas del día.
También puede estar el libro de la
Oración de los fieles.
En la credencia debe
estar el cáliz
cubierto con un velo, (palia), patena con
hostia, corporal, purificador,
vinajeras con vino y agua,
jarrita con agua, aguamanil y toalla pequeña, platillo de comunión y la
llave del sagrario.
estar el cáliz
cubierto con un velo, (palia), patena con
hostia, corporal, purificador,
vinajeras con vino y agua,
jarrita con agua, aguamanil y toalla pequeña, platillo de comunión y la
llave del sagrario.
Al momento de
comenzar la liturgia eucarística el acólito acercará al Altar el cáliz, con la
patena y la hostia, cubierto con el purificador y el corporal así como las
vinajeras con vino y agua. Una vez preparados los dones, retirará las vinajeras.
comenzar la liturgia eucarística el acólito acercará al Altar el cáliz, con la
patena y la hostia, cubierto con el purificador y el corporal así como las
vinajeras con vino y agua. Una vez preparados los dones, retirará las vinajeras.
El turiferario
ofrecerá el incensario al sacerdote en los momentos oportunos. El incienso
siempre lo pondrá el sacerdote.
ofrecerá el incensario al sacerdote en los momentos oportunos. El incienso
siempre lo pondrá el sacerdote.
El toque
de campanillas,
hoy en desuso,
puede hacerse al acabar el Sanctus y durante la ostensión del cáliz y de la
hostia recién consagrada. También puede hacerse al terminar la consagración.
de campanillas,
hoy en desuso,
puede hacerse al acabar el Sanctus y durante la ostensión del cáliz y de la
hostia recién consagrada. También puede hacerse al terminar la consagración.
Tras la comunión se
retiran los vasos sagrados y se purifican en la credencia. Si hay bendición con
el Santísimo deberá estar previsto el humeral (paño de hombros para coger la
custodia) y el ostensorio o custodia.
retiran los vasos sagrados y se purifican en la credencia. Si hay bendición con
el Santísimo deberá estar previsto el humeral (paño de hombros para coger la
custodia) y el ostensorio o custodia.
El
pan a consagrar
debe ser de
trigo y hecho recientemente. No se pueden usar cereales distintos del trigo.
Sería un abuso grave introducir en su fabricación frutas, azúcar o miel.
pan a consagrar
debe ser de
trigo y hecho recientemente. No se pueden usar cereales distintos del trigo.
Sería un abuso grave introducir en su fabricación frutas, azúcar o miel.
Las
hostias
deben ser
preparadas por personas honestas, expertas en la elaboración y que dispongan de
los instrumentos adecuados. Las fracciones del pan eucarístico deben ser
repartidas entre los fieles, pero cuando el número de estos excede las
fracciones se deben usar sobre todo hostias pequeñas.
hostias
deben ser
preparadas por personas honestas, expertas en la elaboración y que dispongan de
los instrumentos adecuados. Las fracciones del pan eucarístico deben ser
repartidas entre los fieles, pero cuando el número de estos excede las
fracciones se deben usar sobre todo hostias pequeñas.
El vino
del Sacrificio
debe ser
natural, del fruto de la vid, puro y sin corromper, sin mezcla de sustancias
extrañas. En la celebración se le debe mezclar un poco de agua. No se debe
admitir bajo ningún pretexto otras bebidas de cualquier género.
del Sacrificio
debe ser
natural, del fruto de la vid, puro y sin corromper, sin mezcla de sustancias
extrañas. En la celebración se le debe mezclar un poco de agua. No se debe
admitir bajo ningún pretexto otras bebidas de cualquier género.
LA SAGRADA
COMUNIÓN: QUIEN PUEDE IMPARTIRLA, CONDICIONES Y MANERA DE RECIBIRLA
COMUNIÓN: QUIEN PUEDE IMPARTIRLA, CONDICIONES Y MANERA DE RECIBIRLA
La comunión
la distribuyen los presbíteros y los diáconos,
por derecho propio, especialmente el vino. Si es necesario,
puede distribuir la comunión el acólito
instituido, al cual se le considera
como ministro extraordinario.
Si la comunión es bajo las dos especies será el acólito quien ofrezca el
cáliz y si es por intinción sostiene el cáliz. Si
falta un acólito instituido y fuese
necesario también la podría distribuir una persona designada de manera
ocasional, sin excluir a las mujeres. En definitiva, tanto los acólitos
instituidos como los ocasionales sólo la repartirán en caso de necesidad
(excesivo número de fieles, dificultades de movilidad por parte del presidente,
difícil acceso a algunas zonas).
En ningún caso se debe permitir a los no ordenados
distribuirla sin causa justificada y mucho menos como muestra de “reconocimiento
o premio” a algún miembro de la comunidad.
Siempre lo harán en ausencia o imposibilidad de los ministros ordinarios
o extraordinarios.
la distribuyen los presbíteros y los diáconos,
por derecho propio, especialmente el vino. Si es necesario,
puede distribuir la comunión el acólito
instituido, al cual se le considera
como ministro extraordinario.
Si la comunión es bajo las dos especies será el acólito quien ofrezca el
cáliz y si es por intinción sostiene el cáliz. Si
falta un acólito instituido y fuese
necesario también la podría distribuir una persona designada de manera
ocasional, sin excluir a las mujeres. En definitiva, tanto los acólitos
instituidos como los ocasionales sólo la repartirán en caso de necesidad
(excesivo número de fieles, dificultades de movilidad por parte del presidente,
difícil acceso a algunas zonas).
En ningún caso se debe permitir a los no ordenados
distribuirla sin causa justificada y mucho menos como muestra de “reconocimiento
o premio” a algún miembro de la comunidad.
Siempre lo harán en ausencia o imposibilidad de los ministros ordinarios
o extraordinarios.
Sobre la
condiciones
para recibirla
recordamos que el
ayuno eucarístico sigue vigente: “Quien
vaya a recibir la santísima Eucaristía ha de abstenerse de tomar cualquier
alimento y bebida al menos una hora antes de la sagrada comunión, a excepción
del agua y las medicinas” (CDC nº 919). Se exceptúa a los ancianos, a los
enfermos y a quines los cuidan así como al sacerdote que oficie dos o tres
Eucaristías en el mismo día, debiendo guardar el ayuno sólo para la primera
Eucaristía.
Además, no pueden recibirla los excomulgados ni los que tengan conciencia de
hallarse en pecado grave. Si concurre
motivo grave y no se tiene posibilidad de confesarse sacramentalmente
se puede recibir la comunión, estando
obligado a confesar cuanto antes se pueda (CDC 916). Sobre repetir la comunión
está permitido recibirla una segunda vez en el mismo día, siempre dentro de la
celebración eucarística en la que se participe (CDC 917). También los fieles
pueden recibir la comunión fuera de la Misa, siempre que lo pidan por causa
justa aunque lo recomendable es recibirla siempre dentro de la celebración
eucarística.
condiciones
para recibirla
recordamos que el
ayuno eucarístico sigue vigente: “Quien
vaya a recibir la santísima Eucaristía ha de abstenerse de tomar cualquier
alimento y bebida al menos una hora antes de la sagrada comunión, a excepción
del agua y las medicinas” (CDC nº 919). Se exceptúa a los ancianos, a los
enfermos y a quines los cuidan así como al sacerdote que oficie dos o tres
Eucaristías en el mismo día, debiendo guardar el ayuno sólo para la primera
Eucaristía.
Además, no pueden recibirla los excomulgados ni los que tengan conciencia de
hallarse en pecado grave. Si concurre
motivo grave y no se tiene posibilidad de confesarse sacramentalmente
se puede recibir la comunión, estando
obligado a confesar cuanto antes se pueda (CDC 916). Sobre repetir la comunión
está permitido recibirla una segunda vez en el mismo día, siempre dentro de la
celebración eucarística en la que se participe (CDC 917). También los fieles
pueden recibir la comunión fuera de la Misa, siempre que lo pidan por causa
justa aunque lo recomendable es recibirla siempre dentro de la celebración
eucarística.
Sobre la
forma de recibirla
por parte de
los fieles depende de si se hace bajo una o las dos especies. En cualquier caso
es preciso aclarar que bajo una cualquiera de las dos especies está Cristo
entero. Los frutos de la comunión no se incrementan por comulgar bajo las dos
especies.
forma de recibirla
por parte de
los fieles depende de si se hace bajo una o las dos especies. En cualquier caso
es preciso aclarar que bajo una cualquiera de las dos especies está Cristo
entero. Los frutos de la comunión no se incrementan por comulgar bajo las dos
especies.
El Misal establece: “El
sacerdote toma la patena o el copón, y se aproxima a los que van a comulgar,
quienes de ordinario se acercan procesionalmente. No está permitido a los fieles
tomar por sí mismos el pan consagrado ni el cáliz sagrado, ni mucho menos que se
lo pasen entre sí de mano en mano. Los fieles comulgan de rodillas o de pie,
según lo establezca la Conferencia episcopal. Cuando comulgan de pie, se
recomienda hacer, antes de recibir el Sacramento, la debida reverencia,
establecida por las mismas normas” (OGMR 160). Se refiere a inclinación de
cabeza. Lo fieles pueden recibir la comunión en la boca o en la mano. Si lo
hacen en la mano deben colocar la mano izquierda sobre la derecha para recibir
la Hostia en la mano izquierda y cogerla con la derecha para llevarla a la boca.
Debe consumirse íntegramente delante del sacerdote y no irse con la Hostia en la
mano. El sacerdote dirá: “El cuerpo de Cristo” respondiendo con un Amen.
sacerdote toma la patena o el copón, y se aproxima a los que van a comulgar,
quienes de ordinario se acercan procesionalmente. No está permitido a los fieles
tomar por sí mismos el pan consagrado ni el cáliz sagrado, ni mucho menos que se
lo pasen entre sí de mano en mano. Los fieles comulgan de rodillas o de pie,
según lo establezca la Conferencia episcopal. Cuando comulgan de pie, se
recomienda hacer, antes de recibir el Sacramento, la debida reverencia,
establecida por las mismas normas” (OGMR 160). Se refiere a inclinación de
cabeza. Lo fieles pueden recibir la comunión en la boca o en la mano. Si lo
hacen en la mano deben colocar la mano izquierda sobre la derecha para recibir
la Hostia en la mano izquierda y cogerla con la derecha para llevarla a la boca.
Debe consumirse íntegramente delante del sacerdote y no irse con la Hostia en la
mano. El sacerdote dirá: “El cuerpo de Cristo” respondiendo con un Amen.
Bajo las dos
especies, además de los religiosos, la pueden recibir los fieles según el
criterio de su sacerdote que lo considere pastoralmente oportuno.
especies, además de los religiosos, la pueden recibir los fieles según el
criterio de su sacerdote que lo considere pastoralmente oportuno.
Si es
bajo las dos especies
no está permitido que los fieles reciban primero la Hostia en la mano y
luego la mojen ellos mismos en el cáliz. “Si la comunión se hace por
intención, el que va a comulgar, sosteniendo la patena bajo la boca, se acerca
el sacerdote, que tiene el cáliz y a su lado al ministro que sostiene el
recipiente con las partículas consagradas. El sacerdote toma una Hostia, la moja
parcialmente en el cáliz y, mostrándola dice: “El Cuerpo y la Sangre de Cristo”;
el comulgante responde: “Amen”, recibiéndola en la boca de mano del sacerdote el
Sacramento, y luego se retira”. (OGMR 287). Si
es bebiendo del cáliz, primero se
tomará la Hostia y posteriormente el sacerdote ofrecerá el cáliz para beber de
él.
bajo las dos especies
no está permitido que los fieles reciban primero la Hostia en la mano y
luego la mojen ellos mismos en el cáliz. “Si la comunión se hace por
intención, el que va a comulgar, sosteniendo la patena bajo la boca, se acerca
el sacerdote, que tiene el cáliz y a su lado al ministro que sostiene el
recipiente con las partículas consagradas. El sacerdote toma una Hostia, la moja
parcialmente en el cáliz y, mostrándola dice: “El Cuerpo y la Sangre de Cristo”;
el comulgante responde: “Amen”, recibiéndola en la boca de mano del sacerdote el
Sacramento, y luego se retira”. (OGMR 287). Si
es bebiendo del cáliz, primero se
tomará la Hostia y posteriormente el sacerdote ofrecerá el cáliz para beber de
él.
ERRORES MÁS FRECUENTES COMETIDOS EN LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
Esta es una breve
relación sin ánimo de ser exhaustivos de aquellos errores o costumbres más
comunes cometidos durante la celebración eucarística que no se ajustan a las
normas litúrgicas con el único ánimo de ayudar a corregirlos en lo posible
teniendo presente que lo más importante en la Eucaristía es, como no puede ser
de otro modo, la participación en ella con un corazón devoto y fraterno y que
los errores citados no son de bulto ni anulan por supuesto la validez del acto
sacramental. No obstante no deben menospreciarse las normas litúrgicas ya que
toda la liturgia está llena de símbolos y significados que si se pierden
convertirían la acción litúrgica en pura escenografía.
relación sin ánimo de ser exhaustivos de aquellos errores o costumbres más
comunes cometidos durante la celebración eucarística que no se ajustan a las
normas litúrgicas con el único ánimo de ayudar a corregirlos en lo posible
teniendo presente que lo más importante en la Eucaristía es, como no puede ser
de otro modo, la participación en ella con un corazón devoto y fraterno y que
los errores citados no son de bulto ni anulan por supuesto la validez del acto
sacramental. No obstante no deben menospreciarse las normas litúrgicas ya que
toda la liturgia está llena de símbolos y significados que si se pierden
convertirían la acción litúrgica en pura escenografía.
A) POR
PARTE DE LOS FIELES:
PARTE DE LOS FIELES:
Leer la Monición
inicial (cuando lo hace una persona distinta del presidente especialmente un
laico) antes de entrar el celebrante al presbiterio o durante la procesión
inicial. El momento adecuado de pronunciarla es tras el saludo inicial del
presidente a la Asamblea.
inicial (cuando lo hace una persona distinta del presidente especialmente un
laico) antes de entrar el celebrante al presbiterio o durante la procesión
inicial. El momento adecuado de pronunciarla es tras el saludo inicial del
presidente a la Asamblea.
Acabar las lecturas
diciendo “Es palabra de Dios” en vez de “Palabra de Dios” (también el sacerdote
lo hace a veces).
diciendo “Es palabra de Dios” en vez de “Palabra de Dios” (también el sacerdote
lo hace a veces).
Los lectores deben
omitir la frase “Primera o Segunda Lectura” y pasar directamente a decir de
quién está tomada la Lectura sin más. De igual modo no debe decirse “salmo
responsorial” sino pasar directamente a la lectura de los salmos.
omitir la frase “Primera o Segunda Lectura” y pasar directamente a decir de
quién está tomada la Lectura sin más. De igual modo no debe decirse “salmo
responsorial” sino pasar directamente a la lectura de los salmos.
Omitir la reverencia
o hacérsela al sacerdote en vez de al altar cuando suben a realizar alguna
lectura o para la Oración de los fieles.
o hacérsela al sacerdote en vez de al altar cuando suben a realizar alguna
lectura o para la Oración de los fieles.
Permanecer sentados
durante la oración sobre las ofrendas. Es el momento más importante de esa parte
de la Misa y todas las oraciones de la Misa se deben oír y responder de pie, que
es la actitud propia del orante y del pueblo en marcha y dispuesto. La costumbre
de oír sentados esta oración está generalizada y es de difícil desarraigo.
durante la oración sobre las ofrendas. Es el momento más importante de esa parte
de la Misa y todas las oraciones de la Misa se deben oír y responder de pie, que
es la actitud propia del orante y del pueblo en marcha y dispuesto. La costumbre
de oír sentados esta oración está generalizada y es de difícil desarraigo.
Permanecer de pie
durante el momento de la consagración (aunque por razones de edad, incomodidad
del lugar, masificación u otras causas se puede permanecer de pie). En cualquier
caso la Iglesia nos pide una actitud y postura común como símbolo de unanimidad.
durante el momento de la consagración (aunque por razones de edad, incomodidad
del lugar, masificación u otras causas se puede permanecer de pie). En cualquier
caso la Iglesia nos pide una actitud y postura común como símbolo de unanimidad.
Recitar junto con el
sacerdote la doxología final que cierra la Plegaria eucarística (Por Cristo, con
Cristo, etc.). El pueblo debe limitarse a responder AMEN como rúbrica y
asentimiento de todo lo anterior. No es un AMEN borreguil sino un AMEN de
compromiso, de afirmación, que ratifica por el pueblo lo sucedido en el altar.
sacerdote la doxología final que cierra la Plegaria eucarística (Por Cristo, con
Cristo, etc.). El pueblo debe limitarse a responder AMEN como rúbrica y
asentimiento de todo lo anterior. No es un AMEN borreguil sino un AMEN de
compromiso, de afirmación, que ratifica por el pueblo lo sucedido en el altar.
Leer la Oración de
los Fieles desde el Ambón. El Ambón está reservado a la Palabra de Dios y ni la
homilía ni la Oración de los Fieles es Palabra de Dios. No obstante se puede
hacer desde allí siempre que no haya otro lugar adecuado ya que aunque no es su
sitio preferente tampoco la OGMR lo excluye taxativamente (OGMR 309).
los Fieles desde el Ambón. El Ambón está reservado a la Palabra de Dios y ni la
homilía ni la Oración de los Fieles es Palabra de Dios. No obstante se puede
hacer desde allí siempre que no haya otro lugar adecuado ya que aunque no es su
sitio preferente tampoco la OGMR lo excluye taxativamente (OGMR 309).
Dar golpes triples
con el incensario ya que siempre deben ser dobles. Esto es extensible al
sacerdote cuando usa el incensario.
con el incensario ya que siempre deben ser dobles. Esto es extensible al
sacerdote cuando usa el incensario.
Cuando se comulga en
la mano la Sagrada Forma se ha recibir con la palma de la mano izquierda abierta
y cogerla con la derecha para llevarla a la boca, no tomarla directamente de
manos del sacerdote. El símbolo consiste en que es un don que se recibe (lo
anterior no excluye otras formas como la de tomar cada fiel su Pan y mojarlo en
el Vino o fórmulas parecidas dependiendo del carácter de la celebración).
la mano la Sagrada Forma se ha recibir con la palma de la mano izquierda abierta
y cogerla con la derecha para llevarla a la boca, no tomarla directamente de
manos del sacerdote. El símbolo consiste en que es un don que se recibe (lo
anterior no excluye otras formas como la de tomar cada fiel su Pan y mojarlo en
el Vino o fórmulas parecidas dependiendo del carácter de la celebración).
Para finalizar
diremos que en la procesión de las ofrendas se deberían llevar al altar sólo
objetos que sean donaciones para el servicio del mismo o regalos para los pobres
(por ejemplo el resultado de la cuestación hecha entre los fieles o flores)
aunque se ha puesto de moda llevar al altar todo tipo de objetos, lo cual puede
justificarse pastoralmente pero sin abusos. Lo primero que debe llevarse siempre
es el Pan y el Vino.
diremos que en la procesión de las ofrendas se deberían llevar al altar sólo
objetos que sean donaciones para el servicio del mismo o regalos para los pobres
(por ejemplo el resultado de la cuestación hecha entre los fieles o flores)
aunque se ha puesto de moda llevar al altar todo tipo de objetos, lo cual puede
justificarse pastoralmente pero sin abusos. Lo primero que debe llevarse siempre
es el Pan y el Vino.
B) POR
PARTE DEL SACERDOTE:
PARTE DEL SACERDOTE:
Predicar desde el
ambón. Es preferible hacerlo desde otro lugar más adecuado aunque no está
prohibido si no hay otro lugar elegible.
ambón. Es preferible hacerlo desde otro lugar más adecuado aunque no está
prohibido si no hay otro lugar elegible.
Lavar los vasos
sagrados (ablución) después de la comunión en el altar. Debe hacerse o bien al
acabar la Misa o discretamente en la credencia. La ablución no tiene ningún
valor litúrgico y por eso se prefiere fuera del altar ni es preciso que la haga
el Presidente, más bien es competencia de diáconos o acólitos. Debe hacerse sólo
con agua.
sagrados (ablución) después de la comunión en el altar. Debe hacerse o bien al
acabar la Misa o discretamente en la credencia. La ablución no tiene ningún
valor litúrgico y por eso se prefiere fuera del altar ni es preciso que la haga
el Presidente, más bien es competencia de diáconos o acólitos. Debe hacerse sólo
con agua.
No mirar hacia el
ambón cuando se está proclamando el Evangelio por el diácono o bien por otro
concelebrante diferente del Presidente. Todos los que permanecen en el altar
deben girarse ligeramente y mirar al Ambón mientras se proclama el Evangelio. El
protagonismo está en ese momento en la Palabra.
ambón cuando se está proclamando el Evangelio por el diácono o bien por otro
concelebrante diferente del Presidente. Todos los que permanecen en el altar
deben girarse ligeramente y mirar al Ambón mientras se proclama el Evangelio. El
protagonismo está en ese momento en la Palabra.
Disponer el altar
lleno con los objetos precisos para la celebración eucarística para “tenerlo
todo a mano” por comodidad (vinajeras, cáliz, misal, patena, etc.). El altar
debe permanecer lo más escueto posible y colocar sobre él los objetos según se
vayan necesitando, retirándolos cuando dejan de usarse. A veces cuesta
distinguir al sacerdote tras la cantidad de objetos allí depositados, a los que
a veces se suman floreros con ramos de flores y velas en candelabros.
lleno con los objetos precisos para la celebración eucarística para “tenerlo
todo a mano” por comodidad (vinajeras, cáliz, misal, patena, etc.). El altar
debe permanecer lo más escueto posible y colocar sobre él los objetos según se
vayan necesitando, retirándolos cuando dejan de usarse. A veces cuesta
distinguir al sacerdote tras la cantidad de objetos allí depositados, a los que
a veces se suman floreros con ramos de flores y velas en candelabros.
“Inventarse” textos
con las oraciones de la Misa, especialmente en la Plegaria eucarística, alegando
razones pastorales de difícil justificación. Además de estar expresamente
prohibido no hay mejor pastoral que una Liturgia bien hecha.
con las oraciones de la Misa, especialmente en la Plegaria eucarística, alegando
razones pastorales de difícil justificación. Además de estar expresamente
prohibido no hay mejor pastoral que una Liturgia bien hecha.
LA
CONCELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
CONCELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
La
Concelebración de la Eucaristía, expresión de la
unidad del sacerdocio, del sacrificio y de todo el pueblo de Dios, es hoy una de
las formas habituales de la Santa Misa. El Concilio Vaticano II y los diferentes
documentos de la reforma litúrgica determinaron las circunstancias del rito y su
desarrollo ceremonial. No hay duda de que la concelebración ha sido
una de las novedades
más notables.
Concelebración de la Eucaristía, expresión de la
unidad del sacerdocio, del sacrificio y de todo el pueblo de Dios, es hoy una de
las formas habituales de la Santa Misa. El Concilio Vaticano II y los diferentes
documentos de la reforma litúrgica determinaron las circunstancias del rito y su
desarrollo ceremonial. No hay duda de que la concelebración ha sido
una de las novedades
más notables.
La misma verdad y
belleza de los signos litúrgicos reclama que sean realizados con dignidad,
unción interior y escrupulosa fidelidad a lo dispuesto, dentro del margen de
espontaneidad y calor humano que los distintos actores de la celebración deben
poner en el ejercicio del culto divino.
belleza de los signos litúrgicos reclama que sean realizados con dignidad,
unción interior y escrupulosa fidelidad a lo dispuesto, dentro del margen de
espontaneidad y calor humano que los distintos actores de la celebración deben
poner en el ejercicio del culto divino.
Para eso vamos a
recordar algunas cuestiones relacionadas con la concelebración:
recordar algunas cuestiones relacionadas con la concelebración:
1. Aunque la
condición común de los concelebrantes sea el presbiterado, sin embargo
es uno sólo
el celebrante principal. A él corresponde presidir y realizar una serie
de acciones que le están reservadas, tales como incensar el altar, dirigir los
saludos al pueblo, recitar o cantar las oraciones presidenciales, etc. y ocupar
el puesto principal de la Sede.
Cuando concelebra un Obispo, la presidencia
litúrgica le corresponde a él, por derecho propio. En cuanto a los
ornamentos, el celebrante principal
debe llevar los mismos que cuando se celebra la misa individualmente. Los demás
celebrantes, cuando hay justo motivo, pueden prescindir de la casulla, teniendo
en cuenta que muchas albas deben ser utilizadas con amito por razones de
elemental estética. Cuando el Obispo celebra solemnemente está especialmente
indicada la concelebración.
condición común de los concelebrantes sea el presbiterado, sin embargo
es uno sólo
el celebrante principal. A él corresponde presidir y realizar una serie
de acciones que le están reservadas, tales como incensar el altar, dirigir los
saludos al pueblo, recitar o cantar las oraciones presidenciales, etc. y ocupar
el puesto principal de la Sede.
Cuando concelebra un Obispo, la presidencia
litúrgica le corresponde a él, por derecho propio. En cuanto a los
ornamentos, el celebrante principal
debe llevar los mismos que cuando se celebra la misa individualmente. Los demás
celebrantes, cuando hay justo motivo, pueden prescindir de la casulla, teniendo
en cuenta que muchas albas deben ser utilizadas con amito por razones de
elemental estética. Cuando el Obispo celebra solemnemente está especialmente
indicada la concelebración.
2. Si no hay
verdaderos diáconos
sus funciones las asumen los concelebrantes que están a cada lado del que
preside, revestidos como presbíteros.
verdaderos diáconos
sus funciones las asumen los concelebrantes que están a cada lado del que
preside, revestidos como presbíteros.
3. Aun cuando sean
numerosos los celebrantes, éstos no deben apropiarse las funciones de los
ministerios inferiores al diácono, tales como las de lector, acólito,
comentarista, etc. Estas funciones corresponden a los que han sido instituidos
para ellas y también a los mismos seglares.
numerosos los celebrantes, éstos no deben apropiarse las funciones de los
ministerios inferiores al diácono, tales como las de lector, acólito,
comentarista, etc. Estas funciones corresponden a los que han sido instituidos
para ellas y también a los mismos seglares.
4. Es importante la
unanimidad en los gestos y movimientos de los concelebrantes, de acuerdo con lo
establecido en el misal.
unanimidad en los gestos y movimientos de los concelebrantes, de acuerdo con lo
establecido en el misal.
5. Los textos que
competen a todos los celebrantes los pronuncian al unísono, pero
en voz baja para que se pueda oír
distintamente la voz del celebrante principal. De este modo el pueblo percibe
mejor el texto.
competen a todos los celebrantes los pronuncian al unísono, pero
en voz baja para que se pueda oír
distintamente la voz del celebrante principal. De este modo el pueblo percibe
mejor el texto.
6. En cuanto al modo
de recitar las distintas
partes de la plegaria eucarística
conviene recordar:
de recitar las distintas
partes de la plegaria eucarística
conviene recordar:
a)
Hay
partes reservadas al celebrante principal,
que él solo debe decir con los gestos oportunos.
Hay
partes reservadas al celebrante principal,
que él solo debe decir con los gestos oportunos.
b)
Hay
partes que deben decir los concelebrantes,
en voz baja como se ha indicado antes, y con los gestos siguientes: las manos
extendidas hacia las ofrendas en la epíclesis, la mano derecha extendida hacia
lo que se va a consagrar (con la palma hacia abajo) durante el relato de la
institución y con las manos extendidas después de la consagración. Nunca deben
tener los brazos cruzados durante la Plegaria Eucarística.)
Hay
partes que deben decir los concelebrantes,
en voz baja como se ha indicado antes, y con los gestos siguientes: las manos
extendidas hacia las ofrendas en la epíclesis, la mano derecha extendida hacia
lo que se va a consagrar (con la palma hacia abajo) durante el relato de la
institución y con las manos extendidas después de la consagración. Nunca deben
tener los brazos cruzados durante la Plegaria Eucarística.)
c)
Hay,
por último,
partes que se pueden confiar a uno u otro concelebrante, que debe recitar
él únicamente con las manos extendidas y en voz alta, mientras los demás
escuchan.
Hay,
por último,
partes que se pueden confiar a uno u otro concelebrante, que debe recitar
él únicamente con las manos extendidas y en voz alta, mientras los demás
escuchan.
7. Las partes de la
plegaria eucarística que pueden confiarse a los concelebrantes los especifica la
OGMR (219 a 236) y a ella os remitimos, por ser algo tediosa su enumeración. La
doxología final la pueden decir todos los concelebrantes, pero no el pueblo.
Tanto la doxología como el relato de la consagración pueden ser cantados.
plegaria eucarística que pueden confiarse a los concelebrantes los especifica la
OGMR (219 a 236) y a ella os remitimos, por ser algo tediosa su enumeración. La
doxología final la pueden decir todos los concelebrantes, pero no el pueblo.
Tanto la doxología como el relato de la consagración pueden ser cantados.
8.- Respecto a la
comunión de los concelebrantes, si deben acceder al altar para llegar a comulgar
deben hacer genuflexión
al llegar.
comunión de los concelebrantes, si deben acceder al altar para llegar a comulgar
deben hacer genuflexión
al llegar.
9.-
Los ritos de conclusión
se reservan al presidente. Antes de retirarse del altar, los
concelebrantes se inclinan en señal de reverencia.
Los ritos de conclusión
se reservan al presidente. Antes de retirarse del altar, los
concelebrantes se inclinan en señal de reverencia.
LA PARTICIPACIÓN DE LOS LAICOS EN LA LITÚRGIA
Hablar de creatividad
y participación litúrgica es un tema que puede malinterpretarse. La
liturgia es ejercicio del sacerdocio de Cristo,
que se hace visible en la Iglesia. Toda celebración litúrgica es acción de
Cristo. En este sentido, la liturgia es de la
Iglesia, no de nadie en particular, por lo cual sus ministros no pueden
adueñarse de ella. "A nadie le está permitido, ni siquiera al sacerdote, ni a
grupo alguno, añadir, quitar o cambiar algo por propia iniciativa" (SC 22 y
también CDC 846). Para mejor ilustrar esta cuestión valgan unas líneas tomadas
de un libro del actual papa Benedicto XVI titulado “El espíritu de la Liturgia.
