viernes, 19 de agosto de 2016

Historia de México/La Revolución Mexicana - Wikilibros

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Historia de México/La Revolución Mexicana

Contenido

La revolución Mexicana. Antecedentes

La Revolución Mexicana fue un conflicto armado, iniciado el 20 de
noviembre de 1910 con un levantamiento encabezado por Francisco I.
Madero contra el presidente autócrata Porfirio Díaz, ya que llevaba mas
de 30 años en el poder del pais. Se caracterizó por varios movimientos
socialistas, liberales, anarquistas, populistas y agrarios. Aunque en
principio era una lucha contra el orden establecido,con el tiempo se
transformó en una guerra civil. Suele ser considerada como el
acontecimiento político y social más importante del siglo XX en México.


Los antecedentes del conflicto se remontan a la situación de México
bajo el Porfiriato. Desde 1876 el general oaxaqueño Porfirio Díaz
encabezó el ejercicio del poder en el país de manera dictatorial. La
situación se prolongó por 34 años, durante los cuales México experimentó
un notable crecimiento económico y estabilidad política. Estos logros
se realizaron con altos costos económicos y sociales, que pagaron los
estratos menos favorecidos de la sociedad y la oposición política al
régimen de Díaz. Durante la primera década del siglo XX estallaron
varias crisis en diversas esferas de la vida nacional, que reflejaban el
creciente descontento de algunos sectores con el Porfiriato.


Cuando Díaz aseguró en una entrevista que se retiraría al finalizar
su mandato sin buscar la reelección, la situación política comenzó a
agitarse. La oposición al gobierno cobró relevancia ante la postura
manifestada por Díaz. En ese contexto, Francisco I. Madero realizó
diversas giras en el país con miras a formar un partido político que
eligiera a sus candidatos en una asamblea nacional y compitiera en las
elecciones. Díaz lanzó una nueva candidatura a la presidencia y Madero
fue arrestado en San Luis Potosí por sedición. Durante su estancia en la
cárcel se llevaron a cabo las elecciones que dieron el triunfo a Díaz.


Madero logró escapar de la prisión estatal y huyó a los Estados
Unidos. Desde San Antonio proclamó el Plan de San Luis, que llamaba a
tomar las armas contra el gobierno de Díaz el 20 de noviembre de 1910.
El conflicto armado tuvo lugar en primera instancia al norte del país y
posteriormente se expandió a otras partes del territorio nacional. Una
vez que los sublevados ocuparon Ciudad Juárez (Chihuahua), Porfirio Díaz
presentó su renuncia y se exilió en Francia.


En 1911 se realizaron nuevas elecciones donde resultó electo Madero.
Desde el comienzo de su mandato tuvo diferencias con otros líderes
revolucionarios, que provocaron el levantamiento de Emiliano Zapata y
Pascual Orozco contra el gobierno maderista. En 1913 un movimiento
contrarrevolucionario, encabezado por Félix Díaz, Bernardo Reyes y
Victoriano Huerta, dio un golpe de Estado. El levantamiento militar,
conocido como Decena Trágica, terminó con el asesinato de Madero, su
hermano Gustavo y el vicepresidente Pino Suárez. Huerta asumió la
presidencia, lo que ocasionó la reacción de varios jefes revolucionarios
como Venustiano Carranza y Francisco Villa. Tras poco más de un año de
lucha, y después de la ocupación estadounidense de Veracruz, Huerta
renunció a la presidencia. A partir de ese suceso se profundizaron las
diferencias entre las facciones que habían luchado contra Huerta, lo que
desencadenó nuevos conflictos. Carranza, jefe de la Revolución de
acuerdo con el Plan de Guadalupe, convocó a todas las fuerzas a la
Convención de Aguascalientes para nombrar un líder único. En esa reunión
Eulalio Gutiérrez fue designado presidente del país, pero las
hostilidades reiniciaron cuando Carranza desconoció el acuerdo. Después
de derrotar a la Convención, los constitucionalistas pudieron iniciar
trabajos para la redacción de una nueva constitución y llevar a Carranza
a la presidencia en 1914. La lucha entre facciones estaba lejos de
concluir. En el reacomodo de las fuerzas fueron asesinados los
principales jefes revolucionarios: Zapata en 1917, Carranza en 1924,
Villa en 1926, y Obregón en 1934.


Actualmente no existe un consenso sobre cuándo terminó el proceso
revolucionario. Algunas fuentes lo sitúan en el año de 1917, con la
proclamación de la Constitución mexicana, algunas otras en 1920 con la
presidencia de Adolfo de la Huerta o 1924 con la de Plutarco Elías
Calles. Incluso hay algunas que aseguran que el proceso se extendió
hasta los años 1940.


editado por daniel steven pereira b. 2016/27/06 de 15 años del barrio jacqueline de la familia pereira b.


Uno de los movimientos políticos, económicos y sociales ocurridos en
América entre 1910 y 1920 es, sin lugar a dudas, la revolución mexicana.
El ideal para los jóvenes era desplazar la dictadura porfiriana de 30
años. Los obreros soñaban con una legislación que les ofreciera un
mínimo de protección contra el abuso de los poderosos. Los campesinos
querían tierras. Si hubiera tenido una ideología bien definida pudo ser
de igual trascendencia que la Revolución Francesa o Rusa y servir de
pauta para la liberación de muchos pueblos que en el resto del vasto
continente se encontraban en similar estado.


1. Causas Varias son las causas que desencadenaron el estallido de la
Revolución Mexicana. Se agrupan estas en económicas, sociales y
políticas.


1.1 Causas Económicas A. La Cuestión Agraria


Durante el gobierno de Porfirio Díaz, el 40 por ciento del territorio
azteca era propiedad tan sólo de 840 hacendados. El latifundio era tan
desmedido que, a veces, una sola persona era dueña de una extensión de
terreno mayor que la superficie de varios países europeos. Así, el
general Terrazas, poseía en el Norte de México un predio de 24 millones
de hectáreas, o sea, equivalente al área de Holanda, Bélgica, Dinamarca,
Hungría y Suiza juntas. Otro gran propietario era la iglesia católica
mexicana, integrada en su mayoría, por un clero conservador y adicto al
orden represivo imperante, lo que explica, en parte, porqué la
revolución fue anticlerical. Las consecuencias de este enorme
latifundismo, sin precedentes en la historia mundial, fueron graves para
los mexicanos. Provocó la decadencia de la agricultura, porque el gran
propietario se encontraba desvinculado de la tierra. Lo dejaban en manos
de brutales e ineptos administradores, que mandaban a latigazos al
campesino y abusaban de las mujeres e hijas de los peones.


