Profeta
recibiendo de él la misión de comunicar sus revelaciones y, como
consecuencia de ello, habla en su nombre a los seres humanos. El profeta
posee cualidades de intercesor por el pueblo ante Dios y a su vez es
mensajero de su palabra. Su carisma de interpretar la historia desde la
perspectiva de Dios recibe el nombre de don de profecía.
Eventualmente, se utiliza el término para designar a alguien que
predice acontecimientos futuros, generalmente cuando lo hace
interpretando señales o basado en una revelación sobrenatural; pero ello puede dar lugar al malentendido, por lo que suele en tal caso emplearse vidente, de modo de diferenciarlo de los profetas, quienes comunican la palabra de Dios.2
Si bien la palabra profeta deriva del griego profētēs (προφήτης, cuyo significado es el de 'mensajero', 'portavoz' e 'incidente político'),3 el uso de la palabra profeta con sentido estrictamente monoteísta se remonta a la cultura de los hebreos a través de la palabra nabí (נְבִיא),4 término que gradualmente fue introducido y empleado por los cultos judío, cristiano y musulmán.
Índice
En la tradición judeocristiana
nāḇîʾ; sin embargo, cuando la palabra hebrea nāḇîʾ se refiere a
profetas que no hablan de parte del Dios de Israel o que dicen
falsedades, suele traducirlo como "pseudoprofētēs", o sea,
"pseudoprofeta".
Por nǝḇîʾîm (profetas) se entiende, además, la segunda gran sección de la Biblia hebrea. Figura entre la Torá (Ley, Instrucción o Pentateuco) y los Ketuvim (Escritos). Los nǝḇîʾîm comprenden dos subgrupos: los profetas Iniciales (נביאים ראשונים i nǝḇîʾîm rishônim, con la narrativa de los Libros de Josué, Jueces, Samuel y Reyes) y profetas últimos (נביאים אחרונים o nevi'im aharonim, con la narrativa de los Libros de Isaías, Jeremías, Ezequiel y los Doce Profetas Menores).5 Profetas son también los tres grandes gobernantes de Israel durante los tiempos de su unidad territorial como reino (monarquía unida), es decir, Saúl, David y Salomón (1030-926 a.E.C.).
Es importante indicar que no todos los Profetas de Israel figuran necesariamente en la segunda gran sección de la Biblia hebrea. Dentro de ella, y según la tradición judía, se consideran también profetas a diferentes figuras bíblicas cuya narrativa figura ya sea en la primera sección de la Biblia hebrea (Moisés, Aarón, Miriam) o bien en la tercera sección de la misma (Job, Ester, Daniel, Esdras, Nehemías).
El judaísmo agrupa a los profetas del siguiente modo:
Profetas de la Torá
Profetas primeros
- Josué
- Débora
- Samuel
- Gad
- Natán
- David
- Salomón
- Jedutun.9
- Ajías
- Elías
- Eliseo
- Shemaia.10
- Ido.11
- Janani.12
- Jehú.13
- Micaia.14
- Jaziel.15
- Eliezer16
- Zacarías ben Yehudía.17
- Hulda.18
- Isaías
- Jeremías
- Ezequiel
- Daniel
- Oseas
- Joel
- Amós
- Abdías
- Jonás
- Miqueas
- Nahum
- Habacuc
- Sofonías
- Hageo
- Zacarías
- Malaquías
Dentro del cristianismo, Juan el Bautista es considerado el último profeta precediendo a Jesús de Nazaret,
quien, además de sus otros títulos (Mesías, Salvador, Rey de reyes,
Hijo de Dios, etc.), es a su vez considerado el mayor Profeta.53
También profetas según la tradición cristiana
Mormones
Según la doctrina de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (SUD) o mormones, un profeta tiene varias de las siguientes características:1. Tener un TESTIMONIO proveniente de Dios de que Yeshua es el Mesías... Apocalipsis 19:10; Mateo 16:17.
2. Haber visto cara a cara al Mesías por el poder de Dios... Hechos 5:32; 1 Corintios 15:8
3. Haber recibido el espíritu de la profecía, que es un «don sobrenatural que consiste en conocer por inspiración divina las cosas distantes o futuras».
4. Presentar el evangelio de forma gratuita, sin cobro alguno, sin lucro... 1 Corintios 9:18; 1 Tesalonicenses 1:9
Un profeta es alguien que sostiene haber tenido una experiencia personal con Dios, es una persona llamada directamente por Dios e investida del Sacerdocio Eterno Sacerdocio de Melquisedec,
poseedor de las llaves necesarias para ejercer su misión, que comunica a
los fieles las revelaciones recibidas del Creador, ya sea mediante
visiones, inspiraciones, sueños, por medio de Espíritu Santo
o directamente previa transfiguración. Estas revelaciones suelen servir
como instrucciones de carácter normativo para los miembros de la
Iglesia.
- Los miembros de esta comunidad religiosa defienden la postura de la
Biblia en el sentido que Dios siempre ha usado profetas para dar a
conocer su voluntad al mundo y que si Dios no cambia, su método tampoco
debería de cambiar.
- Durante el periodo de tiempo de la ley mosaica continuo habiendo profetas de la ley de Moisés.
- Ellos defienden la afirmación de la biblia, que sostiene aun después de muchos años de muerto Juan el Bautista, que Dios continuo llamando profetas en la iglesia primitiva...
maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene,
Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo.
Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo:
Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.
Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los
despidieron"... Hechos 13:1-3.
Los mormones creen en todos los profetas bíblicos, y en aquellos que existieron en la América precolombina hasta el año 400 de nuestra era, mencionados en el “Libro de Mormón”,
y también en los profetas modernos que Dios ha llamado para instruir a
las personas que deseen más conocimiento sobre el plan de salvación.