Una introducción”. La cita, larga pero obligada, dice así:
y participación litúrgica es un tema que puede malinterpretarse. La
liturgia es ejercicio del sacerdocio de Cristo,
que se hace visible en la Iglesia. Toda celebración litúrgica es acción de
Cristo. En este sentido, la liturgia es de la
Iglesia, no de nadie en particular, por lo cual sus ministros no pueden
adueñarse de ella. "A nadie le está permitido, ni siquiera al sacerdote, ni a
grupo alguno, añadir, quitar o cambiar algo por propia iniciativa" (SC 22 y
también CDC 846). Para mejor ilustrar esta cuestión valgan unas líneas tomadas
de un libro del actual papa Benedicto XVI titulado “El espíritu de la Liturgia.
Una introducción”. La cita, larga pero obligada, dice así:
“La «creatividad» no
puede ser una categoría auténtica en la realidad litúrgica. Por lo demás, este
término ha crecido en el ámbito de la cosmovisión marxista. «Creatividad»
significa que, en un mundo privado de sentido, al que se ha llegado por una
evolución ciega, el hombre crea finalmente un mundo nuevo y mejor, partiendo de
sus propias fuerzas. En las modernas teorías del arte se alude con ello a una
forma nihilista de creación: el arte no debe imitar nada; la creatividad
artística es el libre gobierno del hombre, que no se ata a ninguna norma ni a
finalidad alguna, y que tampoco puede someterse a ninguna pregunta por el
sentido. Puede que en estas visiones se perciba un clamor de libertad que, en un
mundo dominado por la técnica, se convierte en un grito de socorro. El arte, así
concebido, aparece como el último reducto de la libertad. El arte tiene que ver
con la libertad, eso es cierto. Pero la libertad así concebida está vacía: no
libera, sino que deja que aparezca la desesperación como la última palabra de la
existencia humana. Este tipo de creatividad no puede tener cabida en la
liturgia. La liturgia no vive de las «genialidades» de cualquier individuo o de
cualquier comisión”
Pese a lo anterior no
debe pensarse que en la liturgia todo está cerrado y los ministros deben
limitarse a una mera repetición mecánica de los ritos,
oraciones y rúbricas.
Liturgia no es sinónimo de rigidez aunque no admite
la arbitrariedad. Precisamente la no arbitrariedad es una de las
características de la liturgia: se sustrae a la intervención del individuo ya
que en la liturgia y mediante ella se entra en contacto con algo superior
(Revelación) y se crea una comunión universal que supera las iglesias locales.
El Misal es sumamente rico y variado en oraciones, prefacios, misas, como para
que pueda decirse que no hay una gran variedad de textos para escoger,
dependiendo lógicamente del calendario litúrgico y otras circunstancias. En este
aspecto es donde hay que encajar la creatividad litúrgica, escogiendo dentro de
la variedad y no inventando lo que no existe.
La mejor pastoral que puede hacerse consiste
en una buena liturgia, no debe existir esa excusa tan recurrida de lo pastoral
para justificar una liturgia mal hecha.
debe pensarse que en la liturgia todo está cerrado y los ministros deben
limitarse a una mera repetición mecánica de los ritos,
oraciones y rúbricas.
Liturgia no es sinónimo de rigidez aunque no admite
la arbitrariedad. Precisamente la no arbitrariedad es una de las
características de la liturgia: se sustrae a la intervención del individuo ya
que en la liturgia y mediante ella se entra en contacto con algo superior
(Revelación) y se crea una comunión universal que supera las iglesias locales.
El Misal es sumamente rico y variado en oraciones, prefacios, misas, como para
que pueda decirse que no hay una gran variedad de textos para escoger,
dependiendo lógicamente del calendario litúrgico y otras circunstancias. En este
aspecto es donde hay que encajar la creatividad litúrgica, escogiendo dentro de
la variedad y no inventando lo que no existe.
La mejor pastoral que puede hacerse consiste
en una buena liturgia, no debe existir esa excusa tan recurrida de lo pastoral
para justificar una liturgia mal hecha.
"La participación
es un término que viene del latín participatio (partem-capere=tomar parte) y es
sinónimo de intervención, adhesión, asistencia". En efecto, hoy día la
palabra es usada frecuentemente y todo el mundo pide, en cualquier ámbito de la
vida, participar. Para los cristianos, el fundamento de la participación está en
el Bautismo, ya que todo bautizado está revestido de la dignidad sacerdotal. Se
ha interpretado la participación pensando en que consiste en la intervención del
mayor número de personas posibles durante el mayor tiempo posible. ¡Craso error¡
No se trata de multiplicar vana y
artificialmente las acciones a realizar
pensando que con eso se aumenta la participación ya que la auténtica
participación consiste el dar paso a la acción de Dios.
es un término que viene del latín participatio (partem-capere=tomar parte) y es
sinónimo de intervención, adhesión, asistencia". En efecto, hoy día la
palabra es usada frecuentemente y todo el mundo pide, en cualquier ámbito de la
vida, participar. Para los cristianos, el fundamento de la participación está en
el Bautismo, ya que todo bautizado está revestido de la dignidad sacerdotal. Se
ha interpretado la participación pensando en que consiste en la intervención del
mayor número de personas posibles durante el mayor tiempo posible. ¡Craso error¡
No se trata de multiplicar vana y
artificialmente las acciones a realizar
pensando que con eso se aumenta la participación ya que la auténtica
participación consiste el dar paso a la acción de Dios.
En la liturgia no
podía ser menos y es uno de los conceptos claves de la reforma litúrgica. Tiene
sus antecedentes más cercanos en el motu propio Tra le sollecitudini de san Pío
X y más próximos al Vaticano II en la encíclica Mediator Dei de Pío XII
(20-XI-1947). Pero es en la SC cuando este principio de participación toma
cuerpo como algo esencial. Es toda la asamblea litúrgica la que está implicada
en la acción litúrgica, pero cada uno de sus miembros intervienen de modo
distinto "según la diversidad de órdenes, funciones y participación actual"
(SC 26). La diferencia entre la participación de los ministros ordenados y los
laicos no sólo es de grado sino también esencial.
podía ser menos y es uno de los conceptos claves de la reforma litúrgica. Tiene
sus antecedentes más cercanos en el motu propio Tra le sollecitudini de san Pío
X y más próximos al Vaticano II en la encíclica Mediator Dei de Pío XII
(20-XI-1947). Pero es en la SC cuando este principio de participación toma
cuerpo como algo esencial. Es toda la asamblea litúrgica la que está implicada
en la acción litúrgica, pero cada uno de sus miembros intervienen de modo
distinto "según la diversidad de órdenes, funciones y participación actual"
(SC 26). La diferencia entre la participación de los ministros ordenados y los
laicos no sólo es de grado sino también esencial.
LOS SIGNOS DE
REVERENCIA: LAS POSTURAS
REVERENCIA: LAS POSTURAS
La Ordenación General
del Misal Romano da unas normas claras de las
posturas corporales que hay que adoptar durante la Eucaristía. Para el
Misal Romano "la
postura uniforme, seguida por todos los que toman parte en la celebración, es un
signo de comunidad y unidad de la Asamblea" (OGMR nº 42)
del Misal Romano da unas normas claras de las
posturas corporales que hay que adoptar durante la Eucaristía. Para el
Misal Romano "la
postura uniforme, seguida por todos los que toman parte en la celebración, es un
signo de comunidad y unidad de la Asamblea" (OGMR nº 42)
Las posturas
corporales que el Misal Romano indica (OGMR 43) son las que resumimos a
continuación:
corporales que el Misal Romano indica (OGMR 43) son las que resumimos a
continuación:
Ø
Estar de
Pie:
Es una forma
de demostrar nuestra confianza filial, y nuestra disponibilidad para la acción,
para el camino. El estar de pie significa la dignidad de ser hijos de Dios, no
esclavos agachados ante el amo. Es la confianza llana del hijo que está ante el
padre a quien respeta muchísimo y a quien al mismo tiempo tiene cariño. Al mismo
tiempo, al estar en pie manifestamos la fe en Jesús resucitado que venció a la
muerte, y la fe en que nosotros resucitaremos también; el estar agachado y
postrado no es la última postura del cristiano; sino el estar en pie resucitado.
Estaremos en pie:
Estar de
Pie:
Es una forma
de demostrar nuestra confianza filial, y nuestra disponibilidad para la acción,
para el camino. El estar de pie significa la dignidad de ser hijos de Dios, no
esclavos agachados ante el amo. Es la confianza llana del hijo que está ante el
padre a quien respeta muchísimo y a quien al mismo tiempo tiene cariño. Al mismo
tiempo, al estar en pie manifestamos la fe en Jesús resucitado que venció a la
muerte, y la fe en que nosotros resucitaremos también; el estar agachado y
postrado no es la última postura del cristiano; sino el estar en pie resucitado.
Estaremos en pie:
o
desde
el canto de entrada hasta el final de la oración
Colecta
desde
el canto de entrada hasta el final de la oración
Colecta
o
durante
la lectura del
Evangelio y el canto del Aleluya que le precede
durante
la lectura del
Evangelio y el canto del Aleluya que le precede
o
durante
la profesión de Fe
(Credo) y
la oración de los Fieles
durante
la profesión de Fe
(Credo) y
la oración de los Fieles
o
desde
que empieza la
oración de las ofrendas hasta la consagración
desde
que empieza la
oración de las ofrendas hasta la consagración
o
después de la consagración hasta después de la comunión
después de la consagración hasta después de la comunión
o
desde
la oración de después de la comunión hasta
que el sacerdote abandona el altar.
desde
la oración de después de la comunión hasta
que el sacerdote abandona el altar.
o
Todas
las oraciones deben oírse de pie
como actitud
de respeto y buena disposición. Esta generalizada la costumbre (errónea) de oír
sentados la oración sobre las ofrendas.
Todas
las oraciones deben oírse de pie
como actitud
de respeto y buena disposición. Esta generalizada la costumbre (errónea) de oír
sentados la oración sobre las ofrendas.
Ø
Sentados:
Significa la
confianza de estar con los amigos, con paz y tranquilidad. Estamos en casa,
cuando estamos en el templo. Sentados podemos hablar con intimidad y largamente
con el Señor que está ahí presente. También uno se sienta para escuchar y
aprender cuando un maestro habla. Estaremos sentados:
Sentados:
Significa la
confianza de estar con los amigos, con paz y tranquilidad. Estamos en casa,
cuando estamos en el templo. Sentados podemos hablar con intimidad y largamente
con el Señor que está ahí presente. También uno se sienta para escuchar y
aprender cuando un maestro habla. Estaremos sentados:
o
durante
las lecturas que preceden al Evangelio,
incluido el Salmo responsorial.
durante
las lecturas que preceden al Evangelio,
incluido el Salmo responsorial.
o
durante
la homilía.
durante
la homilía.
o
mientras se hace la preparación de los dones en el
ofertorio.
mientras se hace la preparación de los dones en el
ofertorio.
o
a lo
largo del silencio posterior a la comunión.
a lo
largo del silencio posterior a la comunión.
Ø
De
rodillas:
Sólo ante Dios
debemos doblar nuestra rodilla. Al ponernos de rodillas significa que nos
reconocemos pecadores ante Él. La genuflexión ante el Santísimo es un saludo
reverencial de fe, en homenaje de reconocimiento al Señor Jesús. Debemos hacerlo
en forma pausada y recogida. Estaremos solamente durante la
Consagración,
aunque por razones de edad, incomodidad del lugar o aglomeración que lo
impida se podrá estar respetuosamente de pie.
De
rodillas:
Sólo ante Dios
debemos doblar nuestra rodilla. Al ponernos de rodillas significa que nos
reconocemos pecadores ante Él. La genuflexión ante el Santísimo es un saludo
reverencial de fe, en homenaje de reconocimiento al Señor Jesús. Debemos hacerlo
en forma pausada y recogida. Estaremos solamente durante la
Consagración,
aunque por razones de edad, incomodidad del lugar o aglomeración que lo
impida se podrá estar respetuosamente de pie.
Ø
Postrados:
Se usa en ciertos momentos escasos, en que el alma cristiana se siente más
indigna de dirigirse a Dios, cargada de responsabilidades, o en un luto
universal como el del Viernes Santo por la muerte de Jesús, o cuando la pena y
desconsuelo son tan inmensos que no se ve solución. Por ejemplo: el futuro
sacerdote, cuando se postra el día de su ordenación sacerdotal; o algunas
monjas, el día en que entran al convento o hacen su profesión religiosa, se
postran en el suelo, indicando no tanto el abatimiento, sino la necesidad de
protección de Dios y la impotencia personal. Es signo de humildad y penitencia.
Postrados:
Se usa en ciertos momentos escasos, en que el alma cristiana se siente más
indigna de dirigirse a Dios, cargada de responsabilidades, o en un luto
universal como el del Viernes Santo por la muerte de Jesús, o cuando la pena y
desconsuelo son tan inmensos que no se ve solución. Por ejemplo: el futuro
sacerdote, cuando se postra el día de su ordenación sacerdotal; o algunas
monjas, el día en que entran al convento o hacen su profesión religiosa, se
postran en el suelo, indicando no tanto el abatimiento, sino la necesidad de
protección de Dios y la impotencia personal. Es signo de humildad y penitencia.
Ø
La
Procesión:
Más que un gesto litúrgico, es un rito. En las celebraciones habituales, por
ejemplo, en la santa misa, los ministros realizan movimientos que tienen
carácter procesional: al principio, antes del evangelio, etc. También los fieles
adoptan esta actitud al presentar las ofrendas y cuando comulgan. Además, hay
procesiones excepcionales unidas al año litúrgico, como la del Domingo de Ramos
y la del Corpus Christi, o en circunstancias particulares de la vida de la
Iglesia, por ejemplo, la de una comunidad parroquial el día de las fiestas
patronales. La procesión simboliza, principalmente, el carácter peregrinante de
la Iglesia. También, a veces, es un signo muy expresivo de fe y devoción. Deben
hacerse con dignidad y respeto.
La
Procesión:
Más que un gesto litúrgico, es un rito. En las celebraciones habituales, por
ejemplo, en la santa misa, los ministros realizan movimientos que tienen
carácter procesional: al principio, antes del evangelio, etc. También los fieles
adoptan esta actitud al presentar las ofrendas y cuando comulgan. Además, hay
procesiones excepcionales unidas al año litúrgico, como la del Domingo de Ramos
y la del Corpus Christi, o en circunstancias particulares de la vida de la
Iglesia, por ejemplo, la de una comunidad parroquial el día de las fiestas
patronales. La procesión simboliza, principalmente, el carácter peregrinante de
la Iglesia. También, a veces, es un signo muy expresivo de fe y devoción. Deben
hacerse con dignidad y respeto.
Fuera de las posturas
propias de la Misa hay
otras posturas
que pasamos a relacionar. Se pueden adoptar dos clases de posturas
corporales: la
inclinación y la genuflexión:
propias de la Misa hay
otras posturas
que pasamos a relacionar. Se pueden adoptar dos clases de posturas
corporales: la
inclinación y la genuflexión:
Ø
La
inclinación:
Indica reverencia y honor
a las personas o a lo que representan y puede ser de dos tipos:
inclinación de
cabeza e inclinación
de cuerpo o profunda, que se hace desde la
cintura.
La
inclinación:
Indica reverencia y honor
a las personas o a lo que representan y puede ser de dos tipos:
inclinación de
cabeza e inclinación
de cuerpo o profunda, que se hace desde la
cintura.
§
La
inclinación de cabeza se le hace al nombre de
Jesucristo, de la Virgen y del santo en cuyo honor se celebra la Misa. Se debe
hacer reverencia profunda en el Credo
arrodillándonos si es la Solemnidad de Navidad o la fiesta de la Anunciación del
Señor. Asimismo la
bendición presidencial
que concluye la Misa se debe recibir con inclinación de cabeza.
La
inclinación de cabeza se le hace al nombre de
Jesucristo, de la Virgen y del santo en cuyo honor se celebra la Misa. Se debe
hacer reverencia profunda en el Credo
arrodillándonos si es la Solemnidad de Navidad o la fiesta de la Anunciación del
Señor. Asimismo la
bendición presidencial
que concluye la Misa se debe recibir con inclinación de cabeza.
§
La
inclinación de cuerpo o reverencia profunda se
le hace al altar cuando no está allí el Santísimo; también se debe hacer
inclinación profunda cada vez que se sirva al obispo o se pase por delante de
él; se hace antes y después de las incensaciones y en algunas otras ocasiones en
que está dispuesto. Deben hacer inclinación profunda al altar que simboliza a
Cristo y no al sacerdote como equivocadamente se hace a veces, todas aquellas
personas que suban al presbiterio para realizar alguna función como por ejemplo
los lectores o los que van a hacer las peticiones de la Oración Universal de los
Fieles, que vulgarmente llamamos preces, tanto al llegar como al marcharse.
La
inclinación de cuerpo o reverencia profunda se
le hace al altar cuando no está allí el Santísimo; también se debe hacer
inclinación profunda cada vez que se sirva al obispo o se pase por delante de
él; se hace antes y después de las incensaciones y en algunas otras ocasiones en
que está dispuesto. Deben hacer inclinación profunda al altar que simboliza a
Cristo y no al sacerdote como equivocadamente se hace a veces, todas aquellas
personas que suban al presbiterio para realizar alguna función como por ejemplo
los lectores o los que van a hacer las peticiones de la Oración Universal de los
Fieles, que vulgarmente llamamos preces, tanto al llegar como al marcharse.
Ø
La
genuflexión:
Se hace siempre con la rodilla derecha
llevándola hasta el suelo y significa adoración. Por ser signo de adoración está
reservada al Santísimo Sacramento y a la
Santa Cruz en la liturgia del Viernes Santo.
En resumen, se debe hacer genuflexión cada vez que pasemos por delante del
Santísimo Sacramento e inclinación profunda al altar todos los que se acercan al
presbiterio o se alejan de él (por ejemplo los que se han acercado para hacer
alguna lectura o petición).
La
genuflexión:
Se hace siempre con la rodilla derecha
llevándola hasta el suelo y significa adoración. Por ser signo de adoración está
reservada al Santísimo Sacramento y a la
Santa Cruz en la liturgia del Viernes Santo.
En resumen, se debe hacer genuflexión cada vez que pasemos por delante del
Santísimo Sacramento e inclinación profunda al altar todos los que se acercan al
presbiterio o se alejan de él (por ejemplo los que se han acercado para hacer
alguna lectura o petición).
LOS GESTOS
LITÚRGICOS
LITÚRGICOS
No podemos vivir sin
gestos y actitudes corporales. Ellos expresan, provocan o dan realce a lo que
pensamos y sentimos: el abrazo, el beso, el apretón de manos, las lágrimas, el
silencio,...y todos estos gestos surgen "naturalmente", al compás de nuestros
pensamientos y emociones.
gestos y actitudes corporales. Ellos expresan, provocan o dan realce a lo que
pensamos y sentimos: el abrazo, el beso, el apretón de manos, las lágrimas, el
silencio,...y todos estos gestos surgen "naturalmente", al compás de nuestros
pensamientos y emociones.
El hombre, participa
y "crea" la liturgia. Por eso,
la liturgia contiene muchos gestos y
actitudes con los que intentamos expresar exterior y corporalmente nuestros
sentimientos hacia Dios. Los gestos litúrgicos más importantes son:
la señal de la cruz; las unciones; la imposición de
la ceniza; los ojos elevados al cielo; ciertos gestos relacionados con las
manos: manos juntas y plegadas sobre el pecho; manos que se golpean el pecho;
manos elevadas y extendidas; manos que dan y reciben la paz; manos dispuestas
para recibir el Cuerpo del Señor.
y "crea" la liturgia. Por eso,
la liturgia contiene muchos gestos y
actitudes con los que intentamos expresar exterior y corporalmente nuestros
sentimientos hacia Dios. Los gestos litúrgicos más importantes son:
la señal de la cruz; las unciones; la imposición de
la ceniza; los ojos elevados al cielo; ciertos gestos relacionados con las
manos: manos juntas y plegadas sobre el pecho; manos que se golpean el pecho;
manos elevadas y extendidas; manos que dan y reciben la paz; manos dispuestas
para recibir el Cuerpo del Señor.
La Iglesia insiste en
la necesidad de renovar, actualizar, "entroncar" los gestos
con cada cultura, para que las palabras y
gestos sean más "significativos" para la mentalidad del hombre moderno e incluso
para cada región y comunidad. La liturgia consta de una parte inmutable por ser
de institución divina (la fórmula de la consagración por ejemplo), y de otras
partes sujetas a cambio, que pueden y aún, deben ir cambiando, como lo ilustra
la historia de la Iglesia.
la necesidad de renovar, actualizar, "entroncar" los gestos
con cada cultura, para que las palabras y
gestos sean más "significativos" para la mentalidad del hombre moderno e incluso
para cada región y comunidad. La liturgia consta de una parte inmutable por ser
de institución divina (la fórmula de la consagración por ejemplo), y de otras
partes sujetas a cambio, que pueden y aún, deben ir cambiando, como lo ilustra
la historia de la Iglesia.
"Por esta razón,
los textos y los ritos se han de ordenar de manera que expresen con mayor
claridad las cosas santas que significan y, en lo posible, el pueblo cristiano
pueda comprender fácilmente y participar en ellas por medio de una celebración
plena, activa y comunitaria" (SC 21).
los textos y los ritos se han de ordenar de manera que expresen con mayor
claridad las cosas santas que significan y, en lo posible, el pueblo cristiano
pueda comprender fácilmente y participar en ellas por medio de una celebración
plena, activa y comunitaria" (SC 21).
Este deseo de la
Iglesia es por demás coherente: la repetición constante de los ritos, realizados
generalmente sin conocer su significado, produce un inevitable desgaste y llegan
a "no decir
nada". La liturgia no es un teatro.
La tarea de renovación litúrgica exige reflexión, creatividad y participación.
Mientras tanto
es necesario conocer el significado de los gestos
y ejecutarlos con espontaneidad y convicción, haciendo de ellos auténtica
expresión de nuestros sentimientos religiosos. Los
gestos más utilizados son:
Iglesia es por demás coherente: la repetición constante de los ritos, realizados
generalmente sin conocer su significado, produce un inevitable desgaste y llegan
a "no decir
nada". La liturgia no es un teatro.
La tarea de renovación litúrgica exige reflexión, creatividad y participación.
Mientras tanto
es necesario conocer el significado de los gestos
y ejecutarlos con espontaneidad y convicción, haciendo de ellos auténtica
expresión de nuestros sentimientos religiosos. Los
gestos más utilizados son:
Manos
juntas: Es
señal de respeto y de oración. Es un gesto de humildad y vasallaje, y de actitud
orante y confiada. Es el gesto más acomodado a la celebración litúrgica cuando
las manos no han de emplearse en otros ritos o no se prescribe que se tengan
levantadas. Es la mejor postura a la hora de ir a comulgar.
juntas: Es
señal de respeto y de oración. Es un gesto de humildad y vasallaje, y de actitud
orante y confiada. Es el gesto más acomodado a la celebración litúrgica cuando
las manos no han de emplearse en otros ritos o no se prescribe que se tengan
levantadas. Es la mejor postura a la hora de ir a comulgar.
Extender las manos y elevar a la vez los brazos:
Son súplicas solemnes; colecta, plegaria de la misa, paternóster, prefacio.
Levantar y extender las manos al rezar expresa los sentimientos del alma que
busca y espera el auxilio de lo alto. Hoy es un gesto reservado al ministro que
celebra la santa misa.
Extender y volver a juntar las manos:
Es el deseo del sacerdote de estrechar a la asamblea en un común abrazo de
fraternidad, de recoger las intenciones y deseos de todos para ofrecérselos a
Dios, y derramar sobre ellos las misericordias de Dios.
Manos
que dan y reciben la paz:
Las manos extendidas, abiertas y acogedoras simbolizan la actitud de un corazón
pacífico y fraternal, que quiere comunicar algo personal y está dispuesto a
acoger lo que se le ofrece. Cuando unas manos abiertas salen al encuentro de
otras en idéntica actitud, se percibe el sentimiento profundo de un hermano que
sale al encuentro de otro hermano, para ratificar, comunicar o restablecer la
paz.
que dan y reciben la paz:
Las manos extendidas, abiertas y acogedoras simbolizan la actitud de un corazón
pacífico y fraternal, que quiere comunicar algo personal y está dispuesto a
acoger lo que se le ofrece. Cuando unas manos abiertas salen al encuentro de
otras en idéntica actitud, se percibe el sentimiento profundo de un hermano que
sale al encuentro de otro hermano, para ratificar, comunicar o restablecer la
paz.
Manos
que reciben el Cuerpo del Señor:
Las manos dispuestas para recibir la Santa Comunión han de ser signo de
humildad, de pobreza, de espera, de disponibilidad y de confianza. También son
signo de veneración, de respeto y de acogida, pues el Pan eucarístico no se coge
sino que se acoge, se recibe.
que reciben el Cuerpo del Señor:
Las manos dispuestas para recibir la Santa Comunión han de ser signo de
humildad, de pobreza, de espera, de disponibilidad y de confianza. También son
signo de veneración, de respeto y de acogida, pues el Pan eucarístico no se coge
sino que se acoge, se recibe.
Señal
de la cruz:
Es el gesto más noble
y el más frecuente y elocuente. No es un garabato, que termina besándose uno el
dedo pulgar. Se produce de dos modos: sobre uno mismo, con los dedos extendidos
de la mano derecha; o, cuando un sacerdote debe bendecir en nombre de Cristo,
sobre las personas u objetos con la misma mano levemente encorvada. Una sola
vez, al inicio del oficio divino, se hace sobre los labios con el dedo pulgar
para pedirle al Señor que Él mismo “los abra para poder proclamar con la boca
sus alabanzas”. Debe hacerse desde la frente hasta el pecho, y desde el hombro
izquierdo al derecho. ¿Qué significa hacerse la señal de la cruz? Primero
venerar la cruz redentora de Cristo. Segundo, sellar con ella nuestra persona
cristiana y así fortalecerla para hacer el bien y evitar el mal. Esa señal
comienza en la frente, para que Dios, con su Santa Cruz, nos quite los malos
pensamientos y nos proteja los buenos. Después de la frente va al pecho para que
nos quite los malos deseos del corazón y nos proteja los buenos. Y finalmente,
nos envuelve de izquierda a derecha, para proteger del mal todo nuestro ser.
de la cruz:
Es el gesto más noble
y el más frecuente y elocuente. No es un garabato, que termina besándose uno el
dedo pulgar. Se produce de dos modos: sobre uno mismo, con los dedos extendidos
de la mano derecha; o, cuando un sacerdote debe bendecir en nombre de Cristo,
sobre las personas u objetos con la misma mano levemente encorvada. Una sola
vez, al inicio del oficio divino, se hace sobre los labios con el dedo pulgar
para pedirle al Señor que Él mismo “los abra para poder proclamar con la boca
sus alabanzas”. Debe hacerse desde la frente hasta el pecho, y desde el hombro
izquierdo al derecho. ¿Qué significa hacerse la señal de la cruz? Primero
venerar la cruz redentora de Cristo. Segundo, sellar con ella nuestra persona
cristiana y así fortalecerla para hacer el bien y evitar el mal. Esa señal
comienza en la frente, para que Dios, con su Santa Cruz, nos quite los malos
pensamientos y nos proteja los buenos. Después de la frente va al pecho para que
nos quite los malos deseos del corazón y nos proteja los buenos. Y finalmente,
nos envuelve de izquierda a derecha, para proteger del mal todo nuestro ser.
La
reverencia:
Consiste en ligeras inclinaciones de cabeza, ante el altar, ante imágenes, al
recibir la Sagrada Comunión, cuando el acólito inciensa al sacerdote y al
pueblo; o al incensar el mismo sacerdote hace reverencia al crucifijo o a la
imagen de los santos, a modo de saludo reverente. Aquí no sólo es señal de
cortesía humana, sino que las reverencias están revestidas de culto sagrado.
Tienen que ser hechas despacio, y sólo con la cabeza, no con todo el cuerpo, a
no ser que sea en la misa después de ofrecer el pan y el vino y antes del lavado
de las manos, donde se inclina ligeramente también el cuerpo. Aquí ya no es sólo
reverencia, sino total inclinación.
reverencia:
Consiste en ligeras inclinaciones de cabeza, ante el altar, ante imágenes, al
recibir la Sagrada Comunión, cuando el acólito inciensa al sacerdote y al
pueblo; o al incensar el mismo sacerdote hace reverencia al crucifijo o a la
imagen de los santos, a modo de saludo reverente. Aquí no sólo es señal de
cortesía humana, sino que las reverencias están revestidas de culto sagrado.
Tienen que ser hechas despacio, y sólo con la cabeza, no con todo el cuerpo, a
no ser que sea en la misa después de ofrecer el pan y el vino y antes del lavado
de las manos, donde se inclina ligeramente también el cuerpo. Aquí ya no es sólo
reverencia, sino total inclinación.
Las
miradas:
Unas veces invitan a la admiración y adoración callada, de fe sentida y de
recogimiento; por eso, clavamos la mirada en la Hostia consagrada y en el cáliz
al levantarlos el sacerdote en la consagración, en la custodia de la exposición
y bendición del Santísimo. También la mirada del sacerdote a la gente es señal
de comunicación fraterna, de saludo cordial. Cuando los ojos están cerrados
simbolizan, no tanto que estamos durmiendo, sino que estamos en profundo
silencio y recogimiento para saborear la comunión, o las lecturas leídas. Es
falta de respeto, cuando se da la homilía, no mirar al predicador. Simbolizaría
desinterés total, despecho; también sería falta de cordialidad e interés si el
predicador no mirase a los fieles a la hora de predicar. Cuando uno eleva los
ojos hacia arriba está indicando petición a Dios o desagravio por los pecados
propios y de la humanidad.
miradas:
Unas veces invitan a la admiración y adoración callada, de fe sentida y de
recogimiento; por eso, clavamos la mirada en la Hostia consagrada y en el cáliz
al levantarlos el sacerdote en la consagración, en la custodia de la exposición
y bendición del Santísimo. También la mirada del sacerdote a la gente es señal
de comunicación fraterna, de saludo cordial. Cuando los ojos están cerrados
simbolizan, no tanto que estamos durmiendo, sino que estamos en profundo
silencio y recogimiento para saborear la comunión, o las lecturas leídas. Es
falta de respeto, cuando se da la homilía, no mirar al predicador. Simbolizaría
desinterés total, despecho; también sería falta de cordialidad e interés si el
predicador no mirase a los fieles a la hora de predicar. Cuando uno eleva los
ojos hacia arriba está indicando petición a Dios o desagravio por los pecados
propios y de la humanidad.