Vendimia agraria Vendimia en la Revolución Mexicana B. Régimen Económico injusto


Bajo el lema de “baja política y mucha administración”, la dictadura
porfirista pensaba que lo único que importaba era el progreso material,
en base al capital extranjero, ignorando la existencia de la masa
trabajadora. Con tal propósito abrió las puertas a las empresas
norteamericanas e inglesas, que se apropiaron prácticamente de la
riqueza nacional. Los capitales extranjeros llegaron a ser dueños o
administradores de los ferrocarriles; controlaban las ricas minas de
plata de San Luis de Potosí, los productos del suelo y del mar y la
riqueza forestal y frutícola. Los franceses manejaban la lencería y
botinería; los españoles, el comercio; y los alemanes, los cultivos
especializados.


1.2 Causas sociales A. Ausencia de Legislación Laboral


No existía una legislación que protegiera a los obreros y campesinos.
Las huelgas estaban prohibidas y se sancionaban severamente a quienes
osaban pedir mejores salarios o la reducción de la jornada inhumana de
trabajo que, en muchos casos, alcanzaba a las 12 horas. Los mas altos
cargos estaban desempeñados por norteamericanos, debiendo los mexicanos
contentarse con los empleos más modestos.


B. La Pobreza Campesina.


Los trabajadores ganaban miserables salarios de 25 centavos diarios,
iguales que a fines de la colonia, no obstante que los precios de los
artículos que consumían se habían elevado al triple. Al mismo tiempo
sufrían la expoliación en las “tiendas de raya”, en las que el
propietario de la hacienda vendía el jabón, el maíz, el aguardiente
embrutecedor y toda otra mercadería que necesitase, a precios muchos mas
altos que los del mercado. Como el jornal era exiguo, el campesino se
iba endeudando y así se arraigaba a la tierra como los siervos de la
Edad Media. De otro lado, los trabajadores vivían en casuchas de adobe o
ramas de un solo cuarto, sin ventana y con piso de tierra.


C. La división social


La pirámide social mexicana estaba conformada por diversas clases
sociales, entre las cuales había una marcada diferencia. En los rangos
más altos estaban los grandes latifundistas, los caudillos políticos,
los miembros del alto clero y los empresarios extranjeros y nacionales.
Seguían los pequeños burgueses y en la base, se encontraban los
campesinos y obreros, que vendían en condiciones infrahumanas.


1.3 Causas Políticas A. La dictadura de Porfirio Díaz


Porfirio diaz Porfirio Díaz Porfirio Diaz


Porfirio Díaz llego al poder por primera vez en 1876, alcanzando la
bandera de la no reelección. En el transcurso de los años hizo caso
omiso de esta promesa electoral y busco una y otra vez su reelección
presidencial. Con astucia, sagacidad y menosprecio de las aspiraciones
ciudadanas logro gobernar durante 7 periodos, un caso realmente insólito
e intolerable. La base de estas sucesivas reelecciones no fue el
derecho, sino la fuerza; no fue la prosperidad de los 15 millones de
habitantes, sino de un pequeño grupo de privilegiados, en nombre del
significativo y engañoso lema: “Paz, orden y progreso”. En mas de 30
años de tiranía y centralismo porfirista los poderes legislativo y
judicial estuvieron subordinados al ejecutivo. La división de los
poderes, la soberanía de los estados, la libertad de los ayuntamientos y
los derechos de ciudadano solo existían escritos en la carta magna.
Imperaba la ley marcial. La justicia, lejos de proteger al débil, servia
para legalizar los despojos del mas fuerte. Los jueces, en vez de
encarnar la justicia se convertían en agentes del Ejecutivo. Las cámaras
legislativas no tenían otra voluntad que la del dictador. Los
gobernantes de los estados, nombrados por él, designaban e imponían a
las autoridades municipales.


B. Oposición al Dictador


La oposición a la prolongada dictadura estuvo representada por
diversos sectores descontentos, los que anhelaban inquietudes de
renovación social, como el incipiente movimiento anarquista
“Regeneración” que atacaba al régimen; los círculos liberales que
realizaron un congreso y evolucionaron al comunismo anárquico y llevaron
a cabo varias tentativas insurreccionales que luego fracasaron; y el
Partido Liberal Mexicano, cuyo programa clandestino, lanzado en 1906,
incitaba al pueblo a revelarse contra la dictadura, abogaba por la
libertad de sufragio y la no reelección continuada.


2. La Revolución 2.1 La caída del Dictador Porfirio Díaz había
manifestado la inauguración de un gobierno democrático en 1910 y que el
dejaría el poder. Sin embargo, contradiciendo esta promesa, sus
partidarios le propusieron como candidato a la presidencia. Fue entonces
cuando Francisco I. Madero decidió salir al frente, para contener las
ambiciones del dictador. Madero era un terrateniente de Coahuila, de
espíritu progresista. Anteriormente hizo mucho a favor de los
trabajadores y del pueblo de San Pedro de las Colonias, estableciendo
escuelas, colegios, comedores y hospitales gratuitos. Francisco Madero
empezó a recorrer el país, alentando al pueblo a luchar contra la
tiranía. Organizo el partido Antireelecionista y, en la convención de
Eliseo, de la ciudad de México, se aprobó su candidatura a la
presidencia de la republica, para competir con el general Díaz. Ya
candidato, inicio una triunfal gira política; fue arrestado en
Monterrey, acusado de “conato de rebelión y ultraje a las autoridades”.
De este modo, en las elecciones del 26 de junio, 1910 se hizo elegir a
Porfirio Díaz, por sétima vez. Poco después Madero obtenía su libertad y
lanzo el plan de San Luís de Potosí donde declaraba nulas las
elecciones, desconocía el gobierno del General Díaz, enarbolaba el
principio de no reelección del Presidente de la Republica y llamaba al
pueblo a una rebelión nacional, para arrojar del poder a las autoridades
gobernantes. El pueblo, apoyando este llamado, se levanto en varios
puntos del país, el 20 de noviembre de 1910. Lo respaldaba Francisco
“Pancho” Villa (seudónimo de Doroteo Arango, el “Centauro del Norte”) en
nombre de los aldeanos; Emilio Zapata, en representación de los
campesinos y otros lideres populares. Díaz, mientras tanto, se disponía a
defender su puesto. Sin embargo, convencido de que su poder se
desmoronaba inevitablemente y contemplando que todo el pueblo estaba
levantado en armas, se resigno a dimitir el mando, el 25 de mayo de
1911, firmando un pacto con Madero en la ciudad de Juárez. Luego salio
furtivamente y se embarco en un tren a Veracruz y, posteriormente, viajo
a Europa, muriendo en Paris, en 1915.


