jueves, 29 de diciembre de 2016

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Parashat VaYishlah: Yaakov Abinu y el poder de la Torá

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Leemos en Parashat Vayishlah la oración de Yaakob antes de su temido encuentro con su hermano Esav. En esta oración, Yaakob reconoce que se siente indigno de toda la bondad que Hashem le había otorgado, señalando: "Atravesé este río Jordán con mi palo, pero ahora me he convertido en dos campamentos" (32:11). Rashi, citando el Midrash, explica esto para significar que cuando Yaakob huyó de Eretz Yisrael, puso su palo en el río Jordán y las aguas se separaron.

Este milagro es, por supuesto, una reminiscencia del milagro que ocurriría mucho más tarde, cuando Yehoshua llevó Beneh Yisrael a través del río Jordán en Eretz Yisrael, como se describe en el libro de Yehoshua. Cuando los Kohanim, que llevaban el Arón, pusieron sus pies en las aguas del Jordán, las aguas formaron una muralla, permitiendo que la gente cruzara fácilmente. La raíz y la fuente de ese milagro fue Yaakob Abinu, que dividió el río Jordán cuando dejó a Eretz Yisrael. De hecho, encontramos una estrecha asociación entre Yaakob y el Aron llevado por los Kohanim. En la Parashá anterior, Parashat Vayeseh, leemos que cuando Yaakob despertó después de su famoso sueño, exclamó: "Ma Nora Ha'makom Hazeh" - "¡Qué asombroso es este lugar!" (28:17). Si escribimos la palabra "Nora" al revés, llegamos a "Aron". (Hay que señalar también que los libros sagrados comentan que el nombre divino de "Nora" se usa en referencia al atributo de "Tiferet", que fue Encarnado por Yaakob Abinu.) El Aron transportado por los Kohanim representaba así a Yaakob, y en el espíritu de "Ma'aseh Abot Siman La'banim" - las acciones de nuestros patriarcas establecieron el modelo de lo que sucedería a sus descendientes - el río Dividido para el Aron justo como se dividió para Yaakob.

Podemos desarrollar este concepto más a la luz de los comentarios de los Hahaim (Rav Haim Ben Attar, 1696-1743) con respecto a otro episodio que implica la división de un río. La Guemará en Masechet Hulin (6) dice que el Rav Pinhas Ben Yair necesitaba cruzar un río, y tan pronto como llegó a la orilla del río, las aguas se dividieron para poder cruzar. Detrás de él había un viajero no judío que también necesitaba cruzar el río, y así para hacer un Kidush Hashem, Rav Pinhas hizo que el río se separara por segunda vez para ayudar a ese viajero. The Or Ha'haim planteó la cuestión de cómo Rav Pinhas Ben Yair fue capaz de realizar este gran milagro dos veces con tanta facilidad. El Midrash relata que cuando Moshe Rabbenu quiso partir el mar para rescatar a Beneh Yisrael de los egipcios perseguidores, el mar inicialmente se negó. Argumentó que como se creó en el tercer día de la creación, mientras que la humanidad no fue creada hasta el sexto día, no podía esperarse que alterara su curso para el beneficio de los seres humanos. Hashem tuvo que intervenir y instruir específicamente al mar para que se separara. ¿Por qué, preguntó el Hahaim, Moshe tuvo dificultades para separar el mar una sola vez, mientras que el Rav Pinhas Ben Yair dividió el río dos veces sin protestas ni dificultades?

El Oh Ha'haim respondió que Moshe Rabbenu dividió el mar antes de que se diera la Torá. La Torá tiene el poder especial de superar las leyes de la naturaleza, y así después de la Torá fue dada, el mar y el río ya no tenía ningún argumento. Cuando se enfrentó con el poder de la Torá, el río se retiró.

El discernimiento de los Hahaim también explica la división del río Jordán por Yaakob, y en el tiempo de Yehoshua. Yaakob, el "habitante de las tiendas", representaba a la Torá. Llegó a las orillas del río Jordán con setenta años de intenso estudio de la Torá detrás de él, y fue con este poder que pudo separar las aguas. En el tiempo de Yehoshua, también, era el Aron, que contenía las tablillas que representan la Torah, que partió el mar. El poder de la Torá permitió revertir las leyes de la naturaleza sin ningún obstáculo, y sin necesidad de la intervención directa de Di-s como era necesaria en el tiempo de Moshe Rabbenu.

Incluso antes de Matan Torá, Yaakob Abinu fue capaz de realizar grandes milagros a través de su poder de Torá. El milagro que fue difícil para Moshe Rabbenu resultó fácil para Yaakob, quien poseía el poder único de la Torá obtenido por su extraordinaria diligencia y devoción por su estudio.

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