Los
besos: El
sacerdote da un beso al altar al comenzar y al terminar la santa misa; es Cristo
quien recibe ese ósculo. Los fieles se dan el beso en el momento de la paz. Son
señales de afecto, de gratitud, de adhesión, de veneración y de reconciliación.
Besamos las reliquias, el crucifijo, la mano del sacerdote que bendice y
perdona. Cada uno de estos ósculos imprime un sello religioso especial en las
personas o cosas que los reciben. En muchas partes no es oportuno el beso de la
paz, por motivos culturales; entonces se prefiere el apretón de manos.
besos: El
sacerdote da un beso al altar al comenzar y al terminar la santa misa; es Cristo
quien recibe ese ósculo. Los fieles se dan el beso en el momento de la paz. Son
señales de afecto, de gratitud, de adhesión, de veneración y de reconciliación.
Besamos las reliquias, el crucifijo, la mano del sacerdote que bendice y
perdona. Cada uno de estos ósculos imprime un sello religioso especial en las
personas o cosas que los reciben. En muchas partes no es oportuno el beso de la
paz, por motivos culturales; entonces se prefiere el apretón de manos.
Golpes de pecho con la mano:
Es una de las señales más expresivas de dolor y contrición de corazón, en un
pecador. Se hace en la confesión, al momento de decir el acto de contrición. Lo
hacemos en el momento del “Yo confieso” de la santa misa. Así, con ese gesto
humilde, aplacamos y agradamos mejor a Dios y expresamos más sentidamente
nuestra compunción ante los demás hermanos. Los golpes deben ser hechos con
suavidad.
La
imposición de las manos:
Significa varias cosas, transmisión de poderes superiores a personas o grupos de
elección, o de algún carisma o misión, o absolución de culpas. También es signo
de bendición de Dios y de consuelos en la unción de enfermos. En el momento de
la consagración manifiesta el poder maravilloso de los sacerdotes de convertir
el pan y el vino en Cuerpo y Sangre de Cristo.
imposición de las manos:
Significa varias cosas, transmisión de poderes superiores a personas o grupos de
elección, o de algún carisma o misión, o absolución de culpas. También es signo
de bendición de Dios y de consuelos en la unción de enfermos. En el momento de
la consagración manifiesta el poder maravilloso de los sacerdotes de convertir
el pan y el vino en Cuerpo y Sangre de Cristo.
Caminar hacia el altar:
No es un simple gesto, es un rito. Es también símbolo de nuestro peregrinar al
cielo. Caminamos con otros, no solos. Así, en las procesiones, peregrinaciones,
vamos con alegría, sin temores, pues sabemos que Cristo es el Camino vivo y
verdadero.
Cantar: El
que canta ora dos veces, decía San Agustín. El canto es el afecto del corazón
hecho música.
OBJETOS
LITÚRGICOS
LITÚRGICOS
CRUZ
PROCESIONAL:
Signo de nuestra Redención, del Sacrificio de Cristo y de su victoria sobre la
muerte. Precede toda procesión, y se inciensa por ser signo de Salvación.
ACETRE:
Caldero de agua bendita que se usa para las aspersiones litúrgicas. El agua se
recoge del acetre y se dispersa con el hisopo.
CÁLIZ:
Copa, vasija donde se bebe. Recipiente en forma de copa con ancha apertura. En
la Liturgia cristiana, el cáliz es el vaso sagrado por excelencia, indispensable
para la Misa ya que debe contener el vino que se convierte en la Sangre
Preciosísima de Cristo. Su forma, materia y estilo han variado mucho en el curso
de la historia. Los cálices solían ser de oro y tenían a veces un valor
extraordinario. Debe ser preferiblemente de metales preciosos. El pie o soporte
puede ser de otra materia. El Cáliz debe consagrarse exclusiva y definitivamente
para el uso sagrado en la Santa Misa.
COPÓN:
Vaso con tapa en que se conservan las Sagradas Hostias, para poder llevarlas a
los enfermos y emplearla en las ceremonias de culto. En la actualidad los
copones suelen ser de menos estatura que los cálices para distinguirlos de
estos.
PURIFICADOR:
Servilleta de
lino para limpiar y secar el Cáliz, la Patena y el Copón.
CORPORAL:
Pieza cuadrada de tela sobre la que descansa la Eucaristía. Sobre ella se pone
la patena y el cáliz durante la Misa. Antiguamente la Sagrada Hostia descansaba
directamente sobre el corporal desde el ofertorio hasta la fracción. También se
pone debajo de la custodia durante la Exposición del Santísimo. Debe de ser de
lino o cánamo y no de otro tejido. No debe llevar bordado más que una pequeña
cruz. Para guardarlo debe doblarse en nueve cuadrados iguales.
MANUTERGIO:
Toallita para secarse las manos.
CRISMERA:
Vaso o ampolla donde se guarda el crisma.
CUSTODIA:
Recipiente sagrado donde se pone la Hostia consagrada de manera que se pueda ver
para la adoración, sobre todo en la Bendición eucarística y las procesiones.
También se le llama ostensorium, del latín ostendere, mostrar. Hay gran variedad
de tamaños y estilos. Generalmente tiene forma de sol, cruz o relicario.
GREMIAL:
Paño cuadrado que se ciñe el obispo durante ceremonias litúrgicas, por ejemplo
en el lavatorio de los pies de la Misa del Jueves Santo. El gremial de seda y
encaje para las misas pontificas ya no se usa. Uno de lino u otro material puede
utilizarse.
HIJUELA:
Paño blanco que se coloca sobre la patena (paño circular), o sobre el cáliz
(paño cuadrado).
HISOPO:
Utensilio con que se esparce el agua bendita, consistente en un mango que lleva
en su extremo un manojo de cerdas o una bola metálica hueca y agujereada para
sostener el agua. Se usa con el acetre.
INCIENSO:
Resinas aromáticas, granulada o en polvo, que se queman en el incensario durante
algunas liturgias. Su humo tiene fragancia. Cuando se bendicen son un
sacramental. Quemar incienso significa celo y fervor; su fragancia: virtud; el
humo que se eleva: las oraciones que ascienden al cielo.
INCENSARIO:
Brasero colgado de un nudo por 3 cadenas en el cual se echa el incienso, con una
tapa móvil que se acciona por una cuarta cadena. Se utiliza para incensar en las
ceremonias litúrgicas.
NAVETA:
Recipiente para el incienso, en forma de canoa, con una cucharita para servirlo.
PALIA:
Lienzo para cubrir el cáliz.
PATENA:
Plato redondo donde se pone la Sagrada Hostia. Debe ser de metal precioso como
el cáliz y también debe ser consagrado exclusiva y definitivamente para el uso
en la Santa Misa.
PECTORAL:
Cruz que llevan al pecho los obispos.
PÍXIDE:
Cajita más pequeña que el copón donde se lleva la Eucaristía a los enfermos.
PURIFICADOR:
Pequeño lienzo que utiliza el sacerdote en la Misa para purificar el cáliz.
PLATILLO DE LA COMUNIÓN:
Para impedir que
caigan partículas en la comunión se coloca bajo la barbilla de cada comulgante.
HUMERAL:
Paño que cubre los hombros del ministro cuando lleva el Santísimo Sacramento en
procesión o cuando da la bendición con El.
VINAJERAS:
Las vasijas para el vino y el agua que se usan en la Santa Misa. Generalmente
son de cristal y se colocan en una bandeja pequeña. Es permitido que sean de
otro material (bronce, plata, oro e incluso de cerámica bien sellada) siempre y
cuando puedan dignamente contener los líquidos. Usualmente tienen asas y
tapones. Son de diferentes estilos y tamaños. Tradicionalmente, para evitar
confusión al utilizarlas, las vinajeras se gravaban las iniciales "V" y "A", por
el latín vinum y aqua. Las vinajeras junto con las hostias no consagradas pueden
ser llevadas en procesión por dos fieles y presentadas al sacerdote durante el
Ofertorio.
VIRIL:
Pieza redonda, tradicionalmente de cristal transparente con borde de oro o
dorado, en que se pone la Sagrada Hostia para sostenerla en la Custodia.
LAMPARA DEL SANTÍSIMO:
Lámpara de aceite, cera o electricidad que arde junto al Sagrario donde está la
Eucaristía, y sirve para indicar la presencia del Señor.
CIRIO
PASCUAL:
Gran vela que se bendice en la Vigilia Pascual, símbolo de Cristo Resucitado. Se
enciende en las Misas del tiempo Pascual y algunas otras celebraciones
(bautismo, confirmación, primera comunión, funeral).
LA LITURGIA Y
EL CULTO
EL CULTO
“La
verdadera formación litúrgica no puede consistir en el aprendizaje y ensayo de
las actividades exteriores, sino en el acercamiento a la actio esencial, que
constituye la liturgia, en el acercamiento al poder transformador de Dios que, a
través del acontecimiento litúrgico, quiere transformarnos a nosotros mismos y
al mundo. Claro que, en este sentido, la formación litúrgica actual de los
sacerdotes y de los laicos tiene un déficit que causa tristeza. Queda mucho por
hacer”.
BENEDICTO XVI.
verdadera formación litúrgica no puede consistir en el aprendizaje y ensayo de
las actividades exteriores, sino en el acercamiento a la actio esencial, que
constituye la liturgia, en el acercamiento al poder transformador de Dios que, a
través del acontecimiento litúrgico, quiere transformarnos a nosotros mismos y
al mundo. Claro que, en este sentido, la formación litúrgica actual de los
sacerdotes y de los laicos tiene un déficit que causa tristeza. Queda mucho por
hacer”.
BENEDICTO XVI.
Para la Iglesia, la
liturgia es el culto oficial y público que se tributa a Dios, según definió Pío
XII. La renovación litúrgica producida en los últimos años culminó en el
Vaticano II, con la Constitución sobre la Sagrada Liturgia "Sacrosantum
Concilium" (SC) promulgada por Pablo VI justo cuatrocientos años después de la
clausura del Concilio de Trento (4 de diciembre de 1963) devolviéndose a la
liturgia su sentido de celebración del misterio pascual.
Para la Iglesia posterior al Vaticano II la liturgia es "el
ejercicio del sacerdocio de Cristo" (SC 7). Se llaman litúrgicas
aquellas celebraciones que la Iglesia considera como suyas y están contenidas en
sus libros
oficiales y se realizan por la comunidad y los ministros señalados para cada
caso como la Eucaristía, los sacramentos en general, la Liturgia de las Horas y
los sacramentales. Posteriormente a la SC han ido publicándose otros
documentos que aclaran aspectos y la desarrollan, así como advierten de abusos y
prácticas no aconsejables. Nos referimos a la la Revisión 2000 de la Institutio
Generalis Missalis Romanis y a la Instrucción de la Congregación para el Culto
Divino y la Disciplina de los Sacramentos titulada Redemptionis Sacramentum
(RS).
liturgia es el culto oficial y público que se tributa a Dios, según definió Pío
XII. La renovación litúrgica producida en los últimos años culminó en el
Vaticano II, con la Constitución sobre la Sagrada Liturgia "Sacrosantum
Concilium" (SC) promulgada por Pablo VI justo cuatrocientos años después de la
clausura del Concilio de Trento (4 de diciembre de 1963) devolviéndose a la
liturgia su sentido de celebración del misterio pascual.
Para la Iglesia posterior al Vaticano II la liturgia es "el
ejercicio del sacerdocio de Cristo" (SC 7). Se llaman litúrgicas
aquellas celebraciones que la Iglesia considera como suyas y están contenidas en
sus libros
oficiales y se realizan por la comunidad y los ministros señalados para cada
caso como la Eucaristía, los sacramentos en general, la Liturgia de las Horas y
los sacramentales. Posteriormente a la SC han ido publicándose otros
documentos que aclaran aspectos y la desarrollan, así como advierten de abusos y
prácticas no aconsejables. Nos referimos a la la Revisión 2000 de la Institutio
Generalis Missalis Romanis y a la Instrucción de la Congregación para el Culto
Divino y la Disciplina de los Sacramentos titulada Redemptionis Sacramentum
(RS).
En definitiva, la
liturgia de la cual forma parte el culto no es más que la historia de los
acontecimientos salvíficos y el ejercicio del sacerdocio de Cristo. En ningún
caso debe considerarse la liturgia ni como la parte externa y sensible del culto
divino ni como un conjunto de leyes y preceptos que
reglamentan los ritos sagrados.
liturgia de la cual forma parte el culto no es más que la historia de los
acontecimientos salvíficos y el ejercicio del sacerdocio de Cristo. En ningún
caso debe considerarse la liturgia ni como la parte externa y sensible del culto
divino ni como un conjunto de leyes y preceptos que
reglamentan los ritos sagrados.
La liturgia, que
emplea un lenguaje simbólico, se vale de
fórmulas litúrgicas
(lecturas bíblicas, salmos, letanías, cánticos, doxologías, himnos,
colectas, etc.),
de materias litúrgicas
(pan, vino, agua, sal aceite, ceniza, fuego, cera, ramos de flores,
incienso) y de
actitudes y gestos (postraciones,
genuflexiones, imposición de manos, señal de la cruz, elevación de manos, etc.).
Así mismo existen libros litúrgicos, hoy
compendiados en el Misal Romano, Leccionario, Libro de la Sede, Libro de Preces
y otros.
emplea un lenguaje simbólico, se vale de
fórmulas litúrgicas
(lecturas bíblicas, salmos, letanías, cánticos, doxologías, himnos,
colectas, etc.),
de materias litúrgicas
(pan, vino, agua, sal aceite, ceniza, fuego, cera, ramos de flores,
incienso) y de
actitudes y gestos (postraciones,
genuflexiones, imposición de manos, señal de la cruz, elevación de manos, etc.).
Así mismo existen libros litúrgicos, hoy
compendiados en el Misal Romano, Leccionario, Libro de la Sede, Libro de Preces
y otros.
Solamente son actos
litúrgicos las celebraciones que expresan el misterio
de Cristo y la naturaleza sacramental de la Iglesia; todo lo demás son
actos de piedad.
litúrgicos las celebraciones que expresan el misterio
de Cristo y la naturaleza sacramental de la Iglesia; todo lo demás son
actos de piedad.
Desde que en 1570 Pío
V impuso la unificación de los libros litúrgicos, en todo Occidente sólo
subsisten algunos casos muy contados de liturgias locales:
la mozárabe
de Toledo (también llamado rito hispano, propia de España)
la ambrosiana
de Milán y
la lionesa
de Lyón. Tras el Vaticano II, la Iglesia quiere de nuevo "conservar y
fomentar, con igual honor, otros ritos legítimos" (SC 4) rompiendo la
hegemonía de siglos de la liturgia romana sobre las locales. Los ejemplos
actuales más espectaculares de liturgias no-romanas nos llevan a pueblos
africanos.
V impuso la unificación de los libros litúrgicos, en todo Occidente sólo
subsisten algunos casos muy contados de liturgias locales:
la mozárabe
de Toledo (también llamado rito hispano, propia de España)
la ambrosiana
de Milán y
la lionesa
de Lyón. Tras el Vaticano II, la Iglesia quiere de nuevo "conservar y
fomentar, con igual honor, otros ritos legítimos" (SC 4) rompiendo la
hegemonía de siglos de la liturgia romana sobre las locales. Los ejemplos
actuales más espectaculares de liturgias no-romanas nos llevan a pueblos
africanos.
También, la liturgia
integra dos facetas que se complementan: la
anámesis
(memorial de lo sucedido) y la
mímesis
(la imitación de lo acontecido). Nace así la ritualidad que imita lo que la
palabra recuerda (caso de la procesión del Domingo de Ramos y de toda la
religiosidad popular). En definitiva, en conocida frase, "aquello que la Palabra
lleva al oído, la imagen lleva a la vista". De igual manera, lo que oramos es lo
que creemos (la lex orandi es la expresión de la lex credendi), según un axioma
ya clásico. El
memorial que la liturgia realiza no es mero recuerdo de lo sucedido sino una
presencia real que se repite.
integra dos facetas que se complementan: la
anámesis
(memorial de lo sucedido) y la
mímesis
(la imitación de lo acontecido). Nace así la ritualidad que imita lo que la
palabra recuerda (caso de la procesión del Domingo de Ramos y de toda la
religiosidad popular). En definitiva, en conocida frase, "aquello que la Palabra
lleva al oído, la imagen lleva a la vista". De igual manera, lo que oramos es lo
que creemos (la lex orandi es la expresión de la lex credendi), según un axioma
ya clásico. El
memorial que la liturgia realiza no es mero recuerdo de lo sucedido sino una
presencia real que se repite.
EL CANTO EN LA
CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
El canto tiene el
deseo de hacer participar al pueblo en los actos litúrgicos.
deseo de hacer participar al pueblo en los actos litúrgicos.
La
función de un coro
en la celebración
litúrgica, al igual que el resto de la música, tiene varias vertientes:
función de un coro
en la celebración
litúrgica, al igual que el resto de la música, tiene varias vertientes:
Ø
Función
ornamental y artística.
Función
ornamental y artística.
Ø
Función
dinámica, ya que sirve para unir los corazones.
Función
dinámica, ya que sirve para unir los corazones.
Ø
Favorece la participación, como consecuencia de lo anterior.
Favorece la participación, como consecuencia de lo anterior.
Ø
Tiene
una dimensión evangelizadora y misionera.
Tiene
una dimensión evangelizadora y misionera.
Ø
Función
ministerial, ya que se encuentra al servicio de la acción litúrgica.
Función
ministerial, ya que se encuentra al servicio de la acción litúrgica.
Las características
que debe cumplir la música litúrgica o ritual como últimamente se la llama deben
ser: santidad, bondad de formas y universalidad.
que debe cumplir la música litúrgica o ritual como últimamente se la llama deben
ser: santidad, bondad de formas y universalidad.
No obstante lo
anteriormente dicho, el canto del coro debe tener un principio rector:
que no excluya nunca el canto del pueblo,
ya que los fieles no vamos a la Asamblea para oír conciertos que otros
interpretan sino a participar. No se debe confiar al coro el canto de todo el
“propio” y todo el “ordinario” de la Misa excluyendo al pueblo de la
participación activa. Hay partes de la Misa que siempre deberían ser cantadas:
me refiero a la antífona de respuesta al Salmo y el
propio Salmo así como el Sanctus. Recitar el salmo equivale a recitar un
villancico en vez de cantarlo.
anteriormente dicho, el canto del coro debe tener un principio rector:
que no excluya nunca el canto del pueblo,
ya que los fieles no vamos a la Asamblea para oír conciertos que otros
interpretan sino a participar. No se debe confiar al coro el canto de todo el
“propio” y todo el “ordinario” de la Misa excluyendo al pueblo de la
participación activa. Hay partes de la Misa que siempre deberían ser cantadas:
me refiero a la antífona de respuesta al Salmo y el
propio Salmo así como el Sanctus. Recitar el salmo equivale a recitar un
villancico en vez de cantarlo.
En la
Misa el pueblo puede cantar:
el canto de
entrada, la respuesta al saludo inicial, el canto de aspersión cuando lo hay,
los Kyries, el Gloria, el Amen conclusivo de la oración Colecta, el salmo
responsorial, el Aleluya, el Credo, la respuesta a la Oración de los fieles,
durante la presentación de las ofrendas, el diálogo del Prefacio, el Sanctus,
las aclamaciones a la Plegaria eucarística con el Amen conclusivo, el
Padrenuestro, su aclamación el Cordero de Dios, durante la comunión y en la
bendición.
Misa el pueblo puede cantar:
el canto de
entrada, la respuesta al saludo inicial, el canto de aspersión cuando lo hay,
los Kyries, el Gloria, el Amen conclusivo de la oración Colecta, el salmo
responsorial, el Aleluya, el Credo, la respuesta a la Oración de los fieles,
durante la presentación de las ofrendas, el diálogo del Prefacio, el Sanctus,
las aclamaciones a la Plegaria eucarística con el Amen conclusivo, el
Padrenuestro, su aclamación el Cordero de Dios, durante la comunión y en la
bendición.
Lo anterior no impide
que en ocasiones muy solemnes pueda y deba cantar una coral o capilla e incluso
algún solista. También, el rector del templo y el equipo de liturgia deben estar
coordinados con los cantores, para que no se produzcan interferencias mutuas.
que en ocasiones muy solemnes pueda y deba cantar una coral o capilla e incluso
algún solista. También, el rector del templo y el equipo de liturgia deben estar
coordinados con los cantores, para que no se produzcan interferencias mutuas.
Los
principales documentos sobre la música litúrgica
que el S. XX nos ha
dejado son varios. Podemos citar:
principales documentos sobre la música litúrgica
que el S. XX nos ha
dejado son varios. Podemos citar:
o
el motu
propio Tra le Sollecitudini de san Pío X (22-11-1903)
el motu
propio Tra le Sollecitudini de san Pío X (22-11-1903)
o
la
encíclica Musicae Sacrae disciplina de Pío XII (25-12-1955)
la
encíclica Musicae Sacrae disciplina de Pío XII (25-12-1955)
o
la
Instrucción sobre la Música sagrada de la Sagrada Congregación de Ritos
(3-9-1958)
la
Instrucción sobre la Música sagrada de la Sagrada Congregación de Ritos
(3-9-1958)
o
la
Constitución Sacrosanctum Concilium del Vaticano II, la cual dedica su capítulo
VI a la música.
la
Constitución Sacrosanctum Concilium del Vaticano II, la cual dedica su capítulo
VI a la música.
o
Como
documento postconciliar destacaremos la instrucción Musicam Sacram (5-3-1967)
Como
documento postconciliar destacaremos la instrucción Musicam Sacram (5-3-1967)
Para terminar podemos
citar también las orientaciones que sobre música litúrgica nos da el Misal
Romano (OGMR), el Orden de las Lecturas de la Misa (OLM), la Ordenación General
de la Liturgia de las Horas (OGLH), el Ceremonial de los Obispos y la
Instrucción sobre La Liturgia romana y la Inculturación (25-1-1994) así como el
Cantoral Litúrgico Nacional, que
recoge los principales cantos de la Misa para los diferentes tiempos litúrgicos
y otros temas.
citar también las orientaciones que sobre música litúrgica nos da el Misal
Romano (OGMR), el Orden de las Lecturas de la Misa (OLM), la Ordenación General
de la Liturgia de las Horas (OGLH), el Ceremonial de los Obispos y la
Instrucción sobre La Liturgia romana y la Inculturación (25-1-1994) así como el
Cantoral Litúrgico Nacional, que
recoge los principales cantos de la Misa para los diferentes tiempos litúrgicos
y otros temas.
ELEMENTOS
ARTÍSTICOS DE LA LITURGIA: LA MÚSICA
ARTÍSTICOS DE LA LITURGIA: LA MÚSICA
La
música sagrada es aquella que, creada para la
celebración del culto divino, posee cualidades de santidad y de perfección de
formas. La música sacra será tanto más santa cuanto más íntimamente esté unida a
la acción litúrgica, ya sea expresando con mayor delicadeza la oración o
fomentando la unanimidad, ya enriqueciendo de mayor solemnidad los ritos
sagrados.
música sagrada es aquella que, creada para la
celebración del culto divino, posee cualidades de santidad y de perfección de
formas. La música sacra será tanto más santa cuanto más íntimamente esté unida a
la acción litúrgica, ya sea expresando con mayor delicadeza la oración o
fomentando la unanimidad, ya enriqueciendo de mayor solemnidad los ritos
sagrados.
La música sagrada
tiene el mismo fin que la liturgia, o sea, la gloria
de Dios y la santificación de los fieles. La música sagrada aumenta el
decoro y esplendor de las solemnidades litúrgicas. “La música sacra –dirá el
papa Juan Pablo II-es un medio privilegiado para facilitar una participación
activa de los fieles en la acción sagrada”.
tiene el mismo fin que la liturgia, o sea, la gloria
de Dios y la santificación de los fieles. La música sagrada aumenta el
decoro y esplendor de las solemnidades litúrgicas. “La música sacra –dirá el
papa Juan Pablo II-es un medio privilegiado para facilitar una participación
activa de los fieles en la acción sagrada”.
La
música no debe dominar la liturgia, sino servirla.
En este sentido, antes de San Pío X se celebraban muchas misas con orquestra,
algunas muy célebres, que se convertían a menudo en un gran concierto durante el
cual tenía lugar la Eucaristía. Ya se desvirtuaba la finalidad profunda de la
música litúrgica, la gloria de Dios. Amenazaba la irrupción del virtuosismo, la
vanidad de la propia habilidad, que ya no está al servicio del todo, sino que
quiere ponerse en un primer plano.
música no debe dominar la liturgia, sino servirla.
En este sentido, antes de San Pío X se celebraban muchas misas con orquestra,
algunas muy célebres, que se convertían a menudo en un gran concierto durante el
cual tenía lugar la Eucaristía. Ya se desvirtuaba la finalidad profunda de la
música litúrgica, la gloria de Dios. Amenazaba la irrupción del virtuosismo, la
vanidad de la propia habilidad, que ya no está al servicio del todo, sino que
quiere ponerse en un primer plano.
Todo esto hizo que en
el siglo XIX, el siglo de una subjetividad que quiere emanciparse, se llegara,
en muchos casos, a que lo sacro quedase atrapado en lo operístico, recordando de
nuevo aquellos peligros que, en su día, obligaron a intervenir al concilio de
Trento, que estableció la norma según la cual en la música litúrgica era
prioritario el predominio de la palabra, limitando así el uso de los
instrumentos.
el siglo XIX, el siglo de una subjetividad que quiere emanciparse, se llegara,
en muchos casos, a que lo sacro quedase atrapado en lo operístico, recordando de
nuevo aquellos peligros que, en su día, obligaron a intervenir al concilio de
Trento, que estableció la norma según la cual en la música litúrgica era
prioritario el predominio de la palabra, limitando así el uso de los
instrumentos.
Géneros de música sagrada que se permiten en la Iglesia:
San Pío X ofreció
como modelo de música litúrgica el canto gregoriano,
porque servía a la liturgia sin dominarla. Tras el concilio Vaticano II, con la
introducción de la lengua del pueblo en la celebración, la música cambió y se
buscaron otras melodías diferentes al gregoriano. Sin embargo, el principio de
que el canto debe servir a la liturgia continúa vigente.
como modelo de música litúrgica el canto gregoriano,
porque servía a la liturgia sin dominarla. Tras el concilio Vaticano II, con la
introducción de la lengua del pueblo en la celebración, la música cambió y se
buscaron otras melodías diferentes al gregoriano. Sin embargo, el principio de
que el canto debe servir a la liturgia continúa vigente.
Hoy, ¿qué música
sagrada permite la Iglesia?: Se permiten el canto gregoriano, la polifonía
sagrada antigua y moderna, la música sagrada para órgano y el canto sagrado
popular, litúrgico y religioso.
sagrada permite la Iglesia?: Se permiten el canto gregoriano, la polifonía
sagrada antigua y moderna, la música sagrada para órgano y el canto sagrado
popular, litúrgico y religioso.
También el Vaticano
II permitió la música autóctona de los pueblos cristianos, pero adornada de las
debidas cualidades. La Iglesia aprueba y admite todas las formas musicales de
arte auténtico, así vocal como instrumental. Pero de nuevo debemos recordar el
principio: la música debe servir a la liturgia, no
dominarla.
II permitió la música autóctona de los pueblos cristianos, pero adornada de las
debidas cualidades. La Iglesia aprueba y admite todas las formas musicales de
arte auténtico, así vocal como instrumental. Pero de nuevo debemos recordar el
principio: la música debe servir a la liturgia, no
dominarla.
Entre todos estos
géneros musicales, la Iglesia da la preferencia al canto gregoriano, que es el
propio de la Liturgia romana y al que San Pío X califica de supremo modelo de
toda música sagrada, el único que heredó de los antiguos Padres, y que custodió
celosamente durante el curso de los siglos en sus códices litúrgicos.
géneros musicales, la Iglesia da la preferencia al canto gregoriano, que es el
propio de la Liturgia romana y al que San Pío X califica de supremo modelo de
toda música sagrada, el único que heredó de los antiguos Padres, y que custodió
celosamente durante el curso de los siglos en sus códices litúrgicos.
Instrumentos que son admitidos:
Nos contesta el
Concilio Vaticano II: “En el culto divino se pueden admitir otros
instrumentos, a juicio y con consentimiento de la autoridad eclesiástica
territorial competente, siempre que sean aptos o puedan adaptarse al uso
sagrado, convengan a la dignidad del templo y contribuyan realmente a la
edificación de los fieles” (Sacrosanctum Concilium, n. 120).
Concilio Vaticano II: “En el culto divino se pueden admitir otros
instrumentos, a juicio y con consentimiento de la autoridad eclesiástica
territorial competente, siempre que sean aptos o puedan adaptarse al uso
sagrado, convengan a la dignidad del templo y contribuyan realmente a la
edificación de los fieles” (Sacrosanctum Concilium, n. 120).
Principios que ofrece el Papa para la música dentro de las celebraciones
litúrgicas católicas:
“Ante todo es
necesario subrayar que la música destinada a los ritos sagrados debe tener como
punto de referencia la santidad”.
necesario subrayar que la música destinada a los ritos sagrados debe tener como
punto de referencia la santidad”.