Revolucion mexicana 1914 Revolución Mexicana en 1914 2.2 El
Movimiento Agrarista. Triunfante, Madero pretendió cambiar el rumbo de
la nación mexicana: restauro la constitución de 1857, estableció el
sufragio popular, prohibió la reelección, etc. No bastaban estas
reformas, meramente políticas. El pueblo tenia hambre y quería un cambio
de régimen, de estructura. En estas circunstancias Emiliano Zapata,
jefe guerrillero del Sur, propuso el plan Ayala, dando la idea de
distribuir la tierra entre los campesinos y él mismo se apropio de
algunas haciendas y los distribuyo entre los trabajadores. Su lema era:
“La tierra es para quien la trabaja”. Un simpatizante suyo, Francisco
“Pancho” Villa, organizo un ejercito popular de mineros, peones,
vaqueros y bandidos y repartido dinero entre los campesinos, ganándose
el respaldo de este vasto sector. Contra Madero se unieron:
conservadores, latifundistas, el clero y su Ministro de Guerra, el
traidor Victoriano Huerta, quien fue enviado a reprimir una rebelión
conservadora y no vaciló en hacerlo asesinar, en 1913.


2.3 El Caudillaje Caudillaje mexico Asesinado Madero sucedió una
lucha terrible y sin rumbos, en la que participaron facciones maderistas
contra carrancistas y constitucionalistas contra convencionistas,
zapatistas, villistas, orozquistas, obregonistas, callistas, etc. En
esta etapa los marinos norteamericanos invadieron el Puerto de Veracruz
ante el intento de estrechar relaciones con los ingleses (1914); se
inicio la gran huelga de los Obreros, en la ciudad de México (1916); la
proclamación de la constitución de Querétaro (1917), que puso las bases
para consagrar los ideales de la revolución: jornada de 8 horas de
trabajo, el salario mínimo, la indemnización por accidentes de trabajo,
la reforma agraria, la nacionalización del petróleo, etc. Finalmente,
asesinan a traición al líder campesino Emiliano Zapata (1920), en Puebla
en la Hacienda de Chinameca perteneciente al municipio de Ayala en el
estado de Morelos.


caudillaje mexico El Caudillaje en la Revolución Mexicana 3. Lázaro
Cárdenas: La explotación del petróleo Desaparecido Venustiano Carranza,
gobernaron México 4 presidentes. El responsable de la marcha del
movimiento renovador fue el Partido Nacional Revolucionario o PRI
(Partido Revolucionario Institucional), a partir de 1940. Uno de sus
grandes figuras fue Lázaro Cárdenas (1934 – 1940). Cárdenas, teniendo
como pilares de su gobierno a la clase trabajadora, los campesinos y el
ejército, llevo adelante el programa de la revolución con una rapidez
sin precedentes. Algunas de las obras emprendidas por Lázaro Cárdenas
fueron, las siguientes: a. Fomento la distribución de tierras. Unas 18
millones de hectáreas fueron distribuidas (dos veces más que todos los
gobiernos anteriores), a 750 mil familias. Asimismo, fueron organizadas
grandes granjas cooperativas para la producción de productos
comerciales. b. Amparo la organización de sindicatos, con el propósito
de buscar las reivindicaciones sociales de los obreros. De acuerdo a su
plan Sexenal tendía a unificar la organización de los trabajadores de
todo el país, fortalecerla y dignificarla. c. Expropio los yacimientos
petrolíferos, acto que fue la mas sensacional del gobierno de cárdenas,
en 1938, en cumplimiento de lo prescrito en la constitución de 1937;
reivindico la propiedad del estado sobre las fuentes petroleras,
desalojando a 17 compañías imperialistas compensándolos con 400 millones
de dólares. Las compañías expropiadas, organizaron en respuesta, un
boicot en contra del petróleo mexicano y pusieron obstáculos para la
adquisición de buques petroleros. El gobierno de Cárdenas llevo acuerdos
de intercambio con Alemania, Italia y Japón por medio del cual el
petróleo se cambio por maquinarias.


lazaro cardenas Lazaro Cárdenas 4. Logros de la Revolución Varios son
los resultados positivos de la revolución mexicana. Destacan entre
ellos:


a. El cambio de la propiedad de la tierra. A principios de la década
del 40, más de la mitad de la población rural pertenecía a los ejidos
(aldeas) y poseía más de la mitad, de la totalidad de las tierras
cultivables. También hubo un considerable aumento en el número de
pequeños granjeros independientes. b. Las conquistas sociales. Se
estableció, en 1915, el descanso dominical obligatorio, y la jornada
máxima de 8 horas de trabajo. En 1916, se reconoció el derecho de huelga
y se fijaron las nuevas relaciones de trabajo, entre patrones y
obreros. En su época, estas disposiciones eran las más avanzadas del
mundo. La constitución de 1917 estipulo la jornada de trabajo de 8
horas, como máximo. Quedaban prohibidas las labores insalubres o
peligrosas para las mujeres en general y para los jóvenes, menores de 16
años. Quedo también prohibido el trabajo el trabajo nocturno
industrial. Los establecimientos comerciales no podían laborar después
de las 10 de la noche. c. La expropiación de las compañías petroleras
puede haber tenido poca justificación económica, pero fue de una gran
importancia sicológica para ayudar a eliminar el sentido de inferioridad
nacional. d. Produjo un cambio profundo y vigorizante en la conciencia
nacional. Los mexicanos prerrevolucionarios habían encontrado sus
valores en los elementos culturales europeos. Los conservadores habían
peleado por preservar las actitudes e instituciones del imperio español y
los reformadores habían tratado de introducir los del liberalismo
occidental. e. La nueva conciencia nacional encontró expresión en la
obra de artistas y escritores. México fue la escena de un renacimiento
que tenia algo en común con el gran Renacimiento europeo. Sobresalieron
particularmente en las artes visuales, la arquitectura y pintura de
mayor importancia en el hemisferio occidental. Tres figuras sobresalen
en pintura: David Alfaro Sequeiros, Diego Rivera y José Clemente Orozco.
Estos artistas infunden una fe positiva en el futuro de México, pues,
describieron un mundo ideal en el que los campesinos araban su propia
tierra y en el que los sueños de Morelos y de Zapata se hacen realidad.
Igual ocurre en el compositor Carlos Chávez, en el que la melodía
tradicional indígena se convierte en la base de la música nacional; y,
por ultimo la novela de la revolución saca sus temas de las hazañas de
villa y Zapata, así como de la vida indígena campesina.