Sostienen que José Smith
junto con otros hombres comunes, fue el primero de estos modernos
profetas y que, en carácter de tal, recibió instrucciones de Dios en
1830 para establecer la Iglesia SUD. Creen que quienes presiden la
iglesia, como Thomas S. Monson
son profetas, videntes y reveladores del presente y creen que el Mesias
eventualmente les ha visitado, y que ellos le han visto ...
En una de estas visiones, se manifestó a Jose Smith y a Sidney Rigdom:
"Y ahora, después de los muchos testimonios que se han dado de él,
este es el testimonio, el último de todos, que nosotros damos de él:
¡Que vive!" "Porque lo vimos, sí, a la diestra de Dios; y oímos la voz
testificar que él es el Unigénito del Padre;" "que por él, por medio de
él y de él los mundos son y fueron creados, y sus habitantes son
engendrados hijos e hijas para Dios"...
Sucesión de profetas modernos según los mormones:
En el islam
- Adam (Adán)
- Idris (Henoc)
- Nuh (Noé)
- Hud (Eber)
- Saleh (Sala¿?)
- Ibrahim (Abraham)
- Lut (Lot)
- Daniel (Daniel)
- Ism'ail (Ismael)
- Ishaq (Isaac)
- Yaqub (Jacob)
- Yusuf (José)
- Ayub (Job)
- Shoaib (Jetró)
- Musa, Mousie (Moisés)
- Harūn (Aarón)
- Dhul-Kifl (Ezequiel)
- Dawood (David)
- Sulaiman (Salomón)
- Ilyas (Elías)
- Alyassa (Eliseo)
- Samuel (Samuel)
- Saijo (Jonás)
- Zakariya (Zacarías)
- Yahya (Juan el Bautista)
- 'Isa (Jesús de Nazaret)
- Muhammad (Mahoma)
En el bahaísmo
Uno de los principios de la Fe Bahá'í es la revelación progresiva. Este concepto trata de explicar que existe un único Dios que envía profetas cada cierto tiempo con el mensaje para su época. Así vinieron en su tiempo Buda, Moisés, Zoroastro, Jesucristo, Mahoma, Krishna, Abraham, El Báb y finalmente Baha'ullah,hace poco más de 160 años, según esta creencia, el mensajero de Dios
para la época actual. Sin embargo, el significado de la palabra Profeta
en el vocabulario bahá'í no corresponde siempre literalmente al
comúnmente aceptado.
Aún cuando los bahá'ís denominan profetas a los ya citados, más
precisamente los llaman “Manifestaciones de Dios”, una denominación que
va más allá de los dones de profecía o de intermediación; es una
referencia a una condición distinta, las “Manifestaciones de Dios” son
espiritualmente preexistentes (de ahí que no es una condición asible,
sino que la Manifestación de Dios nace siéndolo), carecen de cualquier
forma de imperfección moral, poseen conocimiento innato, acceden la
omnisciencia a voluntad propia, derogan la ley de la religión y
establecen nuevas, y su palabra, sobre cualquier asunto, es una verdad
espiritual innegable.
La autoridad de las Manifestaciones de Dios es considerada absoluta
en la perspectiva bahá'í. Evidentemente esta definición supera la de la
palabra “Profeta”, que ellos usan más precisamente para referirse a
ciertos seres santificados, que han revelado una medida de la “verdad
divina” dentro del marco de una “Revelación” (Las enseñanzas de una
Manifestación de Dios), y que en ocasiones han dado un impulso vital
notable al desarrollo espiritual de la religión.
Los nabís
Entre los pintores nabís se destacaron Maurice Denis, Paul Serusier, Georges Lacombe, Felix Valloton, Pierre Bonnard y Edouard Vuillard,
artistas que inspirados por "el sabor de la sensación primitiva" y
rechazando el materialismo propio de su época, se embarcaron en "una
búsqueda decorativa multiforme".57
Según las palabras del principal teórico entre los nabís:
Ha de recordarse que una pintura, antes de ser... un desnudo o tal
anécdota u otra, es esencialmente una superficie plana cubierta de
colores dispuestos en un determinado orden.
Maurice Denis, 1890.58
Véase también
Referencias
- Amy Dempsey, Styles, Schools and Movements: The Essential Encyclopaedic Guide to Modern Art, Londres: Thames & Hudson, 2004, p. 50.
Bibliografía
- Baladier, Charles, ed. Le grand atlas des religions, París: Encyclopaedia Universalis, 1990.
- Dempsey, Amy. Styles, Schools and Movements: The Essential Encyclopaedic Guide to Modern Art, Londres: Thames & Hudson, 2004.
- Frontisi, Claude. Historia Universal del Arte, París y Buenos Aires: Larousse y La Nación, 2004.
- Piper, David. The Illustrated History of Art (1981), Londres: Bounty, 2005.
Enlaces externos
en la lengua francesa configurado agregándole al término en cuestión
simplemente una "s" final. Probablemente ello se debió a los mencionados
artistas desconocían que, en hebreo, el plural masculino adopta la
terminación "—im" (nabí → nebi'im). Si bien la formación del plural del término nabí en la lengua española debería ser consecuente con los parámetros que le son propios, de modo tal que, si el plural de guaraní es guaraníes y aquél de iraní es iraníes, el plural de nabí sería ser nabíes;
en la esfera del arte —posiblemente por desconocimiento— hay quienes
emplean el plural del mencionado término hebreo en francés: nabís (Claude Frontisi, Historia Universal del Arte, París y Buenos Aires: Larousse y La Nación, 2004, pp. 392-393: « Los nabís »).
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