“No puede haber
música destinada a las celebraciones de los ritos sagrados que no sea primero
verdadero arte”. Sin embargo, “esta cualidad no es suficiente”
advierte el Santo Padre. “La música litúrgica debe en efecto responder a sus
requisitos específicos: la plena adhesión a los textos que presenta, la
consonancia con el tiempo y el momento litúrgico a la que está destinada, la
adecuada correspondencia con los ritos y gestos que propone”.
música destinada a las celebraciones de los ritos sagrados que no sea primero
verdadero arte”. Sin embargo, “esta cualidad no es suficiente”
advierte el Santo Padre. “La música litúrgica debe en efecto responder a sus
requisitos específicos: la plena adhesión a los textos que presenta, la
consonancia con el tiempo y el momento litúrgico a la que está destinada, la
adecuada correspondencia con los ritos y gestos que propone”.
“El sagrado ámbito
de la celebración litúrgica no debe convertirse jamás en laboratorio de
experimentos o de prácticas de composición y ejecución introducidas sin una
atenta revisión”, dice además el papa. El canto gregoriano, dice luego Juan
Pablo II, “ocupa un lugar particular”; pues “sigue siendo aún hoy el
elemento de unidad” en la liturgia.
de la celebración litúrgica no debe convertirse jamás en laboratorio de
experimentos o de prácticas de composición y ejecución introducidas sin una
atenta revisión”, dice además el papa. El canto gregoriano, dice luego Juan
Pablo II, “ocupa un lugar particular”; pues “sigue siendo aún hoy el
elemento de unidad” en la liturgia.
En general, señala el
papa, el aspecto musical de las celebraciones litúrgicas “no puede ser dejado
a la improvisación, ni al arbitrio de los individuos, sino que debe ser confiado
a una bien concertada dirección en respeto a las normas y competencias, como
fruto significativo de una adecuada formación litúrgica”. Por ello, en el
campo litúrgico, el Papa señala “la urgencia de promover una sólida formación
tanto de los pastores como de los fieles laicos”.
papa, el aspecto musical de las celebraciones litúrgicas “no puede ser dejado
a la improvisación, ni al arbitrio de los individuos, sino que debe ser confiado
a una bien concertada dirección en respeto a las normas y competencias, como
fruto significativo de una adecuada formación litúrgica”. Por ello, en el
campo litúrgico, el Papa señala “la urgencia de promover una sólida formación
tanto de los pastores como de los fieles laicos”.
El papa Benedicto XVI
enumera otros criterios sobre la música sagrada, que son importantes destacar:
enumera otros criterios sobre la música sagrada, que son importantes destacar:
o
La
letra de la música litúrgica tiene que estar basada en la Sagrada Escritura.
La
letra de la música litúrgica tiene que estar basada en la Sagrada Escritura.
o
La
liturgia cristiana no está abierta a cualquier tipo de música.
La
liturgia cristiana no está abierta a cualquier tipo de música.
o
Nuestro
canto litúrgico es participación del canto y la oración de la gran liturgia, que
abarca toda la creación. Así vencemos el subjetivismo y el individualismo, que
llevaría al virtuosismo y a la vanidad.
Nuestro
canto litúrgico es participación del canto y la oración de la gran liturgia, que
abarca toda la creación. Así vencemos el subjetivismo y el individualismo, que
llevaría al virtuosismo y a la vanidad.
ALGUNAS NORMAS
QUE ESTÁN EN VIGOR AUNQUE SON POCO OBSERVADAS
QUE ESTÁN EN VIGOR AUNQUE SON POCO OBSERVADAS
Vamos a recordar
algunas normas que están en vigor pero cuyo cumplimiento parece haberse
olvidado.
algunas normas que están en vigor pero cuyo cumplimiento parece haberse
olvidado.
El
ayuno eucarístico:
Sigue en
vigor. “Quien vaya a recibir la santísima Eucaristía ha de abstenerse de
tomar cualquier alimento y bebida al menos
una hora antes de la sagrada comunión, a
excepción del agua y las medicinas” (CDC nº 919). Se exceptúa a los
ancianos, a los enfermos y a quienes los cuidan así como al sacerdote que oficie
dos o tres Eucaristías en el mismo día, debiendo guardar el ayuno sólo para la
primera Eucaristía.
ayuno eucarístico:
Sigue en
vigor. “Quien vaya a recibir la santísima Eucaristía ha de abstenerse de
tomar cualquier alimento y bebida al menos
una hora antes de la sagrada comunión, a
excepción del agua y las medicinas” (CDC nº 919). Se exceptúa a los
ancianos, a los enfermos y a quienes los cuidan así como al sacerdote que oficie
dos o tres Eucaristías en el mismo día, debiendo guardar el ayuno sólo para la
primera Eucaristía.
La
abstinencia de carne:
o de otro
alimento dispuesto por la Conferencia Episcopal se debe guardar
todos los viernes de año,
que tienen siempre carácter penitencial y no sólo los viernes de
Cuaresma, como suele creerse.
Ayuno y abstinencia serán solamente el Miércoles de
Ceniza y el Viernes Santo. La ley de la abstinencia obliga a los mayores
de 14 años y la del ayuno a los mayores de edad hasta los 59 años. Las
respectivas Conferencias Episcopales pueden determinar la manera en que se
cumple el ayuno y la abstinencia, y sustituirlo en todo o en parte por obras de
caridad y prácticas piadosas. (CDC nº 1251 y siguientes)
abstinencia de carne:
o de otro
alimento dispuesto por la Conferencia Episcopal se debe guardar
todos los viernes de año,
que tienen siempre carácter penitencial y no sólo los viernes de
Cuaresma, como suele creerse.
Ayuno y abstinencia serán solamente el Miércoles de
Ceniza y el Viernes Santo. La ley de la abstinencia obliga a los mayores
de 14 años y la del ayuno a los mayores de edad hasta los 59 años. Las
respectivas Conferencias Episcopales pueden determinar la manera en que se
cumple el ayuno y la abstinencia, y sustituirlo en todo o en parte por obras de
caridad y prácticas piadosas. (CDC nº 1251 y siguientes)
La
asistencia a la misa dominical y en las fiesta de precepto:
Es obligación
de los fieles así como abstenerse de hacer trabajos que le impidan cumplir esa
obligación o de disfrutar del merecido descanso, salvando lógicamente las
obligaciones laborales ineludibles. De igual manera “todo fiel, después de la
primera comunión, está obligado a
comulgar por lo menos una vez al año."
Este precepto debe cumplirse durante el tiempo pascual, a no ser que por
causa justa se cumpla en otro tiempo dentro del año (CDC nº 920).
asistencia a la misa dominical y en las fiesta de precepto:
Es obligación
de los fieles así como abstenerse de hacer trabajos que le impidan cumplir esa
obligación o de disfrutar del merecido descanso, salvando lógicamente las
obligaciones laborales ineludibles. De igual manera “todo fiel, después de la
primera comunión, está obligado a
comulgar por lo menos una vez al año."
Este precepto debe cumplirse durante el tiempo pascual, a no ser que por
causa justa se cumpla en otro tiempo dentro del año (CDC nº 920).
LOS
MINISTERIOS LAICALES
MINISTERIOS LAICALES
Los Ministerios
Laicales que hoy día pueden instituirse han quedado reducidos a dos:
Lectorado y Acolitado.
Etimológicamente, la palabra
acólito procede del griego y significa compañero,
derivada a su vez de la voz camino, en referencia al camino que se recorre en
compañía. La figura del acólito está recogida desde tiempos pretéritos en los
rituales celebrativos de la iglesia, no en vano hay documentos del siglo XVII en
los cuales se hace ya referencia a su figura, funciones y atuendo.
Laicales que hoy día pueden instituirse han quedado reducidos a dos:
Lectorado y Acolitado.
Etimológicamente, la palabra
acólito procede del griego y significa compañero,
derivada a su vez de la voz camino, en referencia al camino que se recorre en
compañía. La figura del acólito está recogida desde tiempos pretéritos en los
rituales celebrativos de la iglesia, no en vano hay documentos del siglo XVII en
los cuales se hace ya referencia a su figura, funciones y atuendo.
Mediante el motu
propio Ministeria Quaedam (15-VIII-72)
el papa Pablo VI suprimió el subdiaconado y
las cuatro órdenes menores (Ostiariado, Lectorado, Exorcistado y Acolitado),
estableciendo en su lugar los ministerios antes citados de Lectorado y
Acolitado. Se establece así una frontera clara y diáfana entre ministerios
ordenados (que se confieren mediante la imposición de manos) y los demás
ministerios, que pueden ser instituidos o simplemente confiados a los laicos, de
manera estable u ocasional (caso típico del que sale a leer o a decir unas
preces en una ceremonia concreta).
propio Ministeria Quaedam (15-VIII-72)
el papa Pablo VI suprimió el subdiaconado y
las cuatro órdenes menores (Ostiariado, Lectorado, Exorcistado y Acolitado),
estableciendo en su lugar los ministerios antes citados de Lectorado y
Acolitado. Se establece así una frontera clara y diáfana entre ministerios
ordenados (que se confieren mediante la imposición de manos) y los demás
ministerios, que pueden ser instituidos o simplemente confiados a los laicos, de
manera estable u ocasional (caso típico del que sale a leer o a decir unas
preces en una ceremonia concreta).
Centrándonos en los
ministerios laicales instituidos diremos que se instituyen en una ceremonia
litúrgica que establece a un varón como lector, salmista o al servicio del altar
como ayudante del sacerdote, como ministro extraordinario de la Comunión y de la
Exposición del Santísimo. Esta institución la hace el obispo o el superior de
una Orden religiosa generalmente dentro de la Misa. Al lector se le hace entrega
de una Biblia y al acólito de patena con pan y cáliz con vino, simbolizando su
función.
ministerios laicales instituidos diremos que se instituyen en una ceremonia
litúrgica que establece a un varón como lector, salmista o al servicio del altar
como ayudante del sacerdote, como ministro extraordinario de la Comunión y de la
Exposición del Santísimo. Esta institución la hace el obispo o el superior de
una Orden religiosa generalmente dentro de la Misa. Al lector se le hace entrega
de una Biblia y al acólito de patena con pan y cáliz con vino, simbolizando su
función.
Las
funciones del Lector son:
funciones del Lector son:
-
Proclamación de la palabra, excepto el Evangelio.
Proclamación de la palabra, excepto el Evangelio.
-
Salmista.
Salmista.
-
Director de canto.
Director de canto.
-
Intencionista en la Oración de los fieles.
Intencionista en la Oración de los fieles.
-
Monitor
o comentador.
Monitor
o comentador.
-
Catequista litúrgico.
Catequista litúrgico.
-
Instructor de lectores ocasionales.
Instructor de lectores ocasionales.
EL DIACONADO
PERMANENTE
PERMANENTE
Desde el Vaticano II
los ministerios ordenados son de tres grados:
diaconado, presbiterado y episcopado.
Como ministerios instituidos quedan el
lectorado y el acolitado, como sustitución de las antes llamadas "órdenes
menores". La mayor novedad estriba en la creación del diaconado permanente y su
apertura a los varones casados.
los ministerios ordenados son de tres grados:
diaconado, presbiterado y episcopado.
Como ministerios instituidos quedan el
lectorado y el acolitado, como sustitución de las antes llamadas "órdenes
menores". La mayor novedad estriba en la creación del diaconado permanente y su
apertura a los varones casados.
Para ser ordenado
diácono se requiere ser varón, mayor de 25 años si se es soltero o mayor de 35
años si se está casado y el consentimiento de la esposa en este caso. Si al ser
ordenado se está soltero le afecta el celibato de por vida, si está casado y
enviuda no puede volver a casarse.
diácono se requiere ser varón, mayor de 25 años si se es soltero o mayor de 35
años si se está casado y el consentimiento de la esposa en este caso. Si al ser
ordenado se está soltero le afecta el celibato de por vida, si está casado y
enviuda no puede volver a casarse.
Antes de ser ordenado
diácono (orden que ya pertenece al clero) hay que ejercer los ministerios de
lector y acólito y recibir la formación
adecuada que en cada diócesis se imparte, además de ser considerado idóneo y
digno para recibirlo. Los documentos exigidos los relaciona el CDC nº 1050. Hoy
día el diaconado no tiene necesariamente que conducir al orden presbiterial,
aunque todos los presbíteros serán antes ordenados de diáconos.
diácono (orden que ya pertenece al clero) hay que ejercer los ministerios de
lector y acólito y recibir la formación
adecuada que en cada diócesis se imparte, además de ser considerado idóneo y
digno para recibirlo. Los documentos exigidos los relaciona el CDC nº 1050. Hoy
día el diaconado no tiene necesariamente que conducir al orden presbiterial,
aunque todos los presbíteros serán antes ordenados de diáconos.
En cada diócesis hay
una delegación diocesana para los ministerios y el diaconado permanente, a cuyo
cargo está un delegado. Dirigiéndose a los respectivos palacios arzobispales dan
la información adecuada.
una delegación diocesana para los ministerios y el diaconado permanente, a cuyo
cargo está un delegado. Dirigiéndose a los respectivos palacios arzobispales dan
la información adecuada.
Diakonía significa servicio.
El diácono es un colaborador del sacerdote y
estará al lado del presbítero ayudándole en todo lo referente al misal y al
cáliz. Le corresponde proclamar el Evangelio como cosa propia y la oración de
los fieles, las moniciones dirigidas al pueblo y reparte la comunión. Si no hay
otros ministros hace lo de los demás. También da la bendición con el Santísimo.
Su vestidura propia
es la dalmática y llevan la estola cruzada
del hombro izquierdo a la cintura.
es la dalmática y llevan la estola cruzada
del hombro izquierdo a la cintura.
FUNCIONES DEL
SACRISTÁN
SACRISTÁN
El sacristán debe
conocer los horarios de las misas y dar las campanadas a tiempo: la primera,
media hora antes; la segunda, un cuarto de hora; y la última, a la hora de
empezar.
conocer los horarios de las misas y dar las campanadas a tiempo: la primera,
media hora antes; la segunda, un cuarto de hora; y la última, a la hora de
empezar.
Procurará que estén
todas las cosas necesarias acomodadas
en su sitio,
cepilladas, limpias y listas para usarse, en cantidad suficiente (albas,
estolas, casulla, cíngulos, etc).
todas las cosas necesarias acomodadas
en su sitio,
cepilladas, limpias y listas para usarse, en cantidad suficiente (albas,
estolas, casulla, cíngulos, etc).
Si falta algo, lo
consigue, o avisa a tiempo para que se prevea (hostias, vino, agua). Sobre todo
tiene aseado el presbiterio
y presentables
el altar y el ambón.
consigue, o avisa a tiempo para que se prevea (hostias, vino, agua). Sobre todo
tiene aseado el presbiterio
y presentables
el altar y el ambón.
Se encarga del
ambiente agradable: música ambiental,
adorno, aseo, luz, ventilación, temperatura, sonido.
ambiente agradable: música ambiental,
adorno, aseo, luz, ventilación, temperatura, sonido.
Tiene que consultar
el calendario litúrgico
para ver las características del día (categoría de fiesta, color, tiempo,
elementos). Consulta las tablas de precedencias, conoce el calendario y la tabla
de fiestas movibles. Prepara
las lecturas
del día y abre el Leccionario por la página oportuna.
el calendario litúrgico
para ver las características del día (categoría de fiesta, color, tiempo,
elementos). Consulta las tablas de precedencias, conoce el calendario y la tabla
de fiestas movibles. Prepara
las lecturas
del día y abre el Leccionario por la página oportuna.
Avisa cuando hay
nuevas vestiduras, u objetos, para la bendición.
nuevas vestiduras, u objetos, para la bendición.
Hace
genuflexión
hasta tocar con la rodilla el suelo al pasar frente al Santísimo; hace
reverencia profunda al altar siempre que pase delante de él.
genuflexión
hasta tocar con la rodilla el suelo al pasar frente al Santísimo; hace
reverencia profunda al altar siempre que pase delante de él.
Procura que haya una
lámpara encendida ante el Santísimo. Cerca del
Sagrario debe haber un vasito con agua para purificarse los dedos y un
purificador.
lámpara encendida ante el Santísimo. Cerca del
Sagrario debe haber un vasito con agua para purificarse los dedos y un
purificador.
Conoce si la Misa se
aplica por algún difunto
y pone el oportuno aviso para el celebrante.
aplica por algún difunto
y pone el oportuno aviso para el celebrante.
CALENDARIO DE
JORNADAS Y COLECTAS 2007
JORNADAS Y COLECTAS 2007
v
1 de
enero (Santa
María Madre de Dios): “Jornada por la Paz”
1 de
enero (Santa
María Madre de Dios): “Jornada por la Paz”
v
6 de
enero
(Epifanía del Señor): “Colecta del catequista nativo”
6 de
enero
(Epifanía del Señor): “Colecta del catequista nativo”
v
18-25
de enero:
“Octavario de Oración por la Unidad de los cristianos”
18-25
de enero:
“Octavario de Oración por la Unidad de los cristianos”
v
28 de
enero (Cuarto
domingo de enero): “Jornada y colecta de la Infancia Misionera”
28 de
enero (Cuarto
domingo de enero): “Jornada y colecta de la Infancia Misionera”
v
2 de
febrero
(Fiesta de la Presentación del Señor): “Jornada de la Vida Consagrada”
2 de
febrero
(Fiesta de la Presentación del Señor): “Jornada de la Vida Consagrada”
v
11 de
febrero (Ntra.
Sra. de Lourdes): “Jornada Mundial del Enfermo” y “Colecta de la Campaña contra
el Hambre en el Mundo”
11 de
febrero (Ntra.
Sra. de Lourdes): “Jornada Mundial del Enfermo” y “Colecta de la Campaña contra
el Hambre en el Mundo”
v
4 de
marzo (Primer
domingo de marzo):“Día y colecta de Hispanoamérica”
4 de
marzo (Primer
domingo de marzo):“Día y colecta de Hispanoamérica”
v
19 de
marzo
(Solemnidad de San José): “Día y colecta del Seminario”
19 de
marzo
(Solemnidad de San José): “Día y colecta del Seminario”
v
6 de
abril (Viernes
Santo): “Colecta por los Santos Lugares”
6 de
abril (Viernes
Santo): “Colecta por los Santos Lugares”
v
29 de
abril (Domingo
IV de Pascua): “Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones”
29 de
abril (Domingo
IV de Pascua): “Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones”
v
6 de
mayo (Primer
domingo de mayo): “Jornada y colecta del Clero Nativo y Campaña misionera
‘Primavera de la Iglesia’”
6 de
mayo (Primer
domingo de mayo): “Jornada y colecta del Clero Nativo y Campaña misionera
‘Primavera de la Iglesia’”
v
20 de
mayo
(Solemnidad de la Ascensión del Señor):”Jornada Mundial y colecta de las
Comunicaciones Sociales”
20 de
mayo
(Solemnidad de la Ascensión del Señor):”Jornada Mundial y colecta de las
Comunicaciones Sociales”
v
27 de
mayo
(Solemnidad de Pentecostés): “Día de la Acción católica y del Apostolado Seglar”
27 de
mayo
(Solemnidad de Pentecostés): “Día de la Acción católica y del Apostolado Seglar”
v
8 de
junio
(Solemnidad de la Santísima Trinidad): “Día pro Orántibus”
8 de
junio
(Solemnidad de la Santísima Trinidad): “Día pro Orántibus”
v
10 de
junio
(Solemnidad del Corpus Christi): “Día y colecta de Caridad”
10 de
junio
(Solemnidad del Corpus Christi): “Día y colecta de Caridad”
v
1 de
julio (Primer
domingo de Julio): “Jornada de responsabilidad del Tráfico”
1 de
julio (Primer
domingo de Julio): “Jornada de responsabilidad del Tráfico”
v
30 de
septiembre
(Último domingo de septiembre): “Jornada Mundial de las Migraciones”
30 de
septiembre
(Último domingo de septiembre): “Jornada Mundial de las Migraciones”
v
21 de
octubre
(Penúltimo domingo de octubre): “Jornada Mundial y colecta por la evangelización
de los pueblos”
21 de
octubre
(Penúltimo domingo de octubre): “Jornada Mundial y colecta por la evangelización
de los pueblos”
v
18 de
noviembre
(Domingo anterior a la Solemnidad de Cristo Rey): “Día y colecta de la Iglesia
Diocesana”
18 de
noviembre
(Domingo anterior a la Solemnidad de Cristo Rey): “Día y colecta de la Iglesia
Diocesana”
v
31 de
diciembre
(Domingo dentro de la Octava de Navidad): “Jornada por la Familia y la Vida”
31 de
diciembre
(Domingo dentro de la Octava de Navidad): “Jornada por la Familia y la Vida”
CONCEPTO DE
LITURGIA
LITURGIA
La palabra
Liturgia viene del griego (leitourgia) y quiere
decir servicio público, generalmente ofrecido por un individuo a la comunidad.
Hoy se usa para designar todo el conjunto de la
oración pública de la Iglesia y de la celebración sacramental.
Liturgia viene del griego (leitourgia) y quiere
decir servicio público, generalmente ofrecido por un individuo a la comunidad.
Hoy se usa para designar todo el conjunto de la
oración pública de la Iglesia y de la celebración sacramental.
El Concilio Vaticano
II en la "Constitución sobre la Liturgia" nos presenta un tratado amplio,
profundo y pastoral sobre el tema. Citamos algunos conceptos para darnos una
idea de lo importante que es vivir la Liturgia, si queremos enriquecernos de los
dones que proceden de la acción redentora de Nuestro Señor. "La Liturgia es
el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella, los signos sensibles
significan y cada uno a su manera realizan la santificación del hombre, y así el
Cuerpo Místico de Jesucristo, es decir, la Cabeza y sus miembros, ejerce el
culto público íntegro. En consecuencia, toda celebración litúrgica, por ser obra
de Cristo sacerdote y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por
excelencia, cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo grado, no la iguala
ninguna otra acción de la Iglesia". En esta descripción encontramos lo que
es realmente la Liturgia:
II en la "Constitución sobre la Liturgia" nos presenta un tratado amplio,
profundo y pastoral sobre el tema. Citamos algunos conceptos para darnos una
idea de lo importante que es vivir la Liturgia, si queremos enriquecernos de los
dones que proceden de la acción redentora de Nuestro Señor. "La Liturgia es
el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella, los signos sensibles
significan y cada uno a su manera realizan la santificación del hombre, y así el
Cuerpo Místico de Jesucristo, es decir, la Cabeza y sus miembros, ejerce el
culto público íntegro. En consecuencia, toda celebración litúrgica, por ser obra
de Cristo sacerdote y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por
excelencia, cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo grado, no la iguala
ninguna otra acción de la Iglesia". En esta descripción encontramos lo que
es realmente la Liturgia:
1.
Es el
ejercicio del sacerdocio de Cristo. Es decir, en la Liturgia, Cristo actúa como
sacerdote, ofreciéndose al Padre, para la salvación de los hombres.
Es el
ejercicio del sacerdocio de Cristo. Es decir, en la Liturgia, Cristo actúa como
sacerdote, ofreciéndose al Padre, para la salvación de los hombres.
2.
Los
signos sensibles realizan la santificación de los hombres en lo que quieren
decir. Por ejemplo, el agua en el Bautismo significa y realiza la purificación y
es principio de vida, el pan en la Eucaristía alimenta el espíritu del hombre.
Los
signos sensibles realizan la santificación de los hombres en lo que quieren
decir. Por ejemplo, el agua en el Bautismo significa y realiza la purificación y
es principio de vida, el pan en la Eucaristía alimenta el espíritu del hombre.
3.
En la
acción litúrgica, Cristo y los cristianos, que forman el Cuerpo Místico, ejercen
el culto público.
En la
acción litúrgica, Cristo y los cristianos, que forman el Cuerpo Místico, ejercen
el culto público.
4.
Es la
acción sagrada por excelencia, que ninguna oración o acción humana puede igualar
por ser obra de Cristo y de toda su Iglesia y no de una persona o un grupo. "La
Liturgia es la cumbre a la que tiende la actividad de la Iglesia y, al mismo
tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza".
Es la
acción sagrada por excelencia, que ninguna oración o acción humana puede igualar
por ser obra de Cristo y de toda su Iglesia y no de una persona o un grupo. "La
Liturgia es la cumbre a la que tiende la actividad de la Iglesia y, al mismo
tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza".
EL TEMPLO
El
templo “es
el edificio en el que se reúne la comunidad cristiana para escuchar la Palabra
de Dios, para orar unida, para recibir los Sacramentos y celebrar la Eucaristía”.
Está consagrado para el culto a Dios. Es verdad que Dios está presente en todas
partes, pero quiere tener un lugar visible de su presencia en este mundo. Y esto
es el templo, la casa de Dios, que más comúnmente llamamos “Iglesia”. Por eso,
siempre que vemos una iglesia, nos acordamos de que Dios está presente en el
mundo y hacemos la señal de la cruz.
templo “es
el edificio en el que se reúne la comunidad cristiana para escuchar la Palabra
de Dios, para orar unida, para recibir los Sacramentos y celebrar la Eucaristía”.
Está consagrado para el culto a Dios. Es verdad que Dios está presente en todas
partes, pero quiere tener un lugar visible de su presencia en este mundo. Y esto
es el templo, la casa de Dios, que más comúnmente llamamos “Iglesia”. Por eso,
siempre que vemos una iglesia, nos acordamos de que Dios está presente en el
mundo y hacemos la señal de la cruz.
Al inicio, los
primeros cristianos daban culto a Dios en casas particulares. Lo requería la
discreción y la prudencia, pues los emperadores romanos impedían todo culto
público. Fue Constantino en año 313 d.C. el que permitió el culto público y lo
revistió de solemnidad y magnificencia. Y fue él, el que mandó construir las
basílicas, que eran edificios muy grandes, en un inicio dedicadas al rey o
emperador, y después ofrecidas a Dios, el Rey de reyes.
primeros cristianos daban culto a Dios en casas particulares. Lo requería la
discreción y la prudencia, pues los emperadores romanos impedían todo culto
público. Fue Constantino en año 313 d.C. el que permitió el culto público y lo
revistió de solemnidad y magnificencia. Y fue él, el que mandó construir las
basílicas, que eran edificios muy grandes, en un inicio dedicadas al rey o
emperador, y después ofrecidas a Dios, el Rey de reyes.
En un templo
la cabecera es donde está el retablo
mayor y los
pies del templo son la entrada
principal. El ábside, la cabecera del templo
litúrgicamente orientada debe mirar al punto por donde sale el sol. Así Cristo
es el sol naciente que trae la luz y la salvación al mundo. Si los judíos
orientan sus sinagogas mirando al Templo de Jerusalén y los musulmanes sus
mezquitas mirando hacia la Meca, así los cristianos hemos tenido la costumbre
considerada como tradición apostólica desde tiempos de la Iglesia antigua de
mirar mientras oramos hacia el oriente, de tal manera que el pueblo e incluso
hasta hace poco el sacerdote convergían sus miradas en esa dirección.
Cristo está simbolizado por el sol naciente
que volverá en el último amanecer de la historia.
la cabecera es donde está el retablo
mayor y los
pies del templo son la entrada
principal. El ábside, la cabecera del templo
litúrgicamente orientada debe mirar al punto por donde sale el sol. Así Cristo
es el sol naciente que trae la luz y la salvación al mundo. Si los judíos
orientan sus sinagogas mirando al Templo de Jerusalén y los musulmanes sus
mezquitas mirando hacia la Meca, así los cristianos hemos tenido la costumbre
considerada como tradición apostólica desde tiempos de la Iglesia antigua de
mirar mientras oramos hacia el oriente, de tal manera que el pueblo e incluso
hasta hace poco el sacerdote convergían sus miradas en esa dirección.
Cristo está simbolizado por el sol naciente
que volverá en el último amanecer de la historia.
Los templos tienen
fundamentalmente dos lugares bien definidos: la nave,
donde está el pueblo participante de la Asamblea y
el presbiterio, sitio donde se sitúan los
ministros para la celebración. El elemento más importante del presbiterio y
centro del espacio celebrativo es
el altar,
punto de referencia y principio de unidad,
centro de toda la liturgia eucarística.
fundamentalmente dos lugares bien definidos: la nave,
donde está el pueblo participante de la Asamblea y
el presbiterio, sitio donde se sitúan los
ministros para la celebración. El elemento más importante del presbiterio y
centro del espacio celebrativo es
el altar,
punto de referencia y principio de unidad,
centro de toda la liturgia eucarística.
El
altar es la mesa del Señor.
Así pues es ara y mesa a la vez.
Debe ser fijo, estar consagrado y se dedica a Dios.
El altar se recubre con
un mantel
y sobre él o cerca debe haber
un crucifijo
y dos
candeleros al menos. También en el
presbiterio se sitúa
el ambón, lugar para la celebración de la
palabra y la sede, lugar donde se sienta el
presbítero que preside la Eucaristía.
altar es la mesa del Señor.
Así pues es ara y mesa a la vez.
Debe ser fijo, estar consagrado y se dedica a Dios.
El altar se recubre con
un mantel
y sobre él o cerca debe haber
un crucifijo
y dos
candeleros al menos. También en el
presbiterio se sitúa
el ambón, lugar para la celebración de la
palabra y la sede, lugar donde se sienta el
presbítero que preside la Eucaristía.
Se recomienda que
el sagrario ocupe una capilla lateral dentro de
la iglesia para que el Sacramento pueda ser adorado fuera de la Misa aunque a
veces por falta de espacio el sagrario se encuentre en el mismo presbiterio.
el sagrario ocupe una capilla lateral dentro de
la iglesia para que el Sacramento pueda ser adorado fuera de la Misa aunque a
veces por falta de espacio el sagrario se encuentre en el mismo presbiterio.
Un elemento al que
hoy día no parece prestársele ninguna importancia es la
orientación del templo,
que siempre ha sido en la tradición cristiana
mirando al oriente
(oriens significa oriente y orientarse es dirigirse al oriente, al este).
hoy día no parece prestársele ninguna importancia es la
orientación del templo,
que siempre ha sido en la tradición cristiana
mirando al oriente
(oriens significa oriente y orientarse es dirigirse al oriente, al este).
Los
templos se pueden construir de diferentes formas:
v
Trazados en forma de cruz y orientados hacia el este, es decir hacia Jerusalén.
Trazados en forma de cruz y orientados hacia el este, es decir hacia Jerusalén.
v
Otros
se construyen de forma cuadrada. Símbolo del Norte, Sur, Este y Oeste, es decir
una iglesia para todas las naciones.