Antecedentes económicos y Sociales

Véase también: Pánico financiero de 1907


Durante la Colonia muchos pueblos pudieron conservar algunas
propiedades comunales, llamadas de forma genérica «ejidos». La Ley Lerdo
de 1856 declaró baldías las propiedades corporativas, particularmente
las de la Iglesia y las comunidades indígenas. Entre 1889 y 1890 el
gobierno de Díaz dispuso que las tierras comunales se hicieran
parcelables. Los nuevos propietarios, no acostumbrados a la propiedad
privada, fueron estafados por particulares o funcionarios. Como
resultado mucha de la población indígena se vio sin posesión de tierras y
tuvo que emplearse en las haciendas cercanas. Otra serie de leyes de
deslinde de los años 1863, 1883 y 1894, en las que una parcela sin su
respectivo título podía considerarse como terreno baldío, propició que
aquellos que tuvieran los recursos necesarios se hicieran con grandes
porciones de tierra. Para 1910 menos del 1% de las familias en México
poseían o controlaban cerca del 85% de las tierras cultivables. Los
pueblos, donde se albergaba el 51% de la población rural, contaban con
tan sólo pequeñas porciones de tierra y la mayor parte de ella dependían
de las haciendas vecinas. Además, las leyes y la situación nacional
favorecía a los hacendados, pues eran los únicos con acceso a créditos y
a proyectos de irrigación por ejemplo. Por su parte, los pequeños
pueblos y agricultores independientes se veían obligados a pagar
altísimos impuestos. Esta situación afectó grandemente a la economía
agrícola, pues las haciendas tenías grandes porciones sin cultivar y
eran menos productivas que las propiedades menores.


Otra de las repercusiones del deslinde de tierras y el
fraccionamiento de las tierras comunales indígenas fue el que algunos de
ellos se rebelaron contra el gobierno. Los conflictos, que tuvieron
lugar a finales del siglo XIX y principios del XX, fueron protagonizados
por mayas, tzotziles, coras, huicholes y rarámuris, entre otros. Los
conflictos más duraderos fueron los ocurridos en Yucatán, Quintana Roo y
Sonora. Ante dichos grupos se tomó un política de deportación, Yucatán y
Quintana Roo fueron los principales destinos. En el norte el gobierno
de Díaz tomó contra los yaquis una política de violenta represión y
deportación hacia el sur del país. El momento cumbre contra este grupo
tuvo lugar en 1908, momento para el cual entre un cuarto y la mitad de
su población había sido enviada a las plantaciones de henequén en
Yucatán. A la postre, estos grupos étnicos habrían de colaborar con las
fuerzas revolucionarias.


El 6 de junio siguiente, Madero fue encarcelado bajo la acusación de
"conato de rebelión y ultraje a las autoridades". Fue trasladado a San
Luis Potosí, donde esperó la realización de los comicios, que lo
favorecieron mayoritariamente, y donde recibió la noticia del fraude
cometido por Díaz, quien se declaró nuevamente reelecto.


El 6 de octubre, Madero huyó, refugiándose en San Antonio, Texas. A
finales de ese mes, lanzó el Plan de San Luis, en el que declaraba nula
dicha reelección. Madero designó gobernadores provisionales y llamó a la
insurrección nacional, que debía iniciarse el 20 de noviembre de 1910 a
las seis de la tarde.


Se desencadenaron levantamientos armados en varios estados del país.


El llamado de Madero tuvo como primer resultado la toma de ciudad
Juárez, que fue un ataque sorpresivo dirigido por Pascual Orozco,
Francisco Villa, José de la Luz Blanco y José Garibaldi, en el que se
rindió la Plaza de ciudad Juárez, por lo que Madero instaló su gobierno
provisional.


En los tratados de ciudad Juárez, firmados el 21 de mayo de 1911, se
estableció el desarme de los revolucionarios, las renuncias de Porfirio
Díaz y de Francisco I. Madero a la presidencia de hecho y a la
presidencia provisional, respectivamente. Asimismo, se acordó que el
Ministro de Relaciones Exteriores, Francisco León de la Barra, asumiera
la presidencia interina para pacificar al país y convocar a elecciones
generales.


Las candidaturas de Madero para la presidencia y de Pino Suárez para
la vicepresidencia triunfaron en las elecciones y el 6 de noviembre de
1911, Madero asumió el Poder Ejecutivo. Pero el gobierno maderista
sufrió el asedio de la prensa, la oposición legislativa y la permanente
conspiración de los porfiristas quienes, desde sus posiciones en el
gobierno y con el poder económico, fraguaban el golpe de Estado que se
inició el 9 de febrero de 1913. Victoriano Huerta hizo prisionero a
Madero y lo obligó a renunciar el 19 de febrero. Tres días después,
Huerta ordenó el asesinato de Madero y Pino Suárez, lo cual dio inicio a
la revolución constitucionalista.





Fuente: Instituto Nacional de Solidaridad, Microbiografías, Personajes en la historia de México.


El Movimiento Maderista

A sólo unos días de asumir el poder Francisco I. Madero, estalló en
Morelos un levantamiento promovido por Emiliano Zapata, ya que al llegar
Francisco I. Madero a la Presidencia, Zapata le exigió que expidiera
una ley Agraria; a cambio Madero, le pidió entregar las armas. Zapata no
acepta y da a conocer el Plan de Ayala, a través del cual se exigía
entre otras cosas, la renuncia de Madero y Pino Suárez. Su lema era
“Tierra y Libertad”. En 1912, Pascual Orozco da a conocer en marzo el
Plan de la Empacadora o Plan de Chihuahua, en el que se desconocía a
Francisco I. Madero y se pedían Reformas Sociales. Orozco derrotó a
Francisco Villa, en tanto, Madero nombra a Victoriano Huerta Comandante
de la División del Norte y vence a Pascual Orozco.


Plan de San Luis

Madero creía en la democracia y en la necesidad de renovar el
gobierno de acuerdo con las leyes. Pero el éxito de su campaña lo
convirtió en un peligro para el gobierno de Díaz, y poco antes de las
elecciones de 1910 fue detenido en Monterrey y encarcelado en San Luis
Potosí. Allí recibió la noticia de que Díaz había vuelto a reelegirse.
Mediante el pago de una fianza salió de la cárcel, aunque debía
permanecer en la ciudad. Sin embargo, a principios de octubre Madero
escapó a los Estados Unidos de América, donde publicó el Plan de San
Luis Potosí.


En ese documento, Madero denunció la ilegalidad de las elecciones y
desconoció a Porfirio Díaz como presidente. Se declaró él mismo
presidente provisional, hasta que se realizaran nuevas elecciones;
prometió que se devolverían las tierras a quienes hubieran sido
despojados de ellas; pidió que se defendiera el sufragio (voto) efectivo
y la no reelección de los presidentes. También hizo un llamado al
pueblo para que se levantara en armas el 20 de noviembre de 1910, y
arrojara del poder al dictador. La experiencia lo había convencido de
que no había otra manera de lograr el cambio de gobernante.


Comienza la Revolución

El 14 de noviembre de 1910, en Cuchillo Parado, Chihuahua, Toribio
Ortega se levantó en armas con un pequeño grupo de seguidores. El 18 del
mismo mes, en Puebla, fue descubierta una conspiración maderista en la
casa de la familia Serdán. Al resistirse contra la policía y los
soldados, Aquiles y Máximo Serdán perdieron la vida; fueron unos de los
primeros mártires de la revolución. Su hermana Carmen y su madre, que
también lucharon, fueron encarceladas. En Chihuahua, Madero logró que
Pascual Orozco y Francisco Villa estuvieran de su parte. En Morelos
sucedió lo mismo con Emiliano Zapata. En la ciudad de México hubo
motines contra Porfirio Díaz.


Ni Orozco ni Villa tenían preparación militar, pero resultaron ser
estrategas excelentes; los seguía gente del norte, descontenta por la
exigencia de latifundios ganaderos.


En marzo de 1911, Zapata encabezó a los campesinos de Morelos, que
reclamaban sus derechos sobre la tierra y el agua. En otros lugares de
la República hubo también levantamientos.


El ejército de Porfirio Díaz, que había mantenido la paz durante
treinta años, parecía muy fuerte, pero en realidad era débil frente al
descontento general. En sólo seis meses las fuerzas maderistas
triunfaron sobre las del viejo dictador. La acción definitiva fue la
toma de Ciudad Juárez, por Orozco y Villa. En esa misma ciudad, en mayo
de 1911, se firmó la paz entre el gobierno de Díaz y los maderistas.
Porfirio Díaz renunció a la presidencia y salió del país rumbo a
Francia, donde murió en 1915.


El gobierno de Madero

Al renunciar Porfirio Díaz, el Congreso nombró presidente interino a
Francisco León de la Barra, y convocó a elecciones. Resultaron electos
Francisco I. Madero como presidente, y José María Pino Suárez, como
vicepresidente.


Madero asumió la presidencia en noviembre de 1911. Aunque Porfirio
Díaz había dejado México, eso no solucionaba los viejos problemas del
país.


La riqueza seguía estando concentrada en manos de unos cuantos
mexicanos y extranjeros, muy ricos, que tenían toda clase de lujos
mientras la mayoría del pueblo apenas podía vivir. Continuaban las
injusticias en el campo y en las ciudades. Los campesinos deseaban que
les devolvieran sus tierras, y los obreros mejores salarios, un tiempo
de trabajo diario más corto y el derecho a organizarse para exigir
mejores condiciones de trabajo cuando fuera necesario. Además había una
queja general: los mexicanos sentían que el gobierno cuidaba más los
intereses extranjeros que los de los mexicanos.


Madero tuvo que enfrentarse a todas esas dificultades. Para
resolverlas había dos caminos: hacerlo poco a poco, siguiendo la ley; o
cambiar de inmediato, por la fuerza si era necesario, todo lo que estaba
mal. Madero prefería el primero; pero algunos de sus antiguos
partidarios no querían esperar.


Emiliano Zapata se rebeló contra Madero en Morelos apenas veinte días
después de que éste ocupó la presidencia, y Pascual Orozco lo hizo en
Chihuahua, a principios de 1912. Madero encargó las operaciones contra
Orozco al general Victoriano Huerta, que en unos meses derrotó a los
orozquistas.


Las compañías extranjeras que estaban instaladas en México no
confiaban en Madero porque no querían perder los privilegios que les
había concedido Porfirio Díaz; entonces empezaron a considerar la
conveniencia de eliminar el estorbo que para ellos representaba Madero.


Emiliano Zapata

(1879 - 1919)


Nació en Anenecuilco, Morelos en 1879. En 1906 participó en Cuautla
en una junta en la que se planteó la necesidad de defender la tierra de
los campesinos morelenses de la voracidad de los hacendados porfiristas.
Como represalias, en 1908, se vio forzado a incorporarse al noveno
regimiento de Cuernavaca. Esta forma de castigo, a la que se le conocía
como leva, era frecuente durante el porfirismo. Sobresalió en el
ejército. Posteriormente, fue autorizada su baja, luego de poco más de
un año de servicio.


El 12 de septiembre de 1909 fue elegido presidente de la Junta de
Defensa de las Tierras de Anenecuilco. Cuando las fuerzas armadas de los
terratenientes acudieron al lugar, encontraron a la gente trabajando
pacíficamente la tierra, pero con la carabina al hombro. Ese fue el
principal planteamiento de Zapata: defender el derecho del pueblo a la
tierra, que significaba el derecho a la existencia misma de las
comunidades campesinas. Su insistencia, su intransigencia en este punto,
hizo que la voz de los campesinos fuera escuchada. "Yo estoy resuelto a
luchar contra todo y contra todos sin más baluarte que la confianza y
el apoyo de mi pueblo". Escribió Zapata en una carta dirigida a Gildardo
Magaña.


En 1910, al estallar la revolución, Zapata se incorporó a las fuerzas
maderistas, atraído por las demandas agrarias del Plan de San Luis.
Pero una vez que triunfó este movimiento, el reparto de la tierra no se
llevó a cabo. Los hacendados, aprovechando que el ejército porfiriano se
mantuvo en pie, presionaron para que las fuerzas campesinas fueran
desarmadas y urdieran una traición que por poco le costaba la vida a
Zapata. "Quiero morir siendo esclavo de los principios, no de los
hombres", escribió Zapata en otra de sus cartas.


En esas condiciones, Zapata reorganizó a su ejército y tomó Yautepec,
Cuautla y Cuernavaca. Al triunfo de la revolución maderista, se negó a
deponer las armas mientras no se hiciera efectivo el reparto de tierras.


Esta actitud la mantendría hasta el fin de su vida, la cual le
provocó enfrentamientos con quienes ocuparon el poder, mostrándose fiel a
los principios del Plan de Ayala, ideario agrarista en el que se
reflejaban los anhelos de los campesinos, sintetizados en la frase
"Tierra y Libertad". La recuperación de las tierras que les habían
quitado a los campesinos era su objetivo principal.


A partir de la proclamación del Plan de Ayala, los zapatistas
defenderían su resolución contra los gobiernos de Madero, Victoriano
Huerta y Venustiano Carranza. Liquidaron el latifundismo y repartieron
la tierra; confiscaron los ingenios y una gran empresa papelera, y los
pusieron a trabajar en beneficio de la población; fundaron un banco
agrícola y abrieron numerosas escuelas primarias y para adultos;
reorganizaron la vida política de los municipios, dando impulso a la
organización tradicional de los campesinos y creando comités de
vigilancia.


"El campesino tenía hambre, padecía miseria, sufría explotación y si
se levantó en armas fue para obtener el pan que la avidez del rico le
negaba... Se lanzó a la revuelta no para conquistar ilusorios derechos
políticos que no dan de comer, sino para procurar el pedazo de tierra
que ha de proporcionarle alimento y libertad, un hogar dichosos y un
porvenir de independencia y en agradecimiento".