Otros
se construyen de forma cuadrada. Símbolo del Norte, Sur, Este y Oeste, es decir
una iglesia para todas las naciones.
v
También
se construyen de forma octogonal que simboliza los ocho días desde el nacimiento
de Jesús hasta el día de su circuncisión.
También
se construyen de forma octogonal que simboliza los ocho días desde el nacimiento
de Jesús hasta el día de su circuncisión.
Durante siglos se han
ido construyendo diversos tipos de templos
dedicados a Dios:
ido construyendo diversos tipos de templos
dedicados a Dios:
Ø
Basílica: la
basílicas mayores son siete y están en Roma; las menores, por todo el mundo, y
ha sido el papa quien ha querido honrarlas con ese título.
Basílica: la
basílicas mayores son siete y están en Roma; las menores, por todo el mundo, y
ha sido el papa quien ha querido honrarlas con ese título.
Ø
Catedral:
donde tiene la sede o cátedra el obispo.
Catedral:
donde tiene la sede o cátedra el obispo.
Ø
Iglesia abacial:
donde tiene su sede un abad mitrado.
Iglesia abacial:
donde tiene su sede un abad mitrado.
Ø
Iglesia parroquial:
para atender espiritualmente a un grupo de fieles y a cargo del párroco y sus
colaboradores sacerdotes, en una localidad o territorio delimitado.
Iglesia parroquial:
para atender espiritualmente a un grupo de fieles y a cargo del párroco y sus
colaboradores sacerdotes, en una localidad o territorio delimitado.
Ø
Iglesia conventual:
que pertenece a comunidades religiosas.
Iglesia conventual:
que pertenece a comunidades religiosas.
Ø
Iglesia Penitencial:
que pertenece a una Cofradía.
Iglesia Penitencial:
que pertenece a una Cofradía.
Ø
Capillas
Capillas
Ø
Oratorios públicos, semipúblicos o privados.
Oratorios públicos, semipúblicos o privados.
LOS LUGARES DE
LA CELEBRACIÓN
LA CELEBRACIÓN
Para la celebración
litúrgica hay unos espacios especialmente significativos. Se entiende por
espacio celebrativo los lugares donde se desarrollan
las acciones litúrgicas. Estos espacios litúrgicos que alberga toda
Iglesia son:
litúrgica hay unos espacios especialmente significativos. Se entiende por
espacio celebrativo los lugares donde se desarrollan
las acciones litúrgicas. Estos espacios litúrgicos que alberga toda
Iglesia son:
EL
BAPTISTERIO:
Se trata
del lugar destinado a la celebración del bautismo y en el que se encuentra la
fuente bautismal. En los templos el baptisterio está cerca de la puerta
principal. Ello tiene un significado: nos recuerda que el bautismo es la puerta
de entrada en la Iglesia, y, así, a la vida de los hijos de Dios. El ritual del
bautismo lo describe así: “El baptisterio –es decir, el lugar donde brota el
agua de la fuente bautismal o simplemente, está colocada permanentemente la
pila– debe ser reservado al sacramento del Bautismo y ser verdaderamente digno,
de manera que aparezca con claridad que allí los cristianos renacen del agua y
del Espíritu Santo”.
BAPTISTERIO:
Se trata
del lugar destinado a la celebración del bautismo y en el que se encuentra la
fuente bautismal. En los templos el baptisterio está cerca de la puerta
principal. Ello tiene un significado: nos recuerda que el bautismo es la puerta
de entrada en la Iglesia, y, así, a la vida de los hijos de Dios. El ritual del
bautismo lo describe así: “El baptisterio –es decir, el lugar donde brota el
agua de la fuente bautismal o simplemente, está colocada permanentemente la
pila– debe ser reservado al sacramento del Bautismo y ser verdaderamente digno,
de manera que aparezca con claridad que allí los cristianos renacen del agua y
del Espíritu Santo”.
LA
NAVE:
Se
denomina nave a la parte central del templo, destinada a la asamblea que celebra
la liturgia bajo la presidencia del ministro que representa a Cristo. No hay
manifestación más transparente de la Iglesia que esta: la reunión de los
bautizados para la celebración de la Misa. Este espacio va desde la puerta de
entrada hasta el espacio del presbiterio. Es un gran espacio, signo de una
comunidad amplia, abierta que tiene su fundamento no en sí misma sino en Cristo
muerto y resucitado.
NAVE:
Se
denomina nave a la parte central del templo, destinada a la asamblea que celebra
la liturgia bajo la presidencia del ministro que representa a Cristo. No hay
manifestación más transparente de la Iglesia que esta: la reunión de los
bautizados para la celebración de la Misa. Este espacio va desde la puerta de
entrada hasta el espacio del presbiterio. Es un gran espacio, signo de una
comunidad amplia, abierta que tiene su fundamento no en sí misma sino en Cristo
muerto y resucitado.
LAS
CAPILLAS LATERALES:
Son como otras tantas pequeñas Iglesias dentro de la principal. Responden al
deseo de dar culto a Santos locales y universales de mayor devoción
CAPILLAS LATERALES:
Son como otras tantas pequeñas Iglesias dentro de la principal. Responden al
deseo de dar culto a Santos locales y universales de mayor devoción
TORRES Y CAMPANARIOS:
Indican la presencia de Dios en ese lugar. Los campanarios rematan, la mayoría
de veces, con una cruz, veleta o gallo. La cruz proclama el signo de Cristo; la
veleta recuerda los vaivenes de la fama y lo efímero de la vida; y el gallo es
símbolo de la vigilancia.
CRIPTA:
Los primeros
cristianos la usaban como sepulcro para sus santos mártires y para sitio de
reunión en el día del aniversario de su martirio. Con el tiempo, cada cripta
sepulcral se convirtió en una pequeña capilla sobre la que se erigieron luego
otras iglesias superiores, haciendo coincidir los altares de ambas.
LA
SACRISTÍA:
Aunque
estrictamente no forma parte de los lugares de celebración, tiene un papel
importante en la preparación del culto y en su digna realización. Es la sala
donde normalmente se revisten y preparan los ministros antes de salir a la
celebración. Es también el lugar donde se guardan los objetos, vestidos y
utensilios litúrgicos.
SACRISTÍA:
Aunque
estrictamente no forma parte de los lugares de celebración, tiene un papel
importante en la preparación del culto y en su digna realización. Es la sala
donde normalmente se revisten y preparan los ministros antes de salir a la
celebración. Es también el lugar donde se guardan los objetos, vestidos y
utensilios litúrgicos.
EL
CONFESIONARIO
(Sede
Penitencial): Es el lugar donde se celebra el sacramento de la Penitencia
y de la Reconciliación. Toma el nombre del aspecto más característico del mismo,
la confesión de los pecados ante el sacerdote. Los confesionarios se encuentran
cerca de la nave, una sede (asiento), normalmente de madera para oír
confesiones, en un lugar patente y provisto de rejillas entre el penitente y el
confesor que puedan utilizar libremente los fieles que así lo deseen.
CONFESIONARIO
(Sede
Penitencial): Es el lugar donde se celebra el sacramento de la Penitencia
y de la Reconciliación. Toma el nombre del aspecto más característico del mismo,
la confesión de los pecados ante el sacerdote. Los confesionarios se encuentran
cerca de la nave, una sede (asiento), normalmente de madera para oír
confesiones, en un lugar patente y provisto de rejillas entre el penitente y el
confesor que puedan utilizar libremente los fieles que así lo deseen.
EL
PRESBITERIO:
Se llama presbiterio
al área en torno al altar, un poco elevado y distinto de la nave. Es un espacio
particularmente digno y significativo. El presbiterio debe quedar bien
diferenciado respecto a la nave del templo, sea por su diversa elevación, sea
por una estructura y ornato peculiar. En el presbiterio existen tres elementos:
altar (lugar del sacrificio eucarístico), sede (lugar de presidencia) y ambón
(lugar de la proclamación de la Palabra de Dios).
PRESBITERIO:
Se llama presbiterio
al área en torno al altar, un poco elevado y distinto de la nave. Es un espacio
particularmente digno y significativo. El presbiterio debe quedar bien
diferenciado respecto a la nave del templo, sea por su diversa elevación, sea
por una estructura y ornato peculiar. En el presbiterio existen tres elementos:
altar (lugar del sacrificio eucarístico), sede (lugar de presidencia) y ambón
(lugar de la proclamación de la Palabra de Dios).
v
EL
ALTAR: Es
el elemento más relevante de lo que encontramos en el edificio de la iglesia. Es
el centro de nuestra celebración. Es signo de Cristo y, por tanto, merece toda
nuestra veneración: los ministros lo besan, lo inciensan, se inclinan ante él,
se ilumina. El altar es, simultáneamente, el ara donde se realiza
sacramentalmente el único sacrificio de Cristo en la cruz, la mesa del Señor
–dispuesta con blancos manteles– en torno al cual se congrega el único Pueblo de
Dios para recibir el alimento, el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
EL
ALTAR: Es
el elemento más relevante de lo que encontramos en el edificio de la iglesia. Es
el centro de nuestra celebración. Es signo de Cristo y, por tanto, merece toda
nuestra veneración: los ministros lo besan, lo inciensan, se inclinan ante él,
se ilumina. El altar es, simultáneamente, el ara donde se realiza
sacramentalmente el único sacrificio de Cristo en la cruz, la mesa del Señor
–dispuesta con blancos manteles– en torno al cual se congrega el único Pueblo de
Dios para recibir el alimento, el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
v
EL
AMBÓN: Es
el lugar litúrgico para la proclamación de la Palabra de Dios. La palabra latina
“ambo” proviene del griego “anabaino”, subir, y designaba un sitio elevado, la
tribuna, con barandilla y atril, cerca de la nave.
EL
AMBÓN: Es
el lugar litúrgico para la proclamación de la Palabra de Dios. La palabra latina
“ambo” proviene del griego “anabaino”, subir, y designaba un sitio elevado, la
tribuna, con barandilla y atril, cerca de la nave.
v
LA
SEDE: Es
el asiento reservado para el que preside la asamblea litúrgica, modera la
oración y exhorta a la comunidad de los fieles reunida para la celebración
eucarística. La sede es signo de la presencia de Cristo, a través de su
ministro, preside a su iglesia. La sede del Obispo recibe el nombre de
Cátedra.
LA
SEDE: Es
el asiento reservado para el que preside la asamblea litúrgica, modera la
oración y exhorta a la comunidad de los fieles reunida para la celebración
eucarística. La sede es signo de la presencia de Cristo, a través de su
ministro, preside a su iglesia. La sede del Obispo recibe el nombre de
Cátedra.
EL
SAGRARIO
o TABERNÁCULO:
El
sagrario (lugar donde se guarda lo sagrado) o el tabernáculo (tienda de campaña:
de ahí la fiesta de los Tabernáculos o tienda de encuentro) es el lugar donde se
conserva la eucaristía después de la celebración para que pueda ser llevada a
los enfermos o puedan comulgar fuera de la misa los que no han podido participar
en ella. Ahora, la verdadera “tienda” o “tabernáculo” es Cristo mismo. La
lámpara que luce junto al sagrario, indica y honra la presencia de Cristo.
SAGRARIO
o TABERNÁCULO:
El
sagrario (lugar donde se guarda lo sagrado) o el tabernáculo (tienda de campaña:
de ahí la fiesta de los Tabernáculos o tienda de encuentro) es el lugar donde se
conserva la eucaristía después de la celebración para que pueda ser llevada a
los enfermos o puedan comulgar fuera de la misa los que no han podido participar
en ella. Ahora, la verdadera “tienda” o “tabernáculo” es Cristo mismo. La
lámpara que luce junto al sagrario, indica y honra la presencia de Cristo.
MOBILIARIO
LITÚRGICO DEL TEMPLO
LITÚRGICO DEL TEMPLO
Veamos el
mobiliario litúrgico del templo es decir, el
conjunto de muebles y enseres que adornan o completan el templo:
mobiliario litúrgico del templo es decir, el
conjunto de muebles y enseres que adornan o completan el templo:
Pila de agua bendita:
Es lo primero que se encuentra, al entrar en una iglesia, es una o dos pilas de
agua bendita. Es un símbolo: purificarnos antes de comenzar una acción litúrgica
en el templo sagrado. Esta agua bendita es un sacramental, que debemos
aprovechar con devoción, fe y reverencia.
Pila bautismal:
Los antiguos baptisterios han quedado hoy reducidos a una pila de piedra o de
mármol, más o menos grande y artística. Se la coloca en un ángulo de la Iglesia
contigua al cancel, también en una capilla separada por una verja. Hoy se tiende
a emplazarlas en el presbiterio. A todo buen cristiano debe inspirar agradecida
devoción la pila, donde fue espiritualmente regenerado y hecho hijo adoptivo de
Dios y miembro de la comunidad eclesial.
Púlpito:
Estaba adosado al muro o en alguno de los pilares de la nave o del presbiterio.
Hoy lo suplen los ambones o simples atriles de la sede presbiteral con su
micrófono. Desde el púlpito se predicaban los sermones, la voz llegaba fuerte a
la gente y el sacerdote podía ver a todos desde el mismo.
Ambón: Es
el lugar desde donde se proclama la Palabra de Dios, hacia el cual se dirige
espontáneamente la atención de los fieles durante la liturgia de la Palabra. El
Misal señala: “Conviene que en general este sitio sea un ambón estable, no un
atril portátil”. En la introducción al Leccionario especifica: “un lugar
elevado, fijo, dotado de la adecuada disposición y nobleza, de modo que
corresponda a la dignidad de la Palabra de Dios y al mismo tiempo recuerde con
claridad a los fieles que en la misa se prepara la doble mesa de la Palabra y
del Cuerpo de Cristo”. Se usa sólo para proclamar las lecturas, cantar o
leer el salmo responsorial y el pregón pascual, hacer la homilía y la oración de
los fieles. No debe usarse para el guía ni para el cantor o director de coro.
El
confesionario:
donde Cristo, a través de su Iglesia, en la persona del sacerdote, administra y
ofrece el sacramento de la confesión para el perdón de los pecados de los
hombres. A partir del concilio de Trento, en el siglo XVI, aparecieron los
confesonarios cerrados a los lados, con paredes provistas de rejilla. Los
confesonarios actuales son funcionales y prácticos, y están situados en lugares
especiales de la iglesia o en capillas penitenciales.
confesionario:
donde Cristo, a través de su Iglesia, en la persona del sacerdote, administra y
ofrece el sacramento de la confesión para el perdón de los pecados de los
hombres. A partir del concilio de Trento, en el siglo XVI, aparecieron los
confesonarios cerrados a los lados, con paredes provistas de rejilla. Los
confesonarios actuales son funcionales y prácticos, y están situados en lugares
especiales de la iglesia o en capillas penitenciales.
Las Alcancías:
destinadas a recoger las limosnas de los fieles, para el culto, la caridad de
los necesitados, o necesidades de la parroquia, para las vocaciones. Dichas
alcancías sirven para fomentar la caridad y la generosidad de todos.
Los Bancos:
Para sentarnos y escuchar la Palabra de Dios, pasar un rato de meditación íntima
con el Señor.
Las Imágenes:
Ya sean pinturas o esculturas. Son incentivos de devoción, medios de instrucción
y elementos decorativos para el culto de Dios y de los santos. No deben ser
excesivos, deben ponerse en justo orden, y no distraer la atención de los
fieles. No son signos de superstición ni de idolatría. A Dios Padre se le
representa como un anciano venerable. A Cristo: se le representa en el
crucifijo, o el Sagrado Corazón, o sus emblemas: Buen Pastor, el Cordero, el
Pelícano. La figura típica del Espíritu Santo es la paloma, o las lenguas de
fuego. Los ángeles son figuras aladas. El Vía crucis representa el camino de la
cruz y las escenas de la Pasión del Salvador, recordándonos el camino doloroso
de Jesús para salvarnos.
Las
lámparas:
Las velas se encienden para los actos litúrgicos. Siempre queda encendida una
lámpara, la del sagrario. Ella es fiel centinela que asiste día y noche, en
nombre del pueblo cristiano, al Divino solitario del sagrario, Jesús. Esa
lamparita da fe de la presencia real de Jesús sacramentado. Simboliza también
nuestra vida que debe ir consumiéndose al servicio de Dios, en el silencio de
nuestra entrega generosa y abnegada.
lámparas:
Las velas se encienden para los actos litúrgicos. Siempre queda encendida una
lámpara, la del sagrario. Ella es fiel centinela que asiste día y noche, en
nombre del pueblo cristiano, al Divino solitario del sagrario, Jesús. Esa
lamparita da fe de la presencia real de Jesús sacramentado. Simboliza también
nuestra vida que debe ir consumiéndose al servicio de Dios, en el silencio de
nuestra entrega generosa y abnegada.
El
órgano: En
el rito latino ha sido el instrumento más tradicional. Existe para el órgano una
bendición ritual, antes de su inauguración para el culto. Así dice el documento
del Vaticano II: “téngase en gran estima en la iglesia latina, el órgano de
tubos, como instrumento musical tradicional, cuyo sonido puede aportar un
esplendor notable a las ceremonias eclesiásticas y levantar poderosamente las
almas hacia Dios y hacia las realidades celestiales” (SC. nº 120).
órgano: En
el rito latino ha sido el instrumento más tradicional. Existe para el órgano una
bendición ritual, antes de su inauguración para el culto. Así dice el documento
del Vaticano II: “téngase en gran estima en la iglesia latina, el órgano de
tubos, como instrumento musical tradicional, cuyo sonido puede aportar un
esplendor notable a las ceremonias eclesiásticas y levantar poderosamente las
almas hacia Dios y hacia las realidades celestiales” (SC. nº 120).
EL ALTAR
Representa a Cristo
y es la mesa de su sacrificio y del banquete celestial, para quienes caminamos
hacia la eternidad. Es el corazón del templo. Por eso se lo besa, se lo
inciensa. Tiene que ser de piedra o mármol, al principio el altar era de madera,
pero más tarde se prefirió que fuera de piedra que simboliza a Cristo como roca
viva. ¡Es Cristo visible! Ya desde el Antiguo Testamento se construían altares
para los sacrificios a Yahvé. Tiene que ser alto, grande.
En la celebración
eucarística, el centro del altar lo utiliza exclusivamente el Obispo o el
Sacerdote, nunca el diácono ni menos el acólito o laico, porque es ahí donde se
realiza el memorial de Cristo: La Eucaristía.
eucarística, el centro del altar lo utiliza exclusivamente el Obispo o el
Sacerdote, nunca el diácono ni menos el acólito o laico, porque es ahí donde se
realiza el memorial de Cristo: La Eucaristía.
El
altar tiene sus accesorios:
v
El
mantel: pues
es banquete lo que se celebra sobre el altar. En esa “mesa” Dios Padre nos
servirá a su Hijo Jesús, como Cordero inmaculado, para alimento del alma.
El
mantel: pues
es banquete lo que se celebra sobre el altar. En esa “mesa” Dios Padre nos
servirá a su Hijo Jesús, como Cordero inmaculado, para alimento del alma.
v
Candelero: es
la luz de la presencia de Cristo.
Candelero: es
la luz de la presencia de Cristo.
v
El
crucifijo:
colocado sobre el altar, pues cada misa es Calvario donde participamos de la
cruz de Cristo.
El
crucifijo:
colocado sobre el altar, pues cada misa es Calvario donde participamos de la
cruz de Cristo.
v
Vasos y
utensilios sagrados:
El templo es como el palacio de Dios; el sagrario su recámara y como su sala de
recepción; el cáliz, la patena, el copón y la custodia son a modo de vajilla
sagrada de la mesa eucarística. Todos estos vasos y utensilios son sagrados. El
cáliz y la patena se usan para la celebración del Santo Sacrifico de la misa. El
copón y la custodia sirven para conservar, trasladar o exponer el Santísimo
Sacramento. Vaso subsidiario es la teca o cajita, usada para llevar la comunión
a los enfermos.
Vasos y
utensilios sagrados:
El templo es como el palacio de Dios; el sagrario su recámara y como su sala de
recepción; el cáliz, la patena, el copón y la custodia son a modo de vajilla
sagrada de la mesa eucarística. Todos estos vasos y utensilios son sagrados. El
cáliz y la patena se usan para la celebración del Santo Sacrifico de la misa. El
copón y la custodia sirven para conservar, trasladar o exponer el Santísimo
Sacramento. Vaso subsidiario es la teca o cajita, usada para llevar la comunión
a los enfermos.
v
También
son objeto de culto las crismeras, las vinajeras y el vasito de las abluciones;
el incensario con la naveta, la campana o campanilla, las bandejas, el acetre o
calderillo con agua bendita para las bendiciones y aspersiones; lleva dentro un
hisopo.
También
son objeto de culto las crismeras, las vinajeras y el vasito de las abluciones;
el incensario con la naveta, la campana o campanilla, las bandejas, el acetre o
calderillo con agua bendita para las bendiciones y aspersiones; lleva dentro un
hisopo.
LAS VESTIDURAS
SAGRADAS
SAGRADAS
Las vestiduras
pertenecen a los elementos materiales de la liturgia.
Tienen también su profundo significado. Vestir una determinada ropa significa
asumir la personalidad correspondiente, asumir una identidad, puesta de
manifiesto en esas vestiduras. Estas vestiduras no indican un poder sobre nadie;
sino un servicio a los demás.
pertenecen a los elementos materiales de la liturgia.
Tienen también su profundo significado. Vestir una determinada ropa significa
asumir la personalidad correspondiente, asumir una identidad, puesta de
manifiesto en esas vestiduras. Estas vestiduras no indican un poder sobre nadie;
sino un servicio a los demás.
El Presidente y los
demás ministros de la celebración son los únicos que se revisten de modo
simbólico para su ministerio. En los primeros siglos del cristianismo no parece
que los ministros se revistieran de modo especial, salvo las vestiduras romanas
propias de los días festivos. Con el tiempo, al dejar de usarse estas vestiduras
para el uso civil se mantuvieron para los actos de culto y de esas vestiduras
derivan las actuales.
demás ministros de la celebración son los únicos que se revisten de modo
simbólico para su ministerio. En los primeros siglos del cristianismo no parece
que los ministros se revistieran de modo especial, salvo las vestiduras romanas
propias de los días festivos. Con el tiempo, al dejar de usarse estas vestiduras
para el uso civil se mantuvieron para los actos de culto y de esas vestiduras
derivan las actuales.
Vestiduras del diácono:
Ø
DALMÁTICA:
Del latín “dalmatica vestis”, túnica o vestidura de Dalmacia. Vestido litúrgico
en forma de túnica hasta las rodillas, con mangas amplias, que usan los diáconos
sobre el alba y la estola. Los primeros cristianos la tomaron de los romanos y
éstos, del pueblo de los dálmatas (hoy países balcánicos). La vestían las
personas de dignidad.
DALMÁTICA:
Del latín “dalmatica vestis”, túnica o vestidura de Dalmacia. Vestido litúrgico
en forma de túnica hasta las rodillas, con mangas amplias, que usan los diáconos
sobre el alba y la estola. Los primeros cristianos la tomaron de los romanos y
éstos, del pueblo de los dálmatas (hoy países balcánicos). La vestían las
personas de dignidad.
Ø
ESTOLA
CRUZADA:
Del hombro izquierdo hacia el costado derecho, en forma descendente.
ESTOLA
CRUZADA:
Del hombro izquierdo hacia el costado derecho, en forma descendente.
Vestiduras del presbítero o sacerdote:
Ø
AMITO:
Pequeño
lienzo rectangular, de lino blanco, colocado debajo del alba que pueden usar los
ministros sobre los hombros y alrededor del cuello, debajo del alba, para
ocultar los vestidos comunes. Tenía un significado alegórico: servía en defensa
contra las tentaciones diabólicas y la moderación de las palabras. Hoy ya no se
suele usar, porque las albas vienen confeccionadas de forma que cubran el
cuello, y ya no con cuello en forma de V.
AMITO:
Pequeño
lienzo rectangular, de lino blanco, colocado debajo del alba que pueden usar los
ministros sobre los hombros y alrededor del cuello, debajo del alba, para
ocultar los vestidos comunes. Tenía un significado alegórico: servía en defensa
contra las tentaciones diabólicas y la moderación de las palabras. Hoy ya no se
suele usar, porque las albas vienen confeccionadas de forma que cubran el
cuello, y ya no con cuello en forma de V.
Ø
ALBA:
Del latín “alba”, blanca. Es una vestidura litúrgica común a todos los
ministros. Es una túnica talar blanca de mangas largas que cubre todo el cuerpo
y se reviste sobre el vestido común. El sacerdote representa con esa alba la
pureza que el hombre recibe por los méritos del misterio pascual de Cristo.
También significa la penitencia y la pureza de corazón que debe llevar el
sacerdote al altar. El alba se coloca sobre el clergyman o la sotana.
ALBA:
Del latín “alba”, blanca. Es una vestidura litúrgica común a todos los
ministros. Es una túnica talar blanca de mangas largas que cubre todo el cuerpo
y se reviste sobre el vestido común. El sacerdote representa con esa alba la
pureza que el hombre recibe por los méritos del misterio pascual de Cristo.
También significa la penitencia y la pureza de corazón que debe llevar el
sacerdote al altar. El alba se coloca sobre el clergyman o la sotana.
Ø
ROQUETE:
Del latín “Rochetum”, especie de alba corta, hasta la altura de las rodillas,
que se usa sobre la sotana o el hábito religioso. También se llama sobrepelliz.
Puede ser usada por el sacerdote o el diácono para exponer el Santísimo, para
una celebración de Bautismo o para un matrimonio.
ROQUETE:
Del latín “Rochetum”, especie de alba corta, hasta la altura de las rodillas,
que se usa sobre la sotana o el hábito religioso. También se llama sobrepelliz.
Puede ser usada por el sacerdote o el diácono para exponer el Santísimo, para
una celebración de Bautismo o para un matrimonio.
Ø
CÍNGULO:
Del latín “cingulum”, cinturón. Es cuerda o cordón con la que se ajusta el alba
a la altura de la cintura. Aunque su uso es simplemente utilitario, sin embargo,
podríamos ver que con el cíngulo el sacerdote ata a la pureza del alba a todo el
mundo, a los fieles y los lleva al altar para ofrecerlos en la celebración.
CÍNGULO:
Del latín “cingulum”, cinturón. Es cuerda o cordón con la que se ajusta el alba
a la altura de la cintura. Aunque su uso es simplemente utilitario, sin embargo,
podríamos ver que con el cíngulo el sacerdote ata a la pureza del alba a todo el
mundo, a los fieles y los lleva al altar para ofrecerlos en la celebración.
Ø
ESTOLA:
Del griego “stolé”, vestido. Es prenda de tela alrededor del cuello del
sacerdote, usada para las celebraciones litúrgicas. La usan los obispos y
presbíteros, colgando del cuello hacia delante; y los diáconos, desde un hombro
hasta la cintura atravesando en diagonal la espalda y el pecho. Es símbolo de
los poderes sagrados que recibe el sacerdote, como pastor que lleva a sus ovejas
sobre sus hombros, como maestro que enseña a sus discípulos; como guía que
conduce a las almas hacia la vida eterna.
ESTOLA:
Del griego “stolé”, vestido. Es prenda de tela alrededor del cuello del
sacerdote, usada para las celebraciones litúrgicas. La usan los obispos y
presbíteros, colgando del cuello hacia delante; y los diáconos, desde un hombro
hasta la cintura atravesando en diagonal la espalda y el pecho. Es símbolo de
los poderes sagrados que recibe el sacerdote, como pastor que lleva a sus ovejas
sobre sus hombros, como maestro que enseña a sus discípulos; como guía que
conduce a las almas hacia la vida eterna.
Ø
CASULLA:
Del latín “casula”, cabaña. Vestimenta litúrgica amplia y abierta por los
costados para la celebración de la Misa. Se usa sobre el alba y la estola.
Confeccionada en tela, tiene la forma de una capa cerrada por delante o poncho.
Cambia su color según la celebración y el tiempo litúrgico. Simboliza la caridad
que cubre todos los pecados.
CASULLA:
Del latín “casula”, cabaña. Vestimenta litúrgica amplia y abierta por los
costados para la celebración de la Misa. Se usa sobre el alba y la estola.
Confeccionada en tela, tiene la forma de una capa cerrada por delante o poncho.
Cambia su color según la celebración y el tiempo litúrgico. Simboliza la caridad
que cubre todos los pecados.
Vestiduras del obispo:
Ø
MITRA:
Gorro que usan los obispos y abades desde el siglo X. Está formado por dos
trozos de tela acartonada cosidos o pegados por los costados, y abierto en la
parte superior con doble pico. Símbolo del poder y servicio espiritual.
MITRA:
Gorro que usan los obispos y abades desde el siglo X. Está formado por dos
trozos de tela acartonada cosidos o pegados por los costados, y abierto en la
parte superior con doble pico. Símbolo del poder y servicio espiritual.
Ø
ÍNFULAS:
Cintas que cuelgan detrás de la mitra. Significan que el ministro debe poseer la
ciencia del Antiguo y del Nuevo Testamento.
ÍNFULAS:
Cintas que cuelgan detrás de la mitra. Significan que el ministro debe poseer la
ciencia del Antiguo y del Nuevo Testamento.
Ø
ANILLO:
Del latín “anellus”, anillo. Insignia propia de los obispos. Simboliza su
desposorio con la Iglesia local o diócesis. También pueden usarlo algunos abades
y abadesas. El anillo que se impone al obispo significa que contrae sagradas
nupcias con la Iglesia. El anillo recuerda también la necesidad de ser sólido
“eslabón” en la cadena de la sucesión que le une a los Apóstoles.
ANILLO:
Del latín “anellus”, anillo. Insignia propia de los obispos. Simboliza su
desposorio con la Iglesia local o diócesis. También pueden usarlo algunos abades
y abadesas. El anillo que se impone al obispo significa que contrae sagradas
nupcias con la Iglesia. El anillo recuerda también la necesidad de ser sólido
“eslabón” en la cadena de la sucesión que le une a los Apóstoles.
Ø
BÁCULO:
Del latín “baculum”, bastón. Insignia litúrgica propia del obispo como pastor de
la comunidad; lo recibe el día de su ordenación y lo usa cuando preside una
celebración en su diócesis. Simboliza que es buen pastor de las ovejas, que
apacienta, instruye, guarda y las defiende, como Cristo, el Buen Pastor.
BÁCULO:
Del latín “baculum”, bastón. Insignia litúrgica propia del obispo como pastor de
la comunidad; lo recibe el día de su ordenación y lo usa cuando preside una
celebración en su diócesis. Simboliza que es buen pastor de las ovejas, que
apacienta, instruye, guarda y las defiende, como Cristo, el Buen Pastor.
Ø
SOLIDEO:
Del latín “solus”, solo, y “Deo”, a Dios. Gorro de tela en forma de casquillo
que usan los obispos, cubre la coronilla y se descubre ante el Santísimo, en la
Consagración y en la Adoración de la Cruz del Viernes Santo. Si son obispos, el
color del solideo es violeta; si son
cardenales, es rojo, y el Papa lo usa de color
blanco. Simboliza la protección de Dios y la
dedicación a Dios.
SOLIDEO:
Del latín “solus”, solo, y “Deo”, a Dios. Gorro de tela en forma de casquillo
que usan los obispos, cubre la coronilla y se descubre ante el Santísimo, en la
Consagración y en la Adoración de la Cruz del Viernes Santo. Si son obispos, el
color del solideo es violeta; si son
cardenales, es rojo, y el Papa lo usa de color
blanco. Simboliza la protección de Dios y la
dedicación a Dios.
Ø
PECTORAL:
Del latín “pectus”, pecho. Es cruz de metal, madera, marfil que llevan los
obispos sobre el pecho, como insignia de su cargo y dignidad. En la celebración
de la Misa pueden llevarla sobre la casulla. El día de la ordenación episcopal
toman y aceptan sobre sus espaldas, de un modo más comprometido, la cruz de
Cristo, que no faltará en su ministerio episcopal.
PECTORAL:
Del latín “pectus”, pecho. Es cruz de metal, madera, marfil que llevan los
obispos sobre el pecho, como insignia de su cargo y dignidad. En la celebración
de la Misa pueden llevarla sobre la casulla. El día de la ordenación episcopal
toman y aceptan sobre sus espaldas, de un modo más comprometido, la cruz de
Cristo, que no faltará en su ministerio episcopal.
Ø
CAPELO:
Sobrero muy aparatoso con borlas rojas, usado por los Cardenales.
CAPELO:
Sobrero muy aparatoso con borlas rojas, usado por los Cardenales.
Vestiduras del papa:
Ø
TIARA:
Especie de
mitra circular con triple corona que, desde el siglo XII hasta el Papa Pablo VI,
usaban los obispos de Roma como insignia propia. Representaba el triple poder
del Papa como obispo de Roma, supremo pastor de la Iglesia y jefe de los Estados
Pontificios.
TIARA:
Especie de
mitra circular con triple corona que, desde el siglo XII hasta el Papa Pablo VI,
usaban los obispos de Roma como insignia propia. Representaba el triple poder
del Papa como obispo de Roma, supremo pastor de la Iglesia y jefe de los Estados
Pontificios.
Vestiduras de los ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión:
Ø
TÚNICA o
TOGA:
Vestidura sagrada que deben colocarse los ministros para repartir la Comunión.
Indica el respeto y la veneración con que hay que repartir la Sagrada Comunión.
TÚNICA o
TOGA:
Vestidura sagrada que deben colocarse los ministros para repartir la Comunión.
Indica el respeto y la veneración con que hay que repartir la Sagrada Comunión.
Otras
vestiduras sagradas son:
Ø
CAPA
PLUVIAL:
Capa de honor que se usa en las procesiones, la bendición eucarística y otras
funciones.
CAPA
PLUVIAL:
Capa de honor que se usa en las procesiones, la bendición eucarística y otras
funciones.
Ø
HUMERAL:
O paño de hombros, especie de rebozo que se pone en la espalda para portar el
Santísimo sin tocarlo con la mano.
HUMERAL:
O paño de hombros, especie de rebozo que se pone en la espalda para portar el
Santísimo sin tocarlo con la mano.
Ø
PALIO
EPISCOPAL:
Especie de estola de color blanca salpicada de cruces usado por los Arzobispos a
modo de escapulario.
PALIO
EPISCOPAL:
Especie de estola de color blanca salpicada de cruces usado por los Arzobispos a
modo de escapulario.
En definitiva, las
vestiduras sagradas tienen una función pedagógica:
distinguen a las diversas categorías de ministros identificándolos, contribuyen
al decoro y a la estética de la celebración y con los colores litúrgicos ayudan
a entender el misterio que celebramos.
vestiduras sagradas tienen una función pedagógica:
distinguen a las diversas categorías de ministros identificándolos, contribuyen
al decoro y a la estética de la celebración y con los colores litúrgicos ayudan
a entender el misterio que celebramos.
Con respecto a los
colores de las vestiduras (sotana) de los clérigos: el
blanco es el color propio del
Papa, el rojo
de los Cardenales, el
morado para los
Obispos y el
negro para los Presbíteros. Las
estolas van a juego con el color litúrgico del día. Para administrar el
sacramento de la reconciliación se debe usar estola morada (penitencial).
colores de las vestiduras (sotana) de los clérigos: el
blanco es el color propio del
Papa, el rojo
de los Cardenales, el
morado para los
Obispos y el
negro para los Presbíteros. Las
estolas van a juego con el color litúrgico del día. Para administrar el
sacramento de la reconciliación se debe usar estola morada (penitencial).
LOS LIBROS
LITÚRGICOS
LITÚRGICOS
Entre los elementos
literarios de la Liturgia se destacan por su importancia y riqueza
Los libros Sagrados, los podemos definir, en
sentido estricto, como libros que sirven para las celebraciones litúrgicas y
están expresamente escritos para ese fin, con las debidas y oportunas
autorizaciones. El libro litúrgico es un elemento de la celebración y por tanto
se le respeta y venera. No deben sustituirse
por ediciones de bolsillo ni por hojas sueltas, salvo casos excepcionales. Los
libros litúrgicos tras el Vaticano II son los siguientes:
literarios de la Liturgia se destacan por su importancia y riqueza
Los libros Sagrados, los podemos definir, en
sentido estricto, como libros que sirven para las celebraciones litúrgicas y
están expresamente escritos para ese fin, con las debidas y oportunas
autorizaciones. El libro litúrgico es un elemento de la celebración y por tanto
se le respeta y venera. No deben sustituirse
por ediciones de bolsillo ni por hojas sueltas, salvo casos excepcionales. Los
libros litúrgicos tras el Vaticano II son los siguientes:
v
EL
MISAL ROMANO:
(MR 1971 y
posterior edición de 2002) Está compuesto por dos libros:
El Misal y el Leccionario
que a su vez está recogido en varios tomos.
EL
MISAL ROMANO:
(MR 1971 y
posterior edición de 2002) Está compuesto por dos libros:
El Misal y el Leccionario
que a su vez está recogido en varios tomos.
§
EL MISAL
(libro de altar):
Nos presenta la teología de la misa, la articulación del rito, la función de
cada uno de los ministros y de la asamblea, las normas para una correcta
celebración y las posibilidades de adaptación. Su contenido comienza con Normas
universales sobre el año litúrgico y sobre el calendario (extractadas del
Calendarium Romanum), sigue el texto del Misal, dividido en propio del tiempo,
propio de los santos, comunes, misas rituales, misas y oraciones ad diversa,
misas votivas, misas de difuntos. El rito de la misa está colocado entre el
propio del tiempo y el propio de los santos, y a su vez se distingue en rito
para la celebración con el pueblo (misa normativa) y rito para la celebración
sin el pueblo. Abarca el Misal propiamente dicho y el Ordus cantus missae (sobre
los cánticos litúrgicos de las distintas partes de la Misa). Resumiendo podemos
decir que el
Misal es el libro oficial para celebrar la Eucaristía y que
contiene las oraciones y los cantos que
dirigimos a Dios (oración colecta, sobre las ofrendas, prefacios,
plegarias eucarísticas y poscomunión) además del llamado “Ordinario de la Misa”
o sea, lo que es común a todas las misas (saludos, acto penitencial, Gloria,
Credo, bendiciones, etc).
EL MISAL
(libro de altar):
Nos presenta la teología de la misa, la articulación del rito, la función de
cada uno de los ministros y de la asamblea, las normas para una correcta
celebración y las posibilidades de adaptación. Su contenido comienza con Normas
universales sobre el año litúrgico y sobre el calendario (extractadas del
Calendarium Romanum), sigue el texto del Misal, dividido en propio del tiempo,
propio de los santos, comunes, misas rituales, misas y oraciones ad diversa,
misas votivas, misas de difuntos. El rito de la misa está colocado entre el
propio del tiempo y el propio de los santos, y a su vez se distingue en rito
para la celebración con el pueblo (misa normativa) y rito para la celebración
sin el pueblo. Abarca el Misal propiamente dicho y el Ordus cantus missae (sobre
los cánticos litúrgicos de las distintas partes de la Misa). Resumiendo podemos
decir que el
Misal es el libro oficial para celebrar la Eucaristía y que
contiene las oraciones y los cantos que
dirigimos a Dios (oración colecta, sobre las ofrendas, prefacios,
plegarias eucarísticas y poscomunión) además del llamado “Ordinario de la Misa”
o sea, lo que es común a todas las misas (saludos, acto penitencial, Gloria,
Credo, bendiciones, etc).
§
EL
LECCIONARIO (OLM):
Repartido en varios tomos, contiene las lecturas bíblicas de todo el año
litúrgico, en 3 ciclos anuales (A,B,C). Recoge lo más importante de la Biblia.
Son lecturas muy bien escogidas y concuerdan con el espíritu del ciclo anual
temporal y santoral, y particularmente dominical.
EL
LECCIONARIO (OLM):
Repartido en varios tomos, contiene las lecturas bíblicas de todo el año
litúrgico, en 3 ciclos anuales (A,B,C). Recoge lo más importante de la Biblia.
Son lecturas muy bien escogidas y concuerdan con el espíritu del ciclo anual
temporal y santoral, y particularmente dominical.
v
LA
LITURGIA DE LAS HORAS
(LH 1979):
Oración de alabanza de la iglesia, que tiene por objeto extender a las diversas
horas canónicas la glorificación de Dios que alcanza su cumbre en la oración
eucarística. El nombre actual viene a sustituir al más antiguo de Oficio Divino
y sustituye al Breviario. Comprende cuatro volúmenes: I. Tiempo de Adviento y de
Navidad; II. Tiempo de Cuaresma y de Pascua; III. Tiempo ordinario (semanas
1-17); IV. Tiempo ordinario (semanas 18-34). Tiene su propio Leccionario.
LA
LITURGIA DE LAS HORAS
(LH 1979):
Oración de alabanza de la iglesia, que tiene por objeto extender a las diversas
horas canónicas la glorificación de Dios que alcanza su cumbre en la oración
eucarística. El nombre actual viene a sustituir al más antiguo de Oficio Divino
y sustituye al Breviario. Comprende cuatro volúmenes: I. Tiempo de Adviento y de
Navidad; II. Tiempo de Cuaresma y de Pascua; III. Tiempo ordinario (semanas
1-17); IV. Tiempo ordinario (semanas 18-34). Tiene su propio Leccionario.
v
EL
PONTIFICAL ROMANO:
Son las celebraciones propias del obispo
(ordenaciones, bendición de oleos, confirmación, institución de los ministerios
laicales, Coronación de Sagradas Imágenes, dedicación de Templos y altares,
etc.). Consta de los siguientes:
EL
PONTIFICAL ROMANO:
Son las celebraciones propias del obispo
(ordenaciones, bendición de oleos, confirmación, institución de los ministerios
laicales, Coronación de Sagradas Imágenes, dedicación de Templos y altares,
etc.). Consta de los siguientes:
§
Ritual
de la Confirmación (RC 1976)
Ritual
de la Confirmación (RC 1976)
§
Ritual
de ordenación del diácono, del presbítero y del obispo (RO 1977)
Ritual
de ordenación del diácono, del presbítero y del obispo (RO 1977)
§
Ritual
para instituir acólitos y admitir candidatos al diaconado y al presbiterado, y
para la promesa de observar el celibato (RLA)
Ritual
para instituir acólitos y admitir candidatos al diaconado y al presbiterado, y
para la promesa de observar el celibato (RLA)
§
Ritual
de la consagración de vírgenes (RCV)
Ritual
de la consagración de vírgenes (RCV)
§
Ritual
de la bendición de un abad o una abadesa (RBNA)
Ritual
de la bendición de un abad o una abadesa (RBNA)
§
Ritual
de la bendición del óleo de los catecúmenos y enfermos y de la consagración del
crisma (RBO)
Ritual
de la bendición del óleo de los catecúmenos y enfermos y de la consagración del
crisma (RBO)
§
Ritual
de la dedicación de iglesias y de altares (DCA1980) y el Ceremonial de los
Obispos (CO)
Ritual
de la dedicación de iglesias y de altares (DCA1980) y el Ceremonial de los
Obispos (CO)
v
EL RITUAL
DE LOS SACRAMENTOS Y SACRAMENTALES:
(bautismo,
matrimonio, reconciliación, etc.). Consta de los siguientes:
EL RITUAL
DE LOS SACRAMENTOS Y SACRAMENTALES:
(bautismo,
matrimonio, reconciliación, etc.). Consta de los siguientes:
§
Ritual
del bautismo de niños (RB 1970)
Ritual
del bautismo de niños (RB 1970)
§
Ritual
de la iniciación cristiana de adultos (RICA 1976)
Ritual
de la iniciación cristiana de adultos (RICA 1976)
§
Ritual
de la penitencia (RP 1975)
Ritual
de la penitencia (RP 1975)
§
Rito de
la sagrada comunión y del culto de la eucaristía fuera de la misa (1974)
Rito de
la sagrada comunión y del culto de la eucaristía fuera de la misa (1974)
§
Ritual
del matrimonio (RM 1970)
Ritual
del matrimonio (RM 1970)
§
Ritual
de la unción y de la pastoral de enfermos (RUE 1974)
Ritual
de la unción y de la pastoral de enfermos (RUE 1974)
§
Ritual
de la profesión religiosa (RPR 1979)
Ritual
de la profesión religiosa (RPR 1979)
§
Ritual
de exequias (RE 1971)
Ritual
de exequias (RE 1971)
§
Bendicional (B), con 41 ritos de bendición referidos a personas, objetos,
objetos litúrgicos,etc.
Bendicional (B), con 41 ritos de bendición referidos a personas, objetos,
objetos litúrgicos,etc.
v
EL
GRADUAL:
con la música de los cantos interleccionales.
EL
GRADUAL:
con la música de los cantos interleccionales.
v
EL
ORACIONAL:
Es el libro de la oración de los fieles, que se reza después del Credo y donde
elevamos nuestras peticiones por la Iglesia, por el mundo y nuestras necesidades
particulares.
EL
ORACIONAL:
Es el libro de la oración de los fieles, que se reza después del Credo y donde
elevamos nuestras peticiones por la Iglesia, por el mundo y nuestras necesidades
particulares.
v
RITO DE
CORONACIÓN DE IMÁGENES DE VIRGEN
RITO DE
CORONACIÓN DE IMÁGENES DE VIRGEN
v
EL
CALENDARIO LITÚRGICO
EL
CALENDARIO LITÚRGICO
v
EL
MARTIROLOGIO
EL
MARTIROLOGIO
Al inicio de la
Iglesia sólo se usaban el Antiguo y el Nuevo Testamento. Al desarrollarse las
ceremonias litúrgicas también se hizo necesario el desarrollo de los libros para
una riqueza litúrgica. Así nació el Canon de la Misa, con los primitivos
dípticos para recordar las intenciones y nombres recomendados de la comunidad
cristiana.
Iglesia sólo se usaban el Antiguo y el Nuevo Testamento. Al desarrollarse las
ceremonias litúrgicas también se hizo necesario el desarrollo de los libros para
una riqueza litúrgica. Así nació el Canon de la Misa, con los primitivos
dípticos para recordar las intenciones y nombres recomendados de la comunidad
cristiana.
Actualmente, para la
celebración de la Misa sólo son necesarios algunos de estos: el Misal Romano,
que consta del Misal propiamente dicho y que es el libro de altar por contener
las oraciones de la Misa y el Leccionario, que contiene las lecturas sagradas.
celebración de la Misa sólo son necesarios algunos de estos: el Misal Romano,
que consta del Misal propiamente dicho y que es el libro de altar por contener
las oraciones de la Misa y el Leccionario, que contiene las lecturas sagradas.
EL LECCIONARIO
En lo referente a
las lecturas de la Misa (OLM) que la
Iglesia propone a lo largo de todo el año litúrgico se hallan recogidas en los
diversos tomos de que consta el
LECCIONARIO.
las lecturas de la Misa (OLM) que la
Iglesia propone a lo largo de todo el año litúrgico se hallan recogidas en los
diversos tomos de que consta el
LECCIONARIO.
Como criterios
generales observados al elegir los textos podemos decir que en los
domingos y fiestas se proponen los textos
considerados más importantes, a fin de que se cumpla lo que la SC nº 51 dispone
referente a que en un ciclo, en este caso de
tres años, se lean a los fieles las partes más
relevantes de la Sagrada Escritura. Esto se debe a que la mayoría de los
cristianos practicantes suelen tener contacto con la palabra de Dios
fundamentalmente en la misa dominical. El resto de la Escritura que no se lee
los domingos o fiestas está asignado a los días feriales, siguiendo otros
criterios ya que la serie ferial se desarrolla en
dos años (pares e impares) durante el
tiempo ordinario y
en un solo ciclo anual durante los tiempos llamados
fuertes, o sea, Adviento-Navidad,
Cuaresma y Pascua.
generales observados al elegir los textos podemos decir que en los
domingos y fiestas se proponen los textos
considerados más importantes, a fin de que se cumpla lo que la SC nº 51 dispone
referente a que en un ciclo, en este caso de
tres años, se lean a los fieles las partes más
relevantes de la Sagrada Escritura. Esto se debe a que la mayoría de los
cristianos practicantes suelen tener contacto con la palabra de Dios
fundamentalmente en la misa dominical. El resto de la Escritura que no se lee
los domingos o fiestas está asignado a los días feriales, siguiendo otros
criterios ya que la serie ferial se desarrolla en
dos años (pares e impares) durante el
tiempo ordinario y
en un solo ciclo anual durante los tiempos llamados
fuertes, o sea, Adviento-Navidad,
Cuaresma y Pascua.
El Leccionario se
halla dividido en
varios tomos:
halla dividido en
varios tomos:
Ø
Tomos
I, II, III:
Ciclos dominicales y fiestas A,B,C
Tomos
I, II, III:
Ciclos dominicales y fiestas A,B,C
Ø
Tomo
IV: Lecturas
para las ferias del Tiempo Ordinario.
Tomo
IV: Lecturas
para las ferias del Tiempo Ordinario.
Ø
Tomo
V: Lecturas
para el Propio y Común de los Santos y difuntos.
Tomo
V: Lecturas
para el Propio y Común de los Santos y difuntos.
Ø
Tomo
VI: Misas
Votivas y por diversas necesidades.
Tomo
VI: Misas
Votivas y por diversas necesidades.
Ø
Tomo
VII: Lecturas
para las ferias de Adviento-Navidad y Cuaresma-Pascua.
Tomo
VII: Lecturas
para las ferias de Adviento-Navidad y Cuaresma-Pascua.
Ø
Tomo
VIII:
Rituales.
Tomo
VIII:
Rituales.
Para las Misas con
niños puede existir un Leccionario propio, si así lo acuerda la Conferencia
episcopal. En España este leccionario está publicado
haciendo el Tomo IX. También han
aparecido para las
Misas votivas de la Virgen María
un Misal con su correspondiente Leccionario. También existe uno especial
que contiene el Evangelio de las fiestas más solemnes denominado
“Evangelario”, libro que se porta en alto
en la procesión de entrada (cuando la hay) y que recibe una especial veneración
y respeto.
niños puede existir un Leccionario propio, si así lo acuerda la Conferencia
episcopal. En España este leccionario está publicado
haciendo el Tomo IX. También han
aparecido para las
Misas votivas de la Virgen María
un Misal con su correspondiente Leccionario. También existe uno especial
que contiene el Evangelio de las fiestas más solemnes denominado
“Evangelario”, libro que se porta en alto
en la procesión de entrada (cuando la hay) y que recibe una especial veneración
y respeto.
Para los domingos del
Tiempo Ordinario hay establecido un ciclo de
TRES AÑOS, conocido por las letras
A, B y C.
Aquí se procura que la primera lectura tenga relación con los Evangelios,
que son también los sinópticos.
En el año A se lee el evangelio de San Mateo, el
año B se lee a San Marcos y el año C a San Lucas.
Dividiendo el año en curso por el número tres si da de resto cero
(división exacta) corresponderá a año C. A partir de ahí se deduce que cuando el
resto de la división sea uno será año A y si el resto es dos será año B. La
Misa dominical comprende pues tres lecturas, que
son obligatorias: la primera, del Antiguo Testamento, excepto en Pascua, que es
de los Hechos de los Apóstoles; la segunda, del apóstol, o sea, de las cartas y
del Apocalipsis, y la tercera evangélica.
Tiempo Ordinario hay establecido un ciclo de
TRES AÑOS, conocido por las letras
A, B y C.
Aquí se procura que la primera lectura tenga relación con los Evangelios,
que son también los sinópticos.
En el año A se lee el evangelio de San Mateo, el
año B se lee a San Marcos y el año C a San Lucas.
Dividiendo el año en curso por el número tres si da de resto cero
(división exacta) corresponderá a año C. A partir de ahí se deduce que cuando el
resto de la división sea uno será año A y si el resto es dos será año B. La
Misa dominical comprende pues tres lecturas, que
son obligatorias: la primera, del Antiguo Testamento, excepto en Pascua, que es
de los Hechos de los Apóstoles; la segunda, del apóstol, o sea, de las cartas y
del Apocalipsis, y la tercera evangélica.
Para el
Leccionario ferial
cada misa tiene dos lecturas, tomadas
la primera del Antiguo Testamento o del Nuevo (en el tiempo pascual se toma de
los Hechos de los Apóstoles como ya dijimos) y la segunda siempre es del
Evangelio. En el Tiempo Ordinario, en las
ferias de las treinta y cuatro semanas, las lecturas evangélicas se distribuyen
en un solo ciclo, que se repite cada año. En cambio, la primera lectura se
reparte en dos ciclos, que se leen en años alternos: el ciclo I en años impares,
y el ciclo II en los pares.
Leccionario ferial
cada misa tiene dos lecturas, tomadas
la primera del Antiguo Testamento o del Nuevo (en el tiempo pascual se toma de
los Hechos de los Apóstoles como ya dijimos) y la segunda siempre es del
Evangelio. En el Tiempo Ordinario, en las
ferias de las treinta y cuatro semanas, las lecturas evangélicas se distribuyen
en un solo ciclo, que se repite cada año. En cambio, la primera lectura se
reparte en dos ciclos, que se leen en años alternos: el ciclo I en años impares,
y el ciclo II en los pares.
En el
Leccionario de los santos hay que distinguir
una doble serie de lecturas: la del propio de los santos, siguiendo las
solemnidades, fiestas y memorias contenidas en el calendario; y la del común de
los santos. En el primer caso se trata de textos propios o más adecuados para la
celebración de cada santo, y en el segundo de repertorios de lecturas
distribuidas de acuerdo con las diferentes categorías de santos (mártires,
pastores, vírgenes, etc.).
Leccionario de los santos hay que distinguir
una doble serie de lecturas: la del propio de los santos, siguiendo las
solemnidades, fiestas y memorias contenidas en el calendario; y la del común de
los santos. En el primer caso se trata de textos propios o más adecuados para la
celebración de cada santo, y en el segundo de repertorios de lecturas
distribuidas de acuerdo con las diferentes categorías de santos (mártires,
pastores, vírgenes, etc.).
En los tiempos
fuertes de Adviento, Cuaresma y Pascua, las lecturas son siempre las mismas
todos los años, habiendo sido elegidas de acuerdo con las características
propias de cada uno de estos tiempos litúrgicos. En el
tiempo pascual el leccionario ferial toma la
primera lectura de los Hechos de los Apóstoles y el evangelio que se lee es el
de San Juan. Los domingos pascuales se lee como primera lectura los Hechos de
los Apóstoles y de segunda la primera carta de san Pedro (ciclo A), la primera
carta de san Juan (ciclo B) y el Apocalipsis (ciclo C). Los evangelios escogidos
nos relatan las apariciones de Cristo Resucitado y pasajes escogidos del Buen
Pastor y oración del Señor tras la última cena. Como se observa no hay lecturas
del Antiguo Testamento para subrayar que estamos en un tiempo nuevo.
fuertes de Adviento, Cuaresma y Pascua, las lecturas son siempre las mismas
todos los años, habiendo sido elegidas de acuerdo con las características
propias de cada uno de estos tiempos litúrgicos. En el
tiempo pascual el leccionario ferial toma la
primera lectura de los Hechos de los Apóstoles y el evangelio que se lee es el
de San Juan. Los domingos pascuales se lee como primera lectura los Hechos de
los Apóstoles y de segunda la primera carta de san Pedro (ciclo A), la primera
carta de san Juan (ciclo B) y el Apocalipsis (ciclo C). Los evangelios escogidos
nos relatan las apariciones de Cristo Resucitado y pasajes escogidos del Buen
Pastor y oración del Señor tras la última cena. Como se observa no hay lecturas
del Antiguo Testamento para subrayar que estamos en un tiempo nuevo.
LOS LIBROS DE
LA BIBLIA
LA BIBLIA
Libros del Antiguo Testamento (46 Libros)
PENTATEUCO (5)-
Génesis - Éxodo - Levítico - Números – Deuteronomio
HISTÓRICOS (16)-
Josué - Jueces - Ruth - I Samuel - II Samuel - I Reyes - II Reyes- I
Paralipómenos o Crónicas- II Paralipómenos o Crónicas - Esdras- Nehemías -
Tobías - Judit - Ester - I Macabeos - II Macabeos
POÉTICOS Y SAPIENCIALES (7)-
Job - Salmos - Proverbios - Eclesiastés - El Cantar de los Cantares - Sabiduría
– Eclesiástico
PROFETAS MAYORES (6)-
Isaías - Jeremías - Lamentaciones de Jeremías - Baruc - Ezequiel – Daniel
PROFETAS MENORES (12)-
Oseas - Joel - Amós - Abdías - Jonás - Miqueas - Nahúm - Habacuc - Sofonías -
Ageo - Zacarías- Malaquías
Libros
del Nuevo Testamento (27 Libros)
del Nuevo Testamento (27 Libros)
LOS
EVANGELIOS (4)-
Evangelio según San Mateo - Evangelio según San Marcos - Evangelio según San
Lucas - Evangelio según San Juan
EVANGELIOS (4)-
Evangelio según San Mateo - Evangelio según San Marcos - Evangelio según San
Lucas - Evangelio según San Juan
-
Hechos de los Apóstoles
Hechos de los Apóstoles
CARTAS DE SAN PABLO (13)-
A los Romanos - I a los Corintios - II a los Corintios - A los Gálatas - A los
Efesios - A los Filipenses - A los Colosenses - I a los Tesalonicenses - II a
los Tesalonicenses - I a Timoteo - II a Timoteo - A Tito - A Filemón
-
Carta a los Hebreos
Carta a los Hebreos
CARTAS CATÓLICAS-
Epístola de Santiago - Epístola I de San Pedro - Epístola II de San Pedro -
Epístola I de San Juan - Epístola II de San Juan - Epístola III de San Juan -
Epístola de San Judas – Apocalipsis.
ELEMENTOS
ARTÍSTICOS DE LA LITURGIA:
ARTÍSTICOS DE LA LITURGIA:
EL CULTO A LAS
IMÁGENES
IMÁGENES
“Las imágenes de
Cristo, de la Virgen, Madre de Dios, y las de otros santos, hay que tenerlas y
guardarlas sobre todo en los templos y tributarles la veneración y el honor
debidos. No es que se crea que en ellas hay algo de divino..., sino que el honor
que se les tributa se refiere a los modelos originales por ellos representados.
Por tanto, a través de las imágenes que besamos y ante las cuales, descubrimos
nuestra cabeza y nos postramos, adoramos a Cristo y veneramos a los santos cuya
semejanza ellas evocan”(Concilio de Trento, Ses. XXV).
Cristo, de la Virgen, Madre de Dios, y las de otros santos, hay que tenerlas y
guardarlas sobre todo en los templos y tributarles la veneración y el honor
debidos. No es que se crea que en ellas hay algo de divino..., sino que el honor
que se les tributa se refiere a los modelos originales por ellos representados.
Por tanto, a través de las imágenes que besamos y ante las cuales, descubrimos
nuestra cabeza y nos postramos, adoramos a Cristo y veneramos a los santos cuya
semejanza ellas evocan”(Concilio de Trento, Ses. XXV).