Sin embargo, derrotado Villa en el norte, en 1915, sólo el zapatismo
representaba un obstáculo a la consolidación del nuevo gobierno. Contra
Zapata se dirigieron numerosas fuerzas que prácticamente arrasaron el
estado de Morelos.


En 1919, víctima de una celada, Zapata fue asesinado en la hacienda
de Chinameca, en el mismo lugar que ocho años atrás le tendieron igual
traición. El movimiento zapatista fue derrotado militarmente, más no sus
ideales de justicia. En una carta dirigida a Pancho Villa, Zapata
escribió: ".. la ignorancia y el oscurantismo en todos los tiempos no
han producido más que rebaños de esclavos para la tiranía..."





Fuente: Instituto Nacional de Solidaridad, Microbiografías, Personajes en la historia de México.


La Decena Trágica

Con el apoyo de algunos diplomáticos extranjeros, encabezados por el
embajador de Estados Unidos de América, en febrero de 1913 tres antiguos
militares porfiristas se rebelaron contra Madero en la ciudad de
México. Uno de ellos Bernardo Reyes, murió cuando dirigía un ataque
contra el Palacio Nacional. Los otros dos, Félix Díaz y Manuel
Mondragón, se encerraron en la Ciudadela, un antiguo depósito de armas
en el centro de la capital.


Madero se enfrentó a la situación valerosamente. Para su desgracia
puso el mando de las tropas leales en manos de Victoriano Huerta, que el
año anterior había sometido a los orozquistas pero ahora, sin que el
presidente lo supiera, estaba de acuerdo con los sublevados.


Durante diez días ocurrieron distintos enfrentamientos que causaron
un estado de gran confusión. Hubo numerosos combates en la ciudad;
muchos civiles murieron y muchos edificios fueron dañados. A estos días
los llamamos la Decena Trágica.


El embajador de los Estados Unidos de América, Henry Lane Wilson,
arregló que Huerta y los militares sublevados se entrevistaran en la
Embajada de los Estados Unidos de América y pactaran lo que harían.
Wilson temía que el movimiento revolucionario afectara los intereses de
las compañías norteamericanas. Prefería que hubiera un nuevo dictador y
creía que Huerta podría serlo.


El 18 de febrero, unos soldados de Huerta entraron a Palacio Nacional
y apresaron a Madero junto con el vicepresidente José María Pino
Suárez. Los dos fueron obligados a renunciar a sus cargos; los
asesinaron cuatro días después. El crimen indignó a todo el país.
Victoriano Huerta realizó las maquinaciones necesarias para asumir
legalmente la presidencia, pero de inmediato tuvo que hacer frente a
quienes no estaban dispuestos a aceptarlo.





Fuente: SEP, Historia Sexto grado, México, 1999, págs. 68 - 71.


La Revolución Constitucionalista y la Convención de Aguascalientes

El gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, no reconoció a
Victoriano Huerta como presidente y se levantó en armas. A su ejército
se le llamó Constitucionalista, porque exigía el respeto a la
Constitución. La lucha se extendió por el país, bajo el mando de
diversos jefes militares, como Alvaro Obregón, Francisco Villa, Emiliano
Zapata y muchos otros. La agricultura, la industria y el comercio
sufrieron los efectos de la guerra. Hombres y mujeres abandonaron sus
trabajos y se lanzaron a los campos de batalla.


En los ejércitos revolucionarios cada jefe y cada soldado tenía la
esperanza de lograr una situación más justa. Formaban una tropa poco
disciplinada pero entusiasta, en la que a veces iban familias enteras.


Los ferrocarriles y los telégrafos fueron decisivos para la
revolución. Quien dominaba las líneas podía transportar ejércitos y
cañones, sorprender al enemigo, retirarse rápidamente, avisar de
inmediato lo que sucedía, coordinar los movimientos de las tropas o
despistar a los contrarios.


Huerta había creído que los Estados Unidos de América lo ayudarían,
pero en 1913 el presidente Woodrow Wilson se negó a reconocer su
gobierno. En lugar de eso envió tropas para ocupar Veracruz. Esta nueva
invasión fue rechazada heroicamente por los habitantes del puerto.
Aunque esta intervención, que estaba dirigida contra Huerta, favorecía
al Ejército Constitucionalista, Carranza protestó. El sostenía, con
razón, que los problemas de México debían resolverlos los mexicanos.


Mientras tanto, los revolucionarios avanzaban con paso firme. Al
frente del Ejército del Noroeste, Alvaro Obregón bajó desde Sonora por
la costa del Pacífico, sin perder una sola batalla, hasta Guadalajara.
Zapata continuó luchando en Morelos. La División del Norte, comandada
por Francisco Villa, derrotó a las tropas federales en las batallas de
Torreón y de Zacatecas. siguiendo lo pasos de porfirio diaz


La Convención de Aguascalientes

El movimiento constitucionalista triunfó. En agosto de 1914, Huerta
dejó el país y Carranza entró en la ciudad de México. Pero no todos los
revolucionarios estaban de acuerdo con que Carranza fuera el Primer
Jefe, como se había hecho llamar, ni qué rumbo debía seguir la
revolución. Los caudillos revolucionarios o sus representantes se
reunieron en Aguascalientes, en octubre de 1914, para ponerse de
acuerdo, en la Soberana Convención revolucionaria.


Los convencionistas decidieron adoptar parte del programa de Zapata
sobre el reparto de tierras a los campesinos, y eligieron como
presidente interino de la República a Eulalio Gutiérrez. Los grupos
villistas y zapatistas aceptaron esta decisión, pero Carranza no la
acató.


La revolución quedó convertida en la lucha entre dos bandos
irreconciliables: carrancistas, contra villistas y zapatistas. Al
principió pareció que Villa y Zapata triunfarían, ya que ocuparon casi
todo el país y tomaron la capital. Carranza y su principal general,
Alvaro Obregón, se refugiaron en Veracruz. Pero finalmente el talento
militar de Obregón se impuso al de Villa y lo derrotó en Celaya, en
abril de 1915.


Tras nuevas derrotas, Villa se refugió en la sierra de Chihuahua. En
1916, cuando el gobierno de los Estados Unidos de América reconoció al
de Carranza, Villa invadió el territorio estadounidense y atacó el
pueblo de Columbus, en Nuevo México. Carranza lo declaró fuera de la
ley. Una columna de soldados norteamericanos entró a México para
perseguirlo, pero no pudieron ni siquiera encontrarlo. La presencia de
las tropas extranjeras en México provocó situaciones difíciles, pero la
serenidad de Carranza y su apego a las vías diplomáticas, evitó que el
conflicto creciera.