El cardenal Ratzinger
dice: “El icono (imagen) conduce al que lo contempla, mediante esa mirada
interior que ha tomado cuerpo en el icono, a que vea en lo sensorial lo que va
más allá de lo sensorial y que, por otra parte, pasa a formar parte de los
sentidos. El icono procede de la oración y conduce a la oración, libera de la
cerrazón de los sentidos que sólo perciben lo exterior, la superficie material y
no se percatan de la transparencia del espíritu, de la transparencia del Logos
en la realidad. En el fondo, lo que está en juego es el salto que lleva a
la fe...Si no tiene lugar una apertura interior en el hombre, que le haga ver
algo más de lo que se puede pedir y se puede pesar, y que le haga percibir el
resplandor de lo divino en la creación, Dios quedará excluido de nuestro campo
visual...Sólo cuando se haya entendido esta orientación interior del icono se
podrá comprender, en su justa medida, la razón por la cual el II Concilio de
Nicea, y todos los sínodos siguientes que se refirieron a los iconos, apreciaron
en el icono una profesión de fe en la Encarnación y consideraron la iconoclastia
como la negación de la Encarnación, como la suma de todas las herejías. La
Encarnación significa, ante todo, que Dios, el Invisible, entra en el espacio de
lo visible, para que nosotros, que estamos atados a lo material, podamos
conocerle”.
dice: “El icono (imagen) conduce al que lo contempla, mediante esa mirada
interior que ha tomado cuerpo en el icono, a que vea en lo sensorial lo que va
más allá de lo sensorial y que, por otra parte, pasa a formar parte de los
sentidos. El icono procede de la oración y conduce a la oración, libera de la
cerrazón de los sentidos que sólo perciben lo exterior, la superficie material y
no se percatan de la transparencia del espíritu, de la transparencia del Logos
en la realidad. En el fondo, lo que está en juego es el salto que lleva a
la fe...Si no tiene lugar una apertura interior en el hombre, que le haga ver
algo más de lo que se puede pedir y se puede pesar, y que le haga percibir el
resplandor de lo divino en la creación, Dios quedará excluido de nuestro campo
visual...Sólo cuando se haya entendido esta orientación interior del icono se
podrá comprender, en su justa medida, la razón por la cual el II Concilio de
Nicea, y todos los sínodos siguientes que se refirieron a los iconos, apreciaron
en el icono una profesión de fe en la Encarnación y consideraron la iconoclastia
como la negación de la Encarnación, como la suma de todas las herejías. La
Encarnación significa, ante todo, que Dios, el Invisible, entra en el espacio de
lo visible, para que nosotros, que estamos atados a lo material, podamos
conocerle”.
El Concilio Vaticano
II en su constitución sobre la Sagrada Liturgia dice: “el arte que se emplee
en todo lo relacionado con la liturgia debe orientar santamente a los hombres
hacia Dios y debe estar de acuerdo con la fe, la piedad y las leyes religiosas
tradicionales” (SC. n. 122). Por tanto, “tiene que ser un arte digno y
reverente. Se debe buscar más una noble belleza que la mera suntuosidad. Hay que
excluir, por lo mismo, aquellas obras artísticas que repugnen a la fe, a las
costumbres y a la piedad cristiana, y ofendan el sentido auténticamente
religioso, ya sea por la depravación de las formas, ya sea por la insuficiencia,
la mediocridad o la falsedad del arte” (SC. n. 124).
II en su constitución sobre la Sagrada Liturgia dice: “el arte que se emplee
en todo lo relacionado con la liturgia debe orientar santamente a los hombres
hacia Dios y debe estar de acuerdo con la fe, la piedad y las leyes religiosas
tradicionales” (SC. n. 122). Por tanto, “tiene que ser un arte digno y
reverente. Se debe buscar más una noble belleza que la mera suntuosidad. Hay que
excluir, por lo mismo, aquellas obras artísticas que repugnen a la fe, a las
costumbres y a la piedad cristiana, y ofendan el sentido auténticamente
religioso, ya sea por la depravación de las formas, ya sea por la insuficiencia,
la mediocridad o la falsedad del arte” (SC. n. 124).
Sobre las imágenes
sagradas, se dice: “deben exponerse a la veneración de los fieles, pero con
moderación en el número y guardando entre ellas el debido orden, a fin de que no
causen extrañeza al pueblo cristiano ni favorezcan una devoción menos ortodoxa”
(SC. n. 125). “Al edificar los templos, se debe procurar que sean aptos para
la celebración de las acciones litúrgicas y para conseguir la participación de
los fieles” (n. 124).
sagradas, se dice: “deben exponerse a la veneración de los fieles, pero con
moderación en el número y guardando entre ellas el debido orden, a fin de que no
causen extrañeza al pueblo cristiano ni favorezcan una devoción menos ortodoxa”
(SC. n. 125). “Al edificar los templos, se debe procurar que sean aptos para
la celebración de las acciones litúrgicas y para conseguir la participación de
los fieles” (n. 124).
El cardenal Ratzinger
en su libro “El espíritu de la Liturgia” nos resume así los principios
fundamentales del arte asociado a la liturgia:
en su libro “El espíritu de la Liturgia” nos resume así los principios
fundamentales del arte asociado a la liturgia:
o
La
ausencia total de imágenes no es compatible con la fe en la Encarnación de Dios.
Ciertamente, siempre habrá altibajos según los tiempos, y por tanto, también
habrá tiempos de cierta pobreza en las imágenes. Pero jamás podrán faltar por
completo. La iconoclastia no es una opción cristiana.
La
ausencia total de imágenes no es compatible con la fe en la Encarnación de Dios.
Ciertamente, siempre habrá altibajos según los tiempos, y por tanto, también
habrá tiempos de cierta pobreza en las imágenes. Pero jamás podrán faltar por
completo. La iconoclastia no es una opción cristiana.
o
El arte
sagrado encuentra sus contenidos en las imágenes de la historia de la salvación,
comenzando por la creación, desde el primer día, hasta el octavo: el día de la
resurrección y de la segunda venida, en el que se consuma la línea de la
historia cerrando el círculo. Forman parte de él, sobre todo, las imágenes de la
historia bíblica, pero también la historia de los santos como concreciones de la
historia de Jesucristo, como fruto maduro de esa semilla de trigo que cae en
tierra y muere a lo largo de toda la historia.
El arte
sagrado encuentra sus contenidos en las imágenes de la historia de la salvación,
comenzando por la creación, desde el primer día, hasta el octavo: el día de la
resurrección y de la segunda venida, en el que se consuma la línea de la
historia cerrando el círculo. Forman parte de él, sobre todo, las imágenes de la
historia bíblica, pero también la historia de los santos como concreciones de la
historia de Jesucristo, como fruto maduro de esa semilla de trigo que cae en
tierra y muere a lo largo de toda la historia.
o
Las
imágenes sirven para poner de manifiesto
la unidad interna de la actuación de Dios.
Remiten al sacramento –sobre todo al bautismo y la eucaristía- y en ellos están
contenidos, de tal manera, que apuntan también al presente. Guardan una íntima y
estrecha relación con la acción litúrgica. La historia llega a ser sacramento en
Jesucristo, que es la fuente de los sacramentos. Por esto mismo, la imagen de
Cristo es el centro del arte figurativo sagrado. El centro de la imagen de
Cristo es el misterio pascual: Cristo se representa como crucificado, como
resucitado, como aquél que ha de venir y cuyo poder aún permanece oculto. Cada
imagen de Cristo tiene que reunir estos tres aspectos esenciales del misterio de
Cristo, y ser, en este sentido, una imagen de la Pascua.
Las
imágenes sirven para poner de manifiesto
la unidad interna de la actuación de Dios.
Remiten al sacramento –sobre todo al bautismo y la eucaristía- y en ellos están
contenidos, de tal manera, que apuntan también al presente. Guardan una íntima y
estrecha relación con la acción litúrgica. La historia llega a ser sacramento en
Jesucristo, que es la fuente de los sacramentos. Por esto mismo, la imagen de
Cristo es el centro del arte figurativo sagrado. El centro de la imagen de
Cristo es el misterio pascual: Cristo se representa como crucificado, como
resucitado, como aquél que ha de venir y cuyo poder aún permanece oculto. Cada
imagen de Cristo tiene que reunir estos tres aspectos esenciales del misterio de
Cristo, y ser, en este sentido, una imagen de la Pascua.
o
La
imagen de Cristo y las imágenes de los santos no son fotografías.
Su cometido es llevar más allá de lo constatable desde el punto de vista
material, consiste en despertar los sentidos internos y enseñar una nueva forma
de mirar que perciba lo invisible en lo visible. La sacralidad de la imagen
consiste en que procede de una contemplación interior. La imagen está al
servicio de la liturgia; la oración y la contemplación en la que se forman las
imágenes tienen que realizarse en comunión con la fe de la Iglesia. La dimensión
eclesial es fundamental en el arte sagrado y, con ellos, también la relación
interior con la historia de la fe, con la Sagrada Escritura y con la Tradición.
La
imagen de Cristo y las imágenes de los santos no son fotografías.
Su cometido es llevar más allá de lo constatable desde el punto de vista
material, consiste en despertar los sentidos internos y enseñar una nueva forma
de mirar que perciba lo invisible en lo visible. La sacralidad de la imagen
consiste en que procede de una contemplación interior. La imagen está al
servicio de la liturgia; la oración y la contemplación en la que se forman las
imágenes tienen que realizarse en comunión con la fe de la Iglesia. La dimensión
eclesial es fundamental en el arte sagrado y, con ellos, también la relación
interior con la historia de la fe, con la Sagrada Escritura y con la Tradición.
o
No deben
existir normas rígidas:
las nuevas experiencias religiosas y los dones de las nuevas instituciones
tienen que encontrar su lugar en la Iglesia. Pero sigue habiendo una diferencia
entre el arte sacro (en lo que respecta a la
liturgia) y el arte religioso en general. El arte sacro no puede ser el ámbito
de la pura arbitrariedad. De la subjetividad aislada no puede surgir el arte
sacro.
No deben
existir normas rígidas:
las nuevas experiencias religiosas y los dones de las nuevas instituciones
tienen que encontrar su lugar en la Iglesia. Pero sigue habiendo una diferencia
entre el arte sacro (en lo que respecta a la
liturgia) y el arte religioso en general. El arte sacro no puede ser el ámbito
de la pura arbitrariedad. De la subjetividad aislada no puede surgir el arte
sacro.
¿Qué
significa todo esto en la práctica?
significa todo esto en la práctica?
La veneración de las
imágenes, tanto en pinturas, esculturas, relieves, cerámicas u otras
representaciones constituyen “un elemento relevante de la piedad popular”
tal como el Directorio sobre la piedad popular afirma. Pero hay que advertir que
si esa veneración no se apoya en conceptos teológicos adecuados se corre el
riesgo de caer en desviaciones que en definitiva hagan a los fieles sustituir lo
representado por la materialidad de la figura concreta cayendo si no en
idolatría, que tal vez sea excesivo, si al menos en prácticas ajenas a una
auténtica religiosidad cristiana aunque estén llenas de buena fe. Las imágenes
según la enseñanza de la Iglesia son: signos santos,
ayuda para la oración, estímulo para su imitación, forma de catequesis y en
definitiva traducción iconográfica del mensaje evangélico.
imágenes, tanto en pinturas, esculturas, relieves, cerámicas u otras
representaciones constituyen “un elemento relevante de la piedad popular”
tal como el Directorio sobre la piedad popular afirma. Pero hay que advertir que
si esa veneración no se apoya en conceptos teológicos adecuados se corre el
riesgo de caer en desviaciones que en definitiva hagan a los fieles sustituir lo
representado por la materialidad de la figura concreta cayendo si no en
idolatría, que tal vez sea excesivo, si al menos en prácticas ajenas a una
auténtica religiosidad cristiana aunque estén llenas de buena fe. Las imágenes
según la enseñanza de la Iglesia son: signos santos,
ayuda para la oración, estímulo para su imitación, forma de catequesis y en
definitiva traducción iconográfica del mensaje evangélico.
La
imagen no se venera por ella misma sino por lo que representa.
No se puede tampoco olvidar el aspecto artístico y el decoro que las imágenes
deben tener aunque siempre teniendo en cuenta que la función principal de la
imagen sagrada es ayudarnos a introducirnos en el Misterio y no el deleite
estético. Cuando ambas funciones se encuentran gracias a la gubia o pincel de un
genial artista se produce el milagro de aquellas imágenes que despiertan la
universal devoción.
imagen no se venera por ella misma sino por lo que representa.
No se puede tampoco olvidar el aspecto artístico y el decoro que las imágenes
deben tener aunque siempre teniendo en cuenta que la función principal de la
imagen sagrada es ayudarnos a introducirnos en el Misterio y no el deleite
estético. Cuando ambas funciones se encuentran gracias a la gubia o pincel de un
genial artista se produce el milagro de aquellas imágenes que despiertan la
universal devoción.
EL ESPÍRITU DE LA LITURGIA
En primer lugar
diremos que, si importante es hacer las cosas bien más importante es saber
el sentido que tiene, vivirlas. Toda la
Liturgia está llena de símbolos y gestos que pretenden acercarnos al contenido,
que significan algo y que no se hacen por capricho. En la acción litúrgica no
estamos ante una representación o función teatral donde el incienso equivaldría
a los llamados “efectos especiales”. La Liturgia es ante todo el ejercicio del
sacerdocio de Cristo y mediante los actos litúrgicos Cristo se hace de nuevo
presente entre nosotros. No cabe duda de que la liturgia actual, fruto de una
evolución histórica, recoge elementos que nos ponen en comunión con generaciones
pasadas de cristianos.
diremos que, si importante es hacer las cosas bien más importante es saber
el sentido que tiene, vivirlas. Toda la
Liturgia está llena de símbolos y gestos que pretenden acercarnos al contenido,
que significan algo y que no se hacen por capricho. En la acción litúrgica no
estamos ante una representación o función teatral donde el incienso equivaldría
a los llamados “efectos especiales”. La Liturgia es ante todo el ejercicio del
sacerdocio de Cristo y mediante los actos litúrgicos Cristo se hace de nuevo
presente entre nosotros. No cabe duda de que la liturgia actual, fruto de una
evolución histórica, recoge elementos que nos ponen en comunión con generaciones
pasadas de cristianos.
Pero si los actos
litúrgicos no son un teatro es porque encierran una pedagogía, mejor llamada una
mistagogía que no se debe despreciar o infravalorar. Habría que aprovechar las
riquísimas oportunidades que ofrece la Liturgia para catequizar. Podría decirse
que no hay mejor pastoral que una Liturgia bien hecha, rica y participativa tal
como el Vaticano II en la Sacrosanctum Concilium dispone. En definitiva, la
liturgia de la cual forma parte el culto no es más que la historia de los
acontecimientos salvíficos y el ejercicio del sacerdocio de Cristo. En ningún
caso debe considerarse la liturgia ni como la parte externa y sensible del culto
divino ni como un conjunto de leyes y preceptos que reglamentan los ritos
sagrados.
litúrgicos no son un teatro es porque encierran una pedagogía, mejor llamada una
mistagogía que no se debe despreciar o infravalorar. Habría que aprovechar las
riquísimas oportunidades que ofrece la Liturgia para catequizar. Podría decirse
que no hay mejor pastoral que una Liturgia bien hecha, rica y participativa tal
como el Vaticano II en la Sacrosanctum Concilium dispone. En definitiva, la
liturgia de la cual forma parte el culto no es más que la historia de los
acontecimientos salvíficos y el ejercicio del sacerdocio de Cristo. En ningún
caso debe considerarse la liturgia ni como la parte externa y sensible del culto
divino ni como un conjunto de leyes y preceptos que reglamentan los ritos
sagrados.
La liturgia, que
emplea un lenguaje simbólico, se vale de fórmulas
litúrgicas, de materias litúrgicas y de
actitudes y gestos. Todos estos elementos
tienen detrás un significado profundo, nada se hace por capricho. Los actos
externos deben responder al sentimiento interno.
emplea un lenguaje simbólico, se vale de fórmulas
litúrgicas, de materias litúrgicas y de
actitudes y gestos. Todos estos elementos
tienen detrás un significado profundo, nada se hace por capricho. Los actos
externos deben responder al sentimiento interno.
Una adecuada
formación implica conocimientos básicos de Liturgia. Es fácil encontrar a
hermanos de nuestras cofradías que no tienen muy clara las partes de la Misa.
Probemos a hablar de la oración colecta, plegaria eucarística u otra oración y
veremos que hay muchas dificultades para situarlas dentro de la Misa. Ritos
iniciales, Liturgia de la Palabra, Liturgia eucarística y ritos finales de
despedida son partes que se deben conocer con exactitud. Después vendría
explicar el significado de lo que se hace y por qué.
formación implica conocimientos básicos de Liturgia. Es fácil encontrar a
hermanos de nuestras cofradías que no tienen muy clara las partes de la Misa.
Probemos a hablar de la oración colecta, plegaria eucarística u otra oración y
veremos que hay muchas dificultades para situarlas dentro de la Misa. Ritos
iniciales, Liturgia de la Palabra, Liturgia eucarística y ritos finales de
despedida son partes que se deben conocer con exactitud. Después vendría
explicar el significado de lo que se hace y por qué.
El
incienso
resina de olor agradable, expresa respeto y reverencia hacía un símbolo y es
asimismo ofrenda de los creyentes para con Dios. Durante la Misa las
incensaciones se dirigen a los símbolos sacramentales de la presencia del Señor:
altar, cruz, evangelio, presidente, asamblea (pueblo de Dios), al Pan y al Vino
consagrados.
incienso
resina de olor agradable, expresa respeto y reverencia hacía un símbolo y es
asimismo ofrenda de los creyentes para con Dios. Durante la Misa las
incensaciones se dirigen a los símbolos sacramentales de la presencia del Señor:
altar, cruz, evangelio, presidente, asamblea (pueblo de Dios), al Pan y al Vino
consagrados.
La luz
que producen las velas son signos de respeto, como expresión de veneración o de
celebración festiva nos dice el Misal. Las tinieblas son signos de error, de
esclavitud.
que producen las velas son signos de respeto, como expresión de veneración o de
celebración festiva nos dice el Misal. Las tinieblas son signos de error, de
esclavitud.
La inclinación indica
reverencia y honor a las personas o a lo que representan y puede ser de dos
tipos: inclinación de cabeza e inclinación de cuerpo o profunda que se hace
desde la cintura. La inclinación de cabeza se
le hace al nombre de Jesucristo, de la Virgen y del santo en cuyo honor se
celebra la Misa. Se debe hacer reverencia profunda en el Credo o Símbolo al
iniciarse las palabras “Y por obra del Espíritu Santo...” arrodillándonos si es
la Solemnidad de Navidad o la fiesta de la Anunciación del Señor. Asimismo la
bendición presidencial que concluye la Misa se debe recibir con inclinación de
cabeza.
reverencia y honor a las personas o a lo que representan y puede ser de dos
tipos: inclinación de cabeza e inclinación de cuerpo o profunda que se hace
desde la cintura. La inclinación de cabeza se
le hace al nombre de Jesucristo, de la Virgen y del santo en cuyo honor se
celebra la Misa. Se debe hacer reverencia profunda en el Credo o Símbolo al
iniciarse las palabras “Y por obra del Espíritu Santo...” arrodillándonos si es
la Solemnidad de Navidad o la fiesta de la Anunciación del Señor. Asimismo la
bendición presidencial que concluye la Misa se debe recibir con inclinación de
cabeza.
La
inclinación de cuerpo
o reverencia profunda se le hace al altar cuando no está allí el Santísimo;
también se debe hacer inclinación profunda cada vez que se sirva al obispo o se
pase por delante de él; se hace antes y después de las incensaciones y en
algunas otras ocasiones en que está dispuesto. Deben hacer inclinación profunda
al altar que simboliza a Cristo y no al sacerdote, como equivocadamente se hace
a veces, todas aquellas personas que suban al presbiterio para realizar alguna
función como por ejemplo los lectores o los que van a hacer las peticiones de la
Oración Universal de los Fieles, que vulgarmente llamamos preces, tanto al
llegar como al marcharse. Los acólitos que portan algo en las manos deben
abstenerse de genuflexiones y reverencias.
inclinación de cuerpo
o reverencia profunda se le hace al altar cuando no está allí el Santísimo;
también se debe hacer inclinación profunda cada vez que se sirva al obispo o se
pase por delante de él; se hace antes y después de las incensaciones y en
algunas otras ocasiones en que está dispuesto. Deben hacer inclinación profunda
al altar que simboliza a Cristo y no al sacerdote, como equivocadamente se hace
a veces, todas aquellas personas que suban al presbiterio para realizar alguna
función como por ejemplo los lectores o los que van a hacer las peticiones de la
Oración Universal de los Fieles, que vulgarmente llamamos preces, tanto al
llegar como al marcharse. Los acólitos que portan algo en las manos deben
abstenerse de genuflexiones y reverencias.
La
genuflexión se
hace siempre con la rodilla derecha llevándola hasta el suelo y significa
adoración. Por ser signo de adoración está reservada al Santísimo Sacramento y a
la Santa Cruz en la liturgia del Viernes Santo. No se debe hacer genuflexión a
imágenes.
genuflexión se
hace siempre con la rodilla derecha llevándola hasta el suelo y significa
adoración. Por ser signo de adoración está reservada al Santísimo Sacramento y a
la Santa Cruz en la liturgia del Viernes Santo. No se debe hacer genuflexión a
imágenes.
LA LITURGIA DE
LAS HORAS
LAS HORAS
La
Liturgia de las Horas
(antes llamada Oficio
divino o Breviario)
es la oración de la Iglesia que alabando a
Dios e intercediendo por los hombres, prolonga en la tierra la función
sacerdotal de Cristo. La Iglesia la formamos todos los bautizados y por eso la
Liturgia de las Horas está llamada a ser la oración de todo el Pueblo de Dios.
Liturgia de las Horas
(antes llamada Oficio
divino o Breviario)
es la oración de la Iglesia que alabando a
Dios e intercediendo por los hombres, prolonga en la tierra la función
sacerdotal de Cristo. La Iglesia la formamos todos los bautizados y por eso la
Liturgia de las Horas está llamada a ser la oración de todo el Pueblo de Dios.
En ella, Cristo mismo
"sigue ejerciendo su función sacerdotal a través de su Iglesia" (SC 83);
cada uno participa en ella según su propio lugar en la Iglesia y las
circunstancias de su vida. Con ella los fieles (clérigos, religiosos y laicos)
ejercen el sacerdocio real de los bautizados. Celebrar la Liturgia de las Horas
exige "adquirir una instrucción litúrgica y bíblica
más rica especialmente en los salmos"
(SC 90).
"sigue ejerciendo su función sacerdotal a través de su Iglesia" (SC 83);
cada uno participa en ella según su propio lugar en la Iglesia y las
circunstancias de su vida. Con ella los fieles (clérigos, religiosos y laicos)
ejercen el sacerdocio real de los bautizados. Celebrar la Liturgia de las Horas
exige "adquirir una instrucción litúrgica y bíblica
más rica especialmente en los salmos"
(SC 90).
En definitiva podemos
decir de la Liturgia de las Horas que es una oración estructurada que realiza la
Iglesia. En esta oración se rezan
himnos, antífonas, salmos, estando la
mayoría extraída de
la Biblia
de tal manera que al leerlas, meditarlas, y dirigirlas a Dios estamos
usando las mismas palabras con las que Él nos ha hablado y asimismo esperamos
que, al repetirlas, las reconozca y nos atienda. Al mismo tiempo le escuchamos y
nos acercamos al Misterio de Dios.
También son oraciones que realiza una parte de la
Iglesia en el nombre del todo el pueblo cristiano,
es la oración que la Iglesia ha hecho suya.
Para los religiosos, monjas, sacerdotes y
consagrados es una obligación a la que también se invita a sumarse a todos los
fieles (CDC nº 276.3). No es pues cosa solamente de los canónigos, de los
ministros ordenados o de los religiosos obligados al coro sino de todo el pueblo
de Dios. "Los fieles que celebran la Liturgia de las Horas se unen a Cristo,
nuestro Sumo Sacerdote, por la oración de los salmos, la meditación de la
Palabra de Dios, de los cánticos y de las bendiciones, a fin de ser asociados a
su oración incesante y universal que da gloria al Padre e implora el don del
Espíritu Santo sobre el mundo entero."
(Catecismo de la
Iglesia Católica 1196).
decir de la Liturgia de las Horas que es una oración estructurada que realiza la
Iglesia. En esta oración se rezan
himnos, antífonas, salmos, estando la
mayoría extraída de
la Biblia
de tal manera que al leerlas, meditarlas, y dirigirlas a Dios estamos
usando las mismas palabras con las que Él nos ha hablado y asimismo esperamos
que, al repetirlas, las reconozca y nos atienda. Al mismo tiempo le escuchamos y
nos acercamos al Misterio de Dios.
También son oraciones que realiza una parte de la
Iglesia en el nombre del todo el pueblo cristiano,
es la oración que la Iglesia ha hecho suya.
Para los religiosos, monjas, sacerdotes y
consagrados es una obligación a la que también se invita a sumarse a todos los
fieles (CDC nº 276.3). No es pues cosa solamente de los canónigos, de los
ministros ordenados o de los religiosos obligados al coro sino de todo el pueblo
de Dios. "Los fieles que celebran la Liturgia de las Horas se unen a Cristo,
nuestro Sumo Sacerdote, por la oración de los salmos, la meditación de la
Palabra de Dios, de los cánticos y de las bendiciones, a fin de ser asociados a
su oración incesante y universal que da gloria al Padre e implora el don del
Espíritu Santo sobre el mundo entero."
(Catecismo de la
Iglesia Católica 1196).
Esta oración, también
llamada Oficio Divino, está estructurada de tal manera que la alabanza de Dios
consagra el
curso entero del día y de la noche
teniendo como finalidad la de santificar los diversos momentos de la jornada.
llamada Oficio Divino, está estructurada de tal manera que la alabanza de Dios
consagra el
curso entero del día y de la noche
teniendo como finalidad la de santificar los diversos momentos de la jornada.
A lo largo de la
historia han variado tanto las Horas como el contenido de la oración. Al Oficio
divino o Breviario se prefiere llamarlo hoy Liturgia de las Horas. Constaba de
ocho momentos distintos: Maitines, Laudes, Prima,
Tercia, Sexta, Nona, Vísperas y Completas. El Vaticano II suprimió la
hora de Prima, dio prioridad a Laudes y Vísperas,
de las llamadas horas intermedias (Tercia, Sexta, Nona) dejó que se
eligiese una de ellas, creó el
Oficio de Lecturas
(que aún llama Maitines) aunque no se sujeta a hora nocturna y que las
Completas fuese siempre oración para el fin de la jornada. Los monjes,
frailes, monjas y consagrados obligados a coro mantienen la obligación de las
ocho horas canónicas.
historia han variado tanto las Horas como el contenido de la oración. Al Oficio
divino o Breviario se prefiere llamarlo hoy Liturgia de las Horas. Constaba de
ocho momentos distintos: Maitines, Laudes, Prima,
Tercia, Sexta, Nona, Vísperas y Completas. El Vaticano II suprimió la
hora de Prima, dio prioridad a Laudes y Vísperas,
de las llamadas horas intermedias (Tercia, Sexta, Nona) dejó que se
eligiese una de ellas, creó el
Oficio de Lecturas
(que aún llama Maitines) aunque no se sujeta a hora nocturna y que las
Completas fuese siempre oración para el fin de la jornada. Los monjes,
frailes, monjas y consagrados obligados a coro mantienen la obligación de las
ocho horas canónicas.
Los dos momentos
principales de esta oración son Laudes y Vísperas, antiguamente llamadas Horas
Mayores, y por ello tienen que tener el lugar más destacado. Laudes se reza al
comienzo de la jornada y Vísperas al finalizar el trabajo del día.
principales de esta oración son Laudes y Vísperas, antiguamente llamadas Horas
Mayores, y por ello tienen que tener el lugar más destacado. Laudes se reza al
comienzo de la jornada y Vísperas al finalizar el trabajo del día.
Los
principales elementos del Oficio Divino son:
principales elementos del Oficio Divino son:
§
Introducción a la oración.
Introducción a la oración.
§
Himno:
introduce a la celebración. Parte de las maneras de hablar de cada pueblo e
introduce en las maneras de hablar de Dios.
Himno:
introduce a la celebración. Parte de las maneras de hablar de cada pueblo e
introduce en las maneras de hablar de Dios.
§
Salmos:
núcleo central de la Liturgia de las Horas. Son cánticos y salmos bíblicos del
Antiguo y Nuevo Testamento. Los salmos se rezan como plegaria y así todo el
oficio cobra vida, llegando a ser verdadera oración.
Salmos:
núcleo central de la Liturgia de las Horas. Son cánticos y salmos bíblicos del
Antiguo y Nuevo Testamento. Los salmos se rezan como plegaria y así todo el
oficio cobra vida, llegando a ser verdadera oración.
§
Lectura
Bíblica: se suele hacer una lectura breve, que introduce el diálogo: no sólo
hablamos a Dios sino que también lo escuchamos.
Lectura
Bíblica: se suele hacer una lectura breve, que introduce el diálogo: no sólo
hablamos a Dios sino que también lo escuchamos.
§
Responsorio breve.
Responsorio breve.
§
Preces:
se dirigen directamente a Dios y piden por la Iglesia y el mundo.
Preces:
se dirigen directamente a Dios y piden por la Iglesia y el mundo.
§
Padre
Nuestro: concluye y culmina la plegaria de la Iglesia, el que corona toda la
celebración.
Padre
Nuestro: concluye y culmina la plegaria de la Iglesia, el que corona toda la
celebración.
§
Oración
final y conclusión del Oficio: se desea e implora la bendición de Dios.
Oración
final y conclusión del Oficio: se desea e implora la bendición de Dios.
La Institutio
Generalis Liturgiae Horarum de 1971 es el documento que motiva y orienta la
celebración de la Liturgia de las Horas.
Generalis Liturgiae Horarum de 1971 es el documento que motiva y orienta la
celebración de la Liturgia de las Horas.
LAS HORAS DEL
OFICIO DIVINO
OFICIO DIVINO
Estas horas se llaman
"horas canónicas". No es necesario para los
laicos rezarlas todas para participar de esta oración. Pueden reducir el oficio
a estas dos horas: Los Laudes antes de ir a trabajar y las Vísperas al terminar
los trabajos.
"horas canónicas". No es necesario para los
laicos rezarlas todas para participar de esta oración. Pueden reducir el oficio
a estas dos horas: Los Laudes antes de ir a trabajar y las Vísperas al terminar
los trabajos.
v
MAITINES:
(la oración de la mañana) también llamadas (matutinae laudes o alabanzas
matutinas). El nombre es del latín matutinus. La primera de las horas canónicas.
Antiguamente se cantaban los maitines durante las primeras horas del día, poco
después de la media noche.
MAITINES:
(la oración de la mañana) también llamadas (matutinae laudes o alabanzas
matutinas). El nombre es del latín matutinus. La primera de las horas canónicas.
Antiguamente se cantaban los maitines durante las primeras horas del día, poco
después de la media noche.
v
LAUDES:
que significa "alabanzas". Es, con las vísperas, una de las horas principales.