Carranza y Obregón triunfaron sobre Villa y Zapata gracias a su
capacidad militar. Pero también porque sabían mejor que sus rivales lo
que significaba la unidad nacional, por encima de los enfrentamientos
entre caudillos. Carranza tenía una clara idea de lo que era una nación.
Insistió en la legalidad de su movimiento y actuó conforme a la ley.
Para éste, el nacionalismo y el apego a la ley eran los valores más
importantes.





Fuente: SEP, Historia Sexto grado, México, 1999, págs. 71 - 74.


Venustiano Carranza

(1859-1920)


Nació en Cuatro Ciénegas, Coahuila. Fue el undécimo hijo del coronel
liberal Jesús Carranza, que había colaborado estrechamente con Benito
Juárez Garcia. Se crió en esta familia de clase media acomodada, dueña
de tierras rancheras y de gran tradición liberal. Gran creyente en la
soberanía estatal y municipal, participó en varias luchas contra el
porfirismo para que se mantuviera el derecho de cada zona de tomar
decisiones propias. Fue gobernador interino de su estado en 1908.
Participó con Madero en la rebelión de 1910. Fue secretario de Guerra y
Marina en el gabinete de Madero, así como gobernador electo de Coahuila.
En 1913, la traición de Huerta contra Madero lo llevó a redactar el
Plan de Guadalupe, mediante el cual desconocía los poderes del
usurpador.


Formó el Ejército Constitucionalista, con el fin de encabezar la
rebelión destinada a restaurar el orden constitucional señalado por la
Carta Magna de 1857. Tomó posesión como Presidente el primero de mayo de
1915.


Carranza fue un continuador de la tradición liberal mexicana. Gran
lector de obras con ideas liberales como México a través de los siglos,
de Riva Palacio, así como libros del doctor Mora, de Manuel Payno y de
Justo Sierra. Quiso encauzar al movimiento revolucionario hacia la
legalidad, recuperando para ello la herencia liberal de la Constitución
de 1857.


Esta lucha por restablecer el orden constitucional quedó expresada en el artículo 2° de sus adiciones al Plan de Guadalupe:


"El primer jefe de la revolución y encargado del Poder Ejecutivo
expedirá y pondrá en vigor, durante la lucha, todas las leyes,
disposiciones y medidas encaminadas a dar satisfacción a las necesidades
económicas, sociales y políticas del país, efectuando las reformas que
la opinión exige como indispensables para restablecer el régimen que
garantice la igualdad de los mexicanos entre sí; leyes agrarias que
favorezcan la formación de la pequeña propiedad, disolviendo los
latifundios y restituyendo a los pueblos la tierra de que fueron
injustamente privados; leyes fiscales encaminadas a obtener un sistema
equitativo de impuestos a la propiedad raíz; legislación para mejorar la
condición del peón rural, del obrero, del minero y en general, de las
clases proletarias; establecimiento de la libertad municipal como
institución constitucional; bases para un nuevo sistema de organización
del Poder Judicial independiente, tanto en la Federación como en los
estados; revisión de las leyes relativas al matrimonio y al estado civil
de las personas; disposiciones que garanticen el estricto cumplimiento
de las leyes de Reforma; revisión de los códigos Civil, Penal y de
Comercio; reformas del procedimiento judicial, con propósito de hacer
expedita y efectiva la administración de justicia; revisión de las leyes
relativas a la explotación de minas, petróleo, agua, bosques y demás
recursos naturales del país, y evitar que se formen otros en el futuro;
reformas políticas que garanticen la verdadera aplicación de la
Constitución de la República, y en general de todas las demás leyes que
se estimen necesarias para asegurar a todos los habitantes del país la
efectividad y el pleno goce de sus derechos y la igualdad ante la ley".



En estos puntos resulta evidente la continuidad de ideas liberales,
sobre todo en lo referente a la libertad municipal, la independencia del
Poder Judicial o la igualdad ante la ley.


En 1915 y 1916 se hizo notoria la necesidad de reformas en siete
vetas profundas de la vida mexicana: el problema agrario, el problema
obrero, la soberanía sobre los recursos naturales, la relación entre la
Iglesia y el Estado, el papel del Estado en la economía, el problema de a
educación y la estructura política.


En 1915 proclamó la Ley del 6 de enero, que concebía al ejido como
reparación de una injusticia, no como un nuevo sistema de tenencia de la
tierra. Se trataba de restablecer el patrimonio territorial de los
pueblos despojados y crear nuevas unidades con terrenos colindantes a
los pueblos que se expropiarían para el efecto.


En septiembre de 1916, en un acto de gran resonancia política, convocó a un nuevo Congreso Constituyente:


"A pesar de la bondad indiscutible de los principios en que
descansa (...) (la Constitución) continuará siendo inadecuada para la
satisfacción de las necesidades públicas y muy propicia para volver a
entronizar otra tiranía igual o parecida a las que con demasiada
frecuencia ha tenido el país, con la completa absorción de todos los
poderes por parte del Ejecutivo; o que los otros, con especialidad del
Legislativo, se conviertan en una rémora constante por la marcha regular
y ordenada de la administración". Carranza recordaba la continuidad de
las constituciones de 1824 y 1857 y preveía el mismo espíritu para la
futura Constitución: "Se respetará escrupulosamente el espíritu liberal
de dicha Constitución, a la que sólo se quiere purgar de los defectos
que tiene ya que por la contradicción u oscuridad de algunos de sus
preceptos, ya por los huecos que hay en ella o por las reformas que con
el deliberado propósito de desnaturalizar su espíritu original y
democrático se le hicieron durante las dictaduras pasadas".



El primero de noviembre de 1918 promulgó la Doctrina Carranza, que
sostiene la igualdad entre los estados y desaprueba toda intervención de
los asuntos internos de otra nación así como la equivalencia de
derechos de nacionales y extranjeros ante las leyes de un país. Carranza
murió asesinado en Tlaxcaltongo, Puebla, en 1920.




Fuente: Instituto Nacional de Solidaridad, Microbiografías, Personajes en la historia de México.


Francisco Villa

(1878 - 1923)


Nació en San Juan del Río, Durango, en 1878. Su nombre de pila fue
Doroteo Arango Quiñones. Su madre fue Manuela Quiñones. Huérfano desde
la adolescencia, fue leñador, agricultor y comerciante.


En 1894, él y sus hermanos llegaron a trabajar como medieros en la
hacienda de la familia López Negrete, donde uno de los dueños abusó de
su hermana Martína; Villa hirió a su patrón, por lo que tuvo que
esconderse, cambiando su nombre original de Doroteo Arango por el de
Pancho Villa. Vivió varios años como ladrón de ganado y estuvo
brevemente preso en Durango.