Consiste de un himno, dos salmos, un cántico del Antiguo o del Nuevo Testamento,
una lectura corta de la Biblia, el Benedictus, responsorios, intercesiones, el
Padrenuestro y una oración conclusiva.
LAUDES:
que significa "alabanzas". Es, con las vísperas, una de las horas principales.
Consiste de un himno, dos salmos, un cántico del Antiguo o del Nuevo Testamento,
una lectura corta de la Biblia, el Benedictus, responsorios, intercesiones, el
Padrenuestro y una oración conclusiva.
v
HORAS
MENORES:
Ø
Prima:
primera hora después de salir el sol, aprox. 6AM
Prima:
primera hora después de salir el sol, aprox. 6AM
Ø
Tercia:
tercera hora después de salir el sol, aprox. 8AM
Tercia:
tercera hora después de salir el sol, aprox. 8AM
Ø
Sexta:
sexta hora,
aprox. 11AM
Sexta:
sexta hora,
aprox. 11AM
Ø
Nona:
novena hora,
aprox. 2PM
Nona:
novena hora,
aprox. 2PM
v
VÍSPERAS:
(viene de
"vesper": tarde). Es el oficio de la tarde. Consiste de un himno, dos salmos, un
cántico del Antiguo o del Nuevo Testamento, una lectura corta de la Biblia, el
Magnificat de la Santísima Virgen, responsorios, intercesiones, el Padrenuestro
y una oración conclusiva.
VÍSPERAS:
(viene de
"vesper": tarde). Es el oficio de la tarde. Consiste de un himno, dos salmos, un
cántico del Antiguo o del Nuevo Testamento, una lectura corta de la Biblia, el
Magnificat de la Santísima Virgen, responsorios, intercesiones, el Padrenuestro
y una oración conclusiva.
v
En los
monasterios suelen cerrar el oficio las antífonas de la Santísima Virgen María,
costumbre que parte del siglo XIII
En los
monasterios suelen cerrar el oficio las antífonas de la Santísima Virgen María,
costumbre que parte del siglo XIII
v
También
se reza diariamente el Oficio de las lecturas
que consiste en tres salmos y de dos lecturas, una de la Biblia y la otra de
otra fuente, generalmente de los Padres, de los santos o de un documento de la
Iglesia.
También
se reza diariamente el Oficio de las lecturas
que consiste en tres salmos y de dos lecturas, una de la Biblia y la otra de
otra fuente, generalmente de los Padres, de los santos o de un documento de la
Iglesia.
Organización del Oficio Divino:
Como aparece
en el Breviario, el oficio está dividido en:
·
El
Propio del Tiempo, con lecturas bíblicas y homilías.
El
Propio del Tiempo, con lecturas bíblicas y homilías.
·
Solemnidades del Señor.
Solemnidades del Señor.
·
El
Ordinario (el orden regular cuando no hay una fiesta señalada)
El
Ordinario (el orden regular cuando no hay una fiesta señalada)
·
El
Salterio (salmos para las diferentes horas) que sigue un ciclo de cuatro
semanas.
El
Salterio (salmos para las diferentes horas) que sigue un ciclo de cuatro
semanas.
·
El
Propio de los Santos, con secuencia de fiestas.
El
Propio de los Santos, con secuencia de fiestas.
·
Oficios
Comunes, para las Misas votivas.
Oficios
Comunes, para las Misas votivas.
·
El
Oficio de los Muertos.
El
Oficio de los Muertos.
·
Un
suplemento contiene cánticos y lecturas de la Palabra para las vigilias,
pequeñas oraciones de intercesión, e índices detallados.
Un
suplemento contiene cánticos y lecturas de la Palabra para las vigilias,
pequeñas oraciones de intercesión, e índices detallados.
La
revisión del Breviario desde el Concilio Vaticano II prescribe:
revisión del Breviario desde el Concilio Vaticano II prescribe:
Oficio
de las Lecturas,
Oración de Laudes (mañana),
Oración del Día (optar por una de las menores),
Oración de Vísperas (Atardecer) y
Completas (Oración de la Noche). Estas
incluyen las antífonas apropiadas, así como las oraciones, salmos, cánticos,
himnos, y responsorios que aparecen en el breviario.
de las Lecturas,
Oración de Laudes (mañana),
Oración del Día (optar por una de las menores),
Oración de Vísperas (Atardecer) y
Completas (Oración de la Noche). Estas
incluyen las antífonas apropiadas, así como las oraciones, salmos, cánticos,
himnos, y responsorios que aparecen en el breviario.
Para todo el
clero, religiosos y religiosas, el Oficio Divino
continúa siendo obligación formal. Su primer cometido es orar por el pueblo y en
nombre del pueblo que se les ha encomendado. Lo ideal es que el clero rece con
su pueblo en cuanto sea posible. Aunque no es obligación para los
laicos, la Iglesia recomienda a todos los fieles
que recen el Oficio Divino. San Pío X, en 1903 exhortó encarecidamente al pueblo
cristiano a participar en el Oficio Divino. El
Concilio Vaticano II confirmó esta recomendación que aparece
también en el Catecismo de la Iglesia Católica:
“Los fieles que celebran la Liturgia de las Horas se unen a Cristo, nuestro
Sumo Sacerdote, por la oración de los salmos, la meditación de la Palabra de
Dios, de los cánticos y de las bendiciones, a fin de ser asociados a su oración
incesante y universal que da gloria al Padre e implora el don del Espíritu Santo
sobre el mundo entero”. Aparece también en la actual ley canónica: "Se
invita encarecidamente también a los demás fieles a que, según las
circunstancias, participen en la Liturgia de las Horas, puesto que es acción de
la Iglesia".
clero, religiosos y religiosas, el Oficio Divino
continúa siendo obligación formal. Su primer cometido es orar por el pueblo y en
nombre del pueblo que se les ha encomendado. Lo ideal es que el clero rece con
su pueblo en cuanto sea posible. Aunque no es obligación para los
laicos, la Iglesia recomienda a todos los fieles
que recen el Oficio Divino. San Pío X, en 1903 exhortó encarecidamente al pueblo
cristiano a participar en el Oficio Divino. El
Concilio Vaticano II confirmó esta recomendación que aparece
también en el Catecismo de la Iglesia Católica:
“Los fieles que celebran la Liturgia de las Horas se unen a Cristo, nuestro
Sumo Sacerdote, por la oración de los salmos, la meditación de la Palabra de
Dios, de los cánticos y de las bendiciones, a fin de ser asociados a su oración
incesante y universal que da gloria al Padre e implora el don del Espíritu Santo
sobre el mundo entero”. Aparece también en la actual ley canónica: "Se
invita encarecidamente también a los demás fieles a que, según las
circunstancias, participen en la Liturgia de las Horas, puesto que es acción de
la Iglesia".
DICCIONARIO
LITÚRGICO
LITÚRGICO
Abstinencia:
(del latín abstinentia, acción de privarse o abstenerse de algo) Gesto
penitencial. Actualmente se pide que los fieles con uso de razón y que no tengan
algún impedimento se abstengan de comer carne, realicen algún tipo de privación
voluntaria o hagan una obra caritativa los días viernes, que son llamados días
penitenciales. Sólo el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo son días de ayuno
y abstinencia.
Anunciación del Señor:
Solemnidad que se celebra el 25 de marzo,
nueve meses antes del día de Navidad. Se recuerda el anuncio del ángel a María y
la Encarnación del Verbo de Dios. Es una fiesta de carácter cristológico y, al
mismo tiempo, mariano.
Ascensión del Señor:
Solemnidad litúrgica que se celebra cuarenta días después de Pascua (trasladada
del jueves al domingo siguiente). Recuerda el misterio de Cristo resucitado que
sube al Padre en cuerpo y alma.
Ayuno:
(del latín ieiunium, ayuno, abstinencia) Privación voluntaria de comida por
motivos religiosos. Es una forma de vigilia, un signo que ayuda a tomar
conciencia (ej.: el ayuno del Miércoles de Ceniza recuerda el inicio del tiempo
penitencial) o que prepara (ej.: el ayuno eucarístico predispone a la recepción
que en breve se hará del Cuerpo de Cristo). La Iglesia lo prescribe por el
espacio de un día para el Miércoles de Ceniza, con carácter penitencial, y para
el Viernes Santo, extensivo al Sábado Santo, con carácter pascual; y por una
hora para quienes van a comulgar.
Candelaria:
Nombre que popularmente se da a la fiesta de la Presentación del Señor, que
tiene lugar el 2 de febrero (40 días después
de Navidad). La Misa de ese día comienza con una procesión con velas (de ahí su
nombre) en recuerdo del ingreso del niño Jesús en el Templo.
Ceniza:
(del latín cinis) Material proveniente de la combustión de algo por el fuego.
Simboliza la muerte, la fragilidad de la vida y también la humildad y la
penitencia. Las que se imponen el Miércoles de Ceniza se preparan quemando
palmas y olivos benditos el Domingo de Ramos del año anterior.
Corpus Christi:
(en latín: Cuerpo de Cristo) Nombre común con el que se conoce la solemnidad
litúrgica del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo. Establecida en 1264 por
Urbano IV para celebrar la presencia real y, al mismo tiempo, sacramental de
Cristo en la Eucaristía. Es común en este día que se realicen procesiones
llevando por las calles el Santísimo Sacramento.
Cuaresma:
(del latín
quadragesima, cuadragésima) Tiempo litúrgico penitencial durante el cual la
Iglesia se prepara para la celebración gozosa de la Pascua. El Tiempo de
Cuaresma va desde el Miércoles de Ceniza hasta la Misa de la Cena del Señor, el
Jueves Santo. Durante este tiempo no se dice el Aleluya. Queda prohibido, como
signo penitencial, adornar con flores el altar, y los instrumentos musicales se
permiten sólo para sostener el canto (de estas normas se exceptúan el domingo
laetare, las solemnidades y las fiestas). El color litúrgico propio es el
morado.
Cincuentena Pascual:
Período de
tiempo que media entre el Domingo de Pascua y el de Pentecostés. Tiene un
carácter tan festivo que debería celebrarse como si fuera un solo día, un gran
domingo. El cirio pascual permanece durante toda la Cincuentena en el
presbiterio. La primera semana de este tiempo es la Octava de Pascua. El color
litúrgico propio es el blanco. También
se la llama Tiempo pascual.
Domingo de la Pasión del Señor:
Sexto y último
domingo de Cuaresma. Ese día comienza la Semana Santa. También se le llama
Domingo de Ramos, o Domingo de Ramos en la
Pasión del Señor.
Jueves Santo:
Último día de Cuaresma. En la mañana de este día el obispo, rodeado de su
presbiterio, celebra la Misa Crismal en donde
consagra los santos óleos y en la que el presbiterio renueva sus promesas
sacerdotales. Por la tarde se abre el solemne Triduo Pascual con la
Misa de la Cena del Señor donde suele
realizarse el lavatorio de los pies; en esta celebración se consagra el pan
necesario para la comunión del Viernes de la Pasión del Señor, ya que ese día no
se celebrará el sacrificio eucarístico. Luego de la comunión se traslada el
Santísimo Sacramento hasta el lugar donde se reserva y es adorado por los fieles
hasta la media noche. En este día se conmemora la última cena en la que Cristo,
dando muestra de su actitud de humilde servicio, lavó los pies a sus discípulos.
En las palabras sobre el pan (“Esto es mi cuerpo entregado”) y el vino (“Este es
el cáliz de mi sangre derramada”) la tradición católica ha visto la institución
de la Eucaristía y del Orden Sagrado y en el lavatorio de los pies, el signo más
claro del mandamiento del amor.
Miércoles de Ceniza:
Miércoles anterior al primer domingo de Cuaresma. Este día, con la imposición de
las cenizas, comienzan las prácticas penitenciales del tiempo que prepara a la
Pascua.
Nacimiento de San Juan Bautista:
Solemnidad
litúrgica que se celebra el 24 de junio.
Presentación del Señor:
Fiesta
litúrgica que se celebra el 2 de febrero,
cuarenta días después de Navidad, en conmemoración de la presentación del niño
Jesús en el Templo de Jerusalén. Esta fiesta es también conocida como
la Candelaria, ya que en ese día se suelen
bendecir velas que simbolizan a Cristo, la luz del mundo.
Pascua:
(del griego
páscha; del hebreo pesaj, paso, tránsito) Tercer día del Triduo Pascual.
Solemnidad central del calendario litúrgico que gira en torno a ella. Es la más
importante de todas las solemnidades cristianas ya que celebra la Resurrección
de Cristo. La fiesta de Pascua se prolonga durante una octava solemne y luego
durante seis semanas (Cincuentena Pascual) hasta la fiesta de
Pentecostés. Hay testimonios de que al menos a
mediados del siglo II los cristianos ya celebraban anualmente la fiesta de
Pascua. En Asia menor y oriente lo hacían el día 14 de nisán (de acuerdo con el
calendario judío); pero en Roma y occidente se prefirió el domingo siguiente a
esa fecha (como recuerdo del primer día de la semana en el que los discípulos
del Señor tuvieron su experiencia pascual). En el Concilio de Nicea (año 325) se
estableció para toda la Iglesia que la Pascua se celebrase el domingo siguiente
al plenilunio, después del equinoccio de primavera (del hemisferio norte). Así
se hizo hasta el siglo XVI, cuando los orientales, al rechazar el calendario
gregoriano, comenzaron a diferir de los occidentales en el día festivo.
Pentecostés:
(del griego pentekostós, quincuagésimo) Solemnidad litúrgica que se celebra
cincuenta días después de Pascua recordando la venida del Espíritu Santo sobre
María y los apóstoles (Hech 2, 1 y ss). En este día la Cincuentena Pascual llega
a su plenitud y finaliza. Los judíos llamaban Pentecostés o fiesta de las
semanas a la fiesta de la cosecha agrícola que recordaba también la alianza del
Sinaí. En este día se canta la secuencia Veni, sante Spiritus. El color
litúrgico propio es el rojo.
Procesión:
(del latín processus, progresión, acción de avanzar) Caminar comunitario de unas
personas detrás de otras con sentido religioso. En la liturgia romana de la Misa
hay varias procesiones: la procesión de entrada, cuando se dirige al presbiterio
el presidente precedido de los ministros, mientras se entona la antífona o canto
de entrada; la procesión del Evangelio, cuando se dirige al ambón quien va a
proclamar el Evangelio; la procesión de presentación de los dones, cuando se
acercan al altar el pan y el vino que serán consagrados; y la más importante, la
procesión de la comunión, cuando la comunidad se acerca a recibir el Cuerpo y la
Sangre de Cristo.
Durante el año
litúrgico están señaladas procesiones especiales para la fiesta de la
Presentación del Señor, siguiendo a Cristo Luz del mundo; para el Domingo de
Pasión, recordando la entrada de Jesús en Jerusalén; el Jueves Santo,
acompañando al Santísimo Sacramento hasta el lugar de la reserva; el Viernes
Santo, para la adoración de la cruz; en la Vigilia Pascual, detrás del cirio
encendido; el día del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (Corpus Christi).
También en la celebración del Bautismo y en las Exequias se prevén procesiones
dentro del templo. Además suelen hacerse procesiones fuera del templo llevando
el Santísimo Sacramento bajo palio o las imágenes de Cristo y la Virgen María o
de los santos en sus fiestas.
litúrgico están señaladas procesiones especiales para la fiesta de la
Presentación del Señor, siguiendo a Cristo Luz del mundo; para el Domingo de
Pasión, recordando la entrada de Jesús en Jerusalén; el Jueves Santo,
acompañando al Santísimo Sacramento hasta el lugar de la reserva; el Viernes
Santo, para la adoración de la cruz; en la Vigilia Pascual, detrás del cirio
encendido; el día del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (Corpus Christi).
También en la celebración del Bautismo y en las Exequias se prevén procesiones
dentro del templo. Además suelen hacerse procesiones fuera del templo llevando
el Santísimo Sacramento bajo palio o las imágenes de Cristo y la Virgen María o
de los santos en sus fiestas.
Santísima Trinidad:
Solemnidad litúrgica que se celebra el domingo después de Pentecostés.
Sábado Santo:
Segundo día
del Triduo Pascual en el que se recuerda a Jesús en el sepulcro. Es un día
alitúrgico ya que no se permite celebrar la Eucaristía, ni ninguna otra acción
litúrgica, salvo el rezo de la Liturgia de las Horas, hasta la celebración de la
Vigilia Pascual. Y la Sagrada Comunión sólo puede llevarse como viático.
Semana Santa:
Última semana del tiempo de Cuaresma, la que prepara inmediatamente y comprende
al Triduo Pascual. Comienza el domingo de la Pasión del Señor, o de Ramos, y
llega hasta el Sábado Santo.
Triduo Pascual:
Celebración
anual de la Pascua, comprende el Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de
Pascua, siendo la Misa vespertina del Jueves Santo su prólogo o introducción. El
Triduo Pascual de la pasión, sepultura y resurrección del Señor es el punto
culminante de todo el año litúrgico. Estos tres días se celebran como si fueran
uno solo: ni el viernes, ni el sábado se celebra la Eucaristía (son días
alitúrgicos) y su cumbre es la Vigilia Pascual.
Tiempo Ordinario:
Período de las
33 o 34 semanas en el curso del año en las cuales se celebra el misterio de
Cristo en su plenitud, principalmente los domingos. Es el tiempo de la Iglesia
que espera el regreso de su Señor haciendo presente su misterio de salvación.
Comienza con la fiesta del Bautismo del Señor y se prolonga hasta el Domingo 34º
(fiesta de Jesucristo, Rey del Universo) con la semana que le sigue. Es
interrumpido, el Miércoles de Ceniza, para la celebración anual de la Pascua y
retomado el lunes después de Pentecostés. El color litúrgico propio de este
tiempo es el verde.
Vela:
(en latín:
candela) Candela para uso litúrgico, elaborada con cera de abeja. Cuando se
desarrolla una acción litúrgica se encienden velas sobre o en torno del altar.
Antiguamente tenían una función práctica: iluminar; hoy sólo sirven para
simbolizar a Cristo-Luz del mundo (particularmente cumple esta función el cirio
pascual) y significar la fe y la oración de los fieles en presencia del Señor.
La piedad popular encuentra en la vela encendida que permanece en el templo,
delante del altar, de una imagen de la Virgen María o de algún santo, una
continuación simbólica del creyente; ya que el fiel no puede permanecer en
oración porque otras ocupaciones lo reclaman, deja una vela encendida que lo
representa.
Vía crucis:
(en latín: El camino de la cruz) Ejercicio piadoso que consiste en meditar el
camino de la cruz por medio de lecturas bíblicas y oraciones. Esta meditación se
divide en 14 o 15 momentos o estaciones. San Leopoldo de Porto Mauricio dio
origen a esta devoción en el siglo XIV en el Coliseo de Roma, pensando en los
cristianos que se veían imposibilitados de peregrinar a Tierra Santa para
visitar los santos lugares de la pasión y muerte de Jesucristo. Tiene un
carácter penitencial y suele rezarse los días viernes, sobre todo en Cuaresma.
En muchos templos están expuestos cuadros o bajorrelieves con ilustraciones que
ayudan a los fieles a realizar este ejercicio.
(en latín: El camino de la cruz) Ejercicio piadoso que consiste en meditar el
camino de la cruz por medio de lecturas bíblicas y oraciones. Esta meditación se
divide en 14 o 15 momentos o estaciones. San Leopoldo de Porto Mauricio dio
origen a esta devoción en el siglo XIV en el Coliseo de Roma, pensando en los
cristianos que se veían imposibilitados de peregrinar a Tierra Santa para
visitar los santos lugares de la pasión y muerte de Jesucristo. Tiene un
carácter penitencial y suele rezarse los días viernes, sobre todo en Cuaresma.
En muchos templos están expuestos cuadros o bajorrelieves con ilustraciones que
ayudan a los fieles a realizar este ejercicio.
Vía lucis:
(en latín: El
camino de la luz) Ejercicio piadoso realizado para meditar y celebrar las
apariciones del Señor resucitado, especialmente durante la Cincuentena Pascual.
Se divide en estaciones al modo del Vía crucis.
Viernes Santo:
Primer día del Triduo Pascual consagrado a la proclamación de la Pasión del
Señor y a la adoración de la cruz, en la cual se ofreció definitivamente Cristo
para liberar a los hombres de la esclavitud del pecado. Es un día alitúrgico ya
que no se celebra la Eucaristía ni ningún otro sacramento, salvo por razones
gravísimas. La liturgia de ese día es una celebración de la Palabra seguida de
la plegaria universal, la adoración de la cruz y la comunión. El ayuno de este
día no tiene sentido penitencial sino de preparación para la celebración de la
solemnidad de Pascua de Resurrección.
Fuente:
"Diccionario de Liturgia” de Ricardo Pascual Dotro y Gerardo García Helder, A.
MI. CO., Bs. As., 2002
EL VÍA CRUCIS
El
Vía Crucis cuaresmal y el
Vía Lucis, su equivalente pascual, son
formas de devoción popular muy queridos, especialmente el ejercicio del Vía
Crucis en el cual se recorren los momentos más sobresalientes de la Pasión y
Muerte de Cristo a través de sus catorce estaciones.
Vía Crucis cuaresmal y el
Vía Lucis, su equivalente pascual, son
formas de devoción popular muy queridos, especialmente el ejercicio del Vía
Crucis en el cual se recorren los momentos más sobresalientes de la Pasión y
Muerte de Cristo a través de sus catorce estaciones.
I.
Primera estación:
Jesús condenado a muerte
Primera estación:
Jesús condenado a muerte
II.
Segunda estación:
Jesús es cargado con la Cruz
Segunda estación:
Jesús es cargado con la Cruz
III.
Tercera estación:
Jesús cae por primera vez
Tercera estación:
Jesús cae por primera vez
IV.
Cuarta estación:
Jesús se encuentra con su Madre
Cuarta estación:
Jesús se encuentra con su Madre
V.
Quinta estación:
Jesús es ayudado por el Cirineo
Quinta estación:
Jesús es ayudado por el Cirineo
VI.
Sexta estación:
La Verónica seca el rostro de Jesús
Sexta estación:
La Verónica seca el rostro de Jesús
VII.
Séptima estación:
Jesús cae por segunda vez
Séptima estación:
Jesús cae por segunda vez
VIII.
Octava estación:
Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén
Octava estación:
Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén
IX.
Novena estación:
Jesús cae por tercera vez
Novena estación:
Jesús cae por tercera vez
X.
Décima estación:
Jesús es despojado de sus vestiduras
Décima estación:
Jesús es despojado de sus vestiduras
XI.
Undécima estación:
Jesús es clavado en la Cruz
Undécima estación:
Jesús es clavado en la Cruz
XII.
Duodécima estación:
Jesús agoniza en la Cruz
Duodécima estación:
Jesús agoniza en la Cruz
XIII.
Decimotercera estación:
Jesús muerto en brazos de la Virgen
Decimotercera estación:
Jesús muerto en brazos de la Virgen
XIV
Decimocuarta estación:
Jesús es sepultado
Decimocuarta estación:
Jesús es sepultado
A cada estación se
suele añadir un pasaje evangélico, si lo hay, y una
meditación que concluye con la frase
¡Te adoramos Cristo y te bendecimos¡
respondiendo el pueblo
¡Porque por tu santa Cruz redimiste al Mundo¡
y se reza un Padrenuestro aunque se puede añadir Avemaría y Gloria. Como
el lector ya sabrá, hay algunas estaciones del Vía Crucis (como el relato de las
caídas, la Verónica o el despojo de las vestiduras) están tomadas de los
Evangelios apócrifos aunque la tradición cristiana las ha asumido como ciertas.
suele añadir un pasaje evangélico, si lo hay, y una
meditación que concluye con la frase
¡Te adoramos Cristo y te bendecimos¡
respondiendo el pueblo
¡Porque por tu santa Cruz redimiste al Mundo¡
y se reza un Padrenuestro aunque se puede añadir Avemaría y Gloria. Como
el lector ya sabrá, hay algunas estaciones del Vía Crucis (como el relato de las
caídas, la Verónica o el despojo de las vestiduras) están tomadas de los
Evangelios apócrifos aunque la tradición cristiana las ha asumido como ciertas.
LETANÍAS
LAURETANAS A LA VIRGEN
LAURETANAS A LA VIRGEN
Señor. Ten piedad
Cristo. Ten piedad
Señor. Ten piedad
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Dios Padre Celestial,
ten piedad de nosotros
ten piedad de nosotros
Dios Hijo, Redentor
del Mundo
del Mundo
Dios, Espíritu Santo
Santa Trinidad un
solo Dios
solo Dios
Santa María. Ruega
por nosotros
por nosotros
Santa Madre de Dios
Santa Virgen de las
Vírgenes
Vírgenes
Madre de Cristo
Madre de la Iglesia
Madre de la Divina
Gracia
Gracia
Madre Purísima
Madre Castísima
Madre y Virgen Madre
sin mancha
sin mancha
Madre Inmaculada
Madre amable
Madre admirable
Madre del buen
consejo
consejo
Madre del Creador
Madre del Salvador
Virgen prudentísima
Virgen venerada
Virgen laudable
Virgen poderosa
Virgen clemente
Virgen fiel
Espejo de justicia
Sede de sabiduría
Causa de nuestra
alegría
alegría
Vaso espiritual
Vaso honorable
Vaso insigne de
devoción
devoción
Rosa mística
Torre de David
Torre de Marfil
Casa de oro
Arca de la Alianza
Puerta del Cielo
Estrella de la mañana
Salud de los enfermos
Refugio de los
pecadores
pecadores
Consuelo de los
Afligidos
Afligidos
Auxilio de los
cristianos
cristianos
Reina de los Ángeles
Reina de los
Patriarcas
Patriarcas
Reina de los Profetas
Reina de los
Apóstoles
Apóstoles
Reina de los Mártires
Reina de los
Confesores
Confesores
Reina de las Vírgenes
Reina de todos los
santos
santos
Reina concebida sin
pecado original
pecado original
Reina llevada al
cielo
cielo
Reina del Sacratísimo
Rosario
Rosario
Reina de la paz
Se
responde: Ruega por nosotros
responde: Ruega por nosotros
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo, Perdónanos Señor
quitas el pecado del mundo, Perdónanos Señor
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo, Escúchanos Señor
quitas el pecado del mundo, Escúchanos Señor
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo, Ten piedad de nosotros
quitas el pecado del mundo, Ten piedad de nosotros
Oración:
Concede Señor
y Dios nuestro, a tus siervos gozar de perpetua salud de alma y cuerpo; y por la
gloriosa intercesión de la Bienaventurada siempre Virgen María, líbranos de las
tristezas presentes y llévanos a gozar de las eternas alegrías, por nuestro
Señor Jesucristo. Amen.
DOCUMENTOS
SOBRE LITURGIA
SOBRE LITURGIA
CANTORAL LITÚRGICO
NACIONAL. Barcelona 1994.
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. Madrid, 1992.
CODIGO DE DERECHO CANÓNICO. Madrid, 1986.
DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA. Principios y orientaciones.
Congregación para el Culto divino y la Disciplina de los Sacramentos.
BAC-documentos nº 24. Madrid 2002
EL CALENDARIO. Cuadernos Phase nº 80. Centro de Pastoral Litúrgica. Barcelona
1997.
INSTRUCCIONES PARA APLICAR LA SACROSANCTUM CONCILIUM. Cuadernos Phase nº 120.
Centro de Pastoral Litúrgica. Barcelona, 2001.
NORMAS UNIVERSALES SOBRE EL AÑO LITÚRGICO Y SOBRE EL CALENDARIO (NUALC)
promulgadas por la Sagrada Congregación de Ritos (21/3/1969)
ORDENACIÓN GENERAL DEL MISAL ROMANO. 3ª Edición. Comentario de J. Aldazábal.
Dossier CPL nº 106.Centro de Pastoral Litúrgica. Barcelona, 2005.
REDEMTIONIS SACRAMENTUM. Instrucción de la Congregación para el Culto Divino y
la Disciplina de los Sacramentos. Cuadernos Phase nº 143
SACROSANCTUM CONCILIUM. Constitución del Vaticano II sobre la Sagrada Liturgia.
NACIONAL. Barcelona 1994.
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. Madrid, 1992.
CODIGO DE DERECHO CANÓNICO. Madrid, 1986.
DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA. Principios y orientaciones.
Congregación para el Culto divino y la Disciplina de los Sacramentos.
BAC-documentos nº 24. Madrid 2002
EL CALENDARIO. Cuadernos Phase nº 80. Centro de Pastoral Litúrgica. Barcelona
1997.
INSTRUCCIONES PARA APLICAR LA SACROSANCTUM CONCILIUM. Cuadernos Phase nº 120.
Centro de Pastoral Litúrgica. Barcelona, 2001.
NORMAS UNIVERSALES SOBRE EL AÑO LITÚRGICO Y SOBRE EL CALENDARIO (NUALC)
promulgadas por la Sagrada Congregación de Ritos (21/3/1969)
ORDENACIÓN GENERAL DEL MISAL ROMANO. 3ª Edición. Comentario de J. Aldazábal.
Dossier CPL nº 106.Centro de Pastoral Litúrgica. Barcelona, 2005.
REDEMTIONIS SACRAMENTUM. Instrucción de la Congregación para el Culto Divino y
la Disciplina de los Sacramentos. Cuadernos Phase nº 143
SACROSANCTUM CONCILIUM. Constitución del Vaticano II sobre la Sagrada Liturgia.
BIBLIOGRAFÍA
SOBRE TEMAS LITÚRGICOS
SOBRE TEMAS LITÚRGICOS
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AA.VV, El Calendario, Cuadernos Phase nº 80, Barcelona 1997
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AA.VV, Paso a paso. Itinerario de fe para Hermandades y Cofradías, PPC,
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CPL nº 40, Barcelona, 1997
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Litúrgica. Biblioteca Litúrgica nº 3, Barcelona 1996
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Ediciones Cristiandad, 2001
SECRETARIADO NACIONAL DE LITURGIA, El equipo de animación litúrgica,
Madrid, 1989
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litúrgica, Barcelona, 2004.
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