Se lanzó a la revolución en 1910, llevando consigo un amplio
conocimiento de las zonas en que por muchos años había vivido perseguido
por la justicia y un profundo sentimiento de solidaridad con los
desheredados, entre quienes él mismo se había contado.


Retomó las armas en 1912 para combatir la rebelión orozquista.
Sobresalió en varios combates y fue ascendido a general brigadier por
Huerta, quien luego lo acusó de insubordinación y ordenó su
fusilamiento. Madero le condonó la pena por cárcel. Villa escapó de la
cárcel militar de Santiago Tlatelolco a finales de ese mismo año. Se
integró a la lucha contra Huerta.


En septiembre de 1913 quedó constituida en Ciudad Juárez la División
del Norte, con la que creció su prestigio. Fue llamado el Centauro del
Norte.


Con la firma del Pacto de Xochimilco, el 4 de diciembre de 1914, se
estableció una alianza entre la División del Norte y el Ejército
Libertador del Sur, dirigido por Emiliano Zapata, quien logró que el
caudillo norteño se adhiere al Plan de Ayala. Francisco Villa tenía
ideas muy precisas sobre la forma en que se podía hacer el reparto
agrario.


Durante los años de 1914 y 1915, a través del periódico Vida Nueva,
se expusieron una gran cantidad de propuestas por parte de los que se
podrían definir como "ideólogos" del villismo, gente muy preparada y muy
comprometida con la revolución, como Carlos Sánchez Aldana, José del
Riego, Manuel Bonilla, B. Mallén y otros.


Villa, al igual que era un hombre que no teorizaba sus ideas y
objetivos revolucionarios, pero a lo largo de su participación en la
lucha revolucionaria fue construyendo un proyecto que se sustentaba en
sus ideas y acciones: "... Cuando México sea una nueva República, el
ejército será disuelto, pues ya no lo necesitaremos. Daremos trabajo a
los soldados y estableceremos en todo el país colonias agrícolas con los
veteranos de la revolución. El Estado les dará tierras y creará muchas
empresas industriales para que tengan dónde trabajar..."


Villa tenía claro que una parte de los campesinos debía permanecer al
pie de las parcelas y de las antiguas haciendas, produciendo el grano
necesario para el abasto de la población y del mismo ejército
revolucionario. En cuanto a los soldados que andaban en la revolución,
gozarían de todas las ventajas y de las mejores tierras, pero eso hasta
que la revolución llegara a su fin y se consolidara un poder.


La Ley Agraria villista del 6 de mayo de 1915 exponía: "La gran
desigualdad en la distribución ha provocado que una gran mayoría de
mexicanos dependan, como jornaleros, de una minoría de terratenientes.
La concentración de unos cuantos terratenientes provoca que permanezcan
sin cultivarse y sin producir grandes extensiones de tierra, o bien, que
en la mayoría de los casos el cultivo sea tan deficiente que la
producción no alcance para resolver el abastecimiento de todos los
mexicanos". Por eso la creación de la pequeña propiedad, busca obtener
una abundante producción para que se cubra el consumo nacional y se
impida la exageración en los precios de los alimentos y del costo de la
vida.


"Los ideales de la revolución del sur y del centro de la República
siempre han sido, son y seguirán siendo de 'Tierra y Libertad', que son
las esperanzas y anhelos del pueblo mexicano". En el plano militar, fue
derrotado por Obregón sucesivamente en Celaya, León y Trinidad y
obligado a replegarse hacia el norte del país, donde combatió a lo largo
de 1915 y 1916. Luego de fracasar en un intento de tomar Agua Prieta,
Villa se vio convertido en un guerrillero que operaba sólo en Chihuahua
luego de la disolución de la División del Norte.


En represalia por el bloqueo del gobierno de Estados Unidos de
América, atacó la población de Columbus, Nuevo México, el 9 de marzo de
1916. Washington envió la llamada expedición punitiva, que permaneció en
México del 15 de marzo al 21 de junio de 1916, sin lograr atrapar a
Villa, quien estuvo inactivo desde entonces y se amnistió mediante la
firma de los Convenios de Sabinas. De acuerdo con éstos, permaneció con
50 guardias en la hacienda de Canutillo; hizo varias mejoras en ese
lugar, que administraba y gobernaba. A finales de 1922 expresó sus
simpatías por el pre candidato Adolfo de la Huerta, quien estaba en
competencia por el cargo con Plutarco Elías Calles.


El 20 de junio de 1923 Villa y tres acompañantes fueron asesinados en una emboscada, en Hidalgo del Parral.





Fuente: Instituto Nacional de Solidaridad, Micro biografías, Personajes en la historia de México.


La Constitución de 1917

A finales de 1916, los revolucionarios se reunieron en Tabaquero para
reformar la Constitución de 1857. Finalmente decidieron redactar una
nueva, pues las circunstancias de México en ese momento eran muy
diferentes a las que había en tiempos de Juárez, cuando se hizo la de
1857.


La nueva Constitución se promulgó el 5 de febrero de 1917. En ella se
incorporaron ideas de todos los grupos revolucionarios. Retomó las
libertades y los derechos de los ciudadanos, así como los ideales
democráticos y federales de la de 1857. También reconoció los derechos
sociales, como el de huelga y el de organización de los trabajadores, el
derecho a la educación y el derecho de la nación a regular la propiedad
privada de acuerdo con el interés de la comunidad.


El Artículo 3° declara que la educación primaria debe ser obligatoria
y gratuita. Además, debe ser laica, ajena a toda doctrina religiosa,
para garantizar la libertad de cultos.


El Artículo 27 de esta Constitución declara que las riquezas del
suelo, el subsuelo, las aguas y mares de México son de la nación. Esta
puede ceder a particulares el derecho de propiedad de la tierra y de la
explotación del subsuelo. Y puede expropiarlas cuando lo considere
necesario. Este artículo hizo posible controlar la actividad de las
compañías mineras y petroleras, así como el reparto de la tierra de las
grandes haciendas entre los campesinos.


El Artículo 123 protege a los trabajadores. Establece que la duración
del trabajo diario no debe ser de más de ocho horas, en lugar de las
doce a quince que se trabajaban antes, y que debe haber un día de
descanso obligatorio a la semana. Prohíbe que las mujeres y los niños se
ocupen de labores inadecuadas para su sexo y su edad. También reconoce
que los trabajadores tienen derecho a formar sindicatos (asociaciones
para defenderse) y a hacer huelgas (suspender las labores para presionar
a los patrones cuando se presentan conflictos de trabajo).


La Constitución de 1917 es la que nos rige. Muchas veces ha sido
reformada, para adaptarla a las circunstancias, que cambian con el
tiempo, pero sus principios básicos siguen normando la vida de México.





Fuente: SEP, Historia Sexto grado, México, 1999, págs. 74 y 75 